"Siempre nos autoengañamos dos veces respecto a la misma persona que amamos; primero a su favor, y luego en su contra".
- Albert Camus
Tenía prisa, su hermoso traje blanco se parecía a la nieve escurridiza por su cambiar fluido, quería darle la noticia lo más rápido posible a Harry, planea mientras va silencioso por el pasillo después de una buena noche de cama juntos disfrutar del cielo nocturno y tomar su vino más caro, no puede evitar dejar escapar una sonrisa discreta, mientras toma el lazo de sus guantes de seda y sujeta su largo cabello. Escucha movimientos en la aproximación de la habitación, debe de estar estresado con respecto al asunto que se encargó. No espera su llegada al menos en 3 días más y eso hace que la sorpresa tenga un sabor más dulce. Cuando sus zapatos de cuero negro brillantes se detienen en su despacho su mano esbelta sostiene la manilla pero está se encontraba abierta y eso era demasiado extraño Harry ama su privacidad, sin pensando entro conteniendo la respiración. ¿Cuya respiración murió en sus pulmones, o quién murió fue él? No lo sabe. Draco desde niño entendió que las respuestas deben ser merecidas por aquellos que no luchan por obtenerla sino quienes luchan por entenderla, y cómo futuro gobernante tomó esto como ley. Pero no quiere la respuesta, no quiere entender. Delante de él yace su madre montando a su marido con todas sus fuerzas con Draco a sus espaldas. Movimientos desesperados y ruegos susurrados de algo más, de lo que sea que le puedan dar, manos fuertes sostienen su cintura con suficiente fuerza que las marcas son visibles incluso desde su posición. Sonidos del pecado, miradas llenas de tentación. La manzana fue mordida hace mucho tiempo, ¿no?. Distraídamente pensó Draco. Sin embargo, no pudo evitar tener esta frase que leyó alguna vez en su mente. "La confianza es un puente que conduce a la traición". Qué apropiado pensó. No sé hizo preguntas estúpidas cómo el ¿Por qué? ¿Desde cuándo? Porque debería sentir alguna responsabilidad cuando claramente todos son conscientes de lo que hacen. No pedirá explicaciones, no las necesita y no las quiere. Pero eso no evita que una parte de él muriera, que las manos que sostienen su anillo de unión que consideraba un símbolo de compañerismo, de desafíos ganados, de consuelo, de amor y de poder. La gloria de su amor, irónico no? El premio final de la conquista de su pueblo, la creación que juntos firmaron y gobiernan hasta el día de hoy. Todos esos planes, esas ambiciones compartidas son solo eso, historias. Ahora solo le produce repugnancia. Pero le repugna más el hecho que su propia madre, que lo cuido, formó quién es hoy, le enseño todo lo que sabe, lo amo con todo lo que tiene y le dió el mundo, pero el más grande aquellos regalos fue cuándo le concedió las herramientas para conservarlo. Viendo lo distraídos que están no notaron como invoco silenciosamente una silla cómoda mientras se servía un trago en el recibidor de al lado. Se soltó su cabello, las ondas salvajes taban sus ojos del espectáculo sintió repentinamente un alivio profundo de recordar que su cabello salvaje le pertenecía una vez a tu tía bella y no el brillante cabello lacio de su madre, se sentó descuidadamente en su silla mientras observaba. A pesar de no querer pedir explicaciones no puede evitar sentir una profunda tristeza que hace que su respiración sea dolorosa y sus extremidades crujan en ira, puede salir adelante si su esposo lo engaña pero, ¿Cómo puede hacerlo si la traición viene de su madre? Y lo peor de todo es que la entiende. La necesidad de que él te vea, lo magnético de su personalidad, lo electrizante de su toque y el delirio de su poder es simplemente delicioso. Y los Black nunca pudieron resistir al poder. Pero Draco pensó que por él su mamá podría, por su amor por él sería la excepción. Parece que nunca lo amó lo