Capítulo 5
29 de junio de 2025, 2:48
Todo había sucedido demasiado rápido. Un día estaba recibiendo su marca tenebrosa y al siguiente Potter había salvado al mundo mágico. Después de la guerra las secuelas habían sido complejas y duras para todos los involucrados no importaba que hubieras sido parte de los héroes o de los villanos. Todos tenían algo en común.
Pesadillas.
Que a decir verdad no eran más que fragmentos de lo vivido. Recuerdos latentes de las vidas arrancadas y de la daños que eran aún palpables después de tantos años. Pero la vida continúo y trató de hacer lo que mejor sabía.
Hacer lo que otros le decían. Seguir el guión de un sangre pura.
Así que tomó en cuenta las opiniones de sus profesores, de su propia madre y comenzó a labrar un nuevo futuro. Su plan de acción era limpiar el apellido Malfoy, que el último Malfoy se llevará ese mérito —no pensaba en descendencia realmente — ¿Que bruja desearía casarse con él?
Posiblemente una sangre pura pero no quería un matrimonio arreglado. Pasar años atado a una bruja que posiblemente jamás pudiera llegar a querer o al menos tenerle aprecio.
Luego estaba el hecho de concebir, no se sentía con la calidad moral de guiar a un pequeño ser humano por eso en parte envidiaba a Theo, él había querido el paquete completo.
No había dudado en invitarle a salir a Luna en oír las cosas que ella le decía y sumergirse en su mundo. No tuvo dudas cuando vio en aquella tienda la sortija y solo pensó que era momento para casarse.
"Quiero echar raíces, amigo"
Fue lo que le dijo.
Ahora bien, el fruto de ese romance tan extraño estaba ahí. Jugando con su varita y lanzándole muñecos de felta al rostro.
Cuando Draco vio a Nova la primera vez sintió calidez y esperanza, nunca había visto un bebé tan de cerca. En su familia no había bebés ni parientes cercanos. Él en sus planes no estaban los hijos pero vio en la pequeña Nova una posible heredera para algo del oro de los Malfoy, era la hija de su mejor amigo y Luna había sido bastante amable con él y una de las primeras personas de otra casa ajena a Slytherin que lo había hecho sentir como un mago limpio.
Cuando Theo le pidió que le ayudará a escoger el nombre de su pequeña sintió que la amistad entre él y Theo era realmente algo más que eso. Era una hermandad.
Pensó en la tradición familiar y el tema de las estrellas, las constelaciones y sus significados.
Nova, un evento que provoca la aparición de nuevas estrellas, nueva estrella.
Ahora bien estaba ahí bajo el mismo techo que su enemiga de escuela una chica que realmente lo odiaba y que el odiaba o eso es lo que había pensando siempre.
Jamás se había puesto a pensar que hubiera sucedido si los ideales de supremacía de sangre no hubieran sido tan marcados por su familia, si la guerra no hubiera existido, si Potter hubiera aceptado ser su amigo aquel primer año.
¿Él habrá tenido otra opinión sobre Granger? ¿Ella habría sido su amiga?
No lo sabía. Pero si sabía que seguía siendo la misma chiquilla mandona, sabionda de siempre. Ese cabello salvaje estaba ahí, la manera de fruncir el seño y arrugar la nariz cuando se enfadaba, un libro en sus manos. Aroma a pergaminos y flores, tinta... Sí era la misma Granger de siempre solo que ahora en el molde de una mujer adulta.
—Por favor, Nova come tu puré — escuchó rogar a Hermione mientras Nova escupía de nuevo su pure de calabaza. —Según este artículo esto es un postre delicioso.
— ¿Que niño desea una pasta naranja como postre? — mencionó Draco mientras le daba una galleta a la pequeña y ella la recibía con gusto. La tomó entre sus manos y la llevó a su boca alegremente.
— ¿En serio Malfoy? ¿Galletas? — la imagen de Granger lo remontó aquellos días en clases de pociones donde ella no era tan lista algo que realmente le hizo no solo volver por un momento en el tiempo sino que le generó un malestar ligero en el estómago pero decidió ignorarlo, por ahora.
— Granger, Nova estaba a nada de explotar, tú pareces— la observó de arriba abajo y busco la palabra menos ofensiva y brusca— abrumada ¿Porque que no subes y tomas un baño?
