Capítulo 98
20 de julio de 2025, 23:56
Domingo 18 de junio de 1978, primer día de vacaciones.
Regulus despierta en su cama, decidió volver temprano de la fiesta del egreso de James porque había música muy alta y era tarde.
Black se levanta y camina al baño, luego de hacer sus necesidades, lavarse los dientes y la cara, sale del baño. Abre la ventana y mira el cielo celeste, el sol está allí, comenzando a brillar.
Inhala sintiendo el aire frío golpear su cara y luego se coloca el primer abrigo que ve sobre la silla, es un buzo de James.
Regulus sale de su habitación y toca la puerta de James, quién ronca dentro del cuarto. Decide bajar a desayunar.
-Buen día- saluda Regulus.
-Hola cariño- sonrie Alphard.
-¿Pancake ahora o esperas a James?- pregunta Mont.
-Ahora, por favor- pide- ¿los ayudo en algo?- cuestiona, caminando hacia la cocina.
-Pensaba cocinar galletas ¿me quieres ayudar?- pregunta Alphard.
-Me gustaría ayudarlo, sí- asiente, caminando a lavarse las manos.
-Primero desayuna, luego las hacemos ¿sí?- sonrie Alphard.
-Hoy toca pancake, fruta y tostada con jamón- habla Mont, mirando el plan de alimentación de Regulus que Alphard pegó en la heladera para que su esposo pueda verlo cuando cocina.
-¿Ese es mi plan de alimentación?- pregunta Regulus, señalando el papel.
-Sí, Alph lo colocó ahí para que yo no lo olvide, soy muy distraído- suspira.
Regulus sonrie, ellos realmente se preocupan por él.
-Gracias- agradece, mirándolos.
-Ay no hay de qué- resta importancia Mont.
Alphard sirve té negro para Regulus y lo deja en la barra de desayuno. Fleamont prepara su tostada con jamón y queso, dejándola delante del adolescente. Alph corta un poco de fruta, completando el desayuno.
[...]
-Antes del cumpleaños de Reggie- habla Alphard con su esposo- saldremos este viernes 23 de junio, nos vamos unas tres semanas hasta el 20 más o menos.
-¿A donde iremos al final?- pregunta Mont, lavando los platos, Regulus y Alphard dan forma a las galletitas.
-Primero a las playas de Italia, luego a Rumanía; por el mundial de quidditch y por último a Francia, para ir de compras, pasear..
Fleamont asiente.
-¿En traslador? ¿una semana en cada lado?
-Sí, una semana en cada lado. El traslador no, es horrible, vomito y hará que los niños vomiten. Cygnus va a coordinar, llegaríamos a la chimenea mágica del ministerio de cada país.
-Sería divertido ir en trasporte muggle- opina Mont. Alphard frunce el ceño, desconforme.
-No, gracias- responde, negando con la cabeza- es mucha gente sobre algo que vuela- vuelve a negar- es como ir en una escoba con muchas personas. Pero pensaba que podemos alquilar un auto muggle allí y nos trasladaríamos así.
-Es una gran idea- asiente Mont y luego sale al jardín trasero, a cortar el césped.
-¿Cómo sabe cuando es mi cumpleaños?- pregunta Regulus, terminando de colocar las galletas sobre la placa para horno.
-Sirius nos contó- responde Alphard. Regulus asiente.
-No me gusta mi cumpleaños- comenta.
-A mi tampoco me gustaba- sonrie de lado- pero con Monty...- suspira enamorado, bajando la mirada- mi cumpleaños pasó a ser de mis fechas favoritas en el año.
-Envidio sanamente su hermosa relación- sonrie Regulus.
-Todos tenemos un alma gemela, solo debes encontrarla- anima- solo mantén los ojos abiertos.
-Buen día- saluda James, bajando las escaleras.
Alphard, que está dándole la espalda a la escalera, se voltea y sonrie, luego mira a Regulus con una sonrisa divertida.
Regulus baja la cabeza, centrándose en su tarea.
-Uy, ¿nadie me va a responder?- pregunta James, abrazando a su padre por los hombros.
-Buen día, cariño- saluda Alphard- ¿Cómo dormiste?
-No tan bien como me hubiese gustado, me duele la cabeza.
-¿A qué hora llegaste?
-A las dos, nos inventamos una coreo con Sirius y todos nos siguieron, estuvo muy divertido.
-Sí, me imagino- sonrie divertido.
James camina hacia Regulus y se mantiene a su lado.
-¿Galletas?- cuestiona.
-No, zapatos- responde Regulus, James suelta una carcajada.
-Buen día, Reggie- saluda, cruzándose de brazos mientras se apoya su espalda baja en la barra de desayuno. Regulus lo mira, lleva una camisa sin mangas, dejando lucir sus biceps.
