Capítulo 48
Futuro
—Solo hay una persona que nos puede ayudar —dijo Hermione decidida —solo espero que siga siendo la directora. Todos avanzaron atrás de Hermione directo al despacho del director. —¡Fíjate por dónde vas! —grito una rubia al chocarse con la castaña. —Lo siento… —¡Ey! Tranquila ¿qué paso? —James se paró entra ambas chicas para controlar la situación —¿Estás bien? —pregunto, pero su sonrisa se borró en cuanto vio el rostro de la joven—. Tu… —¿La conoces? —pregunto la rubia molesta. —Vete —ordeno James sin apartar la vista de Hermione. —Pero… —Si no quieres que Eva aparezca y te destruya te sugiero que te vayas… La rubia indignada se alejó de ambos y James se acercó más a Hermione. —Estas… tan joven y… El chico estuvo a punto de tomar el rostro de la castaña cuando una fría y firme mano tomo la suya para detenerlo. —¡No la toques! —amenazo Draco. —Como estás… —James avanzo pasando sobre Hermione y Draco para observar al resto de chicos—. ¡Vienen del pasado! —Así es —contesto Hermione con calma —Y necesitamos volver a nuestro tiempo. ¿Quién es la directora de Hogwarts? —Minie… —soltó el castaño distraído mirando a Harry. —¿Quién? —¡Ah! Minerva McGonagall… —¡Perfecto! Ella no ayudará. Vamos chicos. Todos empezaron a avanzar hasta que James freno de golpe. —No puede ser… escóndanse. Los chicos obedecieron al tiempo que una pelirroja se acercaba a James. —Lili, ¿qué haces por aquí? —Voy a la biblioteca… —Es sábado… —Y tengo mucha tarea pendiente… —¡Lili! —¡Ash! Bien… la novia de papá está aquí… y no tengo ánimos de lidiar con ella… Prefiero un encuentro con Voldemort a tener que pasar un segundo con esa víbora… —Solo se amable, quieres… papá tiene suficientes problemas como para sumarle uno más con sus peleas… —Pues lo siento, no ser la hija perfecta como tú, pero yo no voy a permitir que esa… loca intenté quedarse con el puesto de mi madre… Lili se alejó molesta sin darle tiempo a responder a su hermano quien solo soltó un suspiro cansado. —Vamos —dijo resignado. Todos avanzaron en silencio sobre todo cierta pelirroja que seguía con aquella conversación entre ambos chicos en su cabeza. —¡James! —se escuchó a lo lejos y el chico nuevamente freno de golpe obligando a los demás a volver a esconderse. —Cho hola… no sabía que vendrías. —Vine a ver a tu hermana ¿la haz visto? —No, lo siento… ¿vienes con mi padre? —No, el se quedó en la oficina de aurores. Yo viene por lo de… —¡Claro! —interrumpió James antes de que la novia de su padre dijera algo—. Eso, si que emoción… porque no buscas a mi hermana en su habitación, estoy seguro que debe estar encantada de verte… James prácticamente arrastró a la mujer al otro lado del pasillo logrando que está avanzará y los dejará solos nuevamente. Ginny fue la primera en salir de su escondite con el rostro tan rojo como su cabello, Harry llamándola tratando de calmarla sin éxito. —¡Podemos apurarnos! —dijo Ginny molesta —ya quiero estar en casa. —¡Enserio! Que milagro —dijo James con sarcasmo y una leve mueca de disgusto antes de avanzar por el pasillo hacia el despacho de la directora. El resto de chicos se miraron con asombro ante la repentina actitud fría que adoptó James. Cuando llegaron al despacho James fue quien entró primero. —¡Minie! Que hermosura lo que ven mis ojos… —Ahora que hiciste James… —¿Yo? No sé porque asumes que siempre estoy metido en líos… —Tus genes te delatan… que paso… —Bueno… tenemos una situación. ¡Pero! No la cause yo… Hermione entro en la oficina lentamente, logrando que McGonagall se levantará de su asiento completamente blanca como si acabará de ver a un fantasma. —Hermione… —dijo la mujer con ternura a punto de quebrársele la voz. —Vienen del pasado —aseguró James antes de que la directora hablara nuevamente. —¿Vienen? El resto de los chicos fue apareciendo de a poco logrando que