Mi ángel
2 de julio de 2025, 13:57
Horus sabía que los dioses y las criaturas celestiales no eran reales. Su padre le enseñó desde muy joven que todo eso no eran más que cuentos que la humanidad había creado en su desesperación por tener algo en que creer y en que refugiarse. Pero maldita sea, cuando tienes a un ángel por hermano ya no es tan fácil estar seguro de esas enseñanzas.
Horus miró con una sonrisa como su hermano volaba por encima de su cabeza en el cielo de un planeta recién conquistado con la fuerza de sus legiones combinadas. Era un espectáculo increíble. Se sentía casi "bendecido" por poder verlo de tan cerca.
Sanguinius bajó majestuosamente del cielo y se paró frente a él. —¿Y bien? ¿Crees que debería dirigir mi legión así? ¿O es demasiado pomposo?
—Para nada. Yo digo que es inspirador. Seguro tus hijos se llenarán de coraje al verte volar gloriosamente sobre el campo de batalla. Es una imagen espléndida.
Sanguinius tenía una sonrisa tan angelical como su aspecto y los corazones de Horus latían al unísono con tan solo verlo. —Siempre es un alivio para mi el hablar contigo Horus, me das la confianza que a veces necesito.
—Nunca deberías dudar de ti hermano, si me hicieran elegir de entre todos nuestros hermanos al más glorioso de nosotros sin duda te elegiría a ti.
—Pues si me preguntarán a mí yo votaría por ti Horus, solo tú podrías guiar a nuestros hermanos a la victoria aún con sus personalidades tan... Excéntricas.
—Que amable forma de describir el circo que es nuestra familia.
—¡Que cruel eres Horus! —pero aún así no pudo contener su sonora carcajada.
—¿Qué? Lo tenemos todo para el show entero, un hombre lobo, un mago y un hombre que se hace invisible.
—Sin olvidarme a mi como "el ángel" —extendió sus alas para probar su punto.
—No lo se, eres muy bonito para estar en un circo.
—¿Eso crees? ¿Entonces donde me vería bien para ti, en una jaula de oro en tu nave? —El rubio acarició el pecho de Horus, detenidose sobre sus corazones gemelos sintiendo el palpitar acelerado de estos. Lo hizo sonreír complacido—. ¿Di en el blanco?
—De verdad disfrutas de jugar conmigo, mi ángel.
—Sólo amanecí un poco más bromista de lo usual —respondió con total normalidad.
—... Y si de verdad lo quisiera ¿qué harías al respecto? —Sanguinius lo miró intrigado—. Si de verdad quisiera tomarte solo para mí ¿qué harías?
Sanguinius se quedó en silencio. Reflexionando lo que le había dicho y por un momento Horus temió haberse equivocado y haber llevado esto demasiado lejos.
Pero su ángel no era alguien que se echaba para atrás tan fácilmente. Dio unos pasos hacia él y se pegó a su pecho, viéndolo directamente a los ojos. —Si de verdad quisieras hacerme solo tuyo... —Sanguinius acercó su rostro al suyo y Horus contuvo la respiración. Podía sentir la respiración de su hermano en su oído—. Entonces primero tendrías que atraparme.
Sanguinius extendió sus alas en toda su envergadura y con un fuerte movimiento se impulsó hacia el cielo. Horus lo miró atento apenas pudiendo respirar una vez más. La sonrisa de satisfacción de Sanguinius era notable incluso desde el suelo.
—¡Te veré en la base Horus! —gritó desde lo alto y voló hacía la zona en la que se habían instalado antes de tener que abandonar el planeta nuevamente.
Horus se quedó congelado en su lugar antes de reír a carcajadas. Oh su hermoso hermano, algún día encontraría la manera de asegurar que estuviera siempre a su lado. Por el momento estaba satisfecho con extender su mano para atrapar una pluma que había caído de sus alas por su repentino despegue.
La acarició con la punta de sus dedos, quedando encantado con su suavidad. Cerró los ojos y fantaseo con ser cubierto por esa sensación en un abrazo de su hermano rodeándolo con sus alas. Incluso un primarca como él podía soñar.