Capítulo 121
20 de julio de 2025, 23:56
(James
no
entendió la profecía, si él no lo piensa directamente es solo narración)
Regulus revuelve la comida de su plato, acaba de quedarse sin pastillas y hoy no las tomó, asi que... con el desayuno es más que suficiente para el resto del día.
-¿Reg?- llama Barty, tocando su hombro.
-¿Uhm?- pregunta el pelinegro, abandonando su tormentosa cabeza y mirando a su mejor amigo.
-¿Pasa algo? no comiste.
-Ah es que comí mientras hacía el almuerzo- miente- pero tu come, lo necesitas, gastaste mucha magia y debes recomponerte.
-Reg- llama Evan, sentado delante de Black. Ya puede caminar al baño y por lo tanto, a la mesa del comedor, aunque para que el trayecto no sea tan largo, Regulus movió la mesa con un hechizo, acercándola a la habitación de Evan.
Sirius y Lib ya terminaron de comer y ahora están jugando en el cuarto de juegos, Sirius quiere ayudar asi que entretiene a Libra.
-Me siento agotado- responde- la preocupación y el cansancio de James están en mi magia también- suspira- y obviamente no me quejaré ¿qué le digo? ¿no te preocupes por tu padre y descansa así yo me siento bien? claro que no.
-Lo comprendemos, Reg- apoya Evan- pero no comiste nada.
-No tengo apetito- suspira, hundiendo su cara entre sus manos- además me siento horrible por a veces ser duro con ustedes, yo...
-No, tu tienes razón- asiente Barty- yo sé que soy muy inoportuno y que debería hacer chistes con otra cosa, hay una niña aquí y debo respetar eso. Además tu solo te preocupas, el médico había dicho explícitamente que no hagamos lo que hicimos y lo hicimos, no es que tu quieras ser poco empático al regañarnos, es que tienes razón y solo te preocupas por nosotros.
-Yo los adoro y estoy muy preocupado por ustedes también.
-Sí pero tienes razón- habla Evan- somos grandes, deberíamos tratar de no generar más problemas.
-¿Entonces no están enfadados?- pregunta mirando a la pareja.
-Por favor, nunca podríamos- sonrie Evan.
Regulus sonrie, con lágrimas entre sus ojos.
[...]
La chimenea suena, Regulus que estaba lavando los platos corre a tomar su varita y asomarse a ver quién es.
Es Dorea, que acaba de llegar de su viaje.
-¿Hola?- llama la abuela de James.
-Señora Potter- sonrie Regulus, saliendo de la cocina- que gusto verla.
-Vengo a cuidar de unos niños- sonrie divertida, abriendo los brazos para que Regulus la abrace. El pelinegro responde el abrazo.
-Yo puedo- afirma- voy bien.
-Si pero ahora no solo tienes a Lib, querido- habla, acariciando su cabello- sé que Sirius solo quiere ayudar y lo logra bien, más allá de algún juego medio salvaje, pero hay más de qué encargarse.
Regulus asiente.
-Ha sido difícil- murmura, mirando sus manos.
-Bueno ahora yo estoy a cargo- sonrie ampliamente- ¿almorzaron? prepararé comida de inmediato.
-Sí, justo estaba terminando de lavar la vajilla- señala la cocina.
-Ve a dormir un rato la siesta, recién estuve con James y quiere que duermas, me pidió que te insista en que duermas.
-Sí, termino de lavar y duermo un momento.
-Yo termino, tu ve- pide Dorea.
Regulus se niega pero al final gana Dorea.
[...]
Al despertar de la siesta Regulus baja a la cocina, tiene un poco, muy poco, de hambre asi que decide que es buen momento para comer algo.
-Ah que bueno que estás aquí- sonrie Dorea- ¿descansaste?- Regulus asiente- genial, esta casa es un cochinero, hay que limpiar un poco. Aunque si no quieres limpiar vuelve a tu habitación.
Regulus se detiene.
-Pensaba, en unos minutos, limpiar con magia- murmura.
-¿Y qué sigue luego? ¿tener un elfo?- eleva una ceja, divertida. Ese tono Black demuestra que la sangre negra sigue corriendo por sus venas- la magia limpia mal, Regulus. Sé que sigues con las tradiciones de los Black pero los Potter hacemos las cosas por nosotros mismos, como personas normales. No debes limpiar, solo di que no.
