ID de la obra: 30

Será un secreto entre tú y yo

Femslash
NC-17
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planificada Maxi, escritos 8 páginas, 2 capítulos
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Capítulo 1

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- ¡Tengo que ir a la biblioteca! — exclamó Hermione, saliendo del gran comedor con sus amigos. - No lleguéis tarde a ZOTI, o Black os arrancará la cabeza como a una mantis religiosa hembra -cacareó Ron -¡Weasley soltó una carcajada! — Una fuerte voz detrás del trío dorado hizo que todos saltaran en el acto, “Le informaré a tu estúpida cabeza que la mantis hembra sólo le arranca la cabeza al macho después de la fecundación. Pero en tu caso, puedo saltarme el primer punto y hacer el segundo -dijo la profesora Black con una risita mientras pasaba junto a Ron, que estaba rojo como un tomate y ofendido. Hermione miró detrás de Black con una mezcla de sonrisa burlona y admiración. La clase de Defensa Contra las Artes Oscuras transcurría, como de costumbre, en perfecto silencio, como sólo un suicida se atrevería a romperlo sin permiso. Sonó el timbre y todos, con el permiso del profesor, por supuesto, empezaron a recoger, intentando salir de la malhadada aula lo antes posible. - Granger, ven aquí -exigió Black imperiosamente cuando la mayoría ya había abandonado el aula. Hermione se acercó de mala gana. - Ven a verme después de clase -intervino el profesor cuando se quedaron solos. - Profesor, no puedo -dijo Hermione y, al captar la mirada interrogante en su rostro, continuó-: Tengo castigo con Snape. - ¿Y qué has hecho tú para merecerlo? - Nosotros… están Harry y Ron… bueno, es una larga historia… en realidad no es culpa mía. - Bien, ahórrame los detalles. Donde hay un Weasley, hay problemas. Está bien, te recogeré del castigo, ayúdame.

***

Después de cenar en el Gran Comedor, Harry y Ron se levantaron de sus asientos. - Hermione, date prisa, llegaremos tarde para ver a Snape, y luego nos hará picadillo en su poción. - Yo… bueno, yo no voy -dijo Hermione vacilante. - ¿Qué quieres decir? — Harry la miró desconcertado. - Bueno, Black ha dicho que va a preguntarle a Snape por mí. - ¡¿QUÉ?! — Ron no se lo podía creer -¿Desde cuándo…? - Necesita mi ayuda para algo, Ron -Hermione no le dejó terminar su indignación, y los chicos se marcharon, todavía quejándose de lo injusta que era la vida. Hermione se dirigió a la sala ZOTI, esperando no arrepentirse de no haber ido a ver a Snape. - Adelante -sonó detrás de la puerta cuando ella se acercó. Una vez dentro, encontró a Black en su escritorio entre un montón de algunos papeles. - 'Vamos, puedes ayudarme a ordenar todo esto y comprobar algo. Sé valiente, Granger, no muerdo -añadió el profesor, al notar la confusión de Hermione. Se acercó y empezó a ordenar las redacciones de quinto curso por temas. - Pero, ¿qué tiene que ver eso con el proceso de aprendizaje, profesor? - La repetición nunca ha hecho daño a nadie, Granger, y además, me harás una buena obra: me liberarás tiempo para beber whisky de fuego. Se llama servicio comunitario. Y quizá por fin dejes de meterte en líos con Potter y Weasley. Pasaron la tarde revisando papeles, discutiendo algunas noticias de ciencias y, para sorpresa de Hermione, riendo. La profesora seguía burlándose de ella de vez en cuando, pero no de forma hiriente como hacía a veces en clase. Sorprendentemente, a Hermione incluso le gustaba

***

Un par de días después, Hermione, que se dirigía a toda prisa por el pasillo hacia la biblioteca, se vio obligada a detenerse bruscamente -Granger, detente -la alcanzó el profesor con su grácil andar. - ¿Profesor? - Granger, contésteme, ¿a quién se le olvidó en su estúpida cabeza entregarme mi redacción? - Mierda… Profesor, lo siento, estoy totalmente agobiada. - Tiene hasta la cena, déjelo en mi habitación, hoy no tengo más clases -con esas palabras Black se marchó. Hermione, sorprendida por haberse olvidado de entregar su redacción, corrió a la sala de estar de Gryffindor. Después de recoger los malhadados deberes de su dormitorio, los revisó dos veces más, dejó el bolso en su habitación y se dirigió hacia el despacho de Black. Al llamar, se encontró con un espectáculo bastante interesante. Black abrió la puerta y se apoyó lánguidamente en el marco. - ¿Qué has traído? - Un ensayo -Hermione le tendió un pergamino-. - No es whisky de fuego, por supuesto -Bellatrix suspiró-, pero servirá -le quitó el pergamino a Hermione con esas palabras-. - ¿Ustedes beben whisky de fuego? - No, Granger, yo lo colecciono -Negra puso los ojos en blanco-. - Pero sólo faltan diez minutos para la cena. - Problema… -¿Cómo vas a sentarte ahí borracho delante de todo el colegio y los profesores? - De la misma forma que lo hiciste ayer y anteayer y anteayer… bueno, ya te haces una idea. - ¿Te acompaño a la salida? — preguntó Hermione preocupada. - Eso es lo último que necesitamos. Granger, he encontrado el camino al Gran Comedor en mejores condiciones que esta. Ve con tus molestos compañeros.

