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Estuvo dando vueltas en la cama mientras dormía. Cuando despertó vio a los perros acurrucados del lado de Nayuta. Un rayo de luz del exterior irrumpía la oscuridad de la habitación y el reloj en la pared marca las tres y diez de la madrugada. Aún adormecido por el sopor Denji se sentó en la orilla de la cama. Ese sueño se sintió demasiado real, como un recuerdo de la infancia bastante vivido a diferencia de estar ahí sentado con un sentimiento de vacío y sus sentidos embotados que apenas le permitían moverse torpemente. Lagrimas recorrían sus mejillas mientras miraba el rayo un rayo de luz que entraba por la ventana, era un llanto silencioso acompañado de una profunda sensación de culpa. Aunque ha pasado un año completo desde que Aki y Power murieron y sigue sintiendo un enorme vacío en el pecho. Siente el pequeño impulso de mirar hacia el teléfono. Era una idea sin sentido. No son tan cercanos como para llamarlo por algo así. Además, estaba de madrugada seguro que estaba durmiendo. No contestaria. Camino hacia el teléfono y balanceo su mano sobre el teléfono. Algo en su pecho le hacía sentir la necesidad de hablar con Yoshida, volvió a dudar. Quiere hacerlo, pero sigue buscando excusas en su cabeza para no hacerlo. No es como si fuera a pasar algo malo. Después de todo, en el peor de los casos su llamada quedaría sin respuesta… no en el peor de los casos le contestaría la llamada. ¿Entonces qué diaria?, apretó los puños y respiro hondo intentando calmar sus nervios. Levantó el teléfono y marcó el número de Yoshida. Contuvo la respiración en cuanto escucho el tono de marcar. El tono sonó dos veces más. Yoshida levantó el teléfono justo antes de que el tono sonará por tercera vez. —Hola ¿quién habla? —preguntó Yoshida algo soñoliento. La voz de Yoshida en el teléfono resonó dentro de la cabeza de Denji. Volvió a apretar los puños, intentando decir algo, pero las palabras no salían de su boca. El sonido de respiración de Denji era lo único que Yoshida puede escuchar al otro lado de la bocina del teléfono así que volvió a preguntar por quién lo había llamado. —Hola ¿Quién es? —pregunto nuevamente—. ¿Me escuchas? —Yoshida —susurro Denji. Trago saliva antes de hablar. —Hola… yo… —su voz temblaba—. Quería saber si, ¿podíamos vernos mañana? —¿Dónde quieres que nos veamos? —En un acuario.◆
El sonido de los pasos de ambos resonaba por los pasillos del acuario mientras caminaban hasta una de las bancas del lugar. Denji aún sentía un ligero dolor de cabeza por haber estado llorando la noche anterior. Ambos se sientan para contemplar los peces, estuvieron en silencio por un rato. Pronto Yoshida rompió el silencio. —Oye Denji, ¿Por qué un acuario? La pregunta sorprendió un poco a Denji. —¿Ya habías estado en uno en tu cita con Asa no? —preguntó Yoshida. —No es por nada en especial, solo quería ver los peces sin estar preocupado por un demonio que nos tiene atrapados para siempre —respondió Denji tranquilamente. La sala volvió a estar en silencio, así que solo se quedaron contemplando a los peces. Un espectáculo poco común se hacía presente al observar como uno de los tiburones mordisqueaba a una mantarraya mientras esta intentaba escapar aleteando, pero sin su aguijón no tenía mucho que hacer contra el tiburón que solo la zangoloteaban de un lado a otro hasta que logró darle una mordida que le arrancó una de sus aletas. La sangre que se esparcía lucía como una nube roja en medio del agua que desapareció lentamente. Esta atrajo a más tiburones que persiguieron a la ya herida mantarraya que nadaba dejando una pequeña estela de sangre detrás, no pasó mucho para que la alcanzaran y le dieran el final a su vida despedazando. Unos de los pocos restos que quedaron fueron rápidamente carroñados por el resto de los peces del recinto, no quedó nada de la mantarraya. La escena de la mantarraya destrozada hizo que Denji recordará el sueño que tuvo la noche anterior, volviendo a sentir como la culpa le retorcía el corazón haciendo que tuviera que bajar la mirada. El silencio comenzaba a volverse incómodo para él. Yoshida siempre está intentando acercarse, pero ahora que necesita que esté cerca no parece tener intenciones de hacerlo de alguna forma le resultaba frustrante. —No tienes que estar tan distante, ¿sabes? —refunfuño Denji. —Pensé que quería evitar el tema. A Denji