◆
Apenas habían pasado dos días desde que Yoshiki descubrió que su amigo Hikaru era un vampiro, ambos continuaron yendo a clases como si nada hubiera pasado y seguían regresando a casa juntos como siempre. Sin embargo, se sentía inseguro caminando junto a Hikaru y tenía muchas preguntas que le carcomían el cerebro. Y verlo tan tranquilo bajo el intenso sol del verano lo desconcertaba aún más. Cuando ambos se detuvieron para comprar helados se animó a decir algo. —Oye, ¿desde hace cuanto tiempo que eres un vampiro? Hubo instante de silencio, como si todo a su alrededor dejara de existir en ese momento en específico y Hikaru dio un largo suspiro antes de hablar. —Hablemos de eso en otra parte. —Dijo con una sonrisa cálida mientras se ponía de pie. Se dirigieron a su usual camino de regreso a casa y cuando Hikaru estuvo seguro de que no había nadie cerca para seguirlos, tomo a Yoshiki de la mano llevándolo dentro del bosque. Este dudo por un momento, pero el chico del cabello blanco siguió adelante sin soltarlo. Caminaron hasta llegar a una pequeña zona apartada libre de árboles y la luz entraba desde arriba como una cascada dorada. Los chicos se sentaron en el pasto. —¿Recuerdas cuando me perdí en la montaña? Yoshiki asintió como si se tratara de un mal recuerdo. —Tu mamá estaba muy preocupada cuando no llegaste a casa en toda la noche. —Se detuvo un momento y continuo—. ¿Te paso algo ese día? —Sí, ese día me mordió un vampiro —parecía avergonzado por admitirlo y Yoshiki estaba aún más preocupado que antes— estaba caminando entre los árboles cuando me atacó de repente, solo alcance a ver que era un adulto. Lo siguiente que recuerdo es que estaba tirado en el suelo a mitad de la noche bañado en mi propia sangre. —Miro a Yoshiki una vez más esperando una respuesta. «Fue muy directo», pensó Yoshiki para sí mismo. Su amigo no solamente era un vampiro, sino que había sido convertido relativamente poco tiempo. ¿Y si ese otro vampiro podría ser alguien del pueblo? —El vampiro que te mordió… ¿Recuerdas quién era? —pregunto Yoshiki. —¿Eh?, no. Para nada no era nadie que conociera. —Hikaru pensó un poco—. ¿Crees que podría ser alguien del pueblo? —No lo sé. —Yo no lo creo, intenté buscarlo poco tiempo después y no encontré nada que me dijera quién podría ser —respondió decepcionado. El chico no quería ser culpado por haber terminado de esa forma. No tenía forma de saber que había un vampiro rondando por el bosque y menos aún podría saber que los vampiros sí existían. —Eso es un problema porque podría volver a buscarte. —Dijo mirando al suelo. A veces Yoshiki no notaba la incomodidad de Hikaru y este no siempre le expresaba a su amigo lo que realmente sentía. El chico jamás había llorado enfrente de Yoshiki y hoy tampoco será el día en que pasara. —¿Qué sugieres qué hagamos? —Preguntó Hikaru. —No creo que podamos hacer nada —suspiro Yoshiki— tal vez ni siquiera viva en el pueblo y no hay manera de saber si está en alguno de los otros. Tampoco creo que sea buena idea confrontarlo. —¿Por qué no? —Dijiste que era un adulto, si lo enfrentamos puede fácilmente superarnos a ambos por mucho. —Movió la mirada hasta las manos de su amigo y recordó lo que paso entre ellos hace poco. Fue incapaz de defenderse de Hikaru sin importar cuanta fuerza pusiera y podría matarlo en cualquier momento con esas mismas manos—. Bueno, puede que más bien sea yo el que no pueda pelear. Sonó demasiado honesto, o al menos Hikaru lo veía de esa forma. Eso de que Yoshiki sería el único indefenso era mentira, aunque ciertamente ahora Hikaru era mucho más fuerte que cuando era humano, en realidad no estaba ni cerca de la fuerza que tenía el vampiro que lo mordió. Aunque sí que tiene razón en que sería mejor no enfrentarse a ese sujeto, ninguno de los dos terminaría bien si lo hacían. —Entonces lo dejamos tranquilo y él nos deja tranquilos a nosotros. —Sonrió Hikaru mientras miraba a Yoshiki. —Eso creo… —trago saliva— oye, ¿cómo es que puedes caminar bajo el sol como si nada? —¡Ah!, eso… no sé. —!...¡ El chico ha estado intentando aprender un poco sobre su nueva condición de vampiro, pero seguía sin entender por qué podía seguir asoleándose como siempre había hecho durante su vida. Hasta ahora todo lo que sabía de los vampiros era lo que se contaba dentro de las películas y libros. Durante las noches escapaba de casa para explorar el bosque y poner a prueba sus nuevas habilidades, desde que se convirtió adquirió una mayor fuerza y mejores reflejos, pero nada que lograra herirlo. —Me lastima la luz un poco en los ojos, pero no me hace daño, puede que eso de que el sol nos mate es solo un mito. —Dijo tímidamente—. Estaba pensando que podrías ayudarme a descubrir más cosas sobre los vampiros. —¿A qué te refieres? —Es que tú eres mucho mejor investigando, yo solo he logrado poner a prueba algunas de mis habilidades de forma física. El chico había adquirido el hábito de escapar todas las noches de casa para explorar el bosque y llevar al límite su nueva condición de vampiro. Su resistencia física y fuerza aumento muchísimo después de que lo mordieran y también empezó a experimentar un particular interés en perseguir a animales que se encontraba durante sus paseos. Le gustaba sentirse como un