Capítulo 37 Una última pelea
Estudiantes corriendo por doquier y el pánico sintiéndose en el aire. La profesora McGonagall daba instrucciones a unos pocos alumnos para controlar las entradas del castillo mientras algunos gritos alertaban que los mortífagos ya habían logrado entrar. Ron y Hermione se reunirán. —¡La cámara secreta! —exclamo Ron —podemos obtener colmillos del basilisco para destruir el resto de Horrocrux. Hermione puede venir conmigo y… —¡Olvídalo! —se pronunció la castaña molesta —contigo no voy a ningún lado. —Vamos Hermione no puedo hacerlo solo… ¿Qué no quieres que Harry gane? —¡Claro que sí! —Pues tendrás que ir conmigo… —Mi novia no irá a ningún lado contigo Weasley. Los tres chicos dieron media vuelta para encontrarse con la mirada desafiante de Draco. Hermione corrió a sus brazos mientras Ron miraba furioso la escena. —¡Esto no es asunto tuyo Mortífago! —Lo que tenga que ver con ella siempre será mi asustó… me importa una puta mierda lo que necesiten, ¡Tú no irás con ella a ningún lado! —¡Basta! —grito Harry molesto —Este no es momento de pelear… yo iré por los colmillos y si de verdad te interesa la guerra Ron vendrás conmigo —luego miro a Draco —necesito que ustedes busquen la diadema es… —Es está —dijo Draco entregándole la bolsa con la diadema dentro —solo falta destruirla. —Entonces iremos todos —sentencio Hermione mirando a su amigo. Dicho esto, los cuatro chicos fueron hacia la cámara de los secretos. Draco siendo muy precavido de que nadie lo reconociera. —¿Quién los destruirá? —pregunto Hermione un poco temerosa. Harry miro a sus amigos y Malfoy recordando cuando esté destruyó el guardapelo. —Tu y Ron —contesto finalmente temiendo que al hacerlo Draco su visión volviera a aparecer. Y así Ron fue el primero en acercarse con el colmillo del basilisco en su mano. Harry ya tenía la copa encima de una gran roca, hablo para que esta se abriera y cuando lo hizo Voldemort apareció para burlarse de él e inmediatamente después las figuras de Draco y Hermione. Ron no espero demasiado, apenas vio a Draco con una sonrisa en su rostro junto a la castaña el pelirrojo atravesó la copa con la mirada oscurecida y decidida. Luego fue el turno de Hermione, cuando su mayor miedo iba a ser reflejado, fue la figura de Draco la que apareció, junto a él un escenario de dolor y destrucción, sangre y muerte. Hermione destruyó la diadema con lágrimas en sus ojos. Cuando acabo quiso ir por Draco, pero este a penas alzo la vista aparto la mirada de la suya incapaz de verla, porque ahora sabía cuál era su miedo y era él. Lo que más temía Hermione era el monstruo que sabía que era. Ron corrió hasta su amigo deteniendo las intenciones de Hermione de ir hacia Draco y dirigió toda su atención en el azabache. —¿Cuál es el último? —hablo Ron cuánto estuvo cerca de su amigo—. Entra en su mente Harry y averigua cuál es. Y así lo hizo, se concentró en buscar su conexión con él lográndolo al instante, ¿porque le fue tan fácil? Talvez porque la cicatriz ya le estaba doliendo desde hace mucho tiempo. Vio que Voldemort se encontraba en la casa de los gritos junto a Snape quien le entregaba la varita de sauco y afirmaba que Draco ya estaba muerto. —Es Nagini, es el último —dijo Harry mientras todos regresaban al castillo—. Y Snape… —Es parte del plan —dijo Draco entendiendo lo que el chico vio. —Entonces no puede verte… no puedes venir. —Regresare, te lo prometo —solto Hermione mirando a Draco, pero sin atreverse a acercarse. Draco quería acercarse, tomarla entre sus brazos y llevársela lejos de esa guerra, besarla y decirle lo mucho que la amaba, que no podría