Cómodo
2 de julio de 2025, 13:57
Konrad no sabe nada de las relaciones sanas, todo lo que aprendió sobre las uniones en Nostramo es que estas solían ser por conveniencia y que podían traer mucho dolor consigo. Abusos, denigración y la deshumanización de la pareja en general. Eso fue lo único que aprendió de observar a las parejas de Nostramo desde la oscuridad en la que siempre vivió.
Tan acostumbrado estaba a esto que ahora no sabe cómo reaccionar ante el suave amor que Vulkan le entrega. El primarca de la XVIII legión es un guerrero como todos sus hermanos, aunque él no lo quiera, pero así su tacto sobre Konrad siempre es tan gentil y suave. Hay tanta ternura en él que Konrad no puede manejarlo y se aleja, volviendo a ocultarse en las sombras.
Y aún así Vulkan no lo fuerza, no lo persigue para atraparlo y tomarlo por la fuerza. Es paciente, espera a que Konrad por voluntad venga a él y reciba el cariño que le ofrece. Konrad no sabe cómo debe tomar esto. Había aprendido que cualquier contacto físico solo traería dolor y ahora Vulkan le ofrece un amor cálido, caricias llenas de cariño y adoración.
Es demasiado para intentar recibirlo todo de golpe, incluso para un primarca, pero Vulkan todavía esperará a que él esté listo para aceptar esta nueva forma de vida. Siempre tan noble y comprensivo, incluso con alguien sin esperanzas como Konrad.
Lo mínimo que puede hacer ahora es poner algo de esfuerzo de su parte.
Konrad abrió la puerta de la sala en la que se encontraba su hermano, escogiendo a conciencia dejar que esta hiciera ruido para alertar de su presencia.
Vulkan volteó a verlo sorprendido desde el sillón en el que estaba descansando mientras leía, pero rápidamente su expresión se suavizó. —Hola Konrad, es inesperado recibir una visita tuya.
Él no respondió y en su lugar hizo una pregunta. —¿Estás ocupado?
—No realmente —respondió algo confundido Vulkan—. ¿Por qué, necesitas que te ayude en algo?
Konrad negó con la cabeza. —No, solo quiero... —se detuvo un momento para pensarlo antes de hablar, sin estar seguro de si debería decirlo o no—. Quiero quedarme contigo por hoy.
Vulkan pareció sorprendido por su petición por un momento aunque no tardó en volverse a animar y hacerle un gesto para que se sentara a su lado. Konrad tomó el lugar libre a su derecha, pero todavía se veía tenso por la cercanía.
—¿Estás cómodo? —Konrad asintió aunque Vulkan sabía que era mentira.
Vulkan volvió a su lectura y Konrad lo miraba de reojo. Su hermano era un gigante, incluso para la gran altura de los primarcas Vulkan era un gigante. Por otro lado Konrad se veía lamentable a su lado, no solo por ser uno de los más bajos entre sus hermanos, sino también por su cuerpo excesivamente delgado casi cadavérico, parecía un muerto reanimado. Mientras que su hermano era musculoso y lleno de vida, todo lo opuesto a él.
Tal vez por eso lo deseaba tanto.
Konrad se movió ahora más cerca de él y se recargó contra su hombro, suspirando al sentir la calidez de su piel. Vulkan sonrió ante el gesto —¿Mejor?
—Mucho mejor —ahora fue el turno de sonreír complacido.
Vulkan beso su cabeza contento de ver que su pareja había dado el paso por sí mismo para aceptar el cariño que siempre estaba dispuesto a darle. Nostramo realmente le enseñó todo mal al primarca, sobre todo en el aspecto de las relaciones y sentimientos, pero Vulkan confiaba en que juntos podrían cambiar eso.