ID de la obra: 554

Spin & Sway

Het
NC-17
En progreso
0
Emparejamientos y personajes:
Tamaño:
planificada Mini, escritos 583 páginas, 214.110 palabras, 49 capítulos
Descripción:
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Epílogo 2: Vida

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Nota de la traductora: En esta traducción, se ha respetado el uso de palabras y expresiones en español que aparecían en el texto original en inglés. Estas palabras forman parte de la identidad cultural de los personajes y contribuyen a enriquecer la narrativa. Dado que Bella y Angie son de ascendencia latina, suelen incluir palabras en español en sus frases. Estas palabras estarán en cursiva. Por favor, tenlo en cuenta al encontrarlas. . Epílogo 2: Vida . Es la última presentación de la noche, el final del espectáculo, donde mis compañeras y yo enlazamos los brazos unas con otras y, en una línea perfectamente sincronizada, levantamos las piernas a la altura de los ojos una y otra vez, para el asombro alegre de nuestro público. Mis ojos permanecen al frente, pero por el rabillo del ojo veo cada pierna derecha alzarse y patear exactamente al mismo tiempo, seguida por cada izquierda, luego derecha, luego izquierda, y de nuevo derecha. Suspiros de admiración y asombro se elevan entre la audiencia, seguidos por un aplauso tímido, casi atónito, al darse cuenta de que están presenciando casi cien años de tradición y armonización perfeccionada, una coreografía intrincada cronometrada al nanosegundo. Ese aplauso sorprendido pronto se convierte en una ovación atronadora. Para cuando doy la última patada, he levantado las piernas unas trescientas veces esta noche, y estoy agotada pero eufórica al mismo tiempo. Es así todas las noches; este hermoso agotamiento, de alguna manera, me inyecta una oleada de adrenalina que me llena de energía. Nos inclinamos juntas, como todo lo demás, con el pecho agitado al unísono. Mis ojos recorren al público, buscando a mi familia. No vienen a todas las funciones. Sería ridículo intentarlo, con cuatro presentaciones al día de octubre a diciembre y siendo esta ya mi cuarta temporada en Radio City. Pero esta noche, mi esposo ha traído a nuestra hija de dieciocho meses, Alicia Belle, para que vea a su mamá en el escenario por primera vez. Mientras el público aplaude, los localizo en la tercera fila detrás de la orquesta -una de las ventajas de tener una familiar en las Rockettes. Al verlos, me inunda de pronto una avalancha de imágenes que bailan por mi mente: esta familia mía que una vez estuvo tan rota, esta familia que se unió gracias al amor y la devoción más fuertes. Un carrete de recuerdos se despliega ante mí, lleno de lágrimas y sonrisas, discusiones y acuerdos, carcajadas ruidosas y corazones rotos, todo junto a las dos personas que fueron constantes en medio de todo. Como toda mamá, mis ojos se fijan primero en mi hija. Está sentada en el regazo de su padre. Él nota que lo miro y lleva los dedos a los labios, lanzándome un beso con ellos antes de levantar la manita de Allie en el aire, haciéndola saludar con entusiasmo. Ella parpadea un par de veces, con sus grandes ojos azules buscando con curiosidad, aunque sin enfocarse en nada en particular. Me río al ver la expresión de desconcierto en su dulce carita. Luego miro al resto de esta familia mía que está reunida aquí esta noche. Ahí está mi esposo. Supe que era especial desde el momento en que lo vi por primera vez. Pero yo era tan joven entonces… tan confundida… apenas comenzando a sanar… A su izquierda están Angie y Ben. Angie, con su locura, su rareza, su risa contagiosa, ha sido una bendición desde el primer día; y Ben, su esposo y mi representante –uno de los mejores agentes de todo New York. Junto a ellos están Carlisle y Esme, que son más que amigos; son familia. Veo un movimiento al lado derecho de mi esposo. La abuela de Allie la toma con cuidado de sus brazos y la acomoda en su propio regazo delgado, ayudándola a aplaudir con sus manitas. Mis ojos se encuentran con los más dulces y tiernos ojos marrones que existen, los ojos de la mujer que me salvó, que hizo posible, en todos los sentidos, que yo esté donde estoy ahora… S & S Apenas