McGonagall se sentará nuevamente atónita. Tras una hora cuando los chicos terminaron de relatar de como terminaron en el futuro, la directora hablo. —¿Tu hermano y Scorpius tenía un giratiempo y no dijiste nada James? —No creí que lo usarían… —Bien, ya hablaré con ellos luego… pero ustedes no pueden quedarse aquí… es demasiado peligroso. McGonagall se levantó de su asiento y tras unos minutos volvió con una bolsa de polvos flu. —Se trasladarán a una casa de seguridad, y se quedarán ahí hasta que podamos regresarlos su tiempo —sentencio la mujer. Draco fue el primero en acercarse a la chimenea en el despacho de la directora. Lanzo los polvos al tiempo que decía la dirección a la que deseaba ser trasladado, pero nada paso. —Su red flu asido suspendida por falta de pago —soltó Blaise con humor logrando que la directora lo mirara con reproche al no entender lo sucedido y tras varios intentos McGonagall se rindió. Los llevo a los límites del castillo con la intención de que pudieran desaparecer se y así llegar al lugar, pero en cuanto quisieron cruzar fue como una barrera invisible que se los impedía. —¡Esto es imposible! —soltó frustrada McGonagall al no entender la situación—. Tendré que hablar con el ministro de magia, todo lo que está pasando es muy raro. Por ahora, se quedarán en la sala de menesteres para que nadie los vea. Todos empezaron a caminar de vuelta al castillo y James se acercó a la directora. —¿Le informará al ministro sobre el giratiempo? —¡Por supuesto! —directora si lo hace, mi hermano y Scorpius podrían meterse en problemas… —Lo entiendo James, pero sabes que es mi obligación informarlo todo. —¡Minie por favor! —suplico el muchacho. —Como más puedo explicar que estos chicos estén aquí, si no fue por alguna clase de intervención por parte del señor Malfoy. —Bien, entonces diga que fui yo… pero no meta a los chicos. Yo averiguaré que es lo que sucedió. McGonagall miro a su alumno. Lo conocía bastante bien. Era un chico travieso, aventurero igual que su padre. Popular, amable y muy extrovertido como su madre. Pero si se trataba de su familia era capaz de sacar su peor lado, volverse vengativo y dominante. No por nada su padrino era el mismísimo Draco Malfoy. —Está bien —accedió McGonagall rindiéndose ante el chico—. Quiero que me digas exactamente como ellos llegaron aquí. Y que fue lo que hizo Scorpius cuando viajo. Dicho esto, todos entraron en silencio al castillo en dirección al séptimo piso. Cuando entraron en la sala de menesteres está estaba transformada en una pequeña casa con dos dormitorios uno para chicos y la otra para chicas. Ginny fue la primera en entrar haciendo caso omiso a los llamados de Harry. Hermione entro para estar con ella sin atreverse a mirar ni a Draco, mucho menos a Ron quien no despegaba su mirada de ella. A la mañana siguiente no soportaron ni una hora antes de romper la primera regla de McGonagall. No salir. Y tras una intensa pelea entre ellos, ahora todos estaban recorriendo los pasillos sigilosos en dirección a la oficina de la directora. Subieron las escaleras con cuidado pues se escuchaban varias voces en el interior. Ahí se encontraban Harry, Draco y Pansy adultos. —¿Paso algo con nuestros hijos? —preguntó una preocupada pelinegra. —No —afirmo McGonagall sentada en su escritorio frente a los chicos del futuro—. Sin embargo, hay una situación que necesito informarles y que ustedes puedan ayudar a solucionar. Necesito saber si ustedes alguna vez hicieron algún viaje o algo. —¿Qué clase de viaje directora? —intervino Draco sentado justo frente a ella. Draco del pasado al escuchar su propia voz se removió intentando verse a si mismo, pero siendo sujetado por Hermione. —Draco no pueden verte… —susurro la castaña, pero Pansy quien también se acercó la desequilibró y todos cayeron. —¡Les dije que no podían