ID de la obra: 624

Como en los viejos tiempos

Femslash
G
Finalizada
0
Emparejamientos y personajes:
Tamaño:
5 páginas, 2.085 palabras, 2 capítulos
Descripción:
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Capítulo 2

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Las vacaciones de Kyomoto eran en otoño, por lo que cuando Fujino estaba caminando a la casa de la primera, la vereda estaba llena de hojas húmedas de color marrón rojizo. Así que Fujino casi se resbaló varias veces, estar caminando rápidamente por el nerviosismo no ayudaba. Habían decidido que para su primera salida tras tanto tiempo, iban a ir a una sala de videojuegos y después a un bar de karaoke, ir a divertirse a la ciudad como cuando eran niñas y habían ganado su primer concurso de manga. Fujino tocó la puerta. —Hola, soy yo —dijo. Escuchó una voz desde adentro. —Pasa —respondió Kyomoto. Fujino entró a la casa, y como de costumbre, su amiga estaba dentro de su habitación. Kyomoto salió de su cuarto, tenía los dedos llenos de tinta y un cuaderno en la mano, también una gran sonrisa. —Extrañaba dibujar ahí —dijo, mirando al interior—. Trae muchos recuerdos, ¿no crees? —Obvio… Aquí es donde nos conocimos —respondió Fujino—.  Es bueno que hayas regresado, al menos por este mes. Kyomoto sonrió con algo de melancolía ya que pronto debería volver a irse. —Sí… Bueno, iré a lavarme las manos y ya saldremos. Kyomoto dejó su cuaderno en su cuarto y se sacó la tinta de las manos, al volver con Fujino, le dijo que ya estaba lista y salieron de la casa. *** Al llegar a la sala de videojuegos, se quedaron un momento en la puerta al estar cegadas por todas las luces de colores. —No recordaba que este lugar tuviera tantos juegos —dijo Kyomoto—. ¿Ese no es un personaje de nuestro manga…? —Apuntó a uno de los juegos arcade, que efectivamente tenía a uno de los personajes en él. Fujino se encogió de hombros. —Me ofrecieron un juego de plataformas basado en la protagonista y me pareció un buen trato… Además de que necesitaba más dinero al no haber publicado un nuevo volumen del manga desde hace meses… A Kyomoto se le iluminaron los ojos. —¡Vamos a jugarlo! —dijo, aferrándose al brazo de su amiga. Fujino se enrojeció. —En realidad no es muy bueno. A Fujino le avergonzaba haber hecho ese trato, ya que obviamente era un intento pobre de conseguir ganancia y el juego no era de la mejor calidad. Todavía se le revolvía un poco el estómago al ver que los personajes que hizo con tanto cariño junto a Kyomoto estaban siendo usados en algo así… —¡Por favoooor! —insistió Kyomoto—. Te dejaré elegir las canciones en el karaoke si vamos.  Aunque Fujino perdía su inseguridad al verla sonreír, así que… —Je… Está bien. Kyomoto se fue corriendo a la máquina, puso una moneda en ella y empezó a jugar. Fujino se puso tras su amiga y la miró manejar al personaje. Por el reflejo de la pantalla brillante, podía ver que Kyomoto sonreía de oreja a oreja, lo que la hizo sonreír también. El personaje se cayó al vacío tras hacer mal un salto, eso ocurrió tres veces seguidas… Fujino se acercó para susurrarle algo a Kyomoto. —Mira, yo sé un truco… Apreta los botones así: Arriba, arriba, abajo, abajo, izquierda, derecha, izquierda, derecha, derecha, arriba.  —¿Y eso qué hace? —¡Hace que tu personaje vuele y no puedas perder nunca! —Ay, pero así no es divertido… —Pero si estás perdiendo un montón de monedas… —No importa, solamente son metal.  