La historia de Rodrigo

El juez se aclaró la garganta antes de hablar, y Matteo y Rodrigo se sintieron como si el tiempo se hubiera detenido. La sala del tribunal estaba en silencio, y todos los ojos estaban fijos en el juez. "Después de considerar cuidadosamente los argumentos presentados por ambas partes", comenzó el juez, "he decidido que la ley que prohíbe el matrimonio entre personas del mismo sexo es inconstitucional". Matteo y Rodrigo se miraron a los ojos, y luego se abrazaron, llorando de alegría. La sala del tribunal estalló en aplausos y gritos de felicidad, y Matteo y Rodrigo se sintieron como si estuvieran en una nube. "¡Lo hicimos!", gritó Matteo, mientras Rodrigo lo besaba en la mejilla. "¡Sí, lo hicimos!", respondió Rodrigo, sonriendo. La emoción en la sala era palpable, y Matteo y Rodrigo se sintieron como si estuvieran en el centro de un torbellino de felicidad. Se abrazaron y se besaron de nuevo, y luego se dieron la vuelta para enfrentar a la multitud que los aplaudía. Su abogado se acercó a ellos, sonriendo, y les dio un abrazo. "Felicidades, chicos", dijo. "Han logrado algo increíble". Matteo y Rodrigo se sintieron como si estuvieran en un sueño, y no podían creer que su lucha hubiera terminado con una victoria. Se miraron a los ojos, y se sintieron unidos en su amor y su triunfo. "¿Qué significa esto para nosotros?", preguntó Rodrigo, mirando a Matteo con lágrimas en los ojos. "Significa que podemos casarnos", respondió Matteo, sonriendo. "Significa que podemos vivir nuestra vida juntos, sin miedo a ser discriminados". Rodrigo se rió, y luego se puso serio. "Significa que somos libres", dijo. Matteo asintió con la cabeza. "Sí, somos libres", repitió. Y con eso, Matteo y Rodrigo se abrazaron de nuevo, sabiendo que su amor y su libertad eran ahora una realidad. La sala del tribunal seguía aplaudiendo, y Matteo y Rodrigo se sintieron como si estuvieran en el centro de un gran momento histórico.