pensar en la idea de perderla, de verla alejarse una vez más, pero ella tenía razón, Eris lo tenía, todos. Él era un monstruo, no era una buena persona, no era un héroe. Hermione si lo era. La vio alejarse y Draco decidió regresar a la oficina de Snape. Harry, Ron y Hermione llegaron a la casa de los gritos dónde Voldemort se escondía, presenciaron la muerte de Snape, para que Voldemort asegurará la lealtad de la varita. Cuando esté se fue Harry llegó hasta el director de Hogwarts por última vez y tras entregarle sus recuerdos y morir la voz de Voldemort se escuchó en sus cabezas. Este les advertía que tenían una hora para que Harry se entregará. Cuando regresaron a Hogwarts Harry tuvo que presenciar los cuerpos de Fred, Remus, Tonks y muchos más regados por todo el comedor y cuando todo fue demasiado abrumador fue directo a la oficina del director. —¿Qué paso? —preguntó Draco preocupado cunado lo vio entrar —¿Y Hermione, ella está bien? —Lo está, ella se encuentra abajo y está bien… subí porque necesito ver esto —dijo el azabache mostrándole el frasco con los recuerdos de Snape —¿Es de Snape… dónde está mi padrino? —Murió… lo siento. Draco cayo en la silla conmocionado, si bien nunca tuvo una gran relación con su padrino, este lo había ayudado en más de una ocasión con sus padres, en sus travesuras y sobre todo desde que se volvió mortífago y su amor por Hermione, él lo comprendía, sabía exactamente lo que estaba sintiendo y logro algo que Draco jamás podría, sacrificarse por la mujer que amaba. Tras varios minutos vio salir a Harry del pensadero bastante pálido. —¿Te encuentras bien, que viste? —Soy yo, soy el último… —¿El último? Eso quiere decir que tú… —Debo morir… Draco se quedó sin palabras, paso años odiándolo, deseando su muerte, su fracaso y ahora que esos deseos se cumplirían se sentía vacío, decepcionado y molesto. —Prométeme que la cuidaras… —hablo Harry cuando llegó a la puerta —que no permitirás que esa visión se cumpla… —No descansaré hasta romper la maldición… me alejaré de ella… la protegeré de mí y… —Hermione me dijo una vez que sabía que destruirías todo por ella, ese es su miedo tener tanto poder sobre ti… alejarte solo la destruiría… te quiere demasiado… ella cree que es capaz de ser tu destrucción, no seas la suya. Draco no respondió tenía un nudo en el estómago y la impotencia recorriendo su cuerpo. A cambio de eso alzo su varita apuntando a Harry y cuando tuvo las fuerzas para hablar soltó—. Desármame… así será tuya. Harry tardo unos segundos en entender a lo que se refería hasta que recordó la muerte de Snape. Lanzó un expelliarnus y la varita de Draco salió volando para caer en sus manos. —Gracias —dijo Harry antes de salir de la oficina del director. Los mortifagos desfilaban orgullosos por los jardines del castillo con Harry en los brazos de Hagrid. La entrada del castillo se llenó de gente: los supervivientes de la batalla salían a los escalones de piedra para enfrentarse a sus vencedores y comprobar con sus propios ojos que Harry había muerto. Voldemort estaba de pie, un poco más adelante, acariciándole la cabeza a Nagini con un solo y blanco dedo. —¡Nooo! —¡Nooo! —¡Harry! ¡¡Harry!! Ron, Hermione y Ginny gritaron con dolor. —¡¡Silencio!! —bramó Voldemort. Hubo un estallido y un destello de brillante luz, y todos obedecieron a la fuerza—. ¡Todo ha terminado! ¡Ponlo en el suelo, Hagrid, a mis pies, que es donde le corresponde estar! —El guardabosques lo depositó sobre la hierba—. ¿Lo ven? —se jactó Voldemort, paseándose alrededor del yacente muchacho—. ¡Harry Potter ha muerto! Los mortífagos lanzaron ruedas entre sí. —Ahora