-Buen día, James- saluda Regulus, de regreso.
-¿Puedo ayudar?- pide, señalando la gran cantidad de masa que le queda.
-Sí, iré a ordenar mi habitación- comenta Alphard y luego camina hacia las escaleras.
-¿Te divertiste?- pregunta Regulus, mirando a James.
-Sí, estuve con los chicos- responde y camina hacia la pileta de la cocina, para lavarse las manos.
-¿Sirius está aquí?- cuestiona, James asiente.
-Con Remus, no te recomiendo molestarlos- se seca las manos y vuelve a su lado.
-No pensaba hacerlo- niega, observando a James tomar un poco de la masa para armar galletas- ¿hoy podemos ir a cabalgar?- pregunta.
-¿Caballos?- molesta James, mirándolo divertido. Regulus rueda los ojos, divertido.
-Obvio que caballos- sonrie divertido.
-Sí, claro- asiente, observando el anillo de sol sobre una servilleta, apartado para que no se arruine. Sonríe enternecido, le parece muy tierno que cuide tanto sus regalos.
-Debes desayunar- recuerda Regulus.
-Luego, ahora estamos cocinando- sonrie James, sus ojos brillan.
[...]
Regulus limpia la mesada de mármol (barra de desayuno) mientras James termina de lavar los utensilios de cocina que usaron.
-Hola- saluda Sirius, sentándose de costado en la silla.
-Luces horrible- comenta Regulus señalando su cuello lleno de moretones. Sirius lo mira mal- ah, buen día.
James sonrie divertido y deja el paño de cocina (repasador) para colocarse junto a Regulus.
-¿Dormiste?- pregunta James.
-Poco y nada pero muero de hambre.
-¿Té?- pregunta Regulus, Sirius asiente. James camina al refrigerador y busca la fruta cortada.
-Allí están los pancakes- señala Regulus- tu también siéntate a desayunar- pide, estirándose para tomar una taza. James deja el bowl de frutas sobre la barra de desayuno y se coloca detrás de Regulus, alcanzando la taza de té- gracias- sonrie el pelinegro cuando James se aleja.
Sirius rueda los ojos, está cansado.
-Pondré las tostadas- responde James, colocando dos rodajas de pan en la tostadora. Y se sirve un vaso de agua.
-¿Calientas los pancakes?- pide Regulus, sosteniendo el plato con varios pancakes. James asiente y mueve su dedo, conjurando el hechizo sin varita, mientras sigue tomando agua-¡Auch!- se queja Regulus al sentir el calor pasando del plato a su mano, deja caer, sin caer, el costoso plato de porcelana, James logra tomarlo en el aire y lo deja sobre la barra de desayuno, junto a su vaso.
-Mierda, cariño- Sirius levanta la mirada, sorprendido, es la primera vez que lo escucha decir ese apodo- lo siento mucho- se disculpa, tomando sus manos- realmente lo siento, soy un idiota, discúlpame por favor- se lamenta, enojado consigo mismo.
-No importa- niega Regulus, alejando sus manos. No quiere que Sirius...
-Ven, hay que ponerte agua fría- pide James, tomando su muñeca suavemente para guiarlo a la pileta.
Sirius los observa en silencio, se enfadaría pero está cansado.
[...]
-¿Café, James?- pregunta Regulus mientras Potter toma el diario que acaba de llegar y se sienta frente a Sirius, a leer.
-Sí, Reg- asiente Potter- muchas gracias.
Regulus deja una taza de té frente a Sirius y una de café frente a James.
-Gracias- bosteza Sirius, colocando sus frías manos alrededor de la taza.
-¿Esto es consensuado o debo preocuparme?- pregunta Regulus, señalando el cuello de su hermano.
-Muy consensuado- responde Sirius, divertido.
-Bien porque lo mataría si te hace daño- habla sincero, Sirius sonrie enternecido.
-Awww, te amo hermanito- le tira un beso y luego deja de sonreír, mirando mal a James.
Potter frunce el ceño.
Regulus se sienta junto a James.
-¿Desayunaste?- pregunta Potter, mirándolo.
-Sí y bastante- sonrie Regulus, orgulloso de sí mismo- desayuné conversando con tus papás- comenta.
-¿Y las pastillas?- pregunta, alejando un rulo de la cara de Black.
-Las tomaré de inmediato- se levanta de su asiento y camina escaleras arriba.
Sirius mira a su mejor amigo de reojo, James lee "el profeta" mientras toma su café, tal como su padre.
[...]
Regulus resopla molesto mientras tira su ropa a la cama. Le enfada haber dejado sus mejores prendas en su antigua casa.
-¿Enfadado con la ropa, dulzura?- pregunta James, apoyado en el marco de la puerta. Potter está cruzado de brazos, lleva su camiseta blanca sin mangas y un pantalón gris que deja poco a la imaginación.
