ID de la obra: 715

Por un Beso de Ella

Mezcla
PG-13
Finalizada
0
Tamaño:
12 páginas, 4.880 palabras, 2 capítulos
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Encuentro en la Bodega

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Los jóvenes cadetes se encontraban en la habitación de los chicos, pasando el rato después de la cena. Estaban jugando a las cartas en una ronda todos juntos y hablando de todo tipo de temas, las charlas entre ellos fluían naturalmente. —Y fue entonces cuando se me prendió el foco, y empecé a observar los hábitos de Bertolt más de cerca.—Reiner murmulla, agregando una carta a la pila. —Cuando Bertolt posa así al dormir...—Continuó, contorsionándose de una manera extravagante.—¡Significa que va a llover! Pero si posa asá...—Exclamó, adoptando otra posición rara, su rostro indicando el dolor que implicaba la flexibilidad de la posición—¡S... Significa que el día va a estar nublado! —Realmente, no comprendo cómo es posible...—Añade Armin.—¿Acaso Bertolt controla el clima? ¿O solo es capaz de predecirlo? —¿Alguna vez intentaron cambiarle su posición?—Indaga Mikasa.—Quizás cambien el destino, ¿no? Reiner se quedó callado, pensando por un instante, mientras Bertolt pedía que no lo jodieran mientras dormía. Jean, por otro lado, elogió la teoría de Mikasa, Annie asintiendo casi imperceptiblemente. De repente, el estómago de Sasha ruge, cortando el flujo de la conversación entre sus compañeros. —¡No puede ser, Sasha!—Connie carcajea, animado.—Hace una hora comimos recién, ¿y ya tenés hambre de vuelta? El resto de los reclutas se ríen también, incluida Sasha; ella nunca fue una persona tímida, y mucho menos cuando se trataba de comida. Y ahora incluso hablaba con más soltura gracias al impulso que le dio Ymir sobre ser ella misma y no forzar un acento que no tiene. —Ay, ¿¡ahora yesulta que uno ya no puede tené hambre!?—Exclama con una sonrisa de lado a lado, para nada enojada.—La verdad, tengo una ye gana de comerme un algo ahora... —¡Ni se te ocurra!—Krista rápidamente le responde.—Ya sabemos lo que ocurrió la vez que robaste comida y desafiaste al instructor Shadis... Sasha se estremece de solo recordarlo. Andaba muerta, arrastrándose como un zombi después de las tantas vueltas que le hizo correr alrededor del patio de entrenamiento. Afortunadamente, Krista se apiadó de ella y le ofreció su ración de comida, la cual Sasha recibió con mucho gusto. —Bueno, tá bien, tonce me voy a dormir. No me gusta tar despierta con el estómago vacío, así sengaña al hambre. Y con estas palabras, Sasha se levantó y despidió uno por uno de sus amigos, dándoles un beso y un abrazo diciéndoles buenas noches. De Eren se despidió último, y éste pareció haber escuchado una pequeña risita, casi inaudible, por parte de la morocha al acercarse ella a su rostro. ¿Puede ser que...? ¿No estará pensando en...? Pero un «¡Muak!» y manos rodeando su cuerpo rápidamente lo sacaron de sus pensamientos, la rapidez de su accionar ruborizando sus mejillas levemente. Ella se reincorporó de a poco, removiendo sus manos de los hombros de Eren con una mirada cómplice y una sonrisa pícara, oculta al resto. Ah, conque no estaba imaginándome cosas; Sasha está pensando en ir a hurgar por más comida... —¡Ta mañana, chicos!—Se despide Sasha una última vez para finalmente irse de la pieza ajena, presuntamente a dormir en el cuarto correspondiente. Eren se quedó observando la puerta cerrada incluso rato después de que Sasha se haya ido, contemplando sus opciones... ¿Habrá mirado a todos de esa manera, o solo a él? ¿Acaso lo invitó a hurtar comida juntos? Ambos disfrutaban mucho la comida, pero Eren no quería que lo castigu— —¡Eren!