suficiente. Igual que Lucius. Trata de pensar racionalmente. ¿Debería vengarse? No tiene nada en contra de hacer pagar a quienes se lo merecen, no se ganó todo lo que hizo si su alma no estuviera manchada con demasiadas muertes que contar, pero esto es más completo de lo que creía. Pero esto es más complejo, una de las razones de su existencia fueron pocas pero fuertemente apretadas en su corazón, y una de ellos es el poder y no piensa renunciar y dárselo a su madre lo mucho que trabajó porque ella lo querrá por supuesto que sí, así son los Black y por eso perduran, no pudo evitar reír interiormente. Primero le rompe su delicado cuello para después decorarlo con las joyas más caras y hermosas antes que pase. Los ruidos a su alrededor pronto terminarán se darán cuenta pronto notarán al fin su presencia. Toma un gran trago de su bebida y decide. Y con eso mata por completo su corazón. Olvidaron, que Draco no es solo un Black como su madre le inculcó desde su nacimiento, donde el poder es todo incluso si tiene que inclinar tu cuello y esperar pacientemente para devorar su presa. Pero también es un Malfoy, cuyo lema es no doblegarse jamás ante nadie. Olvidaron que su armadura es de un Black y su espíritu de un Malfoy. Oh sí, se los recordara. Porque al final, los Black consiguen lo que quieren y los Malfoy lo logran sin desprenderse de quienes son. Y los gritos por fin comenzaron. Draco sonrió lleno de dientes. — ¡Salud! Y toma toda su bebida en un trago. Dejó caer el vaso al suelo. Los invito con un ademán de manos elegante y perezoso. — Es hora de hablar. Y la habitación se quedó en silencio. Narcissa vestida en un segundo gracias a la magia sin varita de Potter ambos decentes para la conversación, tratan de bordarlo cómo si de un animal herido se tratara. Cómo si ellos no mataron su corazón. Y se rió, en verdad divertido, sus ojos grises brillan con humor y lágrimas llenas de risas. Dijo lo que pensaba. — Ustedes son descarados, con que derecho me rodean con precaución en vez de aceptar su castigo con algo de orgullo, sobre todo tú Potter, ¿tú ego no es lo suficiente grande para permitirte pedir perdón? — No lo dijo con malicia como ellos esperarían, ni con amargura nunca les daría justo y aunque quisiera no lo siente en lo más mínimo, todo lo que sonó fue pura indiferencia. La magia y a pesar de Potter hace que la habitación aún sea difícil de respirar. Pero a Draco no, ya no. Draco también tiene suficiente poder como para rivalizar. No permitirá que use un truco tan barato en él. Y lo sabe por la manera, lo ve en su mirada esmeralda. Draco decide impulsivamente que odia el verde en todas sus tonalidades posibles. Potter respiró para tranquilizar su magia y sus ojos inexpresivos lo observaron, el peso de su mirada haría a cualquiera ponerse de rodillas ante él, incluida su madre. Quiere sacarle los ojos. Miró a su lado su madre parece interpreta su papel bastante bien, callada y su cabeza baja esperando su momento y tratando de pasar esta gran ola. Hasta que pueda salvarse y atacar. Ella sabe que no se divorciara de Potter porque también es un Black. Y lo es, pero su error radica en que ella piensa que es lo único que es. — Draco, ¿recuerdas los términos de nuestra unión?— Pregunto afanosamente, aprendiste muy bien de tú amante. No contesta, se levanta con la elegancia tatuada en su ser y se sirve un trago lentamente, la mirada de los dos queman su espalda y sonríe presentimiento de que algo malo va a pasar. Y luego, reinó el caos. Draco no puede parar de reír a carcajadas mirando fijamente los ojos enloquecidos de Potter, tú intención asesina y la sangre que gotea de la gran puñalada en la palma de la mano de su madre todo esto parece una comedia. El amor lo es. Potter no durará mucho tras su barrera su madre lo mira sorprendida. — ¿Qué es lo que hiciste Draco? Ella se dió cuenta. Draco