salir! —grito McGonagall molesta viendo a los chicos levantándose adoloridos. —Perdón directora —se disculpó Hermione siendo la primera en levantarse logrando que Draco del futuro se levantará de golpe de su asiento. —Hermione… —dijo el hombre acercándose con la mirada afligida levantando su mano con la intención de tocar el rostro de la castaña. —¡No la toques! —advirtió Draco del pasado apretando la mano del hombre y mirándolo desafiante. —Había olvidado lo posesivo que era —contestó con burla alejándose de su yo del pasado. —¿De qué año vienen? —pregunto Harry —1998 —contesto Pansy —Nuestro último año… —Estábamos en la ceremonia de los caídos cuando viajamos —comento la castaña. —¡Dijiste que no usaste el giratiempo! —grito molesta Pansy. —¡No lo hice Pansy, tranquilízate! Además, yo no recuerdo haber viajado al futuro ¿o tu sí? —Tal vez tú no usaste el giratiempo, pero nuestro Draco si lo hizo —dijo Theo saliendo detrás de todos los chicos. Pansy se levantó de su asiento mirando a Theo del pasado impactada mientras que el rubio se ponía tenso. —Tenemos que pensar en algo más que pudo haber pasado para que estén aquí —comento Harry tratando de aliviar el silencio incómodo que se formó. —Hubo algo —comento McGonagall —Scorpius… él tiene un giratiempo. —Yo lo vi el día de la ceremonia, justo antes de que Theo me contara de tu plan… —¿Theo? Así no fue como paso… —Se cruzo contigo y así cambio el futuro… —comento Harry—, pero eso no explica su viaje. —James se está encargando de averiguar eso —agrego la directora. —¡Mi hijo lo sabía! —hablo molesto el castaño. —Fue él quien los encontró. —¿Los vio? —pregunto el castaño tanto a él mismo del pasado como a Ginny, quienes asintieron tímidamente aún impactados por verlo. —Tranquilo Harry, tu hijo es discreto y conoce la gravedad de la situación. No dirá nada. —Quiero ver a mi hijo —soltó Draco con seriedad. —Y yo a los míos —continuo Harry. —Por supuesto, los mandaré a llamar —McGonagall miro a los chicos del pasado—. Y ustedes regresen a la sala y ¡Quédense ahí! Nadie más los puede ver. —Si me permite buscaré a mis hijos —anuncio Harry y salió de la oficina. Los chicos también salieron de la oficina rumbo al séptimo piso. Todos iban sumidos en sus pendientes de lo ocurrido que no se percataron que cierta pelirroja tomo un rumbo diferente. Segunda por su impulsiva personalidad siguió a Harry adulto siendo precavida de no ser descubierta. Caminaron por un par de minutos hasta que alguien apareció. —¿Qué haces aquí? —pregunto Harry contrariado. —McGonagall me llamo… ¿hicieron algo nuestros hijos? ¡Eran sus hijos! El corazón de Ginny empezó a palpitar a mil por hora, pero con una extraña sensación en el pecho por lo que escucho la noche anterior. —Es complicado —contesto el azabache. —Estaba al otro lado del país… si McGonagall me llamo es porque es algo mucho más que complicado… y es obvio que tú no lo puedes solucionar. —¿Tú me vas a dar una clase de paternidad? —No puede papá… para eso debería ser la mitad de madre de lo que un día fue… y sabemos que eso no va a suceder. —¡James! —advirtió Harry mirando a su hijo. —Solo digo la verdad… —No me importa… los problemas son entre tu madre y yo… ve a buscar a tu hermano tenemos que hablar… —Te enteraste… —¡Si! Y me van a contar todo si no quieren tener un serio problema. Vamos Ginny te contaré lo que pasó. Dicho esto, ambos adultos se alejaron del lugar. —No debiste escuchar eso —soltó James mirando hacia una de las columnas donde se encontraba escondida la pelirroja. —Lo siento… ¿estamos separados no es así? —Regresa a la sala de menesteres escuchar del futro solo arruinara las cosas, aunque dudo que puedas arruinar más de lo que ya lo hiciste… James se alejó de la pelirroja sin mirarla mientras ella respiraba profundo para contener las lágrimas que quieran salir.