-Es que señora Potter, yo...- suspira, ese "Black" dolió- tengo como una rutina ya, y la casa queda limpia- sonrie, tratando de mantener la calma- lo estoy llevando bien. Además ¿para qué cansarnos demasiado? El fin de semana James dijo que me ayudará y limpiaremos juntos manualmente.
-James, igual que Monty y Charlus son muy empáticos pero ¿sabes lo que se cansan trabajando?¿lo harás trabajar aquí el fin de semana que ellos usan para descansar?- pregunta, los ojos de Regulus se llenan de lágrimas- lo digo para que seas un buen esposo, querido. No te lo tomes a mal- habla la mujer- sé que te gusta James y debes cuidar bien de mi nieto, solo es una sugerencia. Puedes volver arriba, yo limpiaré.
Regulus niega con la cabeza y parpadea rápidamente, dejando ir sus lágrimas.
-Yo la ayudo- toma la escoba y olvida la comida mientras su apetito se disipa nuevamente.
[...]
-Hola cariño- sonrie James, abrazando a Regulus. Quién acaba de bañarse porque se ensució limpiando- ¿con el pelo mojado? no, te harás daño.
-Se hace tarde, ya vamos- insiste, realmente muy cansado.
-No- niega James, sabiendo que algo ocurre- ¿qué sucede? ¿por qué estás tan cansado?
-La abuela nos hizo limpiar- habla Lib, acostada en uno de los sillones. Sirius también luce agotado, ni siquiera habla, solo existe sobre el otro sofá.
-¿Otra vez lo de la limpieza manual?- suspira James, cansado.
-Sí- asiente Libra.
-Lo siento tanto, cariño- se disculpa James, mirando a Regulus.
-Me gustaba más cuando no estaba la abuela- bufa la niña- Regulus no me hacía limpiar.
-¿Reg?- llama James. Los ojos grises brillan pero no por la felicidad, las lágrimas cristalizan sus ojos. James lo abraza fuerte, conteniéndolo.
-Prefiero que Regulus nos regañe por correr- habla Lib, mirando a su hermano- ¡la abuela me hizo ordenar todo el cuarto de juegos y organizarlo por colores!
-Convengamos que debes hacerlo, Lib- habla James.
-Pero yo quería jugar y luego ordenar- bufa- además no me gusta organizar las cosas por colores, extraño a papá- hace un puchero y comienza a llorar, también abrazada a James.
James cierra los ojos por un momento, la cabeza le titila del dolor.
-¿Le dijiste a la abuela que no querías organizar por color?
-Sí, pero no escuchó, ya sabes como se pone cuando queremos cambiar algo de lo que ella planifica.
-Por eso papá planifica los viajes con el tío Cyg- murmura James.
[...]
-No debías pedirle que se vaya, James- suspira Regulus- es una señora, entiendo.
-Ella puede ir a visitar y a acompañar a papá, le di la maleta con ropa para que la lleve, será lo mejor.
-James...- insiste.
-Regulus no sé que pasó pero yo siento tu tristeza ¿sabes? vi tus ojos cristalizados y...- suspira, poniéndose el abrigo- te adoro Reggie, no quiero que sufras ni una vez más- admite.
Regulus se sonroja, bajando la cabeza.
-¿A dónde vas?- pregunta Reggie.
-Voy a alimentar al ganado y a revisar que todo esté bien.
-Ya es un poco tarde, James- habla Regulus preocupado.
-Se morirá el ganado si no voy- explica James, besando su mejilla.
-¿Qué quieres cenar?- pregunta Regulus, pasando sus brazos por los hombros de James.
-A ti- "bromea" y luego ríe- me da lo mismo.
-Veré que puedo hacer que se parezca a mi, ¿una papa con mi cara?- sonrie divertido.
-Genial- ríe James.
-¿Cuánto tardarás más o menos? para prepararte un baño de burbujas.
-Prefiero bañarme antes de ir a dormir. Y no te preocupes por la cena, debe haber para hacer sándwiches y eso- mete sus manos debajo de la camisa de Regulus, acariciándolo.
-No es comida nutritiva para una niña de seis años- responde Regulus, obvio- ve antes de que se te haga muy tarde, ¿sí? Ten- le extiende su varita- cuídate, tengo un mal augurio.