-Que susto- suspira Regulus- ¿sabes tocar la puerta acaso?
-Lo siento es que te veías tan concentrado- mueve su mano, despreocupadamente.
-No encuentro que ponerme- señala, molesto.
-¿Quieres ir de compras?
-No- niega "quiero mi ropa" piensa, pero no lo dice, no quiere que James cometa una estupidez.
-¿Entonces? puedo prestarte alguna de mis camisetas, te quedarán de vestido- sonrie divertido.
-Cero moda- suspira.
-¿Moda para qué? ¿para montar en caballo? ¿o dormir la siesta?- sonrie divertido. Regulus lo mira tan mal que James quita su sonrisa y se endereza, caminando hacia él. Lo abraza por la espalda, colocando sus manos en el estómago, cada vez menos huesudo, de Black.
-No te enfades- gruñe en su oído y señala el reflejo, están frente al espejo- le hará mal al bebé- sonrie y apoya su mentón en el hombro de Regulus.
Black retiene la respiración por un momento.
-Deberíamos dejar de hacer esos chistes- comenta, le quema saber que son solo chistes y que él no es suficiente para James.
-Claro, lo siento- se disculpa James, alejándose.
"Maldito seas, Regulus" se regaña a si mismo.
Regulus se da media vuelta y lo abraza, recuperando la sonrisa de James.
Luego de un rato, Potter se sienta en la cama junto a la ropa de Black y comienza a doblarla mientras Regulus toma un outfit y entra al baño, luego sale para mostrárselo.
-Horrible, ¿no?- se señala a sí mismo.
-No me pondría traje de invierno para ir a cabalgar en verano- opina James.
Regulus suspira y asiente.
-Cierto, puedo desmayarme si se me baja la presión y conociéndote me internarás un mes en San Mungo o revivirás a Merlín para que me cure- bromea.
James sonrie.
-Sí, eso suena a mi- ríe levemente. Regulus toma otro outfit, sale del baño.
-Hermoso- opina
-Mentira, no combina, tienes un gusto horrible en la moda- resopla.
James levanta las manos en forma de paz y Regulus vuelve a entrar al baño, con un nuevo conjunto en mano. Potter se levanta de la cama, estirando las piernas
Sale de allí un poco avergonzado, lleva la falda rosa que le regaló James.
Potter cae de rodillas frente a Black, sin poder controlarlo.
-Mierda, Reggie- habla el mayor, con la boca abierta- esto te queda hermoso, nene.
-¿Seguro?- pregunta, mirando hacia otro lado- igual me da verguenza que alguien más me mire- James lleva sus manos a los muslos de Black, acariciándolos. Asiente en respuesta a la pregunta de Regulus- no seas payaso, levántate del piso- sonrie divertido, tirando de su cabello de James. James se incorpora, sonriendo también, algo apenado. James sonrie avergonzado y se levanta del suelo- tampoco me queda tan bien- se cruza de brazos.
-Te queda... demasiado bien- habla James- No sé, a lo mejor deberías ponerte algo debajo...- se rasca la nuca. Está claramente celoso.
-¿Ahora te arrepientes de haberme regalado la falda?- sonrie divertido.
-No, no- responde rápido, levantando las manos- Solo digo que... si alguien más te ve así, va a quedarse mirando. Y tú dijiste que no querías eso, ¿no?
-No lo sé, ¿por qué?- eleva una ceja- ¿me queda mal?
-No es que te quede mal, es que te queda tan bien que no quiero que nadie más tenga la suerte de observarte- suelta sin pensarlo.
Regulus sonrie y baja la cabeza, para que James no vea su sonrojo.
-Idiota- responde divertido.
-Habrá bichos- agrega James, para tratar de arreglar su comentario que prácticamente grita "No quiero que te miren, eres mío"- ¿un jean no tienes?- cuestiona, Regulus levanta la mirada,
-¿Me ves cara de tener jeans?- eleva una ceja y coloca sus manos en su propia cintura, como una taza- los que me puse la vez pasada son de Sirius- comenta.
-Tómalos otra vez- se encoge de hombros.
-Claro, entraré a su habitación donde probablemente hay un chico de casi dos metros, con fuerza sobre humana, durmiendo completamente desnudo sobre la cama de mi hermano- camina a la puerta, abriéndola. Potter lo detiene, apoyando su mano sobre la puerta para cerrarla de golpe, acorralándolo entre la puerta y su cuerpo.
-El pantalón de lino te queda bien- habla James, serio.
Regulus sonrie, puede ver ese enfado (como lo percibe él) en los ojos de Potter.
-Tranquilo, león- sonrie divertido, pasando sus manos por el cuello de James. Potter lleva sus manos a la cintura de Regulus- me cambiaré- concluye, alejándose de James.