ID de la obra: 751

Luffy’s Path — “Abordo”

Het
NC-17
En progreso
1
Fandom:
Emparejamientos y personajes:
Tamaño:
planificada Mini, escritos 63 páginas, 18.478 palabras, 8 capítulos
Descripción:
Publicando en otros sitios web:
Consultar con el autor / traductor
Compartir:
1 Me gusta 0 Comentarios 0 Para la colección Descargar

¡Conocí a los Sombreros de Paja!

Ajustes de texto
—¡Son los Sombreros de Paja! ¡Acaban de ingresar al local! Observé sorprendida a mi compañero de trabajo. Estaba completamente blanco del miedo. ¿De verdad estaban aquí? Me acerqué a la ventanilla de la puerta sobre los demás curiosos, que dejaron la cocina desatendida, para poder darme la oportunidad de ver a esos famosos piratas que armaban alboroto por donde pasaran. —¿Dónde dices que están? — pregunta uno. —Hacia las mesas de la izquierda, en la tercera. Miren, no soy el unico que los ha identificado. En efecto, todos los del bar se habían quedado a verlos dejando un ambiente incómodo y tenso. Ese de ahí era... —El de cabello verde es Roronoa Zoro, ¿verdad? —No puedo creer, es el famoso Jinbe. —Increíble. ¡No podía ver nada! Así que con un poco más de fuerza empujé a mis compañeros para hacerme de espacio. Whoa, sí eran ellos. Increíble. Su sombrero de paja casi se le cae de la cabeza al reírse a carcajadas. Monkey D. Luffy. El hombre más fuerte de toda "La Peor Generación". O al menos para mí. Sí, quizás hablaba mi favoritismo. Puedo sentir mi corazón acelerarse de la emoción. Siempre quise conocerlos. Mi sonrisa se debilita al voltear a ver a mis colegas aterrorizados, parecían que iban a salir corriendo en cualquier momento. —¿Qué está pasando? — vi a mi madre aparecer ingresando por la puerta trasera de la cocina. —Señora, son los Sombreros de Paja. Las cejas de mi madre se arquean del asombro y viene a mi lado a observarlos. Gira a verme y yo fallo en ocultar mi sonrisa. No me dice nada. —Bueno, pues que vaya alguien a atenderlos. A pesar de que fuera una orden directa de la dueña del local, ninguno hizo el amago de acatar. Se quedaron duros en sus lugares y evitaron mirarla a los ojos. Podría ir yo. —No lo puedo creer. — dice decepcionada. —Yo iré. — me animé a decir. Mi madre se quedó viéndome unos segundos. —Bien, ve tú. No hagas tonterías que causen que te maten. Vaya, gracias ma. Uno de ellos me entregó el anotador y un bolígrafo y para cuando caí en cuenta de lo que estaba por hacer los nervios comenzaron a emerger. Sentía mis manos sudar y mi boca secarse. Dios mío, voy a hablar con ellos. —Edina. — mi mamá llama mi atención. Sabe de mi inusual interés por la tripulación pirata. —Contrólate un poco ¿quieres? Eso fue suficiente para que me amargara el humor. Me acerqué a su mesa ya más calmada. Suspiré y puse mi mejor sonrisa. Luffy, Zoro y Jinbe sentados conversando animadamente y me sentí llamada a compartir con ellos. Tan intenso que me detuve un momento a verlos y a apreciarlos. —¡Chicos! — escucho a mi lado cuando veo pasar a Ussop y ubicarse al lado de Luffy, siendo la última silla disponible de esa mesa ocupada. —Sanji fue por provisiones. Será mejor que ordenen ya si tienen hambre. Todo en mi se sacude al conectar con Luffy. —¡Oye! — me saluda con la mano. —¡Queremos ordenar algo! Asiento y entro en personaje. Me acerco a la mesa y veo que Ussop se sobresalta al verme. Zoro fue bastante sutil. —Vaya, tienes un hermoso cabello. — suelta Luffy al verme. —¿Su cabello es lo que te llama la atención? — susurra Zoro a Luffy. Mi ego sube