ID de la obra: 522

Noches de sangre

Slash
NC-21
En progreso
1
Tamaño:
planificada Midi, escritos 16 páginas, 7.493 palabras, 4 capítulos
Descripción:
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Capítulo 3. Siguiendo los pasos de un no muerto

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El mejor momento del día era la hora azul antes del amanecer. La hora azul después del atardecer no era tan útil, almeno no en palabras de Tanaka. Su trabajo le exige aprovechar cada momento de la luz del sol y ese momento de gracia que le daba la llegada del amanecer lo llenaba de satisfacción al tener una cacería exitosa. Los monstruos a los que cazaba no tenían muchas opciones cuando los rayos del sol los desorientaba, entraban en pánico y así era más fácil acabar con ellos. El investigador inhaló profundo, disfrutando de la frescura del aire matutino del bosque. Estaba emocionado, era su primera misión desde que regreso de sus vacaciones y una larga caminata por el bosque lo esperaba. Mientras caminaba notaba pequeñas cosas que le llamaban la atención, como si no las pudiera hacer ningún animal común. Algo que había aprendido tras varios años trabajando como cazador de vampiros, los intentos fallidos le dejaban una gran desventaja, puesto que los vampiros siempre volvían a terminar su trabajo, al igual que los cazadores no dejaban cabos sueltos que pudieran regresar por ellos más tarde. El cazador recibió la misión de localizar a un sujeto que se escabullía desde Saitama. El espectro encontró la forma de moverse sin que el investigador original que lo rastreaba pudiera atraparlo y para evitar perder su rastro, el investigador Tanaka fue enviado a buscarlo. Su talento localizando vampiros era excepcional y eso le ha valido un gran reconocimiento por parte de la organización para la que trabajaba. Aún recordaba su primer año en esta, era como un niño en la escuela con sus maestros, aprendiendo cada cosa posible de sus compañeros de mayor rango. No era sencillo cazar a esas bestias ni mucho menos encontrarlas, son expertos escondiéndose y mimetizándose entre los humanos, aquellos vampiros que se caracterizaban por su inteligencia siempre buscaban vivir en ambos mundos. El haber nacido humanos los dotaba de la capacidad de controlar sus impulsos lo suficiente como para generar pequeños círculos sociales e integrarse parcialmente en la sociedad, mientras se limitaban lo más posible a solo beber sangre para mantener suprimido su instinto de depredador y no asesinar al primer humano que se encuentre en el camino. Este tipo era tolerante y adaptativo a las condiciones de estrés de su ambiente, pero aun así no dejaban de ser peligrosos. Después de todo, si mordían a alguien, esta persona podría convertirse en vampiro. Si el número de su población aumentaba demasiado podrían convertirse en un peligro significado para los humanos, no por nada se convirtieron en el monstruo del folklórico por excelencia, no existía región del mundo qué no tuviese su propia versión del vampiro. Y de esa misma forma también se desarrollaron varios subtipos de especímenes, como si se tratase de diferentes ramas evolutivas. Al menos en Japón existía dos tipos de vampiros y ya sea por buena o mala suerte, en esta ocasión cazaba a uno de los inteligentes. Aunque intentaran cubrir sus rastros, siempre quedaba algún detalle que los dejaba al descubierto. La forma en que algunas de las ramas de los árboles fueron quebradas, las marcas de zapatos en los troncos y como al final estas alteraciones terminaban en una rama lo suficientemente gruesa como para soportar el peso de una persona. Con dificultad, Tanaka subió uno de esos árboles. Encontró arañazos en la rama como si un gato la hubiera usado como rascador, salvo por el hecho de que estos eran demasiado profundos como para ser de un felino doméstico. Más adelante en el barro unas marcas de zapatos bien formadas, si no hubiera escalado ese árbol no las habría encontrado. Siguió las huellas hasta que desaparecieron, la humedad de la tierra ya no era suficiente para moldearse con la suela de los zapatos. Marco el área en mapa de su teléfono y continúa buscando alguna otra pista que le dijera hacia donde se dirigía ese monstruo. Varios pasos más adelante encontró lo que buscaba, un charco de sangre enorme mezclándose con la tierra. Logro atrapar algo, pero ¿qué exactamente? No había objetos olvidados y las marcas de dedos en el suelo pudieron ser hechas por el vampiro cuando finalmente logro someter a su presa. Tampoco había ningún cuerpo en descomposición y al menos por el tamaño del charco debería de haber encontrado un ciervo destrozado. La ausencia de un cuerpo lo ponía nervioso, eso siempre significaba que la víctima era un humano, sin embargo, parecía que esta persona se tomó el tiempo de recoger todas sus pertenencias antes de regresar a casa para lamerse las heridas. Intento encontrar algo en los alrededores sin éxito, tal parecía que la identidad de esta persona sería un misterio por ahora. El