Capítulo 18
20 de julio de 2025, 23:56
Regulus camina por los pasillos de Hogwarts, va perdido en sus pensamientos ¿cómo se supone que se case con esa niña?
-Él se encuentra bien- habla Remus, alcanzando a Regulus- está preocupado por ti.
-Estoy bien- afirma, mirándolo por un instante.-Él se está recuperando, este fue su diagnóstico- extiende una hoja, el pelinegro se detiene a leerlo, su estómago se revuelve al ver el diagnóstico de su hermano.-¿Cómo resistió?- pregunta sorprendido.-Porque salió a tiempo- se entromete James, llegando de la nada- puedes hacer lo mismo sin tanto sufrimiento.-No, gracias- deja el papel en manos de Remus y retoma su camino, James lo sigue.-Espera, baby Black- pide, tomándolo de la mano.-¡Auch!- se queja quitando su mano.-Lo siento, no quería... pero solo te toqué- frunce el ceño confundido.-No puedes tocarme, soy el heredero de la noble casa Black- eleva la cabeza, mirando mal a James. Al decirlo directo y en voz alta, recuerda la hoja de destino de James y su cara palidece.
-Bien pero no tengo veneno como para que pongas esa cara- se defiende James, ajeno a sus pensamientos.Regulus se da media vuelta y se va.James parpadea confundido y vuelve con Remus.[...]
-¿Crees que le gustará?- pregunta James, mientras vuelven de Hogsmeade con tres regalos.
-Creo que quizás es demasiado- opina Remus.
-¿Sí?- habla inseguro.
-Se enfadará y no llegarás a conquistarlo- concluye Lupin.
-No trato de conquistarlo- niega, ofendido.
-Le compraste un anillo, James.
-Es que no sé que más puede gustarle.
-Y tres regalos más, ¿por qué te esmerarías tanto por un compañero?
-Porque está solo, andá a saber lo que le hacen y es el hermano de Sirius, él no puede cuidarlo, asi que trato de hacerlo yo.
Remus sonrie divertido y niega con la cabeza.
-Okey, Prongs, como digas. ¿Ahora sí a estudiar?
-Bien, pero me compartes chocolate.
[...]
Martes.
James corre por el campo de quidditch, mientras Regulus y Evan pasean cerca.
-El es hot- opina el rubio, soltando el humo de su cigarrillo- yo sí cambiaría de posición para estar con él. Aunque se lo ve con grandes atributos- molesta, intentando sacar los celos de Regulus- quizá me deje sin caminar un par de días.
-Cierra la boca, que asco- resopla molesto- además no te veo no siendo el que da.
-Oh, pasamos de homofóbico a experto en sexo gay, ilumíname, Reggie.
-Guarda silencio si no quieres perder esos lindos ojos azules que tienes- aprieta los dientes.
-¿Por qué no aceptas que te gusta James? será más fácil el proceso de autoaceptación.
-Tengo prometida, no soy gay.
-Sí, una niña- hace una mueca de asco- ¿te acostarás con una niña?
Regulus suspira, pasándose las manos por la cara, frustrado.
-Buen día buen día dijo doña María- saluda James, con su sonrisa cálida de siempre.
Evan suelta una carcajada y palmea el hombro de Regulus.
-Debo irme, iré a masajear el culo del que me gusta, ya sabes- mira a James, que congela su sonrisa, incómodo- cosas de activos. Lindo día.
-¿Adiós?- saluda James, algo sorprendido.
-Es un imbécil, no le hagas caso- pide Black- y buen día- trata de irse, pero James lo detiene, tomando su mano sana.
-Espera, quería desearte feliz navidad- sonrie, mirándolo.
-Fue hace como dos semanas, pero gracias.
-Es que... tengo un presente para ti, me gusta hacer regalos y ¿por qué no regalarle algo al que me salvó la vida?- el corazón del menor comienza a latir rápidamente, su estómago se revuelve en una sensación bonita. Necesita detener esto ahora, el pánico se despliega por su cuerpo, imaginando a sus padres matándolos a Sirius a él bajo traición a la noble casa Black.