se le hundió el corazón, como si hubiera sido descubierto haciendo algo malo y aunque eso era verdad esperaba recibir alguna especie de reconfort extraño con Yoshida. —¿Estabas llorando? —preguntó Yoshida. —Si —dijo temblando y luego levantó la mirada hacia el frente—. Me gustaría hablar de cualquier otra cosa. —En ese caso dime ¿Cuál es tu comida favorita? —La comida china. —¿Algo en especial? —dice Yoshida con su característica sonrisa. Denji se tomó un momento para pensar. —Rollitos primavera, pero tienen que estar crujientes, se arruinan cuando les dejas sudar en el empaque. —Debes de pedir mucha comida a domicilio. —Bastante, ¿y a ti que clase de comida te gusta? —dijo señalando a Yoshida. —El espagueti. —¿Espera que? —pregunto Denji sorprendido—. Pensé que serías fan de los takoyakis. Yoshida empezó a reírse de forma franca y tonta. El comentario de Denji le había resultado tan sincero que no pudo evitarlo, y aunque Denji trataba de sentirse molesto no lo hacía. La risa terminó por contagiar y ahora ambos estaban riendo. —Oye… pero no te rías —dijo Denji mientras no paraba de reír. —Como no voy a reír de que pienses así de mi —Yoshida estaba secándose las lágrimas que se le salían por reírse—. Solo lo asumiste porque tengo un contrato con el demonio pulpo. Aunque Denji intentaba calmar su ataque de risa no podía y estaba comenzando a dolerle el estómago mientras Yoshida le daba unas palmadas en la espalda para ayudarlo a calmarse. Finalmente, el dolor lo obligó a dejar de reír, respiro hondo y recuperó la compostura. —¿Y eso por qué? —preguntó Denji mirándolo a la cara. —No soporto la comida marina, no importa como esté preparada me da asco. —Entonces no comes mariscos, que lástima —se lamentó Denji—. Tantos platillos que te estas perdiendo. —No tienes que lamentarte por… Justo antes de que Yoshida terminara de hablar, Denji se acercó y lo interrumpió con un beso en los labios. Fue rápido, pero Yoshida se quedó congelado mirando a Denji. La expresión de la cara de Yoshida se lo dijo todo, no se lo esperaba y eso lo hizo arrepentirse de inmediato, trago saliva y piensa en volver a casa lo más rápido posible. Antes de que pudiera levantarse Yoshida lo tomó de los hombros para besarlo de verdad. Los labios de ambos se presionan suavemente uno contra el otro. Resultaba ser una sensación extrañamente reconfortante para Denji, tal vez era porque se tranquilizó de que su movimiento fue bien recibido o tal vez porque podía disfrutar de un beso que no lo iba a traumatizar. Como sea al final se dejó llevar por Yoshida quien marcaba el ritmo, se notaba que tenía más experiencia. En cuanto se separaron comenzó a sentir como que su corazón se aceleraba, estaba excesivamente ansioso sentía que solo le había echado más leña al fuego. —Oye Denji. No pudo decir nada en ese momento solo se quedó mirando fijamente a Yoshida. —¿No te gustaría que saliéramos juntos? —¿Te refieres a salir como si fuéramos pareja? —preguntó Denji dudoso. —Así es —respondió con una sonrisa mientras le revolvía un mechón de cabello a Denji—. Me gusta desde hace tiempo. No tenía idea de qué responder, sentía que estaba entre la espada y la pared. Todo el tiempo había pensado que las cosas raras que hacía Yoshida solo eran por joder. Estaba desconcertado, no sabía que había hombres a los que les gustaran otros hombres, aunque él también entraría en ese concepto. Después de todo él fue quien se lanzó primero. —Ah pues… —tragó saliva—. Supongo que sí. —Me alegra escuchar eso de ti. —dijo Yoshida con una sonrisa. Esa sonrisa es algo bastante predecible de él. Se sentía completamente avergonzado por decir eso, tampoco sabía cómo reaccionaría. Yoshida no hizo ningún avance después de eso le fue bastante evidente que Denji estaba demasiado nervioso al respecto así que solo se quedaron observando un rato más a los peces antes de irse.◆
Mientras caminaba a casa no dejaba de darle vuelta a lo ocurrido en el acuario. «En serio paso eso». Supuso que ahora tenía novio, y no es para nada cómo se habría imaginado que sería su primera relación. Siempre había pensado que sería con una chica que habría salvado como Chainsaw man. Pero no fue así, fue con un tipo al cual le habían encargado vigilarlo para que no expusiera su verdadera identidad. Es raro y necesitaba tiempo para procesarlo. «Lo consultaré con la almohada y mañana le diré lo que decida».