ID de la obra: 228

Solo un juego

Gen
G
En progreso
2
El trabajo participa en el concurso «Harry Potter: El Capítulo Perdido»
Fechas del concurso: 26.06.25 - 13.08.25
Inicio de la votación: 12.07.25
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planificada Mini, escritos 22 páginas, 6 capítulos
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La nueva misión

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Capítulo 2

La nueva misión

                    A la mañana siguiente Draco decidió empezar su nuevo plan, el armario había empezado a dar avances y decidió que podía darse un respiro, así que por la tarde después de las clases fue hacia la biblioteca, donde como siempre estaba Granger.       La vigilo por varios minutos y tras cerciorarse que nadie estuviera cerca para verlos se acercó a su mesa. Hermione estaba tan concentrada escribiendo una redacción que Snape les había dejado que no se percató de la presencia de Draco hasta que el chico hablo.       —No tienen rostro…       Hermione dejo de escribir y alzo su vista para encontrarse con unos ojos grises.       —¿Qué?       —Los dementores, no tienen rostro—, contestó el chico señalando la parte de la redacción de Hermione —solo una especie de membrana y un orificio por donde se alimentan…       —¡Ya lo sé! —contestó la castaña de mala gana regresando la vista a su redacción —es una comparación.       —A Snape no le interesa, te pondrá un uno por esa estupidez… —soltó Draco con repugnancia.       Hermione reunió todas sus fuerzas y lo miro de nuevo.       —¿Y si lo hace a ti en que te afecta?       Draco la rodeo para sentarse a su lado ante la mirada de sorpresa de la castaña.       —Eres… una malagradecida… no sé cómo todos dicen que eres la mejor de nuestra generación, cuando no eres más que una impura tonta…       Ese fue su límite, Hermione se levantó de golpe empezando a guardar sus cosas, cuando lo hizo dio media vuelta para irse.       —Necesito ayuda… —soltó de repente Draco al darse cuenta que su intento de acercamiento había sido un fracaso.       —Si, no me digas, porque no vas y se lo dices a alguien que le importe.       Luego avanzo saliendo de la biblioteca, respirando tranquilamente cuando estuvo lo suficiente lejos de Draco, aunque esto no duro mucho pues un par de pasillos adelante el rubio volvió a parecer, tomándola del brazo.       —¡Quién te crees maldita sangre sucia!       —¡Suéltame Malfoy!       —Pensé que te encantaba lucirte frente a los demás cuando se trata de enseñar tus conocimientos…       —Pues pensaste mal… y yo solo enseño mi conocimiento a las personas…       —¿Y yo que soy?       —Un Huron —contestó Hermione con burla —¡ahora suéltame!       Draco no pudo evitar soltar una pequeña risa por el atrevimiento y altanería de la chica, así que la soltó.       —¡Me ayudaras! —se apresuró a decir antes de que Hermione se alejara, pero la castaña no contestó.       A la mañana siguiente Hermione se levantó temprano para tratar de terminar su ensayo antes del desayuno, así que como de costumbre se dirigió a la biblioteca, pero antes de poder llevar sintió una mano alrededor de su cintura y otra tapando su boca, luego fue arrastrada hasta un aula vacía y ahí se pudo soltar. Miro horrorizada y con miedo a Draco apoyado en la puerta cerrada.       —Tranquila Granger no te voy hacer nada…       Luego avanzó hasta una de las mesas donde había varios libros y un pergamino, se sentó y tomo su pluma, pero Hermione corrió hasta la puerta intento abrirla, sin éxito, luego busco en su túnica su varita y ¡no estaba! Rebusco entre su ropa y nada.       —Buscas esto —dijo Draco, la castaña lo miro y entre sus dedos jugaba con su varita.       —¡Dámela Malfoy!       —Cuando termine mi redacción lo haré… —luego miro su pergamino ignorando a Hermione —ahora dementores, como se los ahuyenta…       Hermione permaneció de pie en la puerta incrédula de lo que pasaba mientras Draco seguía hablando solo.       —Como invocar un patronus, esa estupidez de los recuerdos felices… ¿qué se siente? —preguntó el rubio mirando a la castaña.       —¿Que?       —El patronus Granger que se siente… —solo su pluma de mala gana molesto —no tengo todo el tiempo del mundo y mucho menos lo quiero desperdiciar con alguien como tú, así que despierta y ayúdame.       —¡Pues si te molesta tanto mi presencia entonces déjame ir! —gritó desesperada y muy molesta, Draco solo la miro detenidamente unos segundos antes de volver a hablar.       —Recuerdos felices… que estupidez, en fin, ¿Qué se siente?       La castaña soltó un gritó frustrado y sin más remedio se sentó en una silla frente a Draco.       —Mientras el recuerdo sea más intenso, mejor saldrá el encantamiento…       —¡Eso ya lo sé Granger! Me refiero a… la sensación al conjurar…       —No lo sé, piensas en eso que más feliz te haga y te llenas de felicidad, es algo indescriptible… ¡porque no conjuras uno y listo! Sabrás lo que se siente…       La pluma de Draco se apretó entre sus dedos al mismo tiempo que su mandíbula se tensionaba, Hermione lo noto comprendiendo el motivo de su comportamiento.       —Tu nunca…       —¡Ya no necesito nada de ti! —interrumpió Draco molesto al mismo tiempo que de un movimiento todas sus cosas quedaban guardadas en su maleta y él se levantaba de su asiento para dirigirse a la salida. Una vez en la puerta saco la varita de Hermione de su túnica y la lanzo hacia la chica, luego de un portazo salió de aquella aula.              El día lunes tanto Harry como Ron salieron de la enfermería así que temprano en la mañana junto con la castaña ya se encontraban en el comedor disfrutando como hacía mucho, pues ahora Hermione volvía a hablarse con Ron. La tarde la castaña como era habitual la paso en la biblioteca hasta tarde y cuando regresaba a su sala común para encontrarse con sus amigos volvió a sentir unas manos apretar su cintura y tapar su boca para ser arrastrada nuevamente a un aula vacía.       —¡Quieres dejar de hacer eso! —gritó Hermione una vez Draco la soltó y se dirigía a cerrar la puerta.       —Y qué, pretendes que te hable en medio del pasillo con todos mirándonos que ¡estás loca!       —Ahora que quieres —hablo la castaña cruzando los brazos entre su pecho cansada.       —Ten —contestó Draco mientras sacaba de su túnica una pequeña caja de madera con pequeñas incrustaciones de diamantes a su alrededor.       Hermione observó detenidamente la pequeña caja, pero sin moverse demostrando la intención de no aceptarlo, así que Draco volvió a hablar.       —Es un… por… ya sabes ayudarme, así que toma…       Draco se acercó con la caja en sus manos para colocarlos en las de la castaña, pero cuando estuvo lo suficiente cerca de ella, Hermione se apartó.       —No lo quiero —dijo Hermione llegando hasta la puerta intentando abrirla sin éxito.       —¡No esta envenenada Granger solo tómala! —bramo el rubio conteniendo la furia que crecía en su interior por la impertinencia de la sabelotodo.       —Ni siquiera te ayudé, apenas dije dos palabras y ya, así que no veo razón para que me des un regalo…       —¡Wow! Para ahí sabelotodo… ¡no es un regalo! Solo una forma de pago por tu ayuda no te confundas no somos amigos.       —¡Y quien te dijo que quiero ser tu amiga! Y no necesito ningún pago. Así que guardaré tus estupideces y ¡ábreme la puerta!       —Puedes dejar de gritar, que te escuchara todo el castillo…       —Eso es lo que quiero, que me escuchen para que me saquen de aquí… ¡¡Auxilio!!       Draco corrió apresuradamente hacia Hermione para hacerla callar le tomo de la cabeza con una mano y con la otra tapo su boca que seguía moviéndose tratando de hacer sonar sus gritós, arrinconándola contra la puerta para evitar que se escapara. Bajo su mirada para encontrarse con sus ojos color miel que echaban chispas por el odio que corría por su interior.       —Estoy tratando de ser amable por una puta vez en mi vida ¡No lo entiendes!       Hermione dejo de intentar gritar, empezando a respirar pesadamente mientras fijaba sus ojos en los grises y fríos de Draco. Por unos segundos sus miradas se conectaron, por un instante se olvidaron del mundo. Lentamente Draco aparto su mano de la boca de la castaña rozando delicada y brevemente la mejilla de la chica quien trago en seco al sentir su tacto. Draco por su parte sintió una pequeña corriente recorrer su cuerpo, tomo nuevamente la caja entre su mano y bajo su cabeza para estar más cerca del rostro de la castaña.       —Solo tómalo… por favor…       Hermione tomo la caja al mismo tiempo que Draco se apartaba, ofreciéndole su varita con la otra mano que antes reposaba en su cabeza. Ella la tomo y de un movimiento abrió la puerta, camino hasta ella y la abrió lista para irse, pero antes de hacerlo se giró nuevamente al rubio.       —Lo siento… —fue todo lo que dijo antes de dejar la caja en una de las bancas y salir del lugar.       
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