Capítulo 2: Punto Muerto
1 de julio de 2025, 7:30
Hacía tiempo que no se sentía así, con el estómago retorciéndose y con mariposas revoloteando en su garganta, la última vez que estuvo así fue cuando se enteró de que quien era en realidad su padre durante su segundo año, si no hubiera sido por Barty, quien lo secuestró una noche para llevarlo al lado de su padre, quien sabe cómo hubiera terminado todo. No habría podido salvar el diario y llevarlo con su padre para darle un nuevo cuerpo, no habría podido ver la verdadera cara de Dumbledore y sus manipulaciones, no habría podido salvar a Sirius del lavado de cerebro al que había sido sometido ni ayudarlo a liberarse de sus cadenas y así podría seguir con la serie de sucesos que lo llevaron hasta ese punto...
Ahora con el guardapelo en su poder, podrían traer a James Potter de regreso a la vida. Agradecía que su padre hubiese sido tan insistente para hacerlo crear uno; lo cual le recordaba que pronto sería su turno de hacer lo mismo, aunque todavía no sabía que objeto escoger como recipiente.
Pensar que Dumbledore creyó esa historia falsa de que él era el Horrocrux de su padre, destinado por una profecía a acabar con el reinado del lord y todas esas mierdas. Regulus se había lucido sin duda al inventar esas historias y en embrujar a esa adivina de cuarta. Tal vez debería mandarle un presente por eso.
Y ahora que por fin las piezas estaban su lugar, solo quedaban un par de cabos sueltos por atar...
Miró la puerta que estaba frente a él, podía notar el pequeño fulgor que emitía a causa de los hechizos que impedirían a cualquiera que no tuviese su sangre de entrar o salir La única excepción a esto eran los elfos, pero esas criaturas poseían una magia distinta.
Ella se había reusado a hablarle en anteriores visitas, arrojándole todo lo que tuviese a la mano y aunque le frustraba, tampoco podía culparla. Él en su lugar tampoco hubiera reaccionado de la mejor manera. Después de todo, la chica había obliviado a sus padres por él y lo había acompañado en un viaje que puso en peligro su vida, pero que nunca fue real.
Tocó la puerta tres veces y solo obtuvo silencio. Tal vez ella se había cansado de gritarle.
Las protecciones cedieron ante él, permitiéndole el paso a la blanca y lujosa habitación. No iba a permitir que sus amigos estuviesen confinados a una celda como si fueran simples prisioneros, así que ordenó que preparasen esas habitaciones para ellos e incluso les había enviado un cambio de ropa a cada uno. La habitación también tenía un baño y algunos libros que sabía que la chica disfrutaría.
– ¿Mione? – llamó.
Ella estaba recostada sobre la cama con al menos diez libros alrededor de ella, no le extrañaba que no lo hubiese escuchado.
– Mione – a su segundo llamado ella levantó la cabeza, el fuego del rencor aun ardía en sus ojos, pero parecía haberse atenuado, al menos un poco. No le estaba tirando candelabros a la cabeza y eso ya era algo.
– ¿Otra vez estas aquí? – habló irritada.
– Quería verlos – ella cerró su libro y lo dejó a un lado.
La túnica azul quedaba perfectamente en ella y dándole la apariencia de una princesa. Aunque sabía bien que ella era una guerrera.
– ¿Por qué nos tienes aquí? ¿No deberían encerrarnos en una mazmorra o torturarnos para sacar información? – a pesar de su tono furioso, Harry estaba feliz de que la chica quisiera hablar con él.
– ¿Por qué crees que haría eso? Ustedes son mis amigos.
– Ya no sé qué creer respecto a ti. No te conozco, nunca lo hice.
Hermione observó el rostro del chico que había considerado como un hermano, observó sus ojos que ya no eran aquel verde amable que te recordaba un bosque en verano, sino un azul desconocido y frio como el mar.
– Mi cariño hacia ustedes fue sincero siempre, son parte de mi familia y odio verlos así – avanzó hasta estar a solo un par de pasos de distancia.
– Entonces déjanos ir – pidió, como hacía cada día desde hace tres noches.
– No puedo, no hasta que todo haya acabado – su respuesta siempre era la misma.
– ¿De verdad estás de acuerdo con lo que ese monstruo está haciendo?
– El lobo siempre será el malo si caperucita es quien cuenta la historia, ¿recuerdas ese dicho? Si solo nos dieses una oportunidad...
– ¡Es un asesino! ¡Un supremacista que solo quiere ver a los muggles y nacidos de muggles tres metros bajo tierra!
– La luz también es culpable de muchas muertes, mi papá, James Potter y mi cuidadora, Lily Evans, fueron asesinados por tu querido director, Albus Dumbledore; también... ¿sabías que Pansy Parkinson tenía un hermano mayor? Él solo era un niño que no pasaba de los tres años, pero estuvo en medio de una redada y a ninguno de los miembros de la orden le importo, su padre intentó protegerlo de los hechizos pero una maldición asesina arrojada por Moody le dio por la espalda. En cuanto a los nacidos de muggles, eso solo fue cuando padre era un adolecente, ahora sabe que ellos son parte de nuestro mundo, bendecidos de la misma forma que nosotros.
No obtuvo respuesta y eso causó una ligera punzada en su corazón.
– Piénsalo bien Mione, eres lista y elegirás lo que mejor te convenga – caminó hacia la puerta dispuesto a retirarse – le diré a Ronald que estas bien.
– ¿Cómo esta él?
– está sano y salvo, no debes preocuparte, los quiero y no los lastimare
– eso no te impidió mentirnos.
