ID de la obra: 441

Profecía//Jegulus

Slash
R
En progreso
41
El trabajo participa en el concurso «Harry Potter: El Capítulo Perdido»
Fechas del concurso: 26.06.25 - 13.08.25
Inicio de la votación: 12.07.25
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planificada Maxi, escritos 1.169 páginas, 340.683 palabras, 127 capítulos
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Capítulo 106

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Viernes 21 de julio, 1978. La lluvia azota fuertemente contra las calles de París, Francia.  Regulus y James pasean por un hermoso museo. James suele aburrirse en ese tipo de actividades, pero esto es algo que a Regulus le gusta y no le negaría una visita al museo. Sirius y Remus van detrás de ellos. Remus va hablando sobre las pinturas mientras Sirius observa a su hermano y a su mejor amigo coquetear mientras caminan de la mano.  Regulus, su hermanito, ríe como una colegiala enamorada. Sonríe divertido, nunca pensó ver a Regulus en esta situación. Ambos se detienen frente a una pintura, Sirius se detiene y toma la cámara que Remus sostiene. -¿Uhm?- pregunta Lupin, confundido. Sirius lleva su dedo índice a sus labios, indicando que guarde silencio. Remus sonrie ampliamente al ver a su novio dejar de lado sus celos e inseguridades para retratar un lindo momento. -Te amo-recuerda Remus, besando su mejilla. -¿También quieres una foto?- sonrie Sirius- posa, cher. -¿Qué hacen?- pregunta James, pasando sus brazos por los hombros de sus amigos -No mucho- responde Sirius, guardando la cámara y caminando hacia Alphard, quién está más adelantado, acompañado por Fleamont. -Es un lindo museo, ¿no crees?- habla Remus. James mira a Regulus y sonrie ampliamente. -Sí, hay muchas obras de arte- responde. Una mujer vestida de negro pasa caminando cerca de Regulus. El menor no alcanza a verla bien pero... "Madre" responde su mente, asustada. -James- llama Regulus en voz baja, está paralizado en su lugar. Potter logra escucharlo por su oído animal y deja a su primo, caminando rápidamente hacia Regulus. -¿Sí? -Quiero volver a casa- pide, asustado. -¿A casa o al hotel, cariño?- pregunta James. Regulus niega con la cabeza. -Quiero volver a casa- habla ansioso, mirando la lluvia caer por la ventana. -¿Por qué el cambio tan drástico, Reg?- pregunta. Recién estaban riendo y charlando tranquilamente. -Creo que vi a Walburga- susurra mientras tiembla por el miedo. James toma su mano y camina rápidamente hacia sus padres. -¿Tu también la viste?- murmura Sirius, cuando Regulus y James llegan a su lado. -Sí- responde en el hilo de voz que le queda, sus ojos están llenos de lágrimas. Regulus teme por su vida y la de su nueva familia. -Ella no nos puede hacer nada- trata de calmar Alphard, algo inseguro. -Nosotros nos vamos- habla James, firme- iremos al hotel, tomaremos nuestras cosas y de ahí al ministerio de magia francés- toma la mano de Regulus con firmeza. -Nosotros también nos vamos- concluye Remus, tirando de la mano de Sirius para que salga de su shock y camine a su lado. -Vamos todos- concluye Fleamont, tomando la mano de Alphard para salir del museo. [...] -¿Y si no era?- habla Sirius, mientras desarma su maleta junto a su hermano. -Mejor prevenir- responde Regulus, colocando toda su ropa en el cesto de la ropa sucia, tal y como Alphard lo pidió. -Sí pero arruinamos las vacaciones- suspira el mayor. Regulus voltea a verlo, con sus inseguridades a flor de piel- no, no, digo... -Nadie arruinó nada- corta Alphard, entrando al cuarto de Sirius- solo quedaba un día y no haríamos demasiado- comenta, tomando el canasto de la ropa sucia- ¿Sirius? ¿colocaste la ropa aquí? -No quiero que lave todo eso- señala su maleta- luego la lavo yo. -No, no- niega- yo la lavo. -¿Me podría enseñar, señor?