ID de la obra: 441

Profecía//Jegulus

Slash
R
En progreso
41
El trabajo participa en el concurso «Harry Potter: El Capítulo Perdido»
Fechas del concurso: 26.06.25 - 13.08.25
Inicio de la votación: 12.07.25
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planificada Maxi, escritos 1.169 páginas, 340.683 palabras, 127 capítulos
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Capítulo 105

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Regulus mira a Dora tejer al crochet, le parece muy interesante asi que la observa un largo rato. -¿Quieres aprender, querido?- pregunta Dorea, mirándolo. Regulus levanta la mirada de las agujas y la mira a los ojos. -¿Puedo?- pregunta emocionado, tampoco tuvo abuela para compartir estos momentos. -Claro, Reg- sonrie la mujer- ten- se estira para tomar unas agujas nuevas y otro ovillo de lana- te explicaré- comienza, Regulus presta mucha atención. -Traje bombones para el postre- habla Alphard, dejando los bombones sobre la mesa y sentándose junto a Dorea- ¿usted no saldrá?- pregunta. -No, me quedo con mi familia- responde Dorea, acariciando su cabello. Alphard responde con una amplia sonrisa. Dorea fue como su madre cuando se mudó con James a su casa, ella estuvo siempre, lo acompañó en todo y lo cuidó, la adora. -Es un hermoso lugar- suelta Regulus mientras come un bombón- se siente la paz. -Bueno, podemos volver el próximo verano si gustas.  -¿Qué nos queda? esta semana y una en Francia ¿no?- pregunta Dorea. Alphard asiente- que bueno que te encargas tu de los itinerarios, yo ya me cansé, los hice todos los años. -Me imagino, ¿siempre viajaron con Charlus?- cuestiona. -A partir de que sacó la poción y comenzó a vender mucho, en esa época también tuvimos a Mont. -Festejando el éxito de la poción- sonrie Alphard, divertido. Dorea asiente. La conversación sigue en temas simples mientras que Regulus disfruta de la tarde mirando al horizonte. [...] -Evan, hermano- saluda James, abrazando al rubio y palmeando su espalda. -James- sonrie Evan- ¿Cómo van las vacaciones? -Genial, ¿las tuyas?- pregunta James en gritos, hay mucho ruido. -Intenté vender esta entrada para recaudar dinero para la casa con Barty y no pude- suspira. -Oh ¿no querías venir?- pregunta James, extendiéndole su vaso de cerveza. -Claro que quería- responde, tomando un trago- pero mi chico es más importante, ya sabes- mueve su mano libre, explicativamente. -Sí, lo comprendo- asiente James. -Hablando de chicos ¿Reggie no vino?- pregunta, sabiendo la respuesta. -No, se agobiaría mucho, se quedó con mi papá y mi abuela. -¿Vendrás toda la semana?- pregunta el rubio. James ladea la cabeza de un lado a otro. -Quizá venga el miércoles y el viernes a la final y ya, quiero llevar a Regulus a recorrer- explica, prendiendo un cigarrillo- ¿tú? -Vendré toda la semana. -Espera, ven un día con nosotros a pasear, Regulus te quiere ver. -Claro, dime cuando y voy- asiente. -Mañana si quieres. -Evan ¿no?- sonrie Mont. -Sí, es amigo de Regulus y el que yo te di su carta de presentación. -Impecable, Evan- sonrie Mont- oye, se desocupó un puesto en la oficina, ¿quieres que charlemos de eso luego?- propone. El rubio asiente entusiasmado. -¿Habla en serio, señor? claro que si, si, si- asiente repetidas veces, emocionado. [...] Horas después... Regulus lee un libro mientras espera a que James llegue, es algo tarde pero no puede dormir.  Rato después, a eso de las 2 AM, la puerta de la habitación se abre, James entra torpemente. -Lo siento, ¿te desperté?- pregunta. James, tratando de quitarse la remera. Regulus se levanta y camina hacia él, apoyándolo en la pared para que no se tambalee. -Hueles horrible- se queja Regulus, quitando su camisa- ¿Cuánto tomaste? -La cerveza era muy fuerte- responde, hundiendo su cara en el cuello de Regulus. Los labios cálidos de James se plantan en su cuello, succionando. Las manos de Potter se mueven sobre su trasero. Regulus tira la cabeza hacia atrás dándole paso a que siga. Le gusta, se siente cálido bajo los brazos de James.  