Capítulo 124
20 de julio de 2025, 23:56
-Sí- asiente Remus, pensando en las rondas de esta mañana- creo que sí.
-¿Crees?- James eleva una ceja, mirando a su primo.
-No lo sé, estaba medio dormido y luego cegado por el placer- responde mirando sus manos.
-Sí, no me des más detalles- pide James, retomando su camino.
Potter camina con las manos en los bolsillos y Remus va jugando con su varita, ambos llaman rápidamente la atención de las personas que los rodean, su porte impone autoridad y la placa con su nombre y el logo de la empresa la reafirma.
-Soy James Potter, vengo a ver a mi padre, Alphard Potter- habla cordialmente, mirando a la recepcionista.
-Buenos días, sí, pase- asiente- ¡el que sigue!
[...]
-El viernes me darán el alta- sonrie Alphard, acariciando la mano de su hijo, sigue viendo al pequeño bebé que gestó en su vientre y ahora aún más.
-Genial pa, todo está bien en casa asi que tranquilo.
-Pidieron reposo absoluto por lo menos por una semana- comenta Mont. James asiente.
-Eso hará ¿o no pa?
Alphard suspira y asiente.
-Sí.
-Le dije a Lib que estaban de viaje de negocios, que era muy importante. No supe que decirle.
-Está bien, cariño- asiente Alphard- luego le contaremos que me enfermé y eso.
James asiente.
-Ella los extraña, te extraña. Yo te extraño, los extraño. Los necesitamos.
-Pronto volveré- promete Alphard- gracias por todo, James. Y a ti también Remus.
-James y Regulus son los que se encargan de todo, ellos realmente se ocupan de la finca, de Lib y de los chicos. Yo a penas y estoy, con el trabajo y eso- suspira.
-Dile gracias a Regulus de mi parte.
-No quiero traerlo al hospital- suspira James- lo noto un poco bajo de magia y no quiero que se pesque alguna enfermedad- es cierto pero no se lo ha dicho, no quiere preocuparlo.
Los Potter asienten.
-Sí, cuídalo- pide Alphard- cuida a la persona que amas.
-Y limpia lo que ensucies- recuerda Mont.
-La abuela te retaría- James sonríe divertido.
[...]
-¿Me acompañas a una farmacia muggle?- pide Remus, mientras caminan a las chimeneas.
-Claro, ¿qué comprarás?- cuestiona James.
-Una prueba de embarazo- suspira, entrando a la chimenea.
-No dará positivo si tuvieron sexo hoy, Moons- responde James.
-¿Y? ¿qué hago?- pregunta, confundido. Sirius es su primer novio, hay cosas que a penas está aprendiendo.
-Preguntarle a Sirius si recuerda si usaron condón, esperar una semana...- enumera con sus dedos.
-Sabes mucho de esto- sonrie divertido, entrando a la chimenea junto a James
-Hemos tenido más de un "susto" de embarazo con Cookie- recuerda.
Remus toma un puñado de polvos flu y vuelven a la empresa.
[...]
Regulus lava a mano la ropa de James. Es sastrería nueva asi que, como lo indicó Alphard (indicaciones que anotó en un cuaderno), la lava despacio y delicadamente para que no se arruine.
-Papi- llama Lib- ¿te gusta el nuevo look de Barty?- pregunta, señalando a Crouch, que está a su lado.
Regulus sonrie divertido al ver a su mejor amigo con un corazón lleno de glitter en la mejilla derecha, sombra rosa y labios rosas, totalmente fuera de su estilo.
En el cabello lleva muchos broches de unicornios y una diadema de princesa.
-Me encanta- ríe levemente.
-¿Te sientes bonito?- pregunta Lib, tirando de la mano de Barty, con emoción. Crouch suspira y asiente- ¡genial! ¡porque te ves bonito!- lo abraza. El de tatuajes mira a su mejor amigo, quién acaricia su estómago, señalándole que si quiere tener hijos que debe aguantar eso. Pero Barty lo entiende mal y abre los ojos grande, pegando las pestañas postizas de brillos a su párpado.
-Ve que Evan quería jugar contigo al ajedrez- habla Barty, señalando al living.
La niña asiente y se va corriendo.
-¿Por qué echas a tu estilista?- ríe Regulus.
-¿Estás embarazado?- suelta, sin anestesia.
-No, ¿qué te hace pensar eso? Además no digas eso en voz alta porque Sirius te puede escuchar y luego discutirá con James y terminará golpeándolo- suspira- lo que te quería decir es que si quieres tener hijos en el futuro te debes acostumbrar a eso- señala la cara de Barty.