Eventualmente, Kyomoto logró ganar, con el premio compró un collar gris con un dije de estrella. —Es muy bonito —dijo Fujino. —Es para ti. —Ah… Gracias. Kyomoto lo puso sobre sus manos, ella se quedó en silencio. —¿Qué te pasa? —preguntó Kyomoto. —Siempre estoy tan preocupada por ganar y por el dinero, no pensé que ganar sin usar trucos y regalar el premio podría ser divertido para alguien… Pero siempre me divierto contigo. Kyomoto la miró por un momento. —¿No hablas del juego, verdad? Hablas de tu trabajo… Ambas empezaron a caminar por el lugar mientras que Fujino se ponía el collar. —Sabes, me fui a la universidad de arte para poder mantenerme al mismo nivel que tú como mangaka, así algún día podríamos volver a trabajar juntas... Tú nunca dejas de mejorar tu habilidad de dibujo, aunque al mismo tiempo, veo que no estás muy feliz con eso como trabajo. —Claro que no… Preferiría simplemente leer manga en lugar de dibujarlo. Eso no quita que no pueda dejar de ser artista. —Miró a Kyomoto—. No te he dicho por qué… —Pues, yo dibujo por ti, y tú por mí, ¿verdad? —Es simple cuando lo dices así… Si no te hubiera conocido, ya lo habría dejado desde hace mucho tiempo. ¿Cómo sabías? —Simplemente se puede sentir, ¿no te parece? —dijo Kyomoto con una sonrisa. Fujino miró su collar por un momento y asintió. *** Después, cuando ya estaba atardeciendo, fueron al bar de karaoke. Fujino fue la primera en subirse al escenario, no le salía la voz, pero al ver a Kyomoto entre la audiencia, pudo cantar. «Nuestras almas se conectaron hace mucho tiempo ya…» «Me pregunto, ¿te has cansado? ¿El amor volverá?» «Pero solamente tú puedes hacerme cantar…» «Quizá nunca se vaya, mientras aún puedas entrar...» Mientras la otra existiera, ninguna de las dos iba a poder dejar de dibujar. Mientras Kyomoto existiera, Fujino nunca podría dejar de amarla. Kyomoto subió al escenario con Fujino, y ambas cantaron aquella canción.  *** Más tarde, ya de noche, estaban caminando por la misma calle que Fujino anteriormente, para regresar a la casa de Kyomoto. —No puedo creer que los jueces le dieron más puntaje a ese chico que a nosotras —dijo Fujino—. ¡Cuando cantaba sonaba como el llanto de un bebé! Kyomoto rió. —Y nosotras también sonábamos así… —Bueno, es verdad… Pasaron por la vereda que estaba llena de hojas y se tomaron de las manos para no resbalarse, hasta llegar a la puerta de la casa de Kyomoto.  —Fue genial. —¡Sí! ¿Me vas a dar otro beso ahora? —dijo Kyomoto.  —Ay, no lo digas tan fuerte… —respondió Fujino, agitando las manos. Se acercó a Kyomoto y le dio un beso, por alguna razón esa vez le dio más vergüenza ya que ella se lo había pedido. —Si ya sabes que dibujo por ti, ya debes saber que me gustas, Kyomoto. —Y tú a mí… Te voy a extrañar cuando termine el receso.  —Pero siempre puedes regresar, ¿verdad? «Si es que nunca te aburres de mí», pensó. Kyomoto asintió.  —Sí. Espera aquí, tengo algo para darte. Fujino se quedó en la entrada y vio a Kyomoto entrar y salir de su cuarto rápidamente. Tenía un borrador de manga en las manos. —He estado haciendo esto en mi tiempo libre… Creo que con tu ayuda, podría ser una gran historia. Te lo dejo… Fujino sonrió ampliamente. —¡Lo voy a leer apenas llegue a mi casa!  *** Se despidieron, y en vez de leer el manga al llegar a su casa, por emoción, lo leyó en el camino. Era sobre dos jóvenes que se enamoraban, y en la página final del borrador, había una nota que decía: «Señorita Fujino, no sé cómo podría terminar la historia. Podríamos recolectar información de referencia para el manga al enamorarnos». Fujino río al leer eso. —Qué tontería. *** Días después, Fujino le regresó el borrador a Kyomoto con anotaciones. «Acepto que hagamos esa investigación.»
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