-¿Tu con adivinación?- eleva una ceja, divertido- tranquilo, sé cuidarme.
-Ajá, ve y cuídate. Vuelve si ves algo sospechoso.
-Tranquilo, cariño- pide, besando su mejilla y luego sale por la puerta.
-¡Reggie!- grita Lib desde la planta alta.
-¿Qué?- responde Regulus.
-¿Me lavas el cabello?
[...]
-Eso es genial, Evs- sonrie Regulus, aplaudiendo junto a Barty- caminas genial.
-Gracias- sonrie agradecido- las pociones que me dio James me están ayudando mucho.
-¿Sigues teniendo?- pregunta Regulus, Evan asiente.
-Genial, debo ir a ver la comida, ¿sí? en un momento vuelvo- Los chicos asienten
La comida ya está lista, asi que Regulus coloca los platos en la mesa mientras espera a James.
-Volví, cariño- habla James, entrando por la puerta.
-Justo a tiempo- sonrie Regulus.
-Huele genial ¿qué preparaste?
-Carne con verduras a la Black y puré de papas, siéntate, te serviré de inmediato- sonrie,
James se quita el abrigo.
-¡A comer!- llama Regulus mientras camina a servirle la comida a James- siéntate, por favor- pide Black mirando a Potter.
Regulus deja el plato con comida frente a James:
-Uff- habla James- si así cocinas, cásate conmigo- "bromea" Regulus sonrie de lado.
-Ya cena que es tarde- pide Regulus.
[...]
Regulus come despacio y poco, las pastillas hicieron falta hoy.
Al quinto bocado, Regulus sale corriendo al baño, detrás de él: un muy preocupado James Potter.
-Reg, cariño- llama, acariciando su espalda- ¿qué pasa?
-Nada, estoy bien- sonrie de lado, no quiere ser un pesar más para James y que Potter tenga que ir a comprarle las pastillas, "Debes poder resistir, no seas un marica" repite su mente, con el tinte de voz Black.
-Regulus háblame ¿sí?-exige.
-Realmente estoy bien- miente- solo comí rápido. ¿Ya terminaste de cenar?- cambia de tema, desabotonando su camisa.
-Regulus...
-Quítate la ropa, te prepararé el baño, ¿qué tal aquí? debe haber líquido para burbujas en algún lado.
-Regulus Arcturus- habla James, serio.
-Ve a cenar- responde Regulus, en el mismo tono firme.
-Es grave, Reg- suspira- la anorexia...
-No es la anorexia, solo comí rápido- corta, tratando de levantarse del piso- yo solo quiero dormir entre tus brazos James, no alargues esto, mañana lo hablamos ¿sí?- pode.
James suspira y asiente.
-Bien, mañana lo hablamos- se rinde, no quiere pelear. Levanta a Regulus y ambos salen del baño.
-¿Estás bien, Reggie?- pregunta Sirius, que está justo fuera del baño.
Regulus asiente.
-Solo comí rápido. Iré arriba- avisa- te espero- mira a James.
-Tomo un poco de mi copa de vino y voy- responde James, viéndolo subir las escaleras
[...]
-Reg si es por lo de mi abuela...- insiste.
-No- niega Regulus- estoy bien- corta, tomando el duchador para enjuagar el shampoo del cabello de James. Volvieron a la posición usual, Regulus sentado junto a la bañera y James dentro de la bañera
James suspira.
-Sabes que no puedo ayudarte si no me lo dices ¿no?- voltea a verlo. Regulus asiente.
Aún así, Regulus no dice nada de nada. Porque sabe que James irá en el preciso momento, aunque sean las diez de la noche, en el que él le diga "me faltan las pastillas" y cree que Dorea tiene razón, que él trabaja demasiado y no debe molestar su descanso.
Regulus se duerme primero, sintiéndose mejor entre los brazos de James, Potter a penas puede conciliar el sueño: no puede descansar si algo le pasa a Regulus y él no quiere decírselo.
[...]
Regulus prepara el desayuno en silencio. Lleva una camisa de James y debajo, aunque no se vean, los shorts rosas del pijama.
James baja las escaleras perezosamente y, al acercarse a la cocina, encuentra a Regulus tarareando una melodía mientras prepara el desayuno con una de sus camisas que le queda como vestido. James lo mira por unos segundos, admirando sus piernas. Luego se acerca, abrazándolo por la espalda.