-Ahh, así- asiente Crouch, tratando de despegar las pestañas de sus parpados- ¿le lavas la ropa a tu esposo?- molesta. Regulus sonrie de lado.
-Ayer lo obligué a comprarse trajes, ¡necesitaba! dice que hace un par de meses no se compra ropa.
-Yo amo comprar ropa pero padre no me daba dinero, asi que compraba con el dinero que me daba madre- suspira- la extraño.
-Seguro ella volverá a visitarte en un tiempo, no pierdas la fe- anima Regulus.
[...]
Regulus junta la ropa mientras James pasa por la chimenea.
-Buen día, ¿y Reggie?- pregunta, lleva un ramo de flores en la mano.
-Afuera- señala Evan.
James camina hacia Regulus y sonrie enternecido al verlo destender su ropa.
-Buenos días, bebé- saluda James, escondiendo el ramo de flores detrás de su espalda. Regulus voltea y sonrie ampliamente.
-Hola cariño- responde inconscientemente, James sonrie aún más- te lavé la ropa nueva- señala- espero que te guste como quedó, la lavé a mano, aunque falta que la planche, en la tarde lo hago.
-Eres el mejor- sonrie James- no debías.
-Pero quería- afirma y sonrie dulcemente, Potter se derrite ante él.
-Cierra los ojos- pide James. Regulus acata la orden sin siquiera pensarlo. James le extiende el ramo-Abre los ojos, cariño- pide Potter.
Regulus abre los ojos y chilla emocionado con una amplia sonrisa en la cara, toma el ramo de flores y besa la mejilla de James.
-¡Flores para mi!- exclama feliz- ¡otra vez!
-Claro, feliz ante ultima semana de vacaciones- frunce el ceño, buscando una excusa para regalarle flores.
-Él solo quería una excusa para decirte que se la pones dura y regalarte flores- acota Barty, que pasaba por ahí.
-Basta Barty- exige Regulus serio-¿Qué decías?- pregunta mirando a James.
-Si era una excusa para comprarte flores- admite James rascándose la nuca- soy un poco bobo, yo...
-Está bien- Regulus sonrie divertido-Gracias por las flores- suspira enamorado. Lo mira y luego mira las flores.
-Es un placer- toma su mano y besa sus nudillos.
La piernas de Regulus tiemblan levemente y se sonroja hasta las orejas, aún más de lo que ya estaba.
-Creía que la única vez que recibiría flores sería en mi velorio- murmura, mirando las coloridas flores.
James suspira triste y lo abraza.
-Tu mereces flores y mucho más.
-Padre y Madre decían que los hombres no recibimos flores en vida y pensé que... así sería.
-No lo es y no lo será. Lo prometo- habla James, firme.
Regulus sonrie enternecido.
-Al bebé también le gustaron las flores- comienza el juego, mirando los ojos avellana.
James lo abraza por la espalda, besando su mejilla.
Las manos de Potter se meten debajo de la camisa de Regulus y el pantalón, ya que usa tiro bastante alto, acariciando la parte baja de su abdomen.
El pelinegro suspira ante el suave tacto del mayor.
-¿El bebé tiene hambre?- murmura James contra el oído del pelinegro, luego de sentir un movimiento contra sus dedos. Al principio se asusta pero luego recuerda que no tuvieron sexo y que debe ser hambre
-Sí, él y yo tenemos hambre- Regulus responde divertido.
-¿Es un él?- James sigue el juego, sonriendo contra su cuello.
-Es un él- afirma Regulus-Hay que pensar como le pondremos.
-¿Henry?- propone James, besando la mejilla de Regulus.
Black suelta una carcajada.
-¿Henry Potter?- sonrie divertido.
-¿Qué hacen?- pregunta Sirius, apoyándose en una de las columnas del pórtico.
James aleja rápidamente sus manos, quitándolas de la piel de Regulus.
-Nada- responde el menor de los Black- vamos a almorzar, vayan poniendo los platos.
Sirius los mira por unos largos segundos y luego asiente lentamente.
Regulus trata de tomar el canasto con su mano libre pero no puede, James lo toma por él y une su mano izquierda con la derecha de Regulus.
-Te extrañé- habla James mientras caminan a la mansión.
-Yo también- sonrie Regulus- ¿Dormiremos la siesta?
-Sí, me quedaré en la tarde también- avisa- le pedí a las psicomagas que vengan aquí porque Evan y Barty deben revisarse con el traumatomago y quiero tener todo bajo control. Ustedes pueden poner hechizos silenciadores y hacer las sesiones terapéuticas donde se sientan más cómodos, yo me quedaré contigo, como siempre y saldré un momento a ver como va Sirius y los chicos. A Lib la llevaré con el tío Cygnus así no se aburre.
