ID de la obra: 600

Mi antología de Klavnix

Slash
PG-13
En progreso
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planificada Mini, escritos 13 páginas, 4.381 palabras, 3 capítulos
Descripción:
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Arte

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Cuando Phoenix dejó el arte para volverse abogado, tras el incidente con Dahlia Hawthorne, planeaba que fuera de forma permanente. Tras haber dibujado a su novia tantas veces y haber compartido el club de arte de su universidad con el fallecido Doug Swallow, Phoenix ya ni podía tocar un pincel sin que su mente se llenase de malos recuerdos… Cuando se encontró con la muerte y la traición en primera persona por primera vez.  Encontró otra pasión, la cuál obviamente era la abogacía, poder hacer justicia para sus clientes. Eso le traía una gran alegría y orgullo a diferencia del arte, al que Phoenix incluso empezó a odiar. En un mundo así, ¿a quién le importa el arte? A nadie realmente, a Phoenix solamente le traía dolor, ya que cada vez que terminaba una pintura nunca estaba feliz con ninguna. Cada vez que terminaba una pintura se arrepentía de haber gastado tanto tiempo en ella, nada de lo que hacía era bueno en su mente, y de un modo extraño los cumplidos que recibía por sus obras hacían que se sintiera peor. Tantas horas en un dibujo, y para qué, solamente era algo pasajero, no algo que valiese la pena hacer. Phoenix no sabía porqué siquiera seguía dibujando.  Al tener su propio bufete de abogados, ya no tenía el tiempo para ese tonto y arcaico hobby, con el tiempo, perdió la práctica y lo olvidó. Pero entonces, cuando su carrera apenas estaba empezando a tomar vuelo, como un ave le dispararon en el medio de las nubes, su carrera fue destruida de un solo golpe en el juicio del mago Gramarye. Phoenix fue inhabilitado por falsificación de evidencia, sin poder probar que era inocente, además ahora tenía una hija a la que cuidar, Trucy. Consiguió trabajo en un bar como pianista, sin embargo el sueldo no era suficiente.   ***   Un día, sin tener más opción y a regañadientes, fue a una librería y se compró materiales para dibujar. Seguía teniendo ese rechazo hacia el arte, pero si su habilidad podía traerle dinero, iba a utilizarla. Empezó con dibujos algo genéricos, de paisajes y pájaros, al mostrar su arte y con la ayuda de sus amigos consiguió un poco de visibilidad como artista, y pudo empezar a vender. No solo en una tienda online, también asistía a ferias y vendía sus pinturas, o hacía retratos de la gente que pasaba por su puesto en el momento.  Uno de esos días, al estar sentado en su puesto en una feria, sobre una sábana en el césped la cuál estaba llena de dibujos, Phoenix pensó que no tendría ventas porque los otros puestos tenían cosas más interesantes. Decidió escuchar música en sus auriculares, de todos modos nadie se acercaría a preguntar el precio de sus pinturas.  Como si fuera una señal de lo contrario, cuando Phoenix se quedó mirando el césped mientras oía sus canciones, este fue oscurecido por la sombra de una persona. Efectivamente alguien se había acercado a su puesto. Phoenix, con apuro, pausó la música, se sacó los auriculares y levantó la mirada. Le sonrió al posible cliente. —Hola, siéntete libre de mirar los dibujos y avísame si necesitas algo. La persona, que parecía ser una adolescente, se quedó mirando los dibujos por unos minutos. En su impaciencia, Phoenix notó un rostro familiar en la remera de la chica, tenía puesta una de Los Gavinners, en la que aparecía Klavier Gavin en primer plano.  