-Ay James- se sobresalta Regulus, tocándose el pecho. Sabe que es James por su olor y su magia- que susto.
James responde con una sonrisa, hundiendo su cara en el cuello de Regulus.
-Buenos días- murmura, besando su cuello, Regulus sonrie por la cosquilla.
-Buenos días- responde Black, feliz de tenerlo cerca.
Las manos de Potter se meten debajo de la camisa que lleva Regulus, acariciando su vientre vacío.
-¿Cómo dormiste?- pregunta James, Regulus da vuelta el pancake.
-Genial- responde Black- ¿tú?
-Más o menos- responde, subiendo sus besos a la mejilla del pelinegro.
-¿Te molesté de alguna forma?- pregunta Regulus.
-Claro que no, tu ni siquiera te mueves- sonrie contra su piel, besando su oreja.
Regulus se estremece.
-¿Entonces?
-Quiero saber que te ocurre- responde James.
Regulus suspira.
-Luego te digo, tu... ve a hacer lo que tienes que hacer.
-Nada es más importante que tu, Regulus.
-Ya no tengo más pastillas- suelta- listo ¿feliz?
-Oh, ¿era eso? ¿por qué no me dijiste antes? las hubiese comprado ayer. Además no puedes estar sin las pastillas ¿Cuándo fue la última vez que las tomaste?- cuestiona preocupado.
-Ayer no, el día antes- responde- además no quería eso, no quería que salgas luego de un agitado día de trabajo y los problemas que agrandé ayer, que podría haber resistido y limpiar como tu abuela dice; a comprar las pastillas para mi. No, tu abuela tiene razón, debes descansar el fin de semana y cuando vuelves de la oficina también.
-Mira Regulus- suspira James, soltándolo para apagar la hornalla y colocarse junto a Regulus, tomando sus manos- mi abuela es... de la antigua escuela, mi abuelo y mi padre han intentado convencerla de que limpiar la casa no es algo extraordinario para los que trabajan porque nosotros también vivimos en la casa y generamos suciedad, ni tu ni mi padre ni mi abuela tienen la obligación de limpiar para que nosotros lleguemos del trabajo y no debamos hacer nada, no somos reyes, somos humanos que deben limpiar aunque trabajen afuera. Luego, los acuerdos que tengan entre pareja es otra cosa, pero yo, como todo el mundo, debe limpiar también porque vivo en esta casa ¿comprendes?- Regulus asiente- y no descansé porque estaba preocupado por ti.
-Lo siento- murmura Regulus.
-No te disculpes, Reg- pide James, tomando sus manos- quiero que quede claro que tu puedes decirme lo que sea cuando sea, si a mi me molestase ir a comprar tu medicina no lo haría ¿entiendes? yo lo hago porque te quiero y quiero verte bien.
Regulus asiente.
-Perdóname, yo...- suspira el pelinegro.
-No te disculpes- sonrie James, besando su cabeza- iré por tus pastillas ahora mismo y luego le daré de comer a los animales, total es temprano- comenta mientras mira el caro reloj en su muñeca.
-¿A qué hora entras hoy?
-Iré a las diez, tengo una reunión 10:15 AM. Luego me traigo las cosas para hacer porque Lib quiere ir al parque en la tarde y si no la sacamos nos morderá- sonrie divertido- tiene esa costumbre.
-Es una costumbre Black- comenta Regulus- de pequeños Sirius y yo vivíamos mordiendo a todos.
-Oh, ¿muerdes?- habla James coqueto mientras eleva una ceja.
Regulus mira sus labios.
-Un poco- responde el pelinegro, luego se aleja- seguiré con el desayuno.
-Desayuno cuando vuelvo de buscar la pastilla- comenta James, caminando a la chimenea. Hoy cuando se levantó se colocó un pantalón para no bajar en bóxer, que es como duerme y Regulus está cómodo con eso.
-James, ponte una camiseta- exige Regulus- y un abrigo, hace frío.
-Claro- asiente James, abriendo el armario, en uno de los cajones tiene remeras, toma uno y un abrigo grueso- vuelvo en un momento, si tardo un poco es porque debo hacer la receta en San Mungo.
-Aprovecha y pasa a ver a Alphard. Yo me siento bien, cualquier cosa tengo a Sirius, él me cuida- se asoma por la cocina.
James asiente.