James se aleja y parpadea, entrando un poco en razón. -Lo siento- bosteza- lo siento mucho, yo- eleva sus manos en señal de inocencia y camina torpemente hacia la cama, quedándose dormido al instante en el que cae en el colchón. Regulus sonrie de costado, observándolo roncar. Quita sus zapatos y se mete en la cama, junto a él. [...] Martes, 9 AM -Mierda- se queja James al despertar. El sol golpea su cara, obligándolo a parpadear hasta despertar por completo. Una vez despierto mira a su alrededor, buscando a Regulus. Black duerme a su derecha, dándole la espalda. James va a abrazarlo pero se da cuenta que sigue con la ropa de ayer y decide que primero va a bañarse, asi que se levanta de la cama y camina al baño. Su cabeza quema del dolor y sus oídos todavía están sensibles por el alto volumen de la narración del partido. Mientras deja el agua caer sobre su cabeza, piensa en que ir el mañana al partido y nuevamente el viernes sería demasiado, se divirtió mucho pero también quiere estar con Regulus, recorrer la ciudad, pasear juntos. La puerta del baño se abre. Regulus, medio dormido, entra a buscar su bandita del cabello que dejó secando en la ducha la noche anterior. Abre la cortina y se encuentra con James.  Ambos gritan sorprendidos. -Lo siento, lo siento- se disculpa Regulus saliendo del baño. -¿Qué necesitabas?- pregunta James desde el baño. -Nada, tranquilo, termina de bañarte. -Regulus... -La bandita para el cabello pero puedo esperar- suspira. Pensaba atarse el cabello para comenzar a hacer su rutina de cuidado de piel, igual necesita el baño, asi que debe esperar a que James salga. -Me apuraré- promete Potter. -No, tranquilo, en serio- habla Regulus sonrojado, desde la habitación. La puerta de la habitación suena, Regulus abre. -Hola si van a tirar pongan un hechizo silenciador ¿sí?- se queja Andy, medio dormida- el resto tratamos de dormir- resopla antes de darse media vuelta e irse.  Regulus se queda congelado en su lugar, sin saber que decir. -Buen día- saluda Lyall pasando frente a su puerta. -Buenos días, señor Lupin- responde Regulus y vuelve a la habitación rápidamente, olvidando que todavía lleva el pijama. Regulus se frota los ojos y decide cambiar las sábanas, James se acostó sucio anoche. [...] Regulus mira por la ventana mientras James sale del baño en toalla. -Lo siento- se disculpa el pelinegro, sin mirarlo. -No importa- responde James y mueve su mano, restándole importancia. El pelinegro voltea a verlo, las gotas de su cabello empapado caen su cuello y luego pasan a su espalda. -¿Tan mal me veo?- pregunta James divertido, buscando que ponerse. Regulus niega con la cabeza. -Te ves bien- responde- llegaste borracho. -No recuerdo mucho- bosteza, tomando un pantalón- no recuerdo como llegué aquí. -Creo que viniste con tu padre, yo te vi llegar a la habitación. -¿Y no me hiciste bañar? qué raro. -Ni siquiera podías mantenerte de pie. -Recuérdame no tomar cerveza aquí- sonrie divertido. Regulus responde con otra sonrisa- ¿sabes donde dejé los boxers?- cuestiona, revolviendo su maleta. -En el bolsillo- señala. -Oh gracias- sonrie- si quieres pasar al baño pasa y yo me cambio aquí. -Sí, eso estaría bien- asiente y se levanta, toma su maleta de baño y entra. [...] James toma café mientras acaricia el cabello de Regulus, ambos están sentados en un sillón afuera, observando la hermosa mañana. -¿Hoy también te irás?- pregunta Regulus. James niega con la cabeza. -Iré el viernes para la final, hoy invité a Evan- comenta. -Oh genial- sonrie. -¿Seguro que no quieres desayunar ahora?- pregunta James. Regulus niega con la cabeza, está demasiado cómodo como para moverse solo para desayunar. -Luego- responde. [...] A eso de las cinco de la tarde, cuando Regulus y James se despiertan de la siesta, Evan llega a la casa. Regulus corre a abrirle, emocionado de ver a su mejor amigo. -¡Hola Ev!- saluda sonriente, abrazándolo. El rubio parece sorprendido, pero igual lo abraza fuerte, suponiendo que Regulus lo extrañó. -Hola Reggie- saluda besando su cabeza- te extrañé, ¿cómo van las vacaciones?