—Una voz lo sobresaltó, retornando su mirada a las cartas en su mano y a su grupo de amigos, todos observándolo a él—Es tu turno, tirá de una vez.—Le apura Annie, con su típica cara de amargura total. En el fondo, todos saben que le gusta pasar tiempo con ellos, ¿por qué seguir ocultándolo? Eren evaluó sus opciones por un rato corto. Decidido, dejó sus cartas en el piso y se levantó, ganándose quejas y gruñidos del resto. —¿Te rendís, Yeager? Qué mal perdedor... A ver qué tenías—Se burla Jean mientras levanta el mazo que dejó Eren, a lo cual éste rueda los ojos.—Daaale, te estoy cargando.—Pero el morocho estaba demasiado ansioso de ver lo que le deparaba su encuentro con Sasha como para pelear con el cara de caballo. —¿A dónde vas, Eren?—Mikasa hace un amague de levantarse, preparándose para abandonar la partida también e irse con Eren adonde él vaya, pero una mano en su regazo la detiene. La pelinegra gira para ver a quién le pertenece, y se encuentra cara a cara con Annie. ¿Cuándo se había cambiado de lugar al lado suyo? Annie traga saliva, y le susurra mirándola a los ojos, su voz áspera.—Quedate con nosotros...—Wow, ¿acaso la mano de Annie está temblando o solo son las piernas de Mikasa? —Em, b-bueno. Si vo-vos me querés acá, yo me quedo...—Tartamudea en respuesta. Eren ya se había excusado y Mikasa ya lo había olvidado por completo, escuchando exclusivamente un «Sí, yo te quiero acá» casi silencioso por parte de la rubia.   . . .   Eren cuida su caminar, sus pasos sigilosos e intentando no hacer que la madera bajo sus pies cruja. ¿A dónde carajos se fue Sasha a buscar comida? No ve ni una vela prendida y lo poco de luz que ilumina su alrededor proviene de las ventanas que permiten entrar a la luna y estrellas. Repentinamente, escucha una tos ahogada. Debe de tratarse de Sasha, ¿quién más estaría comiendo a la madrugada y de una manera tan hambrienta como para atorarse? Eren suspira y se dirige a la dirección de donde proviene aquella voz. —¿Sasha? ¿Estás acá?—La puerta chilla al abrirse, al igual que lo hace Sasha al sobresaltarse con la nueva presencia en la bodega. —¡Me ye asustaste, culiao!—Suspira aliviada.—Pensaba que no iba a venir. —Perdoname, Eren Yeager llegó al fin.—Eren anuncia formalmente su presencia, abriendo los brazos incómodamente.—Igual, parece que no me quisiste esperar mucho, ya casi te terminaste toda la comida en la muralla. —¡Exagerado! Mirá, te agayé este pedazazo de la cocina, pa vo solito y pa que vea que anguyienta yo no soy. El muchacho de ojos verdes suelta una risa.—Tanto no sos, al menos.—Y con ese comentario se gana un codazo juguetón de parte de su compañera antes de que le pasara la comida, y se sobresalta al sentir una botella. —Eh, Sasha, pará. ¿Vamos a tomar también?—Eren intenta no expresar su nerviosismo con sus palabras, pero es evidente para la castaña que agarró desprevenido a su acompañante. —No tome si no queré, así de fácil. Acá nadie te va a forzar.—Le asegura Sasha, pero Eren toma la botella de vino y la destapa, impulsivo y terco como de costumbre. Se lleva el pico a la boca, levanta la botella y traga rápidamente, sorprendiendo a la muchacha. —¡Eeeepa! Depacito tomá, así…—Eren le pasa la botella, y siente su corazón descontrolarse cuando sus dedos rozan. Apenas podía verla, pero escuchaba como le daba sorbos a la bebida, y decidió imitarla en su turno. Así, tomaron parados todo el contenido acompañado de un sánguche improvisado con fetas de carne calientes y pan arrancado a la mitad. En silencio y oscuridad, ambos se sentaron opuestos al otro en el suelo,—y menos mal, Eren ya se estaba mareando,— disfrutando de su pequeño crimen, esperando que nadie se enterase al día siguiente de que ellos eran los responsables de la falta de una botella entera de vino. ¿Rosado, blanco, tinto? Él no sentía diferencia alguna, no es como si tomara usualmente. ¿Sasha sabrá la diferencia? Había una pequeña ventana a lo alto de una de las paredes, y perfectamente iluminaba cierta parte del cuarto, cerca de donde Sasha estaba sentada, y Eren tomó nota de esto. —Ey, Sasha.