- pide Regulus- la ropa queda con un olor exquisito cuando usted la lava, quiero aprender. -Claro, mañana te enseño ¿quieres? -A mi también- pide Sirius- quiero ir aprendiendo para cuando me mude con Remus- sonrie mirando sus manos. -Claro, mañana les enseño. Bajaré esto y veré como van Lib y Monty con la cena. -Yo lo ayudo- propone Sirius. Alphard asiente aunque sabe que el canasto es demasiado pesado para él. -Toc toc- habla James, apoyándose en el marco de la puerta- ¿qué hacen? Alphard sale de la habitación, llevando un cesto de ropa sucia. -Poner la ropa a lavar- responde Regulus- y Sirius sigue esforzándose en levantar cosas. -Oh no, Pads, déjame a mi- pide, tratando de tomar el canasto. -Quiero intentarlo- insiste, su cara se pone roja por la fuerza que hace, aunque no logra mucho. -Sirius, por favor. -No, James- suspira, tratando de no perder la paciencia, siente que puede levantarlo. Tiene que poder, tiene que estar bien. -Te harás daño, hermano- habla James, suavemente- déjame que te ayude un poco, tu puedes llevar los abrigos. -¡QUE NO! ¡NO SEAS PESADO!- grita Sirius en su tono frío, en su tono Black. James levanta las manos y retrocede. -Claro, lo siento- se disculpa James, saliendo de la habitación y caminando escaleras abajo. Regulus mira a James irse y luego a Sirius. -Estamos enfermos- recuerda el menor- no puedes hacer fuerza Sirius ¿qué no entiendes?- mueve sus manos, exasperado -¡Estoy comiendo mucho!- responde- debo estar bien, debo poder, quiero poder- responde Sirius. -El medico dijo que el cuerpo necesita reconstruir músculo, reparar órganos y equilibrar los niveles de vitaminas y minerales que estuvieron bajos por mucho tiempo- suspira. -Estoy harto- resopla Sirius. -Está bien pero no te desquites con James, mucho menos por querer ayudar. Él es quién nos salvó y no te dejaré gritarle así. Sabes lo inseguro que es con eso de "pesado" e "insoportable" probablemente lo heriste y él no se merece eso- concluye la conversación de la habitación y caminando escaleras abajo en búsqueda de James. Lo encuentra fumando afuera, mientras mantiene una expresión triste. Regulus lo abraza, tomándolo por sorpresa. -¿Estás bien?- pregunta Regulus, James tira su cigarrillo y lo pisa. -Sí, bebé- suelta el humo hacia otro lado y deja caer su cabeza en la pared. Regulus lo mira mientras siente las manos de Potter meterse debajo de su camisa, aferrándose a su cintura. -No eres pesado- recuerda- Sirius solo está abrumado, él no lo dice en serio.  -En sirius- bromea James. Regulus rueda los ojos divertido y coloca sus manos en las mejillas de James. -James, hablo en serio y no hagas una broma con eso- pide- James sonrie y asiente. -Es que a veces si soy pesado, intenso, insoportable- suspira- temo... temo no ser suficiente. -Sé lo que se siente- asiente Regulus, alejando sus manos de las mejillas de James para hundir su cara en el pecho del mayor y abrazarlo. No es bueno animando a las personas, asi que espera que con su presencia baste. James lo toma en brazos y se sienta en el sillón, sentándolo sobre él. Regulus apoya su mentón en el hombro de James y mira hacia la puerta de salida de la mansión al jardín. -Tuve miedo de que ella actúe- murmura Potter. -Quizá no era ella y me confundí- responde Black- quizá no debes creerme todo, deben ser los traumas- suspira. -Siempre te creeré, te creeré todo- responde James, acariciando la espalda de Regulus, debajo de la camisa verde. -Menos cuando te digo que no eres insoportable, ni intenso, ni pesado- James no responde, solo lo abraza más fuerte. Momentos después, la puerta se abre dejando ver a Sirius. Regulus conoce a su hermano, esa expresión es de culpa, viene a disculparse. -Permiso- pide Regulus suavemente. -¿Uhm?