-Bien- acepta Potter y antes de pasar por la chimenea vuelve y abraza a Regulus, levantándolo del piso.
-Te quiero, Reg- murmura, abrazándolo firmemente. Regulus sonrie ampliamente y suspira enamorado.
-También te quiero, James- responde Black.
[...]
James hace la receta de la pastilla y luego se dirige al área de obstetricia.
-Alphard Potter, soy su hijo- habla James cuando le preguntan a quién busca.
-En la habitación 507, no dejamos pasar visitas a esta hora pero su padre me pidió que si venía lo dejemos pasar cuando sea. Adelante, señor Potter.
-Gracias- sonrie de lado y se adentra a la unidad de obstetricia.
Al llegar a la habitación, toca la puerta. Fleamont abre, cansado.
-Campeón- sonrie abrazándolo.
-Papá- responde el saludo, abrazando fuerte a su padre y mira a Alphard, que está acostado en la cama- papi- murmura, triste y suelta a su padre para ir a abrazar a Alphard.
Alphard recibe a su hijo abrazándolo con fuerza.
-Papá no puede hablar, ayer... ayer en la tarde se decidió por un...
-Comprendo- asiente James- es lo mejor- comenta, abrazando a su padre con suavidad- Lib es pequeña, te necesita mucho y yo... aunque no sea pequeño, te necesito, papá- habla tomando sus manos- necesito de tus consejos y tus abrazos, para siempre asi que te quedarás doscientos años más.
Alphard sonrie divertido.
-Obvio, aquí estaremos- sonrie Fleamont, sentándose junto a Alphard- además te robaremos a tus hijos o a los de Sirius y consentiremos mucho a nuestros nietos.
-Serán unos caprichosos- dramatiza James, buscando la sonrisa de su padre.
Alphard le sonrie ampliamente. La puerta suena.
-Hola- sonrie la doctora- buenos días señores.
-Buenos días- saludan James y Fleamont.
-Vengo a hacer los chequeos de la herida- comenta la obstetra.
-Nos retiramos un momento- avisa Mont. Alphard asiente, de acuerdo.
-Oye cariño, lamento lo de la abuela- habla Mont, una vez que salen de la habitación- creí que los ayudaría, pero olvidé sus... particularidades. Ella no entiende su error, ya sabes, lo de siempre.
-Sí yo lo puedo soportar, papá, pero Regulus está vulnerable, se cansa rápido y yo no lo expondré a esto. Ayer se quedó sin pastillas y no quiso decirme para no molestarme, la abuela al parecer le plantó la idea de que nosotros no debemos hacer nada porque trabajamos en la oficina.
-Mierda, no- suspira Mont- mil veces le explicamos que somos seres humanos que viven en la casa y deben limpiar como el resto.
-Bueno pero no quiere entenderlo y no me importa como lo maneje en su casa, lo que me importa es que Regulus está bien, que se sienta cómodo, él se organizó bien con Lib y los chicos, Libra lo adora, prefiere quedarse con él. Le compensaré luego todo esto que está haciendo por mi.
-Yo les compensaré a ambos, les daré un regalo- sonrie Mont.
-No hace falta papá, es mi responsabilidad apoyarlos en este momento.
-No lo es, tu responsabilidad es trabajar desde tu puesto y organizar tu día a día, pero realmente estamos agradecidos contigo y con Regulus. Sé que es un poco... irresponsable cargarlos a ustedes con todo pero son los únicos en los que confiamos que harán las cosas bien, que llevarás bien la empresa y que la casa seguirá entera para cuando lleguemos. Cygnus y Lyall tienen demasiado con las trillizas y no podían, la abuela... bueno, ya sabes, Lib no soporta demasiado sus reglas y el abuelo está haciendo la otra parte de mi trabajo en la oficina y la suya propia.
James asiente.
-Tu no te preocupes, nosotros... somos un buen equipo- sonríe orgulloso de Regulus y de sí mismo.
-Sé que lo son, ustedes hacen un equipo increíble y una pareja aún mejor.
-No empieces con eso, papá.
-Tu lo sabes bien, solo... te falta seguridad.
James suspira.
-Quizá.
-No dejen de ir a la psicomaga.
-No- niega James- tenemos turno el jueven.
Fleamont asiente.
-Si quieren pasen luego de la consulta, extrañamos a Regulus y a Sirius, papá y yo queremos verlos.