únanse a mi… El silencio de los presentes creo una gran línea de tensión que creció cuando una misteriosa figura empezó a salir del castillo. Con una máscara tapando su rostro y la capa su cabello. Camino justo hasta estar frente a Voldemort quien miro molesto al mortífago. Este dejo caer la capa al tiempo que la máscara de desvanecía. Los presentes miraron con sorpresa al rubio, Ron tuvo que sujetar a Hermione para que está no saliera corriendo tras él. —Tú… —Sorprendido —contesto el rubio con una sonrisa de suficiencia. Voldemort levantó su varita. dispuesto a atacar. —¿Estás seguro que intentaras atacarme con mi propia varita? —¡Maldito traidor! Acabaré contigo. —Inténtalo! —desafió el muchacho extendiendo los brazos. —Nagini —grito Voldemort con furia mientras la serpiente ya estaba en dirección al rubio, pero justo antes de llegar a su destino Neville llegó hasta ellos y atravesó la espada de Gryffindor contra la serpiente. Todos los presentes soltaron gritos de sorpresa pues al mismo tiempo Harry corrió hacia el rubio. Los gritos y aplausos inundaron el lugar, mientras algunos los mortífagos huían. Draco y Harry desaparecieron mientras la lucha comenzaba nuevamente. —Tienes más vidas que un maldito gato —dijo Draco mirando al castaño cuando ambos aparecieron en la torre de Astronomía. —Lo tomaré como un cumplido… —¿Y ahora qué? —Enfrentarme nuevamente a él… pero como tú lo dijiste esa varita no puede lastimar a su dueño, y ese ahora soy yo… Ambos muchachos volvieron al gran comedor donde se estaba desatando la guerra y Harry por fin logro derrotar a Voldemort. La algarabía por el festejo estallo en el castillo con todos buscando a Harry para felicitarlo, Draco por su parte se alejó sin hacerse notar para encontrarse con su madre que rompió en llanto abrazando a su hijo y allí se quedaron apiñados, como si no estuvieran muy seguros de si debían estar allí o no, aunque nadie les prestaba atención. Draco observó como Harry y Hermione se escabullían entre la gente hacia la salida del castillo. Su cuerpo se tensiono en respuesta y su madre al notarlo siguió la mirada de su hijo, en cuanto vio a la castaña Narcisa apretó el brazo de Draco en advertencia. —¡Nuestro apellido ya está bastante afectado! —soltó Lucius mirando fijamente a su hijo. —¡Voy con Potter…! Es el único que nos puede ayudar a que no terminemos pudriéndonos en Azkaban. Dicho esto, Draco se levantó alejándose de sus padres, una vez llegó a las afueras del castillo se ocultó al ver pasar a la castaña, pero Harry quien o lo había visto se detuvo cerca de él. —¿Juegas al escondite Malfoy? —Mis padres están cerca, no quiero más drama es todo. —Te libraras de ellos muy pronto no te preocupes. Draco miro a Harry un tanto preocupado, a pesar de todo lo que sufrió y el resentimiento hacia ello, incluyendo el hecho que sabía que no aceptarían a Hermione, verlos ir a Azkaban no era algo que soportaría. —Iras conmigo a detener a los mortífagos que escaparon… esa será tu manera de liberarlos a los tres de Azkaban. —Y si no quiero… —No tienes opción… soy el elegido lo olvidas… yo mando —contesto con una sonrisa burlona logrando que Draco pudiera los ojos en blanco—. ¡Oh vamos! Será divertido, estaremos mucho tiempo juntos y así me dirás de una vez la verdad sobre esa caja y como vamos a salvar a Hermione… —Eres insoportable… —Voy a cumplir tus sueños, por fin aceptaré que seamos amigos —dijo Harry con burla estirando su mano como hace 7 años atrás lo hizo el rubio. Draco sonrió mientras aceptaba su mano—. Amigo de Potter… eso suena más a pesadilla.Una última pelea
16 de noviembre de 2025, 23:15