-Ya superalo, sigues vivo, ve a besar a alguna de las zorras que andan detrás de ti y déjame en paz- exige, la hoja sigue en su cabeza y eso le saca la respiración, mentiría si dijese que no lloró toda la noche por una maldita profecía.
James frunce el ceño, bajo el tono molesto de Regulus.
-No, yo...- Regulus suelta su mano y se aleja rápidamente- Regulus- llama, siguiéndolo. Pero Regulus es rápido, más que él, incluso. Su entrenamiento viene desde que aprendió a caminar, Sirius gritaba "Regulus corre" y tomaba sus castigos, golpes y maldiciones imperdonables.
James se rinde cuando lo pierde de vista entre los estudiantes que comienzan a bajar para desayunar, voltea a su derecha, buscándolo inútilmente. Apoyado sobre la pared, Barty es manoseado por Evan, mientras se besan necesitadamente.
James hace una mueca de asco y camina hasta el gran comedor.
[...]
Al regresar de las clases en la tarde, Regulus entra a su habitación, como es de costumbre, para tirarse en la cama a querer morir por su horrible vida. Pero tres bolsas y una caja sobre la cama lo reciben.
Regulus frunce el ceño y se sienta en su cama, a abrirlos.
En la bolsa pequeña encuentra un anillo de sol, combinando con el dije que lleva en el cuello.
-Potter- susurra para sí mismo y se muerde el labio.
"No puedes verlo en la noche, pero el sol siempre estará cuidándote"
La frase en el interior del anillo cobra más sentido cuando el apodo de James es "solcito"
En la siguiente bolsa descubre una falda rosa y unas medias largas.
"No es tu estilo pero puedes probar cosas nuevas, creo que tus muslos se verían bonitos en esto" escribe en una nota, "Una broma de regalo navideño, genial" piensa Regulus, aunque no tirará el regalo, lo guardará junto a la ropa que heredó de su hermano.
En la caja hay una gran cantidad de chocolates y snacks.
"Sirius mencionó cuáles te gustan, y me salvaste la vida, asi que salvaré a tu estómago de los malditos seis bocados que comes. No es saludable, por favor abre los ojos" "Estúpido Sirius" piensa Regulus.
Al abrir la última bolsa lo invade un fuerte aroma a Potter. Hay un buzo de quidditch rojo y amarillo.
"No creas que me olvidé de la apuesta, me salvaste la vida pero un trato es un trato.
Ah por si no lo habías notado, soy James
James Potter"
Regulus mira el buzo que es tres veces su tamaño y suspira. A pesar de que podría pelear esto, no tiene ánimos, asi que lo acepta.
Duerme feliz, porque que le regalen algo significa que pensaron en él, algo que las personas no suelen hacer.
Cuando se da cuenta, está sonriendo mientras abraza una almohada y piensa en que tan lindo sería estar con James.
Pero no puede, no puede permitirse sentir, no puede permitirse a James, no puede salir de casa,
No puede poner en riesgo a su hermano.
[...]
Viernes, partido Gryffindor vs Hufflepuff.
Regulus se coloca el buzo rojo y amarillo, sobre el 07 marca el nombre Potter en letras grandes.
(Así pero en sueter/buzo)
Así que Regulus toma toda la valentía que tiene y camina con la cabeza en alto hasta el campo de quidditch.
-¿Reg?- llama Dora, a su lado- ¿estás bien?- toca su frente, Regulus se aleja, no le gusta el tacto.
-Sí, solo cumplo una boba apuesta en condiciones hecha condiciones deplorables- resopla.
Barty ríe en voz alta.
-Salazar, nunca creí estar vivo para verte usando algo de gryffindor, mucho menos de James Potter.
-¿Quieres gritarlo más alto? no te escucharon en América del sur- lo mira mal.
(referencia para la imagen mental) ( cc a @casperr.vi)
-¿Irás a besarlo cuando gane o lo besarás para consolarlo si pierde?- molesta Rosier, ganándose un golpe de Regulus.
-No le pegues a mi amante- exige Barty, empujándolo levemente.
-No peleen chicos- pide Dora, sonriente.