***

Después de cenar, Hermione alcanzó a Black en el pasillo vacío. - Profesor, me ha estado mirando toda la noche -soltó Hermione, con el rubor recién desaparecido de sus mejillas. - Oh, no te engañes, Granger, sólo estaba pensando, así que me quedé mirando en un momento dado. - ¿Durante una hora? - Te miraría si tuvieras a Hagrid a un lado, hablando de sus “lindas” criaturas, y a Sibyl al otro, que había bajado a cenar y le auguraba la muerte a todo el mundo. Y no te dan nada más fuerte que el zumo de calabaza -dijo el profesor con ironía y se marchó.

***

***

Después de la siguiente clase de defensa, el profesor volvió a detener a Hermione. - Granger, no me importaría verte en mi despacho esta noche. - Eh, profesor, verá, el caso es que… estoy otra vez en casa de Snape. - ¿Otra vez? ¿Tus compañeros son idiotas? - No, primero, no son idiotas, y segundo, esta vez estoy sola. - Bien, vete -Bellatrix puso los ojos en blanco-.

***

Un par de días después, volvió a ocurrir. - ¿Granger? ¿Acaso voy a esperarte esta noche? Hermione dudó. - Creo que es más probable que no que sí. Snape. - Lo que no entiendo es si estás enamorada de él o algo así. Si quieres pasar más tiempo con él, simplemente pídele una cita, no hace falta que la cagues todo el rato. - Gracias por el consejo, profesor, pero creo que pasaré. - Qué lástima. Creí que te excitaba su pelo grasiento -dijo Black con fingida decepción-. Pensé que quizá yo también debería dejar de lavarme el pelo, ¿no crees? — Miró a Hermione con una risita. - 'No creo que eso sea pedagógico de tu parte. - ¿No lavarme el pelo? - Hablar de profesores con alumnos. - Oh, Granger, eres tan aburrida que es imposible hablar contigo sin whisky de fuego. ¿Te hace sentir mejor? - No lo sé, no lo he probado. - ¿Te gustaría? - Déjame ir a ver al profesor Snape, no le gusta que llegues tarde. - Ve y no babees demasiado sobre su larga nariz -se rió Bellatrix mientras Hermione se alejaba.

***

Al final de la siguiente lección de defensa se produjo el diálogo habitual. - Entonces, Granger, ¿han terminado tus citas con Snape? - Sí, el castigo de Snape ha terminado. - Gracias a Merlín. - Pero ha empezado en casa de Filch. - ¿Qué? Granger, desde cuándo pasaste de ser una niña buena a… Está bien, te alejaré de Filch.

***

Probablemente se había convertido en una especie de tradición desde entonces sentarse en casa del profesor en el aula de defensa. Hermione venía en sus tardes libres y ayudaba a Black a revisar los trabajos de sus alumnos, tomaban té, reían y a veces se lavaban las manos de personalidades particularmente desagradables. Hermione no se había dado cuenta de que se había vuelto realmente cómoda en compañía de ese perpetuo sarcástico.

***

A falta de un par de semanas para el final del primer trimestre, Hermione tenía una montaña de deberes que hacer, y hacía bastante tiempo que no iba a casa de Black por las tardes. Una de esas tardes, de camino a la sala común de Gryffindor, una voz la llamó desde un oscuro pasillo del séptimo piso. - Granger, qué gente -dijo el profesor con aire fanfarrón cuando ella se acercó-, ¿y por qué no vienes a verme? - Demasiados deberes. ¿Por qué, me has echado de menos? - No lo harás, sólo me pregunto si estarás engañando otra vez a Snape y a Filch en tu castigo. - Oh no, profesor, a no ser que le esté engañando con los dos -sonrió Hermione. - ¿Molestando a un profesor? Eso es nuevo, Granger. Aún me pregunto cómo te comportarás bajo el efecto del whisky de fuego. - Y me pregunto qué diría McGonagall si te viera así en el pasillo. - Za-nu-da -Negra puso los ojos en blanco y se alejó en dirección a su dormitorio.

***

Gryffindor había derrotado a Slytherin en el primer partido de la temporada, y esa noche había habido una gran celebración en el salón. Los gemelos habían traído un montón de comida de la cocina, así como un par de cajas de cerveza de crema y una caja de whisky de fuego. La celebración fue larga y ruidosa. Hermione estaba tan cansada de sus atiborrados estudios y su perpetuo estrés que se permitió relajarse y, después de la cerveza de nata, tomó el firewhiskey. No bebió tanto, pero su cuerpo, al probar por primera vez un alcohol tan fuerte, estaba fuera de control. Se sintió mareada y decidió salir al pasillo a tomar el aire. Cerrando el retrato, se dirigió en una dirección desconocida incluso para ella, esperando sinceramente no encontrarse con Filch a una hora tan tardía. Vio una figura esbelta, alta y dolorosamente familiar al final del pasillo, pero no tenía sentido darse la vuelta y salir corriendo, porque la figura se dirigía hacia ella.
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