◆
Caminaban de regreso a casa tomándose de las manos, Denji tenía una sonrisa como nunca había tenido por un tiempo y Yoshida le daba ánimos solo para seguir viéndolo sonreír. Cada uno feliz a su manera. —Eres adorable cuando te emocionas de esa forma. —¿Adorable? —preguntó Denji. —Sí, como un cachorro —asintió Yoshida. —¡Oye, no me compares con un perro! Yoshida río por la molestia de Denji. También le resultaba divertido fastidiarlo un poco. Sus reacciones eran lo que consideraba más encantador en su persona. —Lo siento, pero cómo no te vas a ver igual a un cachorro, si hace un rato estabas babeándome la cara. —Eso no era lo que intentaba hacer —dijo Denji avergonzado—. Además, tú fuiste quien dio el primer paso en esta ocasión. —Lo sé, solo me divierte molestarte —dijo Yoshida sonriendo pícaramente. —¡Cómo! —Es que es bastante fácil. Yoshida revolvió el cabello de Denji e intentó hacerle cosquillas en el estómago, pero él lo esquivó sin soltar su mano. —¡Okay espera! Ya entiendo a qué te refieres. Yoshida se detuvo. —Está bien por mí, no vayas a hacer eso ni besarme cuando este Nayuta con nosotros. —¿Nayuta? —preguntó Yoshida bastante sorprendido—. ¿Y eso por qué? —Se pone posesiva si le hablo de salir con otras personas, especialmente si era sobre conseguir novia y tener citas con ellas —Denji hace una pausa—. Lo más probable es que te mate si nos ve juntos de esa forma. Hay un silencio entre ambos. Esto no preocupa a Denji y Yoshida acaricia su barbilla con su mano derecha pensando un poco más en lo que su novio acaba de decir. —No pensé que fuera tan inestable. —No es inestable, solo le gusta creer que soy de su propiedad —corrige Denji tranquilamente—. Encontraré la forma de decírselo, dame unos días para pensarlo. —De acuerdo. Aunque el comportamiento de Nayuta preocupaba un poco a Yoshida este decidió confiar en Denji y esperar a ver como manejaba la situación. Después de todo no tenía ninguna urgencia por conocer a esa niña demonio.Día 5. Intermedio
30 de julio de 2025, 17:28
Estuvo pensando en ello toda la mañana y aún no había podido decidir si seguir en la relación con Yoshida. Estaba inseguro al decirle que sí, pero también se sentía bien al saber que alguien lo amaba por ser Denji y no chainsaw man.
Pensaba que estaba loco al considerar ir en serio con esto. «Esperaré unos días, si no me convence la situación lo termino.» Sonó el timbre de la hora del almuerzo, tal vez debería ir a buscarlo y almorzar juntos. Se dirigió a su salón, pero ya se había ido, tal vez fue a la cafetería para comprar algo. Denji fue a la cafetería y tampoco lo encontró ahí. Esto es raro, no sabía si había faltado a la escuela o si también tuvo la idea de ir a buscarlo, aunque, eso no tiene mucho sentido, se habría topado con él caminando en el pasillo.
Decidió volver a su salón, mientras caminaba vio a Yoshida ayudando a una chica a pegar unos carteles del club de música. Se acercó para hablar con él.
—Yoshida.
En ese instante volteo a ver a Denji, se notaba bastante que está feliz por verlo hasta se podría decir que nunca se le había visto tan contento. Mientras tanto, la chica seguía pegando carteles.
—¡Buenos días, Denji!
—Buenos días, oye, estuve buscándote por todas partes.
—Una disculpa, quería ir contigo en cuanto sonara el timbre, pero me atraparon.
Denji miró a la chica.
—¿Hablas de ella no? —preguntó Denji señalando a la chica.
—Sí, es mi amiga Umeko me pidió que la ayudara, es del club de música.
—No te preocupes, ya casi acabamos —dijo la chica mientras sacudía la caja con los carteles—. Si quieres puedes acompañarnos.
Yoshida sonrió al escuchar eso y miró a Denji, quería que lo acompañara. Aceptó de mala gana. Los tres caminaban por el pasillo mientras Yoshida y Umeko, ella intentaba incluir a Denji en la conversación, pero él solo daba respuestas cortas como «Ajá sí» o «No realmente». Si bien no estaba siendo grosero con la amiga de su novio, si se notaba que tenía cierto rechazo hacia ella, algo que Umeko podía ignorar, pero Yoshida no tanto.