cazador al igual que un gato persiguiendo sus juguetes, la noche que Yoshiki lo descubrió fue un poco culpa de eso, se había enfrascado persiguiendo ratas por diversión y termino atacándolo porque sintió la necesidad de perseguirlo. Al menos al inicio solo pensó en asustar a la persona hasta que se cansara, pero en cuanto se dio cuenta de que su amigo podría delatarlo sintió miedo y sin pensar correctamente intento morder a Yoshiki para que él también fuera un vampiro. Era idiota, pero genuinamente creía que si ambos eran monstruos entonces no había razón para hacer que los lugareños mataran al otro. Al final estaba feliz de no haber tenido que matar a Yoshiki. —Veámonos esta noche —dijo Hikaru mientras se levantaba— me gustaría que me ayudaras a ver que tan alto puedo saltar. Tenía sus dudas, pero Yoshiki termino aceptando que podía ser mejor que Hikaru aprendiera a controlar su fuerza antes de que alguien terminara herido por accidente. —De acuerdo te veré esta noche, solo tengo una pregunta más —Ah, ¿qué cosa? —¿Qué fuiste a hacer en la montaña aquella vez? —Nada en especial… solo quería dar un paseo. Después de regresar a casa, Yoshiki seguía pensando en lo que paso aquella noche. Ahora que Hikaru era un vampiro tendría que averiguar que tanta información sobre estos era verdad y por lo visto el que estos seres no pudieran caminar bajo el sol era solo un mito. Eso ayudaba a que fuera más fácil mantener su condición en secreto, pero si llegara a quedar atrapado en alguna situación que lo dejara al descubierto no tendría forma de explicarlo. “¿Qué otras cosas podrían dañarlo?, el ajo, las cruces y la plata, tal vez”, pensaba. También le preocupaba que volviera a intentar morder a alguien. Le había perdonado la vida solamente porque eran amigos, pero eso no era ninguna garantía para que hiciera lo mismo con otra persona, en ese caso tendrá que evitarlo a toda costa. Aún faltaban varias horas para encontrarse con Hikaru y aún no lograba acomodar sus ideas del todo. ¿Cómo se suponía exactamente que lo ayudarán a descubrir que tanto puede hacer? Eso de estar rondando todas las noches por el bosque le traería problemas, fácilmente cualquier otra persona del pueblo podía encontrarse con él y descubrirlo de la misma forma. Pronto una preocupación más surgió «¿Qué comía exactamente Hikaru?». Se supone que los vampiros se alimentan de sangre, entonces Hikaru también lo hacía o tendría que hacerlo en teoría. No recordaba que en ningún momento hubiese dejado de comer comida normal durante tiempo posterior a cuando se convirtió, podría ser que tampoco necesitaran beber sangre exclusivamente. Eran demasiados puntos a tener en cuenta y que no podría resolver en una noche. Sería mejor que durmiera un poco antes de encontrarse con Hikaru si no estaría demasiado cansado. Se fue a dormir esperando no ser atormentado por los recuerdos de la noche se encontró con su amigo, estos últimos días había estado teniendo pesadillas donde era perseguido por Hikaru con las que siempre terminaba despertando y mirando por la ventana para asegurarse de que él no estuviera ahí fuera. Le vendría genial poder descansar de verdad antes de encontrarse. Pasaron horas antes de que los ruidos de rocas golpeando la ventana lo despertaran, al asomarse Hikaru ya estaba ahí y se veía bastante entusiasmado. Se vistió rápidamente para salir y ambos chicos caminaron hasta el mismo lugar donde habían estado hablando durante el día. El sitio se veía muy diferente a comparación de la primera vez que estuvo ahí y la poca visibilidad que tenía por la oscuridad lo ponía nervioso. No lo quedaba de otra más que confiar en Hikaru una vez más.Capítulo 1. Un paseo durante la noche
30 de julio de 2025, 18:35
Ni siquiera durante la noche el calor del verano dejaba de ser agobiante, o al menos dentro de la habitación de Yoshiki. El chico había salido de paseo por la frescura de la noche después de despertarse por culpa del sofocante calor. No le gustaba la humedad del sudor, empapaba las sábanas y cansado de dar vueltas en la cama sin poder dormir, salió por la ventana de su habitación para refrescarse un poco. La noche estaba tan tranquila como cualquiera lo podría esperar y el sonido de las cigarras le brindaban cierta compañía. Continuó alejándose de casa mientras escuchaba los sonidos de los insectos a su alrededor, uno de ellos llamó su atención. Parecían pasos entre las malezas, había un animal moviéndose sigilosamente entre los arbustos del otro, lado del camino. El chico sintió algo de curiosidad por ver que sé ocultaba tras los arbustos, sintió curiosidad por ver que era, ya que parecía demasiado grande como para ser un gato y no era usual ver perros callejeros en el pueblo. Una rata enorme salto de entre los arbustos asustando a Yoshiki, este se sobre salto por un momento, pero no tanto como lo hizo al ver una mano intentando atrapar a la rata. El muchacho gritó al instante y quien sea que estuviera escondido entre las malezas siseo para amenazarlo. Yoshiki instintivamente pateo para defenderse un gran error, ya que fue fácilmente derribado por la enorme fuerza de la persona. La oscuridad no lo dejaba ver bien a quien se está enfrentando, así que como pudo se levantó e intentó alejarse del sitio.