salgo del camerino que comparto con otras siete bailarinas, escucho que gritan mi nombre con una voz familiar, preadolescente, justo antes de que alguien choque conmigo y casi me tumbe. —¡Uf! —me tambaleo hacia atrás al chocar con Jasper, pero él me sostiene antes de caer de culo y me envuelve en un abrazo de oso que casi me deja sin aliento. Mi hermanito de nueve años ha heredado muchas cosas de su papá, incluida su fuerza. Y sí, técnicamente es mi primo, pero nunca nos hemos llamado así. —Jass, me rompes una pierna y te rompo la cara. Él resopla porque ya sabe cómo es la cosa. Cuando nació, era esta cosita gordita y diminuta que lloraba durante horas y no me dejaba dormir en toda la noche. Una noche lo tomé de los brazos de su mamá para darle un descanso, y mientras bailaba con él por la habitación, me miró con esos increíbles ojos verdes y sonrió, balbuceando cosas sin sentido… desde entonces rara vez lo solté. —Pensé que romperse una pierna era de buena suerte en tu negocio —dice con una sonrisita, tan parecido a su papá cuando lo hace… y también al hombre que le dio su nombre. —Sabelotodo. —Me río. Él suelta una risa traviesa con esa sonrisa torcida que heredó también de su padre—. ¿Dónde está Noelle? —Con papá —responde, frunciendo el rostro, ese rostro guapo en su niñez—. Sabes que no se despega de él. Me río porque es la pura verdad. Nuestra hermanita no se separa nunca de su papá. Estoy a punto de preguntar por quien yo esperaba que me viniera a buscar, cuando escucho unos tacones rápidos doblar la esquina. —¿Chicos? —Intenté perderla, ¡pero venía justo detrás! —dice Jasper, creyendo que susurra—. ¿Tienes todo listo? Asiento, y una gran sonrisa se extiende por mi cara cuando la veo. Camina hacia nosotros con esa misma gracia que tenía el primer día que la conocí, hace más de quince años. Este año celebramos su cumpleaños número cuarenta, pero nunca lo adivinarías al verla, tan joven, hermosa y elegante, tan cálida y tierna y con los pies en la tierra, y sin embargo, nunca ha habido nada frágil o débil en ella. Me inculcó esa misma fortaleza, esa misma energía y amor por la vida y por la familia. Cuando llega hasta mí y me envuelve en sus brazos, siento esa misma sensación de seguridad y pertenencia que sentí la primera vez que me abrazó aquel día, hace tanto, cuando me llevó a casa con ella porque la follamiga de mi tío llegó tarde y a ella no le cabía en la cabeza que yo tuviera que esperar sola, que no estuviera bien cuidada. Mi tía Bella. —Estuviste maravillosa —dice mientras se aparta, sus ojos oscuros llenos de orgullo—. Pero, ¿está todo bien? Tu tío dijo que querías que viniera a verte detrás del escenario. Asiento lentamente y tomo su mano. —Tengo una sorpresa para ti. Un regalo de Navidad atrasado. Sonríe y niega con la cabeza, suspirando mientras me mira con ternura. —Mel, cariño, no necesito más regalos. Tenerlos a todos ustedes siempre ha sido suficiente para mí. —Ay, mamá, por favor, ¡eso es tan aburrido! —dice Jasper. —Jasper. Él pone los ojos en blanco ante el tono de advertencia en su voz. —Cullen hasta los huesos —dice tía Bella, y me hace reír porque es tan cierto. —Es solo algo pequeño, tía Bella. Algo que he querido… compartir contigo. Entrecierra los ojos, curiosa, y le aprieto la mano. —Vamos. Mi tía acaricia mi mejilla con ternura, haciéndome sentir otra vez como de doce años, cuando apenas empezaba a entender que mi mundo no se había acabado, que tal vez, solo tal vez, mi tío y yo habíamos encontrado a la única persona en el mundo capaz de hacerlo todo mejor. Ella se merece esto. Se merece mucho más por enseñarme su arte –aunque nunca seré tan buena como ella, por cuidarme en cada desamor, por celebrar conmigo cada logro, por estar siempre de mi lado, por ser mi animadora número uno cuando lo he necesitado, y mi mano firme cuando ha sido necesario. Mi tía Bella se merece esto por todo su amor. »Vamos —repito. Ella asiente lentamente. —Está bien, Mellita. Jasper, vuelve con tu papá y los demás. Por alguna razón, se niegan a salir del auditorio. —Ay vamos, mamá, ya me aguanté casi tres horas de canto y baile. ¿No puedo ir a explorar? —Jasper Anthony Cullen, ¡vete con tu papá ahora!