—Eren rompe el silencio, llamándole la atención antes de preguntar.—¿Por qué me invitaste a comer con vos? Ella continúa masticando su comida sin apurarse, y al terminar de tragar le responde sencillamente.—Yo sé que vo so un glotón también, y me caés bien. Por eso na má. —¿Solo por eso?—Insiste en su interrogatorio. ¿Adónde quería llegar? ¿Esa respuesta no le bastaba? ¿Qué palabras anhelaba que salgan de la boca de la chica? —Ehhm, te vi que estos días le tuviste convidando a Mikasa tus porciones de comida. Taba en su días, e normal que tenga má apetito, ¿no?—Sasha ríe sin incomodidad, y Eren tampoco se avergüenza, su mamá le enseñó que eran normales estas cosas y a no tratar la menstruación como tabú; eso no era lo correcto. Pero Eren se enfoca en otra parte de su comentario. —¿Me estuviste mirando? ¿Por? Sasha se incorpora y aleja ligeramente, sentándose justo donde la luz de la ventana atraviesa y descansa. Así es como Eren logra ver con claridad la cara de Sasha, antes un manchón negro y borroso por la ausencia de siquiera una vela. Ella estaba sonrojada, o al menos eso creía—quería creer—, todavía le faltaba acostumbrarse de nuevo a ver la luz, por más tenue que fuese. —No, em, sí... Por ninguna yazón. No hay yazón.—Se enreda con sus palabras, y robóticamente vuelve a darle un mordisco a su alimento, como para distraerse de la conversación. —¿Estabas preocupada por Mikasa, Sasha?—Eren tantea la situación, y ve como se abren los ojos a su compañera, mirando iluminada hacia la dirección general donde se encontraba Eren. Claro, solo él podía observarla bien, y por mera casualidad. —¡Sí! Obvio, Mikasa y yo somo amiga, taba pispeando a ver cómo sencontraba en un momento tan debilitante para una soldado como lo é el período femenino...—Que te compre quien no te conoce, chica papa... —Mhm... Si vos decís. —¿Quéloqué? Yo me preocupo por mi amigas... ¡Y, y amigos!—Sasha frunce el ceño. —¡Y no lo dudo en absoluto!—Eren se muerde el labio, inseguro de como continuar la conversación, su cerebro yendo a mil por hora, así que deja que muera ahí. Sasha prosigue a comer, pero la voz de Eren de vuelta hace que se detenga a escucharlo.—Me parece que ya hay que irnos, ya comimos bastante y no quiero que el instructor nos encuentre. O peor aún, el comandante Levi...—A ambos les recorre un escalofrío por todo el cuerpo ante lo que les podría pasar si fuesen encontrados robando las provisiones de todos los soldados por Levi. —Tené yazón, Eren.—Le responde, terminando rápidamente su pedazo y limpiándose las manos en su pantalón, cuando Eren nota migajas en su rostro. Sin pensarlo siquiera, Eren se levanta y acerca, llevando una mano a la cara de la joven, limpiando los restos de comida de la comisura de sus labios con su pulgar. Eren puede ver su rostro mejor a esta distancia, y con lo cerca que está de Sasha, no duda que ella también puede verlo bien ahora. Se quedan quietos, mirándose uno al otro, analizando sus facciones en detalle. Eren observando como se liberan las migajas de la piel de Sasha, resplandeciente con la iluminación de la luna. Sus labios sin pintar estaban un poco quebrajados, Eren podía sentir las grietas donde su mano reposaba. Sus ojos con color semejante al oro estaban fijos solo en él... —Gracias... Eren...