Capítulo 2
16 de agosto de 2025, 2:53
Mackenzie se encontraba tumbado en su cama, mirando fijamente una foto que sostenía entre sus manos. En la imagen, él aparecía sonriente junto a sus dos grandes amigas, Bluey y Bingo. La foto, tomada en un día feliz y despreocupado, ahora le traía un torrente de pensamientos y emociones contradictorias.
"Y el próximo año los tres estaremos en la secundaria. Voy a tener que verlas a ambas todos los días", murmuró para sí mismo, dejando escapar un suspiro.
El recuerdo de lo sucedido en la casa de las Heelers hace algunos días atrás seguía fresco en su mente. Besos. Besos. Besos. Era lo único en lo que podía pensar en ese momento. Mackenzie se sentía atrapado en un laberinto emocional, incapaz de encontrar una salida clara.
"¿Es que acaso no pudo haber alguien que me hubiera dicho cómo besar a una chica antes de que lo hiciera?" Pensaba en voz alta, frustrado. "Aún peor, ¿cómo recibir un beso de una chica que se supone que no amas? ¿Y qué haces cuando el beso que te dio la chica que no amas te gustó?"
Mackenzie se revolvía en su cama, incapaz de encontrar una posición cómoda. Las preguntas sin respuesta lo acosaban, haciéndolo sentir aún más confuso. "Es tan confuso para mí... ¿Pero por qué será que Bingo me dio el beso? ¿Acaso le gustó o solo quiso poner celosa a Bluey?" Pensaba mientras daba vueltas alrededor de su cuarto.
Se levantó de la cama y empezó a caminar de un lado a otro, tratando de ordenar sus pensamientos. "Pero a mí no me gusta Bingo de esa manera, y no quiero lastimarla. Agh, ¿qué puedo hacer para poder seguir siendo amigo de ambas sin tener este remordimiento?" se preguntaba, sintiendo un nudo en el estómago.
De repente, recordó las palabras de su padre sobre ser honesto y respetuoso. Decidió que la mejor manera de enfrentar esta situación era hablar con ambas, aclarar sus sentimientos y escuchar los de ellas. Solo así podrían seguir siendo amigos sin que los besos se interpusieran entre ellos. "Suena muy fácil en la teoría. Ahora veremos cómo se da en la práctica".
Mackenzie se sentó en su cama, decidido a planificar lo que le diría a Bluey y Bingo. Quería ser honesto y respetuoso, pero también quería asegurarse de no lastimar a ninguna de las dos.
"Okay, okay, okay", se dijo a sí mismo, tratando de ordenar sus pensamientos. "Primero, debo admitir que besé a Bingo. Y luego, debo explicarle que no fue porque la ame de esa manera, sino porque... porque... no sé, porque fue un momento de locura, supongo."
Se detuvo un momento, pensando en cómo continuar. "Luego, debo hablar con Bluey. Debo decirle que valorizo nuestra amistad y que no quiero que nada se interponga entre nosotros. Y también debo preguntarle si ella siente algo por mí, para que podamos aclarar las cosas."
Mackenzie se levantó de la cama y comenzó a caminar de un lado a otro, ensayando su discurso. "Y luego, debo hablar con Bingo de nuevo. Debo decirle que la valorizo como amiga y que no quiero que se sienta incómoda cerca de mí. Y también debo preguntarle por qué me dio el beso, para que podamos entender mejor lo que pasó."
Se detuvo un momento, sintiendo un nudo en el estómago. "Espero que esto salga bien", se dijo a sí mismo. "Espero que podamos seguir siendo amigos sin que los besos se interpongan entre nosotros."
Finalmente, Mackenzie se sentó en su cama, decidido a hablar con Bluey y Bingo lo antes posible.
***
Al día siguiente, en el parque, Mackenzie estaba nervioso mientras esperaba a Bluey y Bingo. Había elegido un lugar tranquilo bajo un gran árbol, esperando que el ambiente relajado ayudara a suavizar la conversación.
Bluey y Bingo llegaron juntas, riendo y bromeando como siempre. Al ver la expresión seria de Mackenzie, sus sonrisas se desvanecieron un poco.
"¿Qué pasa, Mackenzie?" preguntó Bluey, frunciendo el ceño.
Mackenzie respiró hondo. "Tengo que hablar con ustedes sobre algo que ha estado en mi mente."
Bingo, siempre la más directa, se cruzó de brazos. "¿Es sobre el beso?"
"Sí", admitió Mackenzie, sintiendo sus mejillas calentarse. "Es sobre el beso."
Bluey y Bingo se miraron entre sí y luego a Mackenzie, esperando que continuara.
"Primero, quiero decir que lamento si las cosas se volvieron incómodas", empezó Mackenzie, hablando rápidamente. "Bingo, eres una gran amiga, pero no sé si te gusto de esa manera. Y Bluey, tú también eres una amiga increíble y no quiero que esto arruine nuestra amistad."
Hubo un momento de silencio antes de que Bingo empezara a reírse a carcajadas. Mackenzie la miró, sorprendido. "¿Qué es tan gracioso?"
"El beso solo era para darle celos a Bluey". Dijo Bingo mientras Bluey rápidamente le tapo la boca.