Una de las razones por las que se había enamorado de Denji fue porque es un libro abierto, no le importa que las personas se rían cuando dice lo que piensa, es auténtico. Ver los celos que emanaba de Denji le resultaba satisfactorio y quería empujarlos más lejos. Tenerlo pidiendo y compitiendo por su atención le encantaba, aunque más tarde tendría que aclarar las cosas y decirle que solo es una amiga de la infancia, no sería buena idea crear un conflicto por eso. Pero ahora quería molestar a su novio haciéndole cosquillas. Finalmente, los tres se detuvieron y pegaron los carteles restantes. Yoshida no pudo resistirse a la idea de hacerle cosquillas a Denji, él estaba algo incómodo e intentaba evitar que le hiciera cosquillas.
—No se preocupen, ya los dejo solos —dijo Umeko sonriendo—. ¡Después me cuentas cómo les fue Yoshida! —gritó mientras se iba corriendo.
—¡Adiós Umeko! —respondió Yoshida.
Se fue tan rápido cómo apareció, los había dejado solos y parecía que iba a estar al tanto de lo que pasará entre él y Yoshida. Pensar eso le dio escalofríos, pero no creía que él hablara de cosas ordinarias, más bien le parecía que solo hablaba para expresar lo que considera preciso. Aún le hacía falta conocerlo mejor.
—¿Aún tenemos tiempo para nosotros? —preguntó Yoshida sonriendo.
—Sí, como treinta minutos.
—Entonces vamos rápido a la azotea.
Lo tomó de la mano y fueron directo allá. Estaban solo de nuevo y por alguna razón esto hacía sentir nervioso a Denji. No tenía ni idea de cómo reaccionar si Yoshida y el silencio le resultaban demasiado incómodos para solo comer. Estaba pensando en decir algo sobre los pasteles, pero Yoshida le robó el momento.
—Oye, ¿no quieres saber quién era ella?
—Dijiste que es una amiga —respondió con un tono de aburrimiento.
—Lo es, solo noté que estabas disgustado por encontrarme pegando carteles con ella.
Se sintió atrapado, intentó ser lo más discreto posible, pero aun así Yoshida había leído sus emociones como siempre.
—Tranquilo, no estoy molesto, solo quiero que las cosas estén bien entre nosotros —se acercó a Denji y lo abrazo.
El calor del cuerpo de Yoshida se sentía muy reconfortante, tal vez demasiado, una sensación tan cálida que lo hacía querer estar ahí por siempre, si así es como realmente se sentía ser amado, podría quedarse dormido en sus brazos en cualquier momento. Vaya que hay una diferencia enorme cuando alguien tiene un interés genuino por él y no ser un escalón antes de alcanzar su verdadero objetivo.
Aún se sentía raro que alguien lo tratara así y la infancia tan jodida que tuvo definitivamente no le ayudaba a asimilarlo.
—¿Así es cómo debería de sentirse la verdad?
—¿Sentir cómo? —preguntó Yoshida confundido.
—Ser amado.
—¿Nunca has sido amado por nadie? ¿Qué hay de Nayuta?
Denji se tomó un momento antes de responder.
—Así no, Nayuta es más una hermana, no hacemos cosas así —Denji tuvo que tomar una bocanada grande de aire para decirlo—. Me refiero a cosas de parejas y esas cosas que hacen.
Intentó continuar con su explicación; sin embargo, todas las palabras se escapaban de su boca. Tenía más ideas en mente, pero no sabía cómo expresarlas exactamente. Solo seguía abrazando a Yoshida lo más fuerte que podía. Sentía a Denji aferrándose a él, casi dejándolo sin aire. Tuvo que poner un poco de fuerza entre ambos para poder respirar con normalidad. Soltó una de sus manos haciendo que Denji se levantara de su pecho mirándolo, parecía un cachorro perdido.
—Sí, así es como se siente —dijo tranquilamente Yoshida.
Subió su mano hasta la mandíbula de Denji y lo besó.
Un hormigueo recorrió el estómago de Denji, tener los labios de Yoshida en los suyos le generaba una sensación casi embriagadora que se sentía mucho mejor de lo esperado. Era todo lo que necesitaba para saber si seguir adelante con la relación, así que cerró los ojos y se dejó llevar. Mientras que Yoshida sentía una avives enorme con el peso de Denji apoyándose sobre él, abrazándolo y aferrándose al afecto que le daban sus labios. Le genera la impresión de haberse estado muriendo de hambre toda su vida. Ambos comenzaban a sentir la insuficiencia del aire, fueron ralentizando el ritmo hasta detenerse con un último beso largo, dejando un fino hilo de saliva entre sus bocas.
Tan pronto como se detuvieron sonó el timbre de la escuela, tenían que regresar para la siguiente clase y así lo hicieron.