—Musitó tímidamente su sujeto de profundo estudio bajo la luz nocturna. Su respiración estaba agitada, y notó que la de él mismo también... ¿Por qué? No estaban haciendo nada, no estaba pasando nada. ¡Ah, claro! Estaban ansiosos, en cualquier momento podría irrumpir el capitán y... Ver a Eren pegado a Sasha, ambos respirando fuertemente... ¡y la mano de Eren seguía invadiendo el espacio personal de Sasha! —¡A-Ah! No es nada, no te preocupes...—Carraspeó, quitando por fin su mano, y en lugar ofreciéndole ayuda para ponerse de pie. Ella accede a tomarle la mano con una pequeña sonrisa, y la levanta sin dificultades. Ambos empiezan a ordenar las cosas, como si ellos nunca hubiesen estado ahí, cuando se rompe el silencio una vez más, esta vez siendo Sasha la que inicia la conversación. —A decir verdad, Eren...—Empieza, pero las palabras se las lleva el aire, perdiendo la oración, hasta que Eren insiste. —¿Qué pasa? Me podés decir, vos sabés que no le voy a contar a nadie.—Le asegura mientras ordena y guarda las botellas no abiertas, tan bien como puede en ese vacío de luz. Y Sasha sabe que es verdad. Eren es una persona de confiar, y aunque le cuente cosas a Armin o Mikasa, ellos aprecian mucho a Eren y no irían divulgando sus secretos. De hecho, tampoco los de otros; ellos simplemente no son ese tipo de persona. —Bueno, es que... Hay rumores sobre vos... Eren gira la cabeza, casi rompiéndose el cuello en el proceso. —¿Quién fue? ¿Qué dijo? ¿Cuándo? ¿Por qué él? ¿Y basándose en qué? Su sangre hierve a pesar de no saber de qué trataba ese comentario que flotaba por la tropa, pero Sasha continuó sin dejarle tiempo a hacer todas esas preguntas. —Dicen por ahí que te gusta Armin, como son tan cercanos...—Eren abre la boca, pero no le salen las palabras. Armin era como un hermano para él, jamás podría verlo de otra manera.—También dicen que como no le das mucha bola a Mikasa, que obviamente está enamorada de vos... —¡Ya, Sasha! ¡Listo! ¡Cortala!—Eren grita, pero rápidamente se tapa la boca al ver la expresión asustada de Sasha, olvidándose por un instante dónde se situaban y la hora que era. Eren traga saliva, tomando aire antes de preguntar—No me gustan los chicos, Sasha... Pero si fuese así, ¿qué tiene? No hay nada de malo en ser homosexual. Sabés eso, ¿no? —Sí, sí, ¡claro que lo sé!—Afirma rápidamente Sasha, no queriendo quedar mal.—Ymir y Krista son mis amigas, por supuesto que no tengo problema con ese grupo, jajaja... Perdoname, toy ye chupada… Sasha mira al piso, evadiendo la mirada confundida y expectante de su igual. Pará, ¿qué estoy esperando? ¿Qué quiero que me diga Sasha? Los labios de Eren tiemblan al abrir la boca, sin abandonar sonido alguno, pero al no escuchar continuación de parte de la chica, él decide proseguir. —¿Gustás de mí? Pensó que la respuesta de Sasha sería mucho más diferente, más explosiva: Que se sobresaltaría, intentaría negarlo, tartamudearía alguna pobre excusa, seguiría evadiendo su mirada apenas perceptible en la oscuridad de la bodega... Pero no. Sasha se retrajo imposiblemente más a sí misma, y una vez que miró a Eren a los ojos y no despegó su mirada, le transmitió respuesta suficiente a su pregunta. —Sasha... Ésta dio un paso hacia él, y luego otro, y otro... Eren retrocedió hasta chocar con la pared, la joven a meros centímetros de él y la botella cayendo al lado suyo. Eren la observó nuevamente, y ella a él, para luego desviar su mirada al costado y poner su mano en el picaporte, lista para irse. —No le digá a nadie, por favor. Ya e suficiente con que te haiga enterado... ¿Qué? ¿Sasha ya se iba a ir? Pero... no habían terminado de hablar, ¡no podía dejarlo así! Eren tomó su mano posada en la manija, rogándole solo con su toque que no se vaya todavía, y Sasha se estremeció, pero permaneció inmóvil. —¿No me vas a dejar decirte nada? ¿Esperás que te deje ir sin darte una respuesta? Eren acaricia la mano que agarra, mientras lenta y tímidamente lleva su otra mano a la nuca de Sasha, y Sasha permite que descanse allí. Pueden sentir el latido acelerado del corazón del otro con solo la proximidad a la que están. —¿Qué hacés, Eren?