Capítulo 20: Desayunar contigo es un hechizo de riesgo nivel cinco
7 de julio de 2025, 17:12
Me despierto con una rodilla en el estómago.
Literalmente.
Hermione Granger, la mujer más lógica del Reino Unido, duerme como una criatura del bosque. Hay una pierna sobre mí, un codo en mi cuello y un mechón de cabello en mi boca.
Y el vínculo…
Zumba.
Como si hubiera tenido sueños húmedos y ahora me los estuviera contando en código Morse mágico.
—¿Granger? —susurro, tratando de moverme sin morir.
—Mmh...
—¿Puedes retirar tu anatomía de mis costillas?
—Dormí bien, gracias por preguntar.
Nos separamos.
Mínimamente.
Porque cada vez que nos alejamos más de medio metro, el aire del chalet vibra como si dijera:
“No, no, no. Ustedes firmaron.”
Yo me pongo una camiseta.
Hermione… no.
Camina en ropa interior hasta la cocina, como si no supiera que tengo ojos, memoria y cero autocontrol.
Spoiler: sabe.
—¿Quieres café? —pregunta.
—Sí. Y sexo. Y paz mundial.
—¿En ese orden?
—Estoy flexible.
Hermione levanta la varita.
Apunta a la cafetera.
—Caffeina instanta—
——nea. —completo sin querer.
El hechizo sale.
Perfecto.
Demasiado perfecto.
Ambos nos congelamos.
—¿Terminamos el hechizo juntos? —pregunto.
—¿Eso es posible?
—No si estás bien.
—Yo estoy bien.
—Entonces no. No es posible.
Nos miramos.
Otra vez.
El café hierve solo.
Y los sensores del techo parpadean como si acabaran de ver un beso accidental entre dos varitas incompatibles.
Nos sentamos a desayunar.
Yo con el ceño fruncido.
Ella leyendo una nota flotante del Ministerio que dice:
“Actividad mágica sincrónica detectada. Sigan registrando cualquier fenómeno inusual.”
—¿Qué se considera inusual? —pregunto.
—Tu comportándote como un adulto.
—Yo soñando que me mordías.
—¿Lo soñaste?
—¿No?
Pausa.
Silencio.
Ella toma un sorbo de café.
Yo intento no mirarla la boca.
Fracaso.
Y justo cuando voy a decir algo estúpidamente cargado de doble sentido (“¿te duele el vínculo o solo estás caliente?”)...
BOOM.
Explosión mágica afuera.
Otra vez.
Ambos saltamos.
Corremos a la ventana.
Nada.
Solo bosque.
Hasta que…
Un destello.
Una figura encapuchada.
Y un símbolo grabado en el suelo.
El mismo símbolo que vimos en Caldercross.
Hermione se pone de pie.
Yo también.
El vínculo tiembla.
Literalmente.
Nos miramos.
Y los sensores del Ministerio dicen en voz alta:
“Desbalance mágico detectado. Posible amenaza externa. Activando barreras.”
Boom.
Otra explosión.
Esta vez… dentro de la cabaña.
La mesa se rompe.
Los libros flotan.
El aire se tuerce.
Y la magia que estaba durmiendo entre nosotros se despierta.
No en forma de deseo.
En forma de poder.
Crudo.
Instintivo.
Conectado.
Y afuera… algo nos está buscando.
Algo que huele a Caldercross.
Y a peligro.