- pregunta James, distraído. -Quiero levantarme, permiso- pide nuevamente. James asiente y lo suelta. Si fuese por él nunca lo soltaría, pero respeta a Regulus y si para él fue mucho contacto físico, lo dejará ir- es que vino Sirius- susurra en su oído. Sirius llega a su lado, Regulus camina hacia Fleamont, quién está con los caballos cerca. -Lo siento- se disculpa Sirius- no debí agarrármela contigo, Prongsie- lo abraza fuerte, sentándose a su lado. James acaricia su espalda. -Sí, comprendo. No importa. -No, sí importa. Importa porque antes lo tomaba todo como chiste y... ahora no, estoy tratando de madurar- comenta, tomando su mano para jugar con sus dedos, cosa que Regulus también hace. James sonrie divertido, ambos se niegan a parecerse a pesar de tener muchas cosas en común- quiero ser un buen amigo, un buen hermano, un buen hijo, un buen novio, quiero... quiero ser un buen esposo para Remus, un buen padre, quiero... también quiero ser tío- sonrie imaginándose a un pequeño niño igual a James y con los ojos de su hermano- quiero ser el mejor tío del mundo. James frunce el ceño, sin comprenderlo. Pero sabe que entender a un Black es complejo, el ya tiene a su Black para esforzarse en entender, asi que solo asiente. Lo que si comprende es lo duro que debe ser para Sirius no poder hacer fuerza y sentirse débil, él estaría de peor humor. -Regulus te quiere- comenta Sirius, sin saber como rellenar el silencio- yo no puedo cuidarlo, no tengo fuerza y casi tampoco magia- suspira- pero tu si puedes, cuida a mi hermano, Prongs. Prométeme que si en algún momento mis padres intentan algo... -Nada pasará- corta James. -Prométeme que protegerás a Regulus primero- pide, triste. -Sirius... -Prométemelo, James- insiste Sirius, mientras sus ojos se llenan de lágrimas. -Los cuidaré a ambos- concluye, abrazándolo. -Tengo miedo- murmura el mayor de los hermanos Black- tengo miedo de que ella vuelva por él y gane. -Sobre mi cadáver- responde James, firme. Sirius suelta una carcajada amarga, alejándose un poco, para mirar a Regulus, quién ríe a lo lejos. -Eso no es un impedimento para mi madre, James. ¿Sabes la cantidad de cadáveres que hemos arrastrado con Regulus al lago? ¿por qué crees que él nunca quiso aprender a nadar? el agua le da miedo, le trae recuerdos de eso. Lo ha suprimido muy bien pero sé que el trauma está allí.  -Él nadó conmigo- comenta James. -En una piscina, entre tus brazos, ¿quién no se sentiría seguro?- se encoge de hombros- lo comencé a dejar atrás, cuando yo ya pude cargar los cadáveres solo, lo dejaba leyendo un libro mientras yo tiraba el cuerpo al agua. Sin marcas, sin nada, perfectos como cada hechizo de mi madre- piensa- quizá por eso suprimió el recuerdo, porque fue reemplazado por las historias fantásticas que leía mientras yo hacía el trabajo. -Eso es muy grave, Pads- suspira James, triste- ¿cómo no me contaste antes? -Yo también lo suprimí, lo recordé cuando pasamos junto al lago ese en Francia. -¿Cuando corriste con Remus y casi lloras?- pregunta, Sirius asiente. -Es que... era muy parecido al que estaba cerca de la casa Black. James asiente. -Estás a salvo ahora- recuerda James. "Temo que el próximo cuerpo sea el de mi hermano" piensa Sirius. -Sí- murmura, levantándose de su lugar. -Sirius, ustedes estarán bien, te lo prometo- afirma James, el pelinegro asiente. -Iré a dormir con Remus- suspira- lo necesito. -Bien- asiente James- cuídense, soy demasiado joven para ser tío- sonrie divertido. -Cállate que si por ti fuera ya tendrías un niño de un año- sonrie divertido. James niega divertido y deja caer su espalda en el respaldar del sillón. -Ve, cuídate, hablo en serio. -No iré a eso- resopla. -Lamentablemente los conozco a ambos- sonrie divertido, prendiendo otro cigarrillo. -Regulus te regañará si te ve fumando- recuerda Sirius y entra a la mansión, rumbo a la chimenea. James mira a Regulus a lo lejos, el pelinegro acaricia al caballo negro que nació hace poco. Da una calada al cigarrillo mientras mantiene sus ojos fijos en el increíble Regulus Black. Qué no daría él por ser suficiente para ese hermoso chico.
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