- cuestiona y mueve la mano, saludando a James, quien está apoyado en la pared, fumando. -Genial, muy lindas, mucha paz- sonrie ampliamente- ¿y las tuyas? ¿y Barty? -Lamentablemente no juntamos el dinero para alquilar algo juntos- tuerce la boca, triste- asi que está con sus padres, probablemente en silencio y comportándose como "un señor" Regulus resopla. -Pobre Barty, odia eso- comenta, caminando a su lado. James tira el cigarrillo cuando ve que Regulus se acerca y saluda a Evan con un abrazo y un apretón de manos. -¿Cómo te cayó la cerveza?- pregunta James, entrando a la casa junto a Rosier y Regulus. -Mal, era muy fuerte- sonrie divertido. [...] Evan, James y Fleamont juegan al futbol muggle mientras Regulus charla con Alphard sobre algún libro. James llega a tomar agua, robando el vaso de Regulus. Escucha un poco de la conversación y frunce el ceño. -¿Están hablando en francés?- cuestiona. Regulus lo mira y piensa. -¿Estamos hablando en francés? -Sí- responde Fleamont, tomando el vaso de Alphard. -Ni lo notamos, y me sirves más- exige Alphard, mirando a su esposo. Fleamont toma la jarra y sirve más agua. -Iré por un vaso para Evan- avisa James. -Yo voy, tu siéntate un rato- pide Regulus, levantándose de su lugar. James suspira y se deja caer en la silla, cansado. -Ya jugaron demasiado ¿no te parece?- habla Alphard, mirando a su esposo, Mont asiente y trae una silla para Evan y luego toma a su esposo y se sienta en su silla, sentándolo sobre sus piernas. -Deberían haber más sillas- comenta Mont- la próxima quéjate. -¿Por qué me quejaría?- sonrie divertido intentando acomodar el cabello de su esposo.  Evan deja el balón y camina hacia la mesa, sentándose junto a James, en la silla que Mont acaba de traer. Regulus vuelve con un plato de galletas y un par de vasos. -Ven, siéntate- llama James, levantándose. -No, iré a preparar el té- avisa, señalando la casa. -Voy contigo- sonrie, levantándose de su lugar. -Entonces, Evan- comienza Fleamont, el rubio lo mira mientras toma la jarra para servirse agua- sabes mucho sobre pociones y te adaptas rápido. -Exacto, señor- asiente. -¿Por qué quieres trabajar antes de salir de la escuela?- pregunta. Alphard se levanta y se sienta en el sofá, un poco alejado. No quiere interferir en las charlas laborales de su esposo. -Es que... seré sincero, quizá Regulus ya le comentó algo pero...- suspira- tengo novio y... Salazar, lo amo demasiado- sonrie recordando a su chico- mis padres son muy cerrados y no lo aceptarán, si les digo podrían casarme hoy mismo con alguna sangre pura, ellos son... -Conservadores, sí- asiente Mont, tomando una galleta. -Quiero vivir en paz, con mi novio, nos amamos y... es donde quiero estar por el resto de mi vida. Barty se lleva muy mal con su padre y él también es muy rígido, temo por mi novio y quiero tenerlo a mi lado. Fleamont asiente. -Comprendo, campeón- estira su mano y masajea su hombro- ahora llegamos en julio, hasta que entres a Hogwarts podrás trabajar con nosotros, a ver- piensa- ese dinero puedes juntarlo para el verano que viene ya tener para comprar la comida y pagar los impuestos, yo les prestaré un departamento de la empresa- resuelva, habló con Regulus sobre la situación de sus amigos sin preguntar tan directo. Conversó con James y llegó a esta idea, que parece ser un buen panorama. -¿Qué? ¿habla en serio?- pregunta sorprendido. -Hablo en serio, invertiré en una trabajador a largo plazo, deberás hacer las capacitaciones correspondiente y tendrás un horario que cumplir. -Merlín- sonrie, escondiendo su cara entre sus manos, mientras sus ojos se llenan de lágrimas- no puedo creerlo, es genial.  Por fin encontró la luz en tantas dudas y oscuridad. -Pero el departamento recién se desocupa el verano que viene. -Eso es genial- solloza contra sus palmas, sin poder evitarlo- Regulus, quien sale junto a James, frunce el ceño- muchas gracias, señor Potter- agradece, secando las lágrimas de sus manos para extenderle su mano derecha y cerrar el trato- yo me esforzaré mucho en ser el mejor trabajador, si necesita horas extras o... -Tranquilo- sonrie Mont- todo es conversable, no te explotaremos, tenlo por seguro. -Regulus dijo que ustedes eran muy amables- mueve sus manos mientras las lágrimas caen por sus mejillas, muy pocas personas lo han visto llorar, pero no puede contener las lágrimas- pero no sabía que tanto. -Evan, tu carta de presentación es impecable, no es que yo soy simplemente amable, es que prometes mucho laboralmente.  -Sí pero usted es muy generoso, yo soy muy joven y entendería perfectamente si no quiere contratarme. También sé que mis padres son amigos de los de Regulus y... -Estoy seguro de que no me defraudarás- sonrie- ellos no se enterarán que trabajas conmigo ¿sí?-vuelve a su seriedad. Evan asiente. -Nadie se enterará, lo prometo. Yo... me manejaré en silencio así no los pongo en riesgo. Fleamont asiente y sonrie. -¿Un abrazo?- pregunta, levantándose de su lugar. Evan se levanta rápidamente y se hunde en los brazos paternos, sintiendo, por primera vez en su vida, que realmente es valioso para un adulto. James deja la bandeja con el té y más aperitivos sobre la mesa. Evan seca sus lágrimas y vuelve a sentarse, comenzando una charla con Regulus. James se sienta en el lugar de Regulus y lo sienta sobre él, apoyando su mentón en el hombro de Regulus. Fleamont camina hasta Alphard y se sienta junto a su esposo. -¿Le ves futuro o solo eres mi Potter?- sonrie Alphard, acariciando la mejilla de su esposo. -Le veo futuro realmente- asiente, robando un beso de sus labios. -Te amo cada día más ¿sabes?- suspira Alphard, abrazándose a su esposo- eres increíble, un gran padre, un gran jefe... no sé que hice para merecerte. -Cállate, tu eres increíble- sonrie Fleamont- besando su cabeza- ¿y si cocino unas pastas caseras para la noche?- propone. -Hay que ir a comprar los ingredientes- responde, jugando con los botones de la camisa de su esposo. -Lo sé, podemos comprar helado y pasar por el centro comercial. -Me tienes- sonrie Alphard- vamos- se levanta. -James- llama Fleamont, caminando a la salida, junto a su esposo- iremos a comprar para la cena. -Solo están ustedes- recuerda Alphard- Lib y las chicas se fueron con la abuela y Cyg. Remus, Sirius y Andy fueron con Lyall al partido. -Sí, yo lo recuerdo- asiente Regulus. -Quedas a cargo. -Sí, tranquilo- asiente James. -Hablo con Regulus- molesta Fleamont, abriendo la cerca para que pase Alphard. Regulus sonrie divertido y James suelta una carcajada. -Claro, vayan tranquilos- saluda James, moviendo su mano. La conversación entre Regulus y Evan sigue, mientras James juega con el anillo de sol entre los dedos de Regulus, totalmente perdido en sus pensamientos. A menudo piensa en que hacer si algún día se presenta Walburga u Orión, piensa en los hechizos, piensa en como protegerse y proteger a Regulus. Porque, a pesar de que su magia Potter lo protege, hay algo ahí que le incomoda, que le dice que algo saldrá mal. Que lo advierte del peligro. -¿Te sientes bien?- le pregunta Regulus, cuando Evan va al baño. -¿Yo?- cuestiona James. -No, el pájaro de ahí- señala al ave. -Oh... sí- asiente- estaba pensando, nada más. -¿Mañana vamos a pasear?- pregunta Regulus, moviéndose para sentarse de frente a James. Potter hace una mueca de dolor ante su movimiento brusco. -Mañana vamos a pasear, sí- asiente. Black intenta acomodar su cabello sin éxito. -¿Iremos a ver castillos?- pregunta. -Si tu quieres- sonrie James, mirando su ceño fruncido por la concentración. -Evan está muy feliz- comenta- ustedes son increíbles ¿sabes? -Fue papá. -Sí, seguro- sonrie- ¿me dirás que no fuiste tu el que le diste su carta de presentación o que no charlaron de esto juntos? -Ups, me atrapaste- sonrie divertido, metiendo sus manos debajo de la camisa de Regulus, acariciando su cintura. -Me pone muy feliz que mis amigos puedan por fin ser felices juntos ¿sabes? porque yo...- suspira- yo antes los juzgaba y sé que siempre fui muy cruel con todos y... -Ya cambiaste, cariño- recuerda James- tu quizá no lo notas, pero has evolucionado muchísimo- sonrie orgulloso. Regulus deja su cabello y lo mira, pasando la yema de sus dedos por la mejilla de James. -¿Sabes qué? no te afeites- pide el pelinegro. -¿Por qué el cambio de opinión?