investigador tomo suficientes fotografías de su hallazgo y preparo para llamar a su compañera en el caso. Mientras marcaba el número pensaba si sería posible encontrar algún lugareño dispuesto a darle alojamiento por unas semanas. El tono de marcar sonó dos veces antes de que ella respondiera. —Hola. —Hola, Sato. Habla Tanaka. —Sí, ya estaba esperando tu llamada. ¿Qué descubriste? —Parece que uno de los habitantes en el pueblo fue atacado, hay rastros evidentes de que el vampiro estuvo en el lugar. Encontré un enorme charco de sangre, pero no hay cuerpo. —Explico Tanaka mientras admiraba la luz del amanecer—. No luce como si fuera una gran pelea, quien sea que fuera debió terminar siendo sometido muy rápido por ese monstruo. —¿No pudiste encontrar nada que te diera una pista de su identidad? —Nada de nada —chasqueo con la lengua—, estuve buscando por los alrededores, pero no encontré nada. Se levantó sin dejar nada atrás, ni siquiera dejo las marcas de sus zapatos. —No te confíes, aunque sea raro que el sujeto decidiera llevarse consigo todas sus pertenencias, debes asegurarte de que no sea uno de los habitantes del pueblo. Ya sabes que los recién convertidos siempre ocultan lo que les paso. —Lo sé, en el peor de los casos este pueblo podría convertirse en un nido de vampiros. —Por eso debes averiguar la identidad del sujeto cuanto antes, ¿has averiguado algo sobre a donde se dirige el primer objetivo? —Aún no, continuaré buscando en otra área del bosque. —Sigue buscando e informándome cuanto antes de cualquier descubrimiento que hagas, te deseo suerte. —Entendido. Termino la llamada y marco el sitio en el mapa. Hace no mucho que amaneció y el sol de verano todavía era agradable sobre la piel. Regreso hasta la zona de los árboles dañados y reviso una vez más en busca de cualquier objeto. —”Te deseo suerte” —repite mientras ríe—, ella nunca dice eso.

El aire del bosque golpeaba la espalda de Yoshiki. Hacía demasiado frío y el chico se estaba casi congelando. Debió ponerse un suéter antes de salir, pero no lo hizo. Una sensación escalofriante se erizaba en su nuca, no recordaba como llego al bosque o porque estaba allí en primer lugar. Él corría por el lugar como si buscase algo entre la densa oscuridad. Siguió corriendo sin detenerse hasta que un golpeteo en su oído lo derribo. Deserto, estaba en la cama y el golpeteo volvió. Miro hacia la ventana y supo de inmediato quién hacía ese ruido. Deslizo la continuación y lo vio, Hikaru ya estaba esperándolo fuera. Quedo tan profundamente dormido que casi deja a su amigo plantado. Se alistó para salir lo más rápido que pudo. Sin dejar de sentirse medio dormido, se dirigió caminando de puntillas hasta la cocina en completa oscuridad. Su familia yacía profundamente dormida en sus futones, aun así quería evitar hacer cualquier ruido que pudiera despertarlos. Al llegar frente al refrigerador tomó el tupper con comida que preparó durante la tarde. Lo guardó en una bolsa y regresó a su habitación para salir por la ventana. Vio a Hikaru parado a unos pocos metros de la casa, sin molestarse mucho si lo hizo esperar mucho tiempo, Yoshiki camino hasta donde estaba. El chico albino estaba feliz de volver a verlo, ambos se dirigieron al mismo sitio de la noche anterior. Los muchachos ya tenían preparados sus puntos a revisar. Discutían sobre qué situaciones podrían probar sin poner en peligro a Hikaru, este estaba un poco preocupado al respecto. Claro que tenía miedo de terminar liquidado en el proceso. Estuvo buscando un poco de información y todo lo de estacas en el corazón, agua bendita, cruces de plata lo ponía de nervios. Aunque no creyera en el cristianismo ahora que era un vampiro, no podía evitar sentir escalofríos al pensar que las primeras personas que podrían decir que debían matarlo serían los padres y monjas de las iglesias del pueblo. Se convirtió en un pensamiento que lo aterraba todos los días. Su compañero tenía que recordarle que justamente por eso estaban ahí esa noche, para prevenir cualquier incidente que pudiera dejar expuesta su condición. Yoshiki saco el tupper que trajo consigo junto con un tenedor de plástico y se lo dio a Hikaru. Este estaba feliz de que le trajeran algo de comer, el inconveniente llego cuando al destapar el tupper un asido olor casi lo hace vomitar en ese instante. Le disolvía las fosas nasales y garganta, era insoportable, así que le devolvió a Yoshiki el recipiente mientras intentaba deshacerse de aquella sensación de acidez en la boca tomando bocanadas de aire. —¡¿Qué carajo es esto?! —Espagueti con ajo —respondió Yoshiki—. Lo cociné después de la escuela para ver si reaccionabas de alguna manera a este, use ajo en polvo para que no vieras los gajos en este y te lo comieras sin sospechar nada. —¡Estás loco! —dijo increpando a su amigo—. ¡Querías matarme! —Nada de eso, el ajo no mata a los vampiros, solo los aleja. Parece que tienes muy buen olfato, no le puse mucho y aun así lo oliste en seguida. Yoshiki le acerco el recipiente a Hikaru