-¿Por qué tan feliz?- cuestiona Cass.
-Nada- responde pero la respuesta correcta es "veo que todo se va acomodando en función del futuro"- me acordé de un chiste.
-A ver, cual.
-¿Que existe y no lo puedes tocar?
-No sé, demasiadas cosas, Dora.
-¡El aire!- responde riendo.
Sus amigos la miran, asomándose en fila.
-¿Te sientes bien tu, Dora?- pregunta Regulus.
-¡Sí! olvidenlo, no entienden mi vibra.
[...]
-¡Son unos malditos idiotas!- grita James, molesto. Los gryffindor discuten con los hufflepuff, mediante una jugada engañosa, el buscador de los tejones le arrebató casi de las manos la snitch a la buscadora de gryffindor, reemplazo de Sirius.
La discusión escala hasta los empujones y algunos golpes, los profesores los separan.
James suspira molesto y camina hasta la torre de astronomía, prendiendo un cigarrillo y fumando con molestia.
-Tienes carácter al parecer- una voz conocida lo sorprende. Regulus intentaba ir a las mazmorras, pero su magia lo tiró hasta la torre, necesitando saber si James está bien.
-Son unos malditos imbéciles, esta vez no estabas tú para salvar a...- piensa su nombre- el reemplazo de Sirius, olvidé su nombre- suelta el humo por la nariz y la boca.
Regulus sonrie divertido, el James molesto le parece increíblemente sexi. James sigue con su uniforme rojo y amarillo, sus brazos se apoyan sobre el borde de la torre, mientras fuma y charla con él.
-No la hubiese salvado tampoco- habla sincero y se arrepiente al instante- es que no la conozco, no es el hermano de corazón de mi hermano- mueve las manos, con una mueca de disgusto.
-Sirius siempre será tu hermano, Regulus. Yo lo quiero como a uno, pero conozco mi postura- lo mira a los ojos. Regulus suspira y asiente.
-Perdiste el partido- se sienta en el borde, mirando a James.
-Perdí- asiente, tomándolo de la cintura para alejarlo del borde y hacer que se ponga de pie- te caerás.
-Eso te pasa por hacerme cumplir la apuesta aún cuando te salvé la vida- resopla en broma, señalando su sueter/buzo, su magia lo lleva a tratarlo con más suavidad, ser más cálido, pero lo hace inconscientemente.
James lo mira mejor, reconociendo su prenda de ropa y sonrie ampliamente.
-Te queda muy bien- sonrie, tira el cigarrillo y lo observa mejor. Llevando una de sus manos al dije de sol que cuelga en su cuello.
-Podría entrar tres veces aquí- bromea, intentando volver a su cara de poker, pero los nervios de hablar con James y su enamoramiento lo vuelven vulnerable. Su corazón late rápidamente. Tiene miedo porque es en este momento en el que se da cuenta que realmente está enamorado.
-Nah, quizás dos. Eres exagerado, eh- sonrie divertido y busca un cigarro nuevo entre sus pantalones, antes de prenderlo.
Regulus lo mira.
-Quiero probar- pide, estirando una de sus manos.
-Claro que no, bonito. Yo no seré la razón de tus adicciones. Veo que te gustó el anillo- señala su dedo anular.
La sonrisa de James es seductora, y lo complementa con la actitud ruda y el cabello casi negro pegado a su frente, por el sudor del partido de quidditch
-Lo uso porque es de oro y diamante, y necesito joyas- resopla, "molesto"- pero no me entraba en otro dedo, eres malo midiendo. Hubiese preferido para el índice- muestra su índice, en el dedo corazón lleva un anillo de Sirius.
-Mala mía, ¿este no es de Sirius?- pregunta señalando el anillo.
-¿No dije que necesitaba joyería?- rueda los ojos.
-Bueno, te regalaré algo para tu cumpleaños.
-No es necesario, cuatro regalos fueron suficiente para toda una década.
-¿Eh?- pregunta confundido- cuatro regalos es lo normal en mi familia.
-¿Recibes regalos de tu familia?- ladea la cabeza, mirándolo.