Bluey, con las mejillas sonrojadas, miró a Mackenzie. "Sí, bueno... Bingo pensó que si me ponía celosa, tal vez... tal vez yo también admitiría que te quiero más que como un amigo".
Mackenzie se quedó boquiabierto, tratando de asimilar lo que estaba escuchando. "¿De verdad, Bluey?"
Bluey asintió, mordiéndose el labio. "Sí, Mackenzie. No quería que algo tan tonto como un beso arruinara nuestra amistad, pero tampoco quería seguir guardando lo que siento".
Mackenzie se sintió aliviado y feliz al mismo tiempo. "Bluey, yo también siento algo especial por ti. Y Bingo, gracias por... bueno, por ser tan directa y ayudarnos a hablar de esto.
Bingo sonrió. "De nada. Ahora que todo está claro, ¿podemos seguir siendo amigos y dejar los besos para ustedes dos?"
"Sí no me lo des de sorpresa no habrá ningún problema". Respondió Mackenzie alzando su abrazo. Y Bingo se lanzó y abrazo a los tres.
Aunque Mackenzie y Bluey oficialmente ya eran novios, había algo que no estaba bien en la mente de Mackenzie. Esto era lo que quería desde siempre. Sin embargo por alguna razón no lo estaba disfrutando. Si no hubiese sido por el abrazo de tres esa declaración de amor hubiera sido vacía.
El calor y la cercanía del abrazo de tres aliviaron un poco la tensión, pero Mackenzie no podía sacudirse la sensación de que algo no encajaba del todo. "Ya me tengo que ir a clases. Las dejó chicas". Dijo Mackenzie mientras corría lejos de las chicas.
Mackenzie corrió hacia la escuela, el viento despeinando su cabello mientras sus pensamientos seguían arremolinándose en su mente. Sentía una mezcla de alivio y confusión que no podía comprender del todo. Había deseado estar con Bluey durante tanto tiempo, entonces, ¿por qué no se sentía tan contento como esperaba?
Las clases pasaron en un borrón. Mackenzie apenas prestó atención, sus pensamientos continuamente regresaban al beso de Bingo y la confesión de Bluey. La campana final sonó y, sin una idea clara de qué hacer, Mackenzie decidió buscar a alguien con quien hablar.
Encontró a su amigo Jack en el patio de la escuela, jugando a la pelota con algunos compañeros. Mackenzie se acercó y, tras un par de saludos rápidos, Jack notó la expresión pensativa de su amigo.
"Hey, Mackenzie, ¿qué te pasa? Pareces distraído", comentó Jack mientras detenía la pelota con el pie.
Mackenzie suspiró, dejando caer su mochila al suelo. "Es complicado, Jack. Bluey me confesó que le gusto y ahora somos novios, pero... no sé, hay algo que no me cuadra".
Jack lo miró con curiosidad. "¿Cómo que no te cuadra? ¿No es eso lo que querías?"
"Sí, lo era", respondió Mackenzie, pasándose una mano por el cabello. "Pero algo se siente... raro. Como si no fuera suficiente".
Jack asintió, pensativo. "Tal vez necesitas más tiempo para acostumbrarte. Las cosas del amor pueden ser diferentes en la práctica que en la teoría. Y experimentar tu primer beso debió ser algo hermoso".
Mackenzie se sonrojó al escuchar eso. Aunque sabía que no debía decir que su primer beso fue de Bingo, tampoco era algo que le daría vergüenza decir.
"Solo espero ser un buen novio para Bluey".
Al terminar las clases, Mackenzie se dirigió al parque donde solía reunirse con Bluey y Bingo. Encontró a Bluey sentada en el mismo lugar bajo el gran árbol, leyendo un libro. Se acercó y se sentó a su lado, sintiendo el corazón latir con fuerza.
"Bluey, necesito hablar contigo", dijo, tratando de mantener la voz firme.
Bluey cerró su libro y lo miró con curiosidad. "Claro, Mackenzie. ¿Qué pasa?"
Mackenzie tomó una respiración profunda. "Sé que hemos empezado a salir y que ambos sentimos algo especial el uno por el otro, pero..."
"Bluey, te traje el helado que pedistes". Gritó Bingo al llegar y interrumpir a Mackenzie.
"Oh, gracias Bingo". Agradeció Bluey. "?Y que me ibas a decir Mack?" Preguntó la cachorra azul.
"Que. Que. No te he invitado nada desde que soy tu novio". Respondió Mackenzie con un poco de sudor.
Bluey le sonrió a Mackenzie y luego miró el helado que Bingo le había traído. "No te preocupes por eso, Mackenzie. Podemos ir por helado juntos otro día."
Mackenzie forzó una sonrisa y asintió, aunque sabía que no había dicho todo lo que realmente quería decir. Sin embargo, decidió dejar el tema para otro momento, cuando no estuvieran interrumpidos. Mejor dicho, no se sintiera incómodo con la presencia de dos hermosas chicas.
¿Y si el primer beso no es el de verdadero amor? ¿Y si lo es. ¿Cómo se lo dices a la chica que supuestamente amas?