haciendo que reaccionara como si fuera un gato erizado. Le cayó mal la bromita de su amigo y ahora estaba bastante alterado. Retiro el tupper y lo tapo para que su compañero pudiera relajarse. Puede que el olor sea más irritante para él de lo que pensaba, aunque aún tenía un poco de curiosidad de qué pasaría si se lo comía ya ha visto lo suficiente para saber que eso no era una buena idea. Aun así, quería presionarlo un poco más, preguntarse solo como se sentía respecto a este cambio en él. Como si se tratase de un extravagante estilo de vida, para que al final terminase tragándose esas preguntas. No deseaba que Hikaru lo viera como un entrometido buscando fisgonear en su intimidad. —En todo caso dudo que esto sea suficiente para matarte —suspiro Yoshiki—, probablemente la única forma segura de matar a un vampiro sea apuñalarlo directo en el corazón. Estas palabras asustaron a Hikaru, apenas hace unos minutos su mejor amigo había intentado hacer que comiera espagueti con ajo y ahora mencionaba directamente clavarle una estaca en el corazón. —Oye ten cuidado con las palabras que usas —dijo Hikaru temblando—, creo que me va a dar un infarto si mencionas nosotros los vampiros solo podemos morirnos si nos clavan una estaca en el corazón. —Hikaru… cualquier persona se muere si le clavan una estaca en el corazón, no solo los vampiros. —No podría soportar que intentaras apuñalarme mientras duermo —continuo Hikaru mientras se cruzaba los brazos como el clásico vampiro durmiendo. Yoshiki suspiro soltó un suspiro lleno de frustración. Hikaru ya estaba dejando de tomarse en serio el tema. Sabia que su amigo solía bromear para aligerar el ambiente y hacerlo reír pero en este contexto no le hacia mucha gracia que de jara de tomar el asunto con la importancia necesaria. Aun no sabían si de alguna forma Hikaru podría encontrarse en peligro involuntario, tampoco quería pensar en que su compañero se convertirse en una amenaza para el pueblo en el futuro. Tomo el espagueti y se lo comió. El joven albino estaba confundido, no era su intención molestar a Yoshiki y creía que si se relajaban un poco podían pensar mejor. —Tranquilo hombre, solo trataba de bromear un poco. —Se que solo quieres ser gracioso, pero me has mantenido despierto por dos noches seguidas solo para presumir de que te convertiste en un vampiro —hizo una pausa para bostezar—. Nunca haría nada para lastimarte, mucho menos algo que pudiera matarte. Solo trato de ayudarte con lo que me pediste. Por un momento Hikaru se sintió mal. Debió presentir que Yoshiki se tomaría en serio este problema, mas si él mismo era quien se lo pedía. —De acuerdo — se detuvo un momento y recordó lo que había leído sobre los espejos—. ¿Tienes algún espejo de plata en tu casa? —¿De plata? —pregunto Yoshiki. —Si, necesito uno para ver si es verdad que no puedo verme reflejado en estos —respondió Hikaru—. Al inicio se me hacia extraño que un pudiera verme reflejado en el espejo del baño. Creí que ese mito debía de ser solo algo que inventaron los cineastas, pero cuando estuve investigando descubrí que hoy en la actualidad los espejos se hacen con aluminio mientras que en la antigüedad estos era fabricados con plata —el chico hizo una pausa antes de continuar—. Ese mito se debía a que los vampiros no podrían verse reflejado en un espejo de plata porque este metal era usado para purificar energía. A Yoshiki le tomo unos segundos procesar es información. Jamas había escuchado nada de eso, tenia sus dudas pero también le parecía lógico porque se suponía que las armas de plata en teoría podrían dañar a los hombres lobo. Eran dos criaturas sobrenaturales muy diferentes pero al mismo tiempo estas si bien solían ser colocadas como enemigos también ambas leyendas provenían de Europa. Era posible que los objetos de este material antes tuviera un valor mas allá del monetario gracias a esta razón. —No creo que haya uno en mi casa —respondió Yoshiki—. De todas formas intentare buscar uno en las cosas viejas del sótano, pero dudo que mi familia tenga uno. —Esta bien. Yo tampoco estoy seguro de donde podríamos conseguir uno —sonrió el chico albino—. Puede que ni si quiera podamos comprarlo. —Es lo mas probable, ademas de que los espejos de plata son de origen europeo mientras que los espejos en el antiguo japón se hacían con bronce. Los chicos concordaban en que seria útil corroborar de alguna forma si lo de los espejos era verdad, pero sin tener ninguna forma de saber donde conseguir uno tendrían que esperar a tener el golpe de suerte de averiguarlo algún día. Después de eso Yoshiki sugirió intentar una cosa mas, algo que erizo cada cabello a su amigo Hikaru. Tal vez algo demasiado arriesgado de intentar, pero también era lo único con el suficiente potencial de demostrar la existencia de vampiros sin duda alguna. Para ello solo tendrían que ir a una de las iglesias cristianas en el pueblo. El solo pensarlo hacia que el chico albino temblara hasta los huesos.
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