La historia de Rodrigo

La mañana siguiente llegó con una brisa fresca que se colaba por la ventana. Matteo se despertó antes que Rodrigo, sintiendo el peso de la decisión que había tomado la noche anterior. Se levantó de la cama y se dirigió a la cocina, donde preparó un café fuerte para despejar su mente. Mientras la cafetera burbujeaba, pensó en las cartas que debía escribir; cada una representaba un paso hacia su libertad. Rodrigo apareció tras él, con el cabello desordenado y una sonrisa soñolienta. “¿Hueles eso? El café siempre huele a esperanza”, dijo mientras se acercaba a Matteo y le dio un abrazo por detrás. Matteo sonrió, pero su mente seguía ocupada. “Necesitamos hablar sobre lo que haremos hoy”, respondió, intentando mantener el tono ligero. “¿Ya tienes un plan?” preguntó Rodrigo, sirviéndose una taza de café. “Sí, tengo algunas ideas”, dijo Matteo mientras se sentaban juntos en la mesa. “Primero, debo escribirle a cada uno de mis contactos. Necesito asegurarme de que entiendan que estoy saliendo y que no habrá vuelta atrás.” Rodrigo frunció el ceño. “¿Y si no lo toman bien? Algunos de ellos pueden no estar dispuestos a dejarte ir tan fácilmente.” “Lo sé”, admitió Matteo. “Pero tengo que arriesgarme. Ellos saben que he sido leal; espero que eso cuente para algo.” Después de discutir los detalles del plan, decidieron que Rodrigo lo acompañaría a la reunión con sus contactos. “No quiero dejarte fuera de esto”, insistió Matteo. “Si vamos a hacerlo juntos, debemos estar en esto al 100%.” Rodrigo asintió, aunque su corazón latía con fuerza ante la idea de enfrentarse al peligroso mundo del que Matteo intentaba escapar. “Está bien, pero debemos ser muy cuidadosos. No podemos subestimar lo que podría suceder.” Matteo se acercó y tomó las manos de Rodrigo entre las suyas. “Confía en mí. Haré todo lo posible para protegerte.” A medida que avanzaba el día, ambos se prepararon para la reunión. Matteo eligió un atuendo sencillo pero elegante; quería dar una impresión de confianza y control. Mientras tanto, Rodrigo optó por algo más casual pero apropiado, consciente de que su presencia también enviaría un mensaje: estaban juntos en esto. Cuando llegó el momento de salir, Matteo sintió una mezcla de nerviosismo y determinación. Se dirigieron hacia el lugar acordado: un viejo bar en las afueras de la ciudad conocido por ser un punto neutral donde muchos solían reunirse. El bar estaba casi vacío cuando llegaron; solo unos pocos clientes dispersos charlaban en voz baja. Matteo reconoció a algunos rostros familiares al fondo: sus antiguos aliados y algunos nuevos jugadores en el negocio. “Recuerda lo que hablamos”, le susurró Rodrigo mientras se acercaban a la mesa donde estaban sentados los hombres. “Mantente firme y no te muestres vulnerable.” Matteo asintió y respiró hondo antes de hacer su entrada triunfal. Al llegar a la mesa, los hombres lo miraron con curiosidad. “Matteo”, dijo uno de ellos, un hombre corpulento llamado Marco, con una sonrisa astuta en su rostro. “No te hemos visto en un tiempo. ¿Qué te trae por aquí?” Matteo tomó asiento y miró a cada uno de ellos a los ojos. “He venido a hablar sobre mi futuro… y el futuro de este negocio.” La tensión era palpable mientras todos esperaban su próximo movimiento. “¿A qué te refieres?” preguntó otro hombre, con un ceño fruncido. “Quiero salir”, dijo Matteo con firmeza. “He decidido dejar atrás este mundo oscuro y vivir mi vida sin miedo ni violencia.” Las palabras resonaron en el aire como una bomba. Hubo un momento de silencio antes de que Marco estallara en risas burlonas. “¿Crees que puedes simplemente irte? Esto no es como dejar un trabajo normal; hay consecuencias.” Rodrigo sintió cómo la ansiedad crecía dentro de él mientras observaba a Matteo enfrentarse a esos hombres peligrosos. “Lo sé”, respondió Matteo sin titubear. “Pero he estado pensando mucho en esto y estoy dispuesto a asumir cualquier consecuencia.” Miró a Rodrigo, quien le devolvió una mirada llena de apoyo. “¿Y qué pasará con nosotros?” preguntó otro hombre del grupo, visiblemente molesto por la idea del abandono. “Si quieren seguir adelante sin mí, eso es decisión suya”, dijo Matteo con determinación. “Pero yo no puedo seguir siendo parte de esto si quiero tener un futuro con alguien como él.” Señaló hacia Rodrigo. La atmósfera cambió drásticamente; algunos hombres comenzaron a murmurar entre sí mientras otros parecían considerar sus palabras seriamente. Marco finalmente habló nuevamente: “Si realmente estás decidido a salir… necesitarás nuestra protección mientras haces esto.” Su tono era más grave ahora. Matteo sintió una chispa de esperanza; tal vez había encontrado una salida más segura después de todo. “Eso es exactamente lo que necesito.” La conversación continuó durante horas mientras discutían los términos y condiciones para asegurar la salida segura de Matteo y Rodrigo del mundo criminal. A pesar del miedo palpable en el aire, ambos sabían que estaban dando pasos hacia un futuro mejor. Al final del encuentro, cuando salieron del bar bajo las luces parpadeantes del atardecer, Rodrigo tomó la mano de Matteo fuertemente entrelazada con la suya. “No puedo creerlo… ¿realmente crees que funcionará?” preguntó Rodrigo mientras caminaban hacia el coche. “Solo hay una forma de saberlo,” respondió Matteo con una mezcla de optimismo y cautela en su voz. “Ahora tenemos un plan y alguien dispuesto a ayudarnos.” Mientras se alejaban del bar y se adentraban en la noche oscura pero llena de posibilidades, ambos sabían que aún había mucho por enfrentar; sin embargo, juntos eran más fuertes y estaban listos para luchar por su amor y libertad frente a cualquier adversidad que pudiera surgir en el camino.