- sonrie Potter, elevando una ceja -Porque te ves bien con barba- suelta, sin pensarlo. -Si veo que te hace daño la quitaré, no importa como me vea- responde firme. Regulus sonrie y deja caer su cara sobre el hombro de James. [...] Lunes 17 de julio de 1978, París, Francia. James, Remus, Fleamont, Lyall y Charlus esperan sentados mientras el resto se prueba ropa y elije que llevarse. -Es mi parte menos favorita del viaje- se queja Andy, sentándose junto a su abuelo, cansada- es aburrido. Regulus y Sirius discuten sobre una falda. -Te quedará mal, es muy corta- opina Regulus. -¿Y? las chicas la usan así de corta. -Que se te verán los testículos, Sirius. Las chicas no tienen testículos- resopla. Cygnus, que estaba cerca, suelta una carcajada. -¿De qué te ríes? ¿chisme?- pregunta Alphard, asomándose entre los abrigos. -Nada- responde su hermano menor, moviendo la mano. -¿Es porque te la quieres llevar tu, no?- habla Sirius, cruzándose de brazos- bueno, no te dejo ponerte eso- señala la falda, entre las manos de Regulus. -¿Para qué querría esta atrocidad con piedras de fantasía?- hace una mueca de asco- solo te aconsejo. Y si quiero andar en ropa interior por ahí no eres nadie para impedírmelo- tira la falda en su cara y se cruza de brazos. -Creo que hay que intervenir- murmura James, levantándose- Hola chicos- sonrie, llegando junto a los hermanos Black- ¿todo bien?- pregunta, guardando las manos en sus bolsillos. -Se quiere llevar esa falda horrible- señala Regulus. -Es mi culo el que se va a ver no el tuyo- responde Sirius, mirándolo mal- debe gustarme a mi la falda. -Si pero gastas dinero para nada porque no podrás vestirte con eso para salir. Es muy corto, obvio que Lupin no te dejará salir así, solo gastas dinero que ni siquiera es tuyo. James mira a Sirius. -Él no es nadie para decirme que ponerme o no, que sea mi novio no significa que deba controlarme. -¿Qué pasa?- pregunta Remus, llegando. -Quiero llevarme esta falda y Regulus no me quiere dejar porque dice que es muy corta y se me verá todo. -Sí, es muy corta –asiente Remus, tras echarle un vistazo–no creo que sea buena idea que salgas con eso. -Pero Moony- se queja Sirius. Remus suspira, cruzándose de brazos. Mira la falda y luego a Sirius. -No me gusta que te vean así- dice finalmente. Sirius arquea una ceja y sonrie. -¿Así como?- cuestiona. -Tan... visible- murmura Remus- Vas a llamar la atención de todos. -¿Y qué?- replica Sirius, cruzándose de brazos- ¿no confías en mí? -No es eso. Confío en ti. No confío en los otros- responde, señalando con la cabeza hacia la puerta del local, como si el mundo entero estuviera ahí afuera esperando ver a Sirius en falda. -Ajá- sonríe Sirius, divertido- Así que es eso o... estás celoso. -No estoy celoso- niega Remus rápidamente. -Estás celoso- insiste Sirius, acercándose a su novio- admítelo, Moons. -Estoy siendo razonable. -O imaginando cuantos me mirarán y te pondrás aún más celoso. -Estoy imaginando a algún imbécil diciéndote algo estúpido y yo teniendo que romperle la nariz- responde Remus con calma. Sirius amplía su sonrisa. -Bueno, eso es muy sexi- sonrie, jugando con el cuello de la camisa de su novio. Remus rueda los ojos. -Solo no la compres y ya ¿sí? -No la voy a comprar- suspira Sirius, resignado- pero que conste que es porque tengo un novio dramáticamente territorial y no porque me haya convencido. -Anotado- responde Remus, y le da un beso rápido en la mejilla. -Agh, los odio- se queja Regulus- me dan esa enfermedad de cuando comes mucha azúcar- hace una mueca de asco. -¿Diabetes?- pregunta James, divertido. -Eso- asiente- ven, te necesito- llama a James, tirando de su brazo- ¿me bajas esa camisa?- pide, señalando una camisa blanca con volados. -Claro, bonito- sonrie, estirándose para bajar la camisa. -Gracias, James- sonrie ampliamente, James sonrie enamorado y besa su mejilla. -Compra lo que necesites y quieras ¿sí?- habla, acariciando su mejilla- estoy allí- señala el sillón, donde su tío, su prima, su padre y su abuelo esperan. Regulus asiente. -Gracias James- se estira para besar su mejilla y camina hacia el probador.
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