-Genial- asiente Regulus- ¿cuándo organizaste todo esto?
-Esta mañana- responde James.
Regulus sonrie ampliamente.
-Que organizado.
-¿Sí, no?- sonrie orgulloso de sí mismo. Regulus asiente.
-Sí, serás un gran esposo- sonrie mirando hacia otro lado, sonrojado. James se sonroja también y aclara su garganta mientras llegan a la puerta.
El mayor deja el canasto en el suelo y abre la puerta para el pelinegro, James no suele soltar primero la mano de Regulus, es Black el que suele deshacer el agarre. Y eso hace, suelta la mano de Potter para entrar.
-Calentaré la comida- avisa Regulus, caminando a la cocina.
-¿Pasa algo, cariño?- pregunta Remus al ver a Sirius un poco decaído.
-Nada- responde sonriendo de lado. A él también le encantan las flores y se arrepiente de haber dicho en el pasado que no quería flores. Sabe que no es culpa de Remus, que él solo sigue sus gustos pero... las cosas están cambiando y ahora si le gustan las flores.
Remus lo mira preocupado mientras Sirius se levanta a buscar la jarra de agua.
-¿Qué pasó?- pregunta James, sentándose en la cabecera de la mesa.
-No lo sé- responde Remus, confundido.
-Regulus tiene flores y él no- se mete Evan, jugando con el tenedor entre sus dedos.
-A él no le gustan- afirma Remus.
-Sí, lo ha dicho muchas veces- afirma James.
-Como se nota que son familia- el rubio rueda los ojos- es obvio que cambió de parecer, lo lees literalmente en su cara, es muy parecido a Barty en eso.
-¿Tu crees?- pregunta James.
-Si Regulus pudo cambiar de parecer en muchas cosas, ¿por qué Sirius no?- responde el ojiazul.
Remus suspira.
-Soy el peor novio del mundo- hunde su cara entre sus manos.
-No, ¿por qué no hablas con él?- aconseja James- quizá no es eso o quizá si. O quizá sigue adolorido.
Remus suspira y asiente.
-Sí, gracias Barty- asiente Regulus, dejando un plato lleno de comida frente a James- tu Sirius trae las servilletas.
Crouch deja la panera sobre la mesa.
-Gracias cariño- agradece James, mirándolo. Sus ojos brillan.
-No hay de qué- responde Regulus, sonriendo. Luego vuelve a la cocina a seguir sirviendo la comida.
-Libra no corras- detiene James, tomando a la niña del brazo- es hora de almorzar no de correr por el living- sonrie divertido- hay que lavarse las manos.
-Ufa- se queja la pequeña.
-Papá te acompaña- habla Regulus distraído, dejando los platos de Evan y Remus frente a ellos- también debe lavarse las manos.
-Cierto- asiente Potter, tomando a la niña en brazos y caminando al baño.
-¿Papá?- repite Barty mientras deja su plato sobre la mesa.
Regulus lo mira mal, Remus está allí.
-Me confundí, tengo la cabeza en cualquier lado- responde Regulus, sonrojado hasta las orejas por la verguenza.
Black vuelve a la cocina junto a Barty, quién toma el plato de Regulus y vuelve al comedor.
-No alcanzo las servilletas- señala Sirius, cansado.
-Yo mido menos que tu- responde Regulus- ¿y si llamas a tu novio de casi dos metros?- propone.
Sirius suspira y niega con la cabeza. La parte venenosa y dramática de él le grita que Remus es el peor novio por no traerle flores ¿por qué a Regulus si le llevan flores y a él no? y su parte lógica recuerda que él mismo ha dicho que no le gustan las flores.
De igual forma no puede evitar sentirse un poco ofendido, no puede controlarlo y se siente mal por ello.
-Tomaré las de papel- murmura Sirius y toma el rollo de servilletas de papel.
Regulus frunce el ceño.
-¿Qué pasó?- pregunta, bajando la voz.
-Nada- responde Sirius- no me siento muy bien, espero con ansias la sesión de esta tarde.
Regulus asiente.
-Será aquí porque James quiere ver que todos estemos bien, también vendrá mi psicomaga y el tramatomago para Evan y Barty.
Sirius asiente.
-Okey- acepta, prefiere salir pero no hará más drama, James tiene demasiado y no molestará a su mejor amigo.
-Podemos poner hechizos silenciadores- agrega Regulus, sirviendo el plato de Sirius y el de Lib.
Sirius asiente, doblando las servilletas.