—Cuestiona Sasha, incrédula ante las acciones de Eren. —Me parecés muy linda, chica papa.—Sasha no puede evitar soltar una risita ante el apodo, y Eren puede oler su alegría. Olía a vino y carne. Seguramente él igual. —¡No te rías, es verdad! Sos graciosa, bonita, valiente, inteligente, amigable...—El castaño rie avegonzado, acariciando cada vez más rápido la mano y el cuello de la otra en un intento de calmar sus propios nervios.—Nos complementamos bien. O… O eso creo yo, al menos. Sasha lo mira a los ojos, esos ojos verdes suaves que reflejan con facilidad el color dominante del ambiente que lo rodea. Estaban entrecerrados y con las pupilas dilatadas; Sasha no podía ver su reflejo, pero alguna vez escuchó que los ojos eran una ventana al corazón,—¿quién no?— y lo pudo confirmar pudiendo ver a través de aquellos el crudo e inocente deseo de Eren. Sasha decidió lanzarse, finalmente, y entrelazó su mano con la de Eren sin pena alguna, agarrándolo con la otra por la cintura. —¡Ay! Ay, Sasha, qué brusca...—Eren le cargó con una sonrisa, siendo forzado a detener su movimiento inquieto. Sasha suspiró y rodó los ojos ante su actitud típica, para luego mirarlo seriamente, su cuerpo entero bajo un trance, sintiendo un hormigueo recorriendo todo su cuerpo, anhelando... —¿Te... Te puedo dar un beso?—Interpeló a Eren, el cual como respuesta solo asintió con una sonrisa boba. Ambos inhalaron casi al unísono y contuvieron la respiración, ojos ámbar acercándose al par verde grisáceo. Los labios de Eren y Sasha se unieron, curiosos, explorando el tacto del otro con suavidad y dulzura. Eren cierra fuerte los ojos mientras lleva su mano de la nuca al pelo de su amante, y jura haber encontrado la libertad al sentir como ella esbozaba una sonrisa debajo de sus labios. Eren intenta contener la respiración y los suspiros que amenazan escapar de su boca cuando Sasha hunde su mano en su cuerpo, buscando estabilidad, la cadera de Eren siendo su mejor puesta a tierra. En ese momento, en aquel jadeo que se le escapó, aquel chico vengativo logró olvidarse de los titanes y se relajó realmente. Sasha saborea la vista que tiene de Eren; ojos bien apretados, cachetes sonrojados, boca presionada a la suya, y... ¡Ey! Todavía siente rastros de comida en los de él. Y bueno, qué se le va a hacer... Piensa mientras le da un lengüetazo, y Eren salta al sentir esa nueva sensación, abriendo los ojos como platos. —¿¡Q-Qué te pensás que estás haciendo!?—Le grita en voz baja, estirando suavemente de su pelo largo mientras ella sonríe desvergonzadamente.—De, em, de todas maneras, este no es lugar para que andemos confesándonos o... Besándonos, ¡o lo que sea! Vayámonos ya, las chicas van a irse a dormir en cualquier momento y van a ver que no estás en tu cama...—Advierte, separándose de Sasha y viceversa, la segunda no pudiendo apartar su mirada engatusada de él mientras lo veía abrir lentamente la puerta y avisarle que el pasillo está despejado para huir, despidiéndose y cada uno partiendo para su habitación, no sin antes descartar la botella, la máxima evidencia de su encuentro. Esa noche, Sasha obtuvo un apetito inagotable por los labios y toque de Eren, muchísimo más fuerte que por cualquier comida en el mundo probada y por probar. Mientras que Eren se sintió liberado por vez única, jamás volviendo a poder recrear esa sensación que obtuvo por primera vez con Sasha.
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