-¿Tu no? ya sé que no, olvídalo.
-Sirius debe cerrar la boca un rato- respla molesto apoyándose en la pared.
James tira el cigarrillo y se acerca, colocando su mano en la pared, básicamente acorralándolo.
-Eres todo un misterio para mi- habla sincero- no puedo leerte.
-Nadie puede- sonrie mirando sus labios- es el punto.
-Deberías escapar de esa casa.
-No lo haré, es mi familia, ¿escaparías de tu casa?
-Si me hacen daño, sí. Aunque eso nunca ocurrirá, mis padres son increíbles.
-Y gays- agrega, tratando de volver a las enseñanzas de su madre y alejarlo.
-Como tú- toca su nariz y se aleja.
-Claro que no, tengo prometida.
-Adivino, una niña de 13 años que espera casarse contigo y no con un viejo de 70 años.
Regulus abre la boca y después la cierra.
-Tiene 14, la eligió mi madre y confío en sus elecciones.
-Tu madre es una arpía, casi matan a mi padre por su culpa- habla molesto, Regulus golpea su mejilla con la palma de su mano, más fuerte de lo que esperaba.
-No te atrevas a hablar de mi madre- exige, volviendo a su rigidez normal.
-¿O si no qué? ¿me matarás? hazlo de una vez y ya- escupe molesto.
-¿Por qué querrías morir?- cuestiona, encontrando un tono preocupante en la frase de Potter.
-¿Por qué no querría? si nadie me quiere más allá de una amistad, pasé cuatro años detrás de Lily, luego traté de salir con algunas chicas y se iban a la tercera cita.
-Es que eres muy intenso- concluye Regulus.
-Exacto, yo tampoco me soporto- suspira cansado y mira sus manos, volviendo a apoyarse en el borde. En los barrotes del "balcón" como antes.
Regulus siente ganas de llorar y se muerde el labio.
-No digas eso, eres bueno, quizá demasiado bueno- piensa- que Evans o algunas chicas no te quieran no quiere decir que no encontrarás el amor. Tienes 17 años, tienes tiempo de encontrarlo. Aunque si eres estúpidamente egocéntrico y charlatán.
James lo mira.
-¿Es Regulus Black consolándome o estoy loco?- sonrie divertido, contagiándole la sonrisa a Regulus.
-¿No puedes ser serio una vez en tu vida?- resopla, "molesto"
-No es mi estilo- se encoge de hombros.
El silencio los envuelve por una media hora.
Regulus decide que ya se humilló lo suficiente por hoy y camina a la salida, James lo sigue.
-Es hora de cenar, ve a cenar- exige James, quitando las manos de sus oídos.
-¿Tu no vas?- pregunta cuando camina algunos pasos y James se aleja, rumbo a gryffindor.
-No tengo hambre, estoy cansado y quiero bañarme.
-No puedes no cenar, acabas de estar sobre una escoba por cinco horas- regaña.
-Buenas noches, Regulus- toma su mano y besa sus nudillos, antes de irse.
Regulus se queda quieto, viendo a Potter alejarse rápidamente.
[...]
La puerta de la habitación de gryffindor suena, es Marlene.
-Lene- saluda James, mirando a la rubia.
-Cass me dió esto que le dió alguien para ti- deja una bandeja de comida entre sus manos- el próximo partido hay que ganarlo- resopla antes de irse.
James mira la bandeja, hay comida que a él le gusta y suele preferir en la cena, junto al plato, una nota.
"Gracias por los regalos, por cierto.
Debes comer, Sirius me matará si se entera que yo sé que no cenaste y no ayudé.
Mantén la calma, es solo un juego, estoy seguro que ganarás el próximo.
R.A.B"
James sonrie ampliamente, se sienta en la cama y cena, mientras mira a un punto muerto con una sonrisa en la cara, recordando la conversación que tuvo hace un rato con Regulus. Esta vez se mostró más cálido y abierto y le encanta ese Regulus. Es más parecido a Sirius y a la vez no.
Regulus mira el anillo en su dedo, con un sol de diamante brillando en él y tampoco puede evitar sonreír.