¡'Sta bien! ¡Perdón! —Pone cara de frustrado, pero la abraza porque tiene nueve años, y es un abrazador, y sabe cuán afortunado es, cuán afortunados somos. —Te quiero, mami. —Yo también te quiero, mi amor. Ahora ve con tu papá y los demás. S & S Tía Bella se ríe a carcajadas. Dice que no puede creer que la esté haciendo hacer esto, pero yo lo veo en sus ojos, en la forma en que brillan y relucen, lo emocionada que está a pesar de sus protestas. —¡Mel, han pasado más de seis años! —¡Eso no significa absolutamente nada cuando se trata de ti, tía Bella! Llamé a cobrar algunos favores y prometí algunos más. El Gran Auditorio de Radio City ha sido desalojado por todos, excepto por nuestra familia. Están sentados una vez más en primera fila, y cuando tía Bella y yo salimos al escenario tomadas de la mano, donde el resto de mis compañeras Rockettes nos espera con su vestuario listo, todos aplauden con fuerza. Y mi tío Edward se lleva los dedos a la boca y silba fuerte. Me sonríe, grita mi nombre con orgullo y con fuerza, pero es como si no pudiera evitarlo –cuánto siempre ha necesitado mirarla, cuánto siempre la ha necesitado en todos los sentidos, y está bien, porque ella siempre le ha entregado todo. Han sido el uno para el otro: aliados, apoyo, sostén, su fuerza más grande en todo. Tía Bella actuó en algunos de los mejores escenarios de New York, y aun así siempre siguió enseñando en Baila, siempre haciendo tiempo para sus estudiantes, siempre haciendo tiempo para mí. Con los años, me convertí en asistente y luego en maestra yo también, y cuando cumplí dieciocho, Jake se fijó en mí. Y fui a Juilliard, mientras el negocio de construcción de tío Edward y tío Emmett crecía. Y luego, tío Edward y tía Bella agrandaron nuestra familia. Después de que nació Jasper, tía Bella siguió bailando por un par de años más. Mi abuelo Charlie, se asoció con mi tío Edward y tío Emmett, y S & D Contracting se convirtió en SCM Contracting, una de las compañías contratistas más respetadas de la ciudad. Cuando cumplí veintidós, Jake me propuso matrimonio. Cuando llegó la pequeña Noelle, tía Bella dejó el escenario para enfocarse en Baila y en su familia, y nunca miró atrás. Cuando cumplí veinticuatro, Jake y yo nos casamos. Y a través de todo eso, tía Bella ha sido nuestra columna vertebral. Pero nunca bailó con las Rockettes. Ella ha hecho realidad los sueños de muchas personas. Esta noche, le toca a ella. —¿Estás lista? —le pregunto. Asiente con fuerza, su emoción evidente en el bello rubor que ilumina su piel naturalmente dorada. Su vestuario brilla y reluce, y le queda perfecto. Nunca perdió su figura de bailarina. Doy la señal y empieza la música, y levantamos las piernas al unísono mientras nuestra familia grita y silba. Miro a todos: Angie y Ben, Carlisle y Esme, tía Rose, tío Emmett y sus cinco hijos, mi abu y la abuela Sue, mi hermoso esposo y mi dulce hijita, mi linda hermanita de seis años, Noelle, con su larga melena cobriza y ojos muy oscuros, sentada muy pegada a su papi, mi tío Edward. Mi fuerte y guapo tío Edward, que fue el primero en salvarme, que no ha probado una gota de alcohol en más de quince años. Recuerdo a mis padres biológicos, claro que sí: Mary Alice Brandon, la mujer que me dio la vida y la base de quién he llegado a ser, la mujer que me cantaba para dormir. Jasper Adam Cullen, el hombre que me llevaba sobre sus hombros. Los extraño todos los días. Los honro como mis padres. Les hablo todo el tiempo, contándoles que estoy bien, que soy feliz. Y ellos me sonríen desde el cielo; lo sé. Los siento en una brisa cálida; los veo en las sonrisas de mi hija. Pero tía Bella y tío Edward… ellos me enseñaron lo que significa amar… crecer… madurar… confiar… ser una familia… Tía Bella y yo levantamos las piernas bien alto por última vez. Cuando termina la música, se gira y me abraza con tanta fuerza. —Mellita, te amo tanto. Gracias —susurra con fervor—. Gracias. —Yo también te amo, tía Bella. —Suspiro—. Y gracias… por todo. S & S *Palabras originalmente en español* para este capítulo: ¡Vete con tu papá ahora! ¡'Sta bien! ¡Perdón! Te quiero, mami . Yo también te quiero, mi amor.
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