le sonrió cálidamente y rompiendo su barrera enfrentó a Potter. — ¿Cómo te atreves a desquitarse con su propia madre? Si tienes que herir a alguien estoy dispuesto hacerlo, viole tu confianza y el amor que me tenías solo yo merezco tal castigo. — Trato de razonar inútilmente. Manipular mejor dicho. Alzó una ceja. Qué basura. — ¿De qué castigo estás hablando Potter? Solo te di lo que ella quería. Potter dió un paso atrás impactado. Ignorando su sorprendido rostro se giró hacia su mamá, narcissa. Libero toda su magia de golpe, comenzó a invocar y cuando se comienza nadie puede detenerlo. — Bienvenida seas antigua Black, antigua Malfoy, sean Bienvenida a mi casa con un nuevo nombre y si posesiones ya que tus necesidades son mi responsabilidad y tú responsabilidad es tú deber de por vida, gracias a la sangre derramada y en mi casa familiar yo te nombró como Jefe de la casa Black, jefe de la Malfoy concubina de mi esposo Harry James Potter de Malfoy, que tus servicios para nuestras casa y bienestar de sus habitantes sean tu propiedad eterna por el resto de tú vida, bienvenida seas Narcissa DeFre. La mirada de puro desesperación en sus ojos la hace ver cómo una muñeca rota la magia la rodeo y un gargantina negra fue colocada en su desnudo cuello. La magia juzgo y acepto. Y Narcissa, su antigua madre, quien le dió a luz, lo vio crecer, quien tenía todo, absolutamente todo a lo largo de su vida, hasta lo que era de su hijo se quedó sin nada. Le quitó su apellido, su dinero, sus posesiones, su título, y la rebajó a ser una sin nombre y desamparada, no tiene poder, no tiene voz sin que su dueño le dé el permiso, no tiene verdadera voluntad ni decisión excepto lo que se le concede, dependiendo únicamente de aquel que invocó aquella magia. La convirtió en algo menos que una prostituta barata disfrazada de concubina, eso son las DeFre. Una de las peores formas de castigo es la bendición. Y es lo que se merece, así Potter puede seguir con su nuevo juguete y sin ninguna influencia real sobre la basura de su esposo, así no solo cuida su propio poder sino mantiene los beneficios que trae el compañero de Harry Potter. Todos ganan, claro excepto ella. No le importa en absoluto ese hecho. Voltea hacía un Potter que lo mira como si no lo conociera, y así es. El Draco que conocía era más Black que Malfoy hasta ahora. Ahora sabe, que nadie absolutamente nadie lo doblegará hacia nada, ni siquiera por la traición de las personas que más amaba. Conservará su poder y su posición porque es lo mejor para su reino y su gente y Potter lo sabe, sabe que lo necesita tanto Draco a él por eso solo lo mira con esa mirada helada peligrosa. Y sin desviar su mirada da las órdenes absolutas. — Narcissa a partir de ahora tú deber es únicamente ser el juguete de mi esposo únicamente eso y si por un momento se sale de lo sexual aún en medio del acto tu corazón se parará automáticamente, existirás como un fantasma no puedes opinar, hablar, salir o al menos dirigirte a nadie sin que vengas a pedirme permiso a mi primero hasta cuando mi esposo te solicite esperarás mi visto bueno, tu voluntad es la mía por decidir y tú o alguien o algo externo interfiere con ese hecho los huesos de tu cuerpo se romperán en carne viva, tú piel se pudrirá sin reparos y tus órganos arderán hasta la muerte y de aquellos que Interfieran de igual forma, te prohibido tener hijos y si quedas tú cuerpo lo expulsará sin importar que, y cuando tenga los míos no te acercas, llames o mínimamente ellos miran a tú dirección morirás quemada viva, te puedes retirar a la habitación que la mansión dispuso para ti. Temblorosa y con ojos vacíos se inclina y se va. Algo dentro de Draco se retuerce con placer al ver aquella mirada. Hasta que una voz profunda y dominante lo llama. — ¿Estás satisfecho? — Lo miran con intensidad. — Oh, definitivamente. Sonrió cálidamente.