-Esa es una buena idea- sonrie de lado y vuelve al living.
Regulus suspira y lleva los últimos dos platos.
Regulus se sienta a la izquierda de James, frente a Remus, a su lado Libra y junto a la niña; Sirius.
Barty se sienta junto a Evan, quién se mantiene sentado junto a Lupin, quién está a la derecha de James.
-Está exquisito- halaga James luego de probar la comida- muchas gracias- sonrie mirando a Regulus y coloca su mano sobre la de Regulus, acariciando sus nudillos.
-No hay de qué- responde el pelinegro, sonrojándose. Barty y Evan se miran divertidos. Remus busca la mirada de Sirius pero su novio está distraído revolviendo su comida, la cual ni siquiera ha tocado.
-Sirius- llama Remus, levantándose de la mesa- ¿me acompañas?- pide extendiendo una mano. Sirius mira a su hermano, quién asiente.
El mayor de los Black se levanta y sigue a su novio.
-¿Qué pasó?- pregunta Libra, ladeando la cabeza.
-Nada cariño, come- pide James. Regulus le sonrie a la niña y acaricia su cabeza.
Libra se encoge de hombros y vuelve a su almuerzo. Regulus y James intercambian miradas pero no dicen nada.
[...]
-¿Qué pasa, amor?- pregunta Remus.
-Nada- responde Sirius, cruzándose de brazos.
-¿Es por lo del condón?- cuestiona.
-¿Eh? ¿qué condón?- pregunta Sirius, frunciendo el ceño.
-Lo olvidamos ¿no?
-Yo tiré dos- responde el ojigris- ¿cuántas veces lo hicimos?
-No lo sé, no lo recuerdo- suspira- estaba cegado por ti- Sirius sonrie de lado, la idea de "solo me quiere por mi cuerpo" vuelve a él- ¿Qué pasa, Sirius?
-Ahora me gustan las flores- suelta- y... ¿soy más para ti que algo que te hipnotiza durante el sexo?- suspira, su cabeza está hecha un lío.
-Eres el amor de mi vida. Yo te amo, Sirius. Y no quiero que dudes de eso, yo podría renunciar al sexo si es lo que tu me pides, yo podría...- cae de rodillas frente a Sirius, mirándolo a los ojos- rogarte de rodillas que me creas cuanto te amo.
-Lo sé, levántate- pide Sirius, tomando su mano.
-Sirius, hablo en serio, yo nunca usaría a nadie por sexo y mucho menos a ti, yo te amo y quiero casarme contigo, tener un futuro juntos.
Sirius sonrie enternecido y se agacha frente a él para abrazarlo.
-Lamento no haberte traído flores- murmura Remus mientras las lágrimas caen por sus ojos, el cansancio y la preocupación se acumularon hoy- debí suponerlo, lo siento mucho.
-Tu no eres adivino- suspira Sirius, abrazándolo fuerte- yo... lo siento yo, Remus. Es que... ha sido demasiado, yo también extraño a Fleamont y a Alphard- hace un puchero, Remus lo abraza más fuerte.
-Vi que no comiste- murmura Lupin- estoy preocupado por ti.
-Lo siento- se disculpa Sirius- es que había perdido el apetito por eso- se aleja y mira a su novio- no llores- pide, limpiando las lágrimas de las mejillas de Remus.
-Estuve preocupado toda la mañana, yo... no recordaba si habíamos usado protección y sentí que te fallé ¿sabes? porque es lo primero que me pediste.
-La luna llena está cerca, es normal que olvides algunas cosas. Pero sí, tu mismo te pusiste el condón- recuerda Sirius- Además recordaría si me acabases dentro- sonrie divertido, Regulus copia su sonrisa.
-Te amo, Sirius- recuerda Remus.
-También te amo, cariño- sonrie Black y se levanta- ¿también llorabas porque no podrás levantarte?- sonrie Sirius, divertido.
Remus asiente, tomando la mano que le extiende su chico.
-Maldito lobo- gruñe, quejándose- ¿sabes que es lo que más temo? que siempre sea así, no podré agacharme a jugar con nuestros futuros hijos porque me dolerán las rodillas- resopla, poniéndose de pie con dificultad.
-Pueden jugar sentados en la cama- soluciona Sirius, encogiéndose de hombros.
-No sé como ves lo bueno en el desastre de persona que soy- suspira el castaño. Sirius acaricia su mejilla y se estira para besar sus labios.
-Porque eres increíble, muy inteligente, hermoso y sexi, ah y te amo- sonrie divertido, Remus ríe y vuelve a unir sus labios.
El estómago de Sirius ruge hambriento.