El rostro dolido de Hermione fue lo último que observó antes de que la puerta se cerrara. Una vez fuera descargó su frustración con la pared al darle un puñetazo. Y aún no había ido a ver a Ron, aunque era muy probable que obtuviera el mismo resultado que con la castaña. No tenía intenciones de lastimarlos, pero si no encontraba una forma de convencerlos no tendría más remedio que tomar medidas más drásticas.
Con ese desagradable pensamiento, caminó por los fríos y anchos pasillos hacia el ala oeste de la mansión. Por seguridad su padre había decidido separarlos lo más posible, aunque él lo consideraba una exageración.
Ya iba cruzando los últimos dos pasillos cuando una figura apareció en su campo de visión, estaba solo y parecía no haber notado que estaba detrás de él. Tal vez podría al menos zanjar el otro asunto que lo preocupaba.
– 0 –
La verdadera historia tras los orígenes del anterior niño–que–vivió sacudió al ejército oscuro. El lord no había dado demasiados detalles. Solo había una cosa de la que estar seguros, Harry Potter era el heredero de Lord Voldemort y su palabra era la ley.
Todos aquellos que dudaron del joven no duraron mucho entre las filas de Voldemort y no por mano de su señor. No. Harrizon pronto demostró que poseía la misma sangre fría que su padre a la hora de matar a aquellos que le faltaban el respeto y creatividad no le faltaba. Solo debían recordar el deplorable estado en el que había quedado el cuerpo de Bellatrix luego de que insulsamente lo retara a un duelo. El cuarto había quedado arruinado y el hedor a magia oscura se escurría entre las rendijas de la puerta. Draco aun podía recordar las palabras de Potter una vez que termino con su masacre.
– Si alguno de ustedes piensa en traicionarnos de alguna forma u olvida su lugar aquí miren ese cuarto, porque ustedes podrían ser los próximos – todo esto lo decía mientras sonreía con inocencia.
Su estómago aún se revolvía al rememorarlo.
Solo necesito de un par de días para darse cuenta de que aquella actitud heroica que había mostrado en Hogwarts no era más que una máscara bien planeada y eso le hizo preguntarse si alguna vez había conocido al verdadero Harry Potter.
Ahora ya no podía estar seguro de nada y no había olvidado que Potter sabía que había estado dispuesto a traicionar al lord por salvarlo. Y aunque aún no había pasado nada, no podía dejar ir ese miedo a que tarde o temprano el lord fuese a buscar una explicación.
– Malfoy – se puso rígido cuando escuchó a Potter llamarle.
La mansión era grande y durante tres días había logrado evitarlo, solo viéndolo durante las reuniones y escapaba rápidamente antes de que el chico tuviese oportunidad de acorralarlo, pero ahora, en medio de aquel pasillo solitario, no tenía forma de escapar.
Pudo ver que el azabache lucía completamente diferente al día en que había llegado. Vistiendo una túnica azul oscuro con decoraciones de plata con forma de enredaderas, su cabello había sido arreglado de tal forma que ya no parecía un nido de pájaros, cambiándolo a un aspecto más rebelde y sus feos lentes redondos habían desaparecido por completo, dejando a la vista sus fríos ojos azules. Lucía sin dudas como un lord sangre pura.
– Lord Potter – saludó respetuosamente, bajando la cabeza. Joder, nunca pensó que se vería en esa situación, era indignante.
– mírate ahora, Malfoy, bajando la cabeza como un perro bien entrenado – tuvo que morderse la lengua para no soltar alguna replica – ¿Dónde quedaron tus insultos y tu arrogancia? ¿Acaso te has atragantado con tu propio veneno?
– no sé qué desea de mí, señor – Harry sonrió, no podía verlo pero estaba seguro que el muy hijo de puta estaba sonriendo.
– Debo admitir que no es un mal cambio – su voz denotaba diversión – es increíble como el poder influye en las personas.
Draco solo quería que se largara de una vez.
– aunque hay algo que me ha estado molestando – su voz se volvió fría – lo he estado meditando pero no logro entender ¿Por qué mentiste cuando estuve frente a ti? ¿Qué es lo que pretendías, Malfoy?
– No sé de qué está hablando, no te reconocí porque no sabía que eras tú – dijo con naturalidad, enmascarando su mentira.
– no me mientas, Malfoy, he pasado la vida entera al lado de mentirosos, tu mascara es buena, pero no tan buena – su sangre se congeló – entonces ¿Por qué mentiste?
– no se...
– ¿aun seguirás con esto? – Interrumpió, estaba comenzando a irritarse – la lealtad de los Malfoy ya estaba a prueba antes de que esto ocurriera y no pienso tolerar a personas en las que no puedo confiar en el círculo de mi padre.
Cuando Potter avanzó hacia él, instintivamente retrocedió chocando con uno de los muros y el azabache aprovechó para acorralarlo. El Gryffindor era media cabeza más bajo que él, por lo que desde su posición pudo vislumbrar a la perfección sus ojos. Dos orbes azules, oscurecidos por la ira, era como ver el océano en medio de una tormenta. Furiosos, crueles, letales. Tenía que pensar en algo, cualquier cosa que lo salvara él y a su familia de un fatídico desenlace.
Harry miró fijamente su rostro en busca de algo incriminatorio, aquel silencio era frustrante y estaba a punto de sacar su varita para obligarlo a darle una respuesta, cuando Malfoy por fin levantó la cabeza y con un movimiento rápido, lo besó.
Aquello lo pilló de sorpresa y no supo cómo reaccionar mientras que los labios del príncipe de Slytherin bailaban sobre los suyos de forma desesperada. Solo fueron unos segundos, pero fueron suficientes como para desarmarlo por completo, dejando su mente en un estado de shock mientras trataba de entender que era lo que había sucedido.
– Ahí tienes tu respuesta – fue lo único que dijo Draco antes de huir del lugar y Harry no pudo moverse para evitarlo.