Hermione abrió la boca para replicar pero por un instante echo un vistazo a la cocina. Había estado escasos treinta minutos y había un desastre. Su reflejo en la ventana le indicó que para su suerte Malfoy tenía razón.
Su ropa tenía rastos de calabaza, jugo de manzana y otras cosas más. Su cabello estaba más alborotado y sí, lucía un poco ojerosa.
Caminó resignada fuera de la cocina dejando a Draco y Nova pero se detuvo un instante y suspiró con resignación —Gracias, Malfoy...
Él solo le hizo una seña que podía descifrar como un "No es nada"
Hermione busco un cambio de ropa más cómodo y lo puso sobre la cama. Observó la decoración floral que tenía esa habitación en especial y los ojos le picaron, algunas lágrimas se escaparon pero no hizo nada para deternalas.
Se encerró en el baño dejando que el agua corriera y disimulara un poco sus sollozos. ¿Y sino volvía Luna?
Había visto la tristeza de Harry en sus ojos al hablar de los padres que no recordaba. Unas escasas fotos eran todo lo que tenía y las pocas vivencias que algunos que los conocieron le habían compartido pero Harry no recordaba el olor de su madre, la voz de su padre ni sus abrazos.
No había noticias sobre ellos. Aún no había pista alguna y pese que había estado revisando muy debes en cuando entre las cosas de su amiga sabía que quizá alguna pista había pasado por alto quizá hoy mientras Nova y Draco durmieran ella podría buscar algo más.
Se sumergió un poco más en la tina mientras las burbujas y el aroma a lavanda la tranquilizaban un poco. Perdió la noción del tiempo pero observó su reloj de pulsera y notó que había sido suficiente debía ver si Draco seguía con vida.
Se enrolló en una bata de baño y comenzó a secar su cabello cuando la puerta de la habitación comenzó a sonar con bastante insistencia —Espero que sea importante, Malfoy por qué no he podido si quiera vestirme— parecía sofocado, acalorado y ¿Asustado?
—Granger— aclaro su voz, parecía bastante extraño — De casualidad, digo simplemente será posible que...
— ¿Qué ocurre?
—Perdí a Nova.
Hermione rió instantáneamente al parecer de Draco como una loca parecía realmente nerviosa, tomó a Draco de los hombros y lo sacudió — ¿Es broma verdad?
— ¿Me ves cara de Weasley?
—Oh, Dios... ¡Nova!
Lo soltó y salió corriendo. Draco tras ella también corría revisando bajo los muebles, abrían y cerraban puertas. — ¿Y los elfos? — gritó Hermione.
—Les dije que se fueran a las seis ¿No querías acaso eso?
Hermione le lanzó un perro de felta —Oh, vaya que obediente...
—Disculpa dijiste que no querías que los elfos estuvieran aquí todo el tiempo — ella movió un sofá mientras Draco revisaba tras las cortinas.
— ¿Desde cuándo haces lo que yo digo?
—Obviamente es algo que no volverá a suceder, Granger — Draco se detuvo.
— ¿Qué ocurre contigo? — se acercó Hermione y él le tapo la boca mientras la rodeaba en sus brazos. Ella se movía inquieta ante su agarre.
—Escucha, Granger— le susurró al oído causándole una incómoda sensación.
De los lugares más peligrosos para un niño por supuesto de ella debía estar jugando dentro del horno o quizá había tomado un cuchillo o peor algún líquido de limpieza de los gabinetes de abajo — ¿Estás loca? — Hermione lo mordió y salió corriendo rumbo a la cocina.
Y ahí estaba. Tras la puerta de la despensa con un paquete de galletas. — ¿Cómo diablos los abrió?
—Eres una chica muy lista, Nova— Draco se acercó a la niña y la tomó en brazos, Hermione la revisaba —Tiene cinco dedos en cada mano, Granger.
—Solo quiero ver qué no tenga una contución— la pequeña parecía encantada con las galletas en sus manos —Bueno creo que le daré un baño.
Draco se la entrego— Granger, creo que necesitamos a los elfos — ella asintió resignada.
—Creo que un poco más de ayuda no estará mal— esa noche Hermione se quedó dormida en la alcoba de Nova. Olvidando por completo la búsqueda de pistas.