-Los traeré- asiente James, abrazando a su padre.
-Debo ir a darle de comer a los animales y luego tienes una reunión, asi que voy a la empresa.
-Muchas gracias James, en serio- agradece Fleamont de corazón, tomando las manos de su hijo-creciste mucho- sonrie, con melancolía- estamos orgullosos de ti.
-Y yo de que papá se haya elegido a sí mismo.
-Costó un poco- suspira Mont- vino la psicomaga ayer y antes de ayer, hablaron por horas.
James asiente.
-Estoy feliz de que ya no esté en riesgo.
-Yo también- asiente Mont, tiene los ojos rojos, ha dormido poco y nada estos días- gracias por mandarnos ropa, fue increíble poder bañarme y vestir ropa limpia.
-De nada pa- sonrie James.
Luego de saludos y abrazos, James vuelve a la chimenea y va a la farmacia muggle a comprar varias cajas de pastillas para Regulus.
[...]
Regulus espera a James con un café caliente, pan recién tostado y pancakes recién hechos.
James pasa por la chimenea con una bolsa en mano.
-Hola- sonrie Regulus, mirándolo desde la barra de desayuno.
-Hola cariño- responde James- traje tu medicina y algunas cosas más- deja la bolsa sobre la barra de desayuno y da la vuelta para besar la mejilla de Regulus.
-Siéntate a desayunar- pide Black, devolviendo el beso a la mejilla de James.
Potter asiente y se sienta a su lado para colocar su mano izquierda sobre el muslo derecho de Black.
-Ahí está la pastilla- señala James. Regulus se estira para tomar la bolsa. Dentro encuentra varias cajas de la pastilla, suficientes para dos meses, algunas horquillas para el cabello de unicornios-son para Lib, para ustedes les compré las de estrellas- señala- oh y esos broches para el cabello- aunque no sé si te gustan pero ahora tienes el cabello más largo, quizá...- se encoge de hombros.
-Me molesta un poco del cabello largo, quiero cortarlo- habla Regulus.
-Genial, ¿cuándo vas a la peluquería?- pregunta James mordiendo su tostada
-Pensaba cortarlo solo- comenta, mirando los broches- para no gastar, ya sabes- sonrie de lado.
James rueda los ojos.
-Saca un turno a la peluquería que te guste y ve. Si quieres te acompaño y seguro Sirius va a querer ir también, por lo que Remus vendrá, ¿cita doble?- sonrie divertido, codeándolo.
Regulus sonrie divertido y sigue mirando las cosas en la bolsa.
-¿Y esto?- pregunta.
-Es un mouse para rulos, la vendedora dijo que es bueno, oh y un aceite para las puntas. Eh, ya estoy aprendiendo ¿no?- sonrie orgulloso de sí mismo.
-Ya tengo aceite para el cabello- comenta Regulus- pero muchas gracias.
-Pero no tienes esa que huele genial- señala James.
-Gracias James- vuelve a agradecer y se estira para besar la mejilla del mayor.
-De nada, Reggie.
-¿Pudiste ver a tu papá?- cambia de tema, llevándose el tenedor a la boca, no tiene demasiada hambre pero para tomar la pastilla necesita ingerir algo.
-Sí- asiente James.
-¿Y? ¿qué decidió?
-Interrumpió el embarazo, era lo más seguro para él. Fue ayer. Se lo veía bien quizá para el fin de semana o la otra semana ya estén de regreso aquí.
-Que se recupere tranquilo, debió ser duro para él- tuerce la boca- me pongo en su situación y...- suspira.
-No te pasará- anima James- tu estarás bien- aprieta su muslo suavemente.
-Es que yo quiero una familia también- hace un puchero- una familia linda y... cuidar a los niños como a mi no me cuidaron.
-Serás un gran padre, estoy seguro- apoya James, besando su mejilla.
-Tomaré la pastilla- sonrie, levantándose para servirse un vaso de agua. Se vuelve a sentar y se toma la pastilla.
-Desayunar te hará bien, solo hasta llenarte ¿sí?- pide James, acariciando su muslo.
Regulus asiente.
-Me terminaré la mitad de este pancake y el té- promete. James asiente.
-Genial, bebé. Está bien- asiente. Sabe que presionarlo a que coma más no es para nada una buena idea, asi que volverán a empezar, de a poco.