A pesar de estar cubierto por la noche, pudor ver el rostro de aquella persona y reconocerla por su inconfundible cabello blanco.
«Hikaru…», pensó.
Esa sola idea lo desoriento lo suficiente como para hacer que se adentrará entre los árboles perdiéndose. No recordaba de ninguna forma como fue que entró en el bosque y mucho menos donde estaba Hikaru. Mientras pensaba cómo regresar al camino miraba a su alrededor, todo lucía igual con los mismos árboles oscuros. La oscuridad de la noche solo le hacía más difícil encontrar una salida y tampoco sabía si su amigo aún lo está siguiendo.
De pronto el bosque se quedó en silencio. Todos los insectos dejaron de chistar, no era normal y todos los sentidos de Yoshiki se pusieron en alerta. Era como si se avecinaba algún peligro inminente, comenzó a correr aun sin saber exactamente hacia donde y sin que sus propias piernas le permitiera parar. Continuó así por unos minutos hasta que algo cayó sobre su espalda derrumbándose al instante. El pánico recorrió todo su cuerpo, sabía que Hikaru lo había atrapado y lo retenían con esa misma fuerza inhumana qué sintió antes. Pegó un grito ahogado en el suelo e intentó sacarse de encima a su amigo, apenas logró girarse boca arriba y entonces los vio con más claridad.
Hikaru no es humano, tenía un par de colmillos qué resplandecían con la poca luz en el ambiente. «¿Esos monstruos son reales?, ¿por qué él?, ¿desde cuándo?… ¿Siempre ha sido uno de esos?», estas preguntas daban vueltas en la mente de Yoshiki mientras el pobre chico hacía lo que podía para no ser asesinado por su mejor amigo. Tenía miedo y las lágrimas se desbordaban por sus mejillas, estaba cansado de pelear contra su amigo. Se rindió dejando que Hikaru lo sometiera completamente, el chico jadeo desesperado. Su amigo lo jalo del cabello dejando su cuello expuesto acerco sus colmillos a este. Yoshiki podía sentir el aliento del chico, era metálico como si hubiera estado bebiendo sangre antes de encontrárselo.
Ese momento entre los dos chicos pareció eterno, Hikaru se estaba demorando demasiado acabar con la vida de Yoshiki. Dudaba, después de todo, era su mejor amigo al que estaba a punto de morder y no podía dejar de pensar en todos los buenos momentos que han compartido a lo largo de sus vidas. Se aferró al brazo de él y trago saliva. No podía dejarlo ir porque podría contarle a los habitantes del pueblo y estos lo cazarían hasta matarlo, pero tampoco tenía el coraje para comérselo. Solo pensaba en el día a día junto a él y de ninguna forma se imaginaba en una vida sin Yoshiki. Levanto la vista observando el miedo en los ojos de su amigo con lágrimas secas en las mejillas y sujetando con fuerza puñados de hojas secas con las manos. Algo en su estómago se torció en un nudo como una sensación desagradable, haciéndole sentir culpable por someter a Yoshiki a ese horror, realmente no quería que su amistad terminara de esa forma, así que intento algo diferente.
—Yoshiki… por favor, no le digas a nadie. —Dijo Hikaru suplicando con la voz quebrándosele mientras abrazaba a su amigo en el suelo.
Yoshiki tardo un poco en procesar lo que estaba haciendo Hikaru. Apenas hace unos momentos este había intentado asesinarlo, pero ahora este le pedía entre sollozos que no lo delatara. Intento decir, pero temblaba tanto que las palabras se atoraban en su garganta sin que se pudiera entender nada de lo que decía.
—Por favor prométemelo, no quiero tener que matarte. —Pidió una vez más—. Por favor…
Aun teniendo el corazón en la boca no tenía ninguna garantía de que seguiría vivo después de esto, sobre todo porque le quedo bastante claro que nunca podría ganarle a Hikaru en una pelea.
Yoshiki trago saliva y acepto.