-Vamos a darle de comer a ese lobo- sonrie Remus, señalando el estómago de Sirius.
-Hablamos mil veces de que la licantropía no se hereda- comenta Sirius- nuestro bebé no será un hombre lobo.
Remus frunce el ceño.
-No hablo de un bebé, era como... un chiste- ladea la cabeza- ¿por qué hablas de un bebé?
-Oh, entendí mal- sonrie divertido- claro, porque hizo ruido y como un lobo gruñendo- asiente.
Remus asiente mientras mantiene su ceño fruncido y toma la mano de Sirius para volver a la mesa.
[...]
Regulus suspira tranquilo sobre el pecho desnudo de James.
Ambos duermen la siesta, la cual es interrumpida por la alarma.
-No quiero- se queja Regulus cuando James trata de despertarlo- otro día la veo a la psicomaga, ahora déjame aquí- pide, medio dormido.
James sonrie y besa su cabeza.
-Aunque no tengas la terapia todavía debo recibir a la psicomaga de Sirius y al traumatomago, cariño- susurra, besando la frente de Regulus.
-Noo- se queja Regulus.
-Amor- insiste James y suspira- yo tampoco quiero salir de la cama pero debo.
Regulus resopla resignado y se voltea, dejándose caer al lado de James.
-Ve.
-Creo que deberías asistir a la consulta- habla suavemente- hace un tiempo que no vas ¿no?- sonrie, acariciando su mejilla.
-Lo pensaré- responde Black y se voltea, dándole la espalda.
James suspira y se levanta, busca que ponerse en su armario.
Regulus lo mira desde la cama.
-Pero quiero chocolate- habla Black- asisto a la sesión terapéutica si me das chocolate.
James sonrie ampliamente.
-Te doy- coquetea- chocolate- agrega, Regulus sonrie divertido y rueda los ojos.
-Siempre tan tu- suspira, volteando boca abajo.
James se termina de poner el pantalón y se tira sobre Regulus con cuidado de no hacerle daño.
-¿Tan yo? ¿cómo qué?- gruñe contra su oído, Regulus siente... todo y se muerde el labio. Decide que lo mejor es salir de allí pero la mano de James sobre su cintura lo retiene- dilo, vamos.
-Tan bobo- responde Regulus, divertido. Potter suelta una carcajada y se levanta- vamos, solo es una hora, luego te compro chocolate.
-Acepto solo por el chocolate- recalca Regulus, levantándose de la cama. James lo mira- ¿qué?
-Eres hermoso- repite por tercera o cuarta vez en menos de 24 horas.
-Lo sé- responde Black y sale de la habitación de James, rumbo a la suya.
[...]
-Sí, el hueso ya está en su lugar pero la piel sigue sensible asi que... seguirá con el brazo vendado.
Barty asiente.
-Gracias, doctor.
-¿No le duele no?
-Si no lo muevo si- responde.
-No lo muevas dah- soluciona Sirius
-Le recetaré más pociones, señor Crouch- habla el médico.
Barty asiente.
Luego, el traumatomago revisa a Evan.
-Casi curado- concluye- la magia del amor cura demasiado rápido- sonrie- es increíble cuando encontramos a pacientes con almas gemelas y básicamente ellas los curan. Es bastante rápido.
-Barty es genial- sonrie el rubio, mirando a su novio.
-¿Qué sugiere doctor?- pregunta James cruzado de brazos.
Regulus mantiene su cabeza apoyada en el brazo izquierdo de James mientras se abraza al mismo brazo.
-Reposo hasta el comienzo de clases, nada de actividad física, solo caminar.
-Pero juego al quidditch, doctor- se lamenta Evan.
-Nos veremos en dos semanas, ahí veremos si podrá jugar al quidditch, aunque no lo creo. Solo caminar despacio, pasear.
El rubio asiente.
-El lado bueno es que podemos ir a pasear con Regulus y Potter- trata de animar Barty,
-No- niega Evan- si él nos encuentra no sé que nos hará- suspira- no hay que salir- murmura.
Los presentes quedan en silencio.
-Muchas gracias por venir, señor- agradece James, extendiendo su mano derecha para saludarlo- ¿alguna sugerencia más?
-Si no le duele la herida al señor Rosier que no tome las pociones- comenta antes de irse.
-Claro- asiente James- así será- extiende una bolsa con galeones.
El traumatomago la toma y luego pasa por la chimenea.
Barty abraza a Evan. Sirius se levanta del sofá y camina a la cocina.
-Prepararé el té- avisa Regulus.
-Voy contigo- agrega James. Comprenden que ambos necesitan estar un momento a solas.