ID de la obra: 550

Más allá de lo oculto

Het
NC-17
En progreso
1
Fandom:
Emparejamientos y personajes:
Tamaño:
planificada Mini, escritos 13 páginas, 6.655 palabras, 5 capítulos
Descripción:
Publicando en otros sitios web:
Permitido mencionando al autor/traductor con un enlace a la publicación original
Compartir:
1 Me gusta 0 Comentarios 0 Para la colección Descargar

Capítulo 1: Eco

Ajustes de texto
Buenas a todos! Está historia está basada en el anime Tokyo Mew Mew y también en Tokyo Mew Mew New. Después del final de Tokyo Mew Mew New. Han pasado 2 años desde que derrotaron a Deep Blue y salvaron la Tierra. Está historia se desarrolla a partir de ahí. Espero que les guste y opinen todo lo que quieran. Capítulo 1: Eco El sudor frío. La falta de aire. La mirada perdida en la batalla. "¿No es obvio? Vine a rescatar a la chica que amo." Ahí estaba yo. Parada en el sitio. Entonces, todos esos recuerdos vinieron a mi de golpe. "¿Por qué lo eliges a él? ¿Qué puedo hacer? ¿Qué puedo hacer para que me elijas? ¿Qué puedo hacer para que me ames? ¿Por qué? Si yo te amo tanto…" Esas preguntas hacían que él derramara una lágrima tras otra y me mirara con el rostro dolorido. El momento en el que nos conocimos, donde él estaba encima de una columna y se lanzó sobre mí, atrapándome en un beso. "Kisshu, ¡detente!" Y entonces lo vi. No era un sueño: Kisshu se interponía en medio del ataque, recibiendo todo el impacto de Deep Blue. Su cuerpo cayendo sin resistencia, como si el peso del mundo finalmente lo hubiese soltado. "¿Por qué…?" susurré su nombre, temblando. "Porque no sé amar de otra forma" respondió con una sonrisa herida. Con los ojos abiertos de par en par, vi como Kisshu caía herido al suelo. Por mí. Por mi culpa. No podía dejar de llorar mientras pronunciaba su nombre. Él me limpiaba las lágrimas suavemente del rostro. Y entonces escuché sus últimas palabras: "Te amo, Ichigo" Susurró su nombre como si fuese una oración perdida. Un eco suave, lleno de resignación. Grité. Grité de rabia. Grité de frustración. Grite de impotencia. Y entonces me di cuenta de que eran las 3:35 de la mañana, estaba en mi habitación y había tenido la misma pesadilla de todos los dias. Intenté recobrar el aliento poco a poco, estaba empapada de sudor. Todos esos sentimientos que sentía se volvían cada vez más intensos, haciendo eco en mi cabeza. No podía dejar de culparme cada vez que veía a Kisshu morir por mi. Cada vez que vislumbraba esa escena, dolía más y más. Dos años. Habían pasado dos años desde aquella batalla final. Desde que Deep Blue fue derrotado. Desde que Kisshu mur… No. No tenía sentido pensar en eso. Lo que fuera que había sentido entonces era solo adrenalina. No fue real. Se lo había repetido tantas veces que ya no lo discutía consigo misma. Y aun así, en sueños… seguía apareciendo. — Mierda, mañana tendré ojeras.- mascullé mientras intentaba dormirme. Muchas cosas habían pasado desde su marcha. Nosotras seguíamos trabajando en el café, pero cada una tenía su vida, y sus problemas. Zakuro seguía siendo famosa y de vez en cuando, tenía giras. Mint empezó a estudiar en la universidad para continuar en la empresa de su hermano. Pudding había empezado la secundaria y seguía siendo tan responsable con todos sus hermanos. Lettuce también estaba estudiando a la vez que trabajaba en un museo. Y yo… Yo no sabía qué hacer con mi vida. Estaba en el último año de preparatoria. Estaba totalmente perdida. Había algo que no encajaba en mi vida. [Al día siguiente] —¿Te pasa algo, Ichigo? —preguntó Aoyama, con esa sonrisa paciente de siempre. Negué con la cabeza, cortés pero ausente. —Solo estoy cansada. Mucho trabajo en el Café. No era del todo mentira. Solo que el cansancio no venía del cuerpo. Venía de adentro. De esa sensación extraña de que algo estaba mal, de que algo —alguien— faltaba. —Podemos dar un paseo esta tarde y así puedes despejarte un poco. —No creo que pueda, Aoyama. Tengo que hacer doble turno en el Café, Zakuro y Pudding no están. — contesté a su propuesta. —Bueno, entonces no te preocupes, quedaremos cuando puedas, Ichigo. Me tengo que ir a entrenar. — me dio un beso en la mejilla, se levantó y se fue. También me sentía culpable de esto. Cada vez que me sentaba frente a él —como ahora, en aquel café familiar de siempre— sentía que el silencio entre nosotros hablaba más fuerte que las palabras. Últimamente, no habíamos tenido mucho tiempo de salir sin interrupciones. Unas veces culpa de Shirogane que me reclamaba para ayudar en el café y otras veces por llamadas de Londres, donde Aoyama se irá el año que viene a estudiar. El ambiente con él se sentía diferente… Antes hablábamos de sueños. De cómo nos queríamos casar, como serían nuestros hijos, nuestra casa. Ahora solo hablamos de turnos, de clases, de tiempo. Tiempo que nunca parece suficiente, pero tampoco deseado. "¿Pero qué estoy diciendo? Aoyama se ha portado muy bien conmigo siempre, es bueno, comprensivo, atento, es el chico con el que siempre había soñado…" pensé. Y entonces, ¿por qué se siente todo tan extraño…? ¿Por qué sentía un vacío que no podía explicar ni llenar? En algún sitio de la galaxia… —¿Estás seguro de que es ella? —El punto débil de Kisshu —respondió un alienígena encapuchado, con voz rasgada—. Él no lo sabe, pero ella tiene fragmentos residuales del mew Aqua. Y un lazo emocional tan profundo que nublaría su juicio en combate. —Perfecto —dijo otro—. Entonces la usaremos para destruirlo. Y nos quedaremos con el Aqua… y su cabeza.
1 Me gusta 0 Comentarios 0 Para la colección Descargar
Comentarios (0)