Phoenix miró hacia otra parte, ese joven solamente se había vuelto más y más famoso desde que sus caminos se cruzaron tres años atrás, cuando la carrera de Phoenix fue arruinada. Obviamente, él lo odiaba, su actitud despreocupada y arrogante hacía que su derrota ante él fuese más insultante y humillante. —Eh, ¿usted hace retratos en el momento verdad? —Así es. —¿Puede hacerme un dibujo de Klavier y Daryan por favor? —dijo la adolescente mientras sacaba su billetera. Phoenix forzó una sonrisa y dijo que sí. Usando una imagen de referencia, comenzó a dibujarlos, odiaba ver la cara de Klavier y mucho más en su propio lienzo, pero necesitaba el dinero. Tras unos minutos, terminó el dibujo y la clienta le pagó. Cuando se fue, Phoenix suspiró, esperaba que nadie nunca le vuelva a pedir que dibuje a ese fiscal.  Sin embargo, al darle su carta con su cuenta de arte a la niña junto con el dibujo, con la esperanza de que sus dibujos llegasen a más personas… Ahora los fans de los Gavinners estaban fascinados con su arte, por lo que desde ese día, solo recibía comisiones de esa banda, especialmente de Klavier. Phoenix consiguió lo que quería, dinero, ¿pero a qué costo? Ahora debía ver la cara de quien arruinó su vida todos los días, dibujada por sus propias manos.   ***   El tiempo pasó y Phoenix se dio cuenta de que Klavier no era el culpable de su inhabilitación - era quién hasta ese momento, estúpidamente, había visto como su amigo… Kristoph, el hermano mayor de Klavier. En retrospectiva, era algo bastante obvio, ¿por qué Kristoph sería tan amable con él de repente? Solamente se podía explicar con que estaba intentando evitar las sospechas de Phoenix al pretender ser bueno. Phoenix no era tonto, claro que sospechaba de él en el fondo, pero con toda la ayuda económica que le dio, y el apoyo emocional como su amigo, quería conservar su vínculo falso por un rato más. Pero si quería limpiar su nombre y mantener a Trucy a salvo, debía dejar de mentirse a sí mismo y hacer de probar la culpabilidad de Kristoph su prioridad. Phoenix, una vez más, recibió una comisión de Klavier, esta vez no sufrió cada segundo al dibujarlo, más bien sintió tristeza al haber depositado tanto odio en él en vano. Dibujó sus rasgos con más cuidado, agregó un brillo en sus ojos, un ritmo a los mechones de su cabello, una sonrisa más genuina, una que en su mente tendría Klavier cuando se sepa la verdad. Porque el fiscal, aunque en menor medida, también fue cuestionado por todos al acusar a Phoenix de falsificación; los que estaban del lado de Phoenix veían a Klavier como un fraude, lo que obligó a Klavier a irse a Alemania y a enfocarse en su carrera como artista, al no ser bienvenido en la fiscalía. Pero si Phoenix mostraba la verdad, sin importar cuánto tiempo le tomase… entonces ninguno de los dos tendría que lidiar con el peso de todas las mentiras de Kristoph. Y poco a poco, Phoenix dejó de odiar al lápiz en su mano.   ***   Klavier Gavin se convirtió en la persona que más frecuentaba las hojas de los cuadernos de Phoenix. Phoenix veía a alguien vestido bonito, y luego dibujaba a Klavier con esa ropa. Veía una tendencia nueva en la comunidad artística, dibujaba algo de Klavier al respecto. En internet, era conocido como “un simple fan de los Gavinners”, y era un artista querido por los fans de Klavier al siempre tener algún dibujo nuevo de él. Aprendió a dibujar su cabello, al ver las cosas de su rostro que lo diferenciaban de su hermano, lentamente y sin que se diera cuenta, se había convertido en su amor platónico, en su celebrity crush. Phoenix se sintió muy avergonzado al darse cuenta, porque cualquiera podría enamorarse a la distancia de aquel rockero, pero no Phoenix Wright, eso era extraño e inaceptable considerando su historia. De todos modos, Phoenix siguió dibujándolo, cuán diferente era el Klavier real del que vivía en su arte sería un problema para más tarde.   ***   De repente, ya habían pasado siete años, Trucy ya era Trucy Wright y Enigmar había sido olvidado hace mucho tiempo. Zak reapareció una última vez en el juicio de Phoenix por su asesinato, en aquel juicio finalmente Kristoph fue a prisión, pero la misión de Phoenix apenas estaba empezando.   ***   Fue atropellado, y después de haber sido visitado por Apollo y Trucy - que estaban investigando un homicidio, aunque aún no lo sabían - otra visita apareció. Era Klavier, que tenía una expresión seria en el rostro, sus hombros estaban tensos y parecía llevar algo tras la espalda.  —Ah… Hola, Gavin. ¿Qué lo trae por aquí? No lo esperaba —dijo Phoenix tranquilamente desde la cama del hospital, aunque su corazón latía rápido. Era la primera vez que se veían en persona desde hace años. —Hola… —Klavier parecía tan perdido como él—. ¿Oí del Señor Frente que usted fue atropellado…? Phoenix sonrió ligeramente. —Sí, pero parece que olvidó mencionar que solamente me torcí el tobillo… —Ya veo… Phoenix no pudo evitar quedarse mirando su cara, comparaba mentalmente sus dibujos de él con la persona real que estaba parada en medio de la habitación nerviosamente.  —No creo que haya venido aquí al estar abrumado por preocupación por mí, así que hable —dijo Phoenix. —Por supuesto que no es por eso. Verá, mí hermano… fui a visitarlo, y él me dijo que… realmente mató a Shadi Smith —Klavier miró a Phoenix—. Usted cenó con mi hermano esa noche. Necesito que me diga todo lo que sabe; él nunca haría algo así de la nada. Phoenix suspiró un poco, y se sentó. —Está bien… creo que ya puedo decir lo que sé, ¿verdad? Phoenix le explicó lo que ocurrió esa noche en el Borscht Bowl Club, ambos sabían que Shadi Smith era Zak Gramarye, pero ninguno de los dos lo mencionó en aquel momento. Pues, Phoenix no sabía si Klavier estaba listo para aceptar todo lo que hizo su hermano. Que aceptara la culpa de al menos un crimen era suficiente por el momento. Pero entonces, antes de que Klavier se fuera, él pareció estar indeciso entre agregar algo más o irse… decidió ir por lo primero. —Una cosa más, Herr Wright…  —¿Sí? —Hace siete años… usted no se defendió cuando lo acusé de falsificación. Pero, ¿realmente es culpable? Ah, lo estaba subestimando. —¿Si soy realmente culpable? Pues no tengo ninguna prueba de mi inocencia, ¿o no? —Hizo una pausa—. Pero yo también tengo una pregunta para ti. Si fuera inocente… ¿Tú me ayudarías a mostrar la verdad? Klavier se quedó en silencio por un momento. Luego, asintió ligeramente. —Lo que más importa es la verdad. Phoenix sonrió una vez más. —Para haber estado en lados opuestos en el tribunal… nuestros ideales son bastante parecidos. —Ja… al menos los ideales que usted aparentaba tener —dijo Klavier, y luego, le mostró lo que llevaba escondido a sus espaldas. Era un postre dentro de una caja de plástico… Phoenix se lo quedó mirando con confusión. —Ah, ¿y eso? —Mohnstrudel… un strudel relleno de semillas de amapola… Es un postre realmente delicioso, seguramente le hará sentir mejor mientras está en este hospital. Phoenix se quedó en shock por un momento, esa acción no encajaba para nada con el fiscal que había conocido antes, el que lo había acusado de algo terrible tan firmemente. Sonrió, algo avergonzado, y tomó el regalo. —Muchas gracias, Gavin… aunque yo me voy esta tarde, no creo poder terminarlo todo antes de irme.  Klavier le sonrió de vuelta, también avergonzado.  —Podemos compartirlo… —Bueno. Klavier agarró una silla, se sentó junto a la cama, y ambos comieron. Se veía hermoso incluso en la luz fría de ese cuarto en el hospital. No eran siquiera amigos aún, pero por lo menos, ese momento parecía ser una tregua en medio de su interminable conflicto. Quizá Klavier si podía ayudarlo con el Sistema MASON. Quizá nunca tuvieron razón alguna para ser enemigos. Después de un rato, Phoenix lo vio irse, y agradeció que el arte lo haya ayudado a suavizar su visión de Klavier.    ***   Phoenix lo dibujó una y otra vez, y otra vez, y a ese postre que le trajo y a su nuevo corte de cabello una vez que todo terminó. Nadie podía saber cuánto habían crecido sus sentimientos por Klavier; solamente su pincel, al que ya no miraba con odio, sino con confianza de que podía guardar sus secretos con cada uno de sus trazos.
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