considerablemente al verlos reaccionar así. Entonces lograba llamar su atención mi excentricidad. —Gracias. — sacudo ligeramente mi cabello haciendo ondular mis mechas rojas y negras. — Juego mucho con los colores. Esta vez me toparon con el color rojo. —¡Te luce bien! — ríe ligeramente Luffy y Zoro le frunce el ceño sin poder creer lo que se había animado a decir. Ussop une las manos en señal de disculpa. —Sentimos nuestra reacción. Disculpa si te hicimos sentir mal... —No se preocupen, estoy acostumbrada. Solía llamar la atención en el bar por lo bella que era, y era bastante consciente de ello. Fui consciente hace unos años el día en que por celos un empleado del lugar me derramó aceite caliente que terminó por mis mejillas, mentón, cuello y muñeca. Gracias a Dios mis mejillas y mentón no dejaron marcas, sin embargo en mi cuello y muñeca no tuve tanta suerte. Mis padres se pusieron furiosos y lo denunciaron. No sé qué sucedió de él pero ellos me dijeron que se habían encargado. —¿Qué van a pedir? — digo más a gusto con ellos luego del intercambio. No pude evitar reírme por la voluble dinámica que tenían. Luffy fue reprendido por Zoro por pedir tanta carne pero él también fue reprendido por Ussop por pedir tanto sake. Jinbe pidió algo sencillo junto con Ussop. —Enseguida les acerco. —¡Lo que salga primero! — me apura Luffy. —El sake puedes ir trayéndolo. —De acuerdo. — les sonrío y ellos me la devuelven para luego enfrascarse en sus conversaciones. Luffy se me queda mirando un poco más de la cuenta lo que hace que me entre cierta valentía.— Eh... — los demás voltean curiosos a verme. Trato de no tartamudear.—Quería decirles que los admiro un montón. Siempre sigo sus aventuras por los diarios y... pues creo que todas sus aventuras son increíbles. El hecho de que hayan librado difíciles batallas y salvado a mucha gente los diferencia de los demás piratas. ¡Ah! Sé que no todos los piratas son como ustedes pero... bueno... me cambiaron la visión ante las cosas. Y, bueno, gracias. Luffy me observa en silencio y yo quiero meterme en un hoyo y desaparecer. —No hicimos todo eso para ser héroes. — corta el silencio Roronoa Zoro. —De igual manera, a pesar de todo, creo que su sentido de justicia, código de honor y la amistad que tienen entre ustedes es digno de admirar. —Gracias. — dice Jinbe, llamando mi atención. —Es un halago que pienses de esa manera de nosotros. —¡Sí! No es común para nosotros escuchar eso. — Ussop se cruza de brazos pensando. —Siempre somos temidos, marginados o perseguidos. —Bueno, es lo que viene con ser pirata. — minimiza Zoro. —Entonces me retiro, traeré el sake y lo que esté prontamente disponible a ustedes. Si necesiten algo no duden en llamarme. Observé de vuelta a Luffy que permanecía en silencio atento a mí. Observándome. Que no te afecte que no haya dicho nada. —¡Ah! ¿Cuál es tu nombre? — pregunta Ussop. —Edina. — me despido alegre de ellos y voy a la cocina. En cuanto cruzo la puerta mis piernas fallan y me recuesto por la pared tratando de respirar. Mis colegas caen sobre mí como polillas a la luz. —¿Qué tal te ha ido? —¿De qué hablaron? Te quedaste mucho tiempo en su mesa. ¿Te amenazaron? ¿Sermonearon? —¿Qué dices? No ves que reía con ellos. ¡Hasta Roronoa Zoro le dirigió la palabra! Mi madre me observaba en silencio. No, me analizaba. Quizás juzgaba. Ella sabe lo mucho que deseo viajar y conocer el mundo y, aunque no se oponga a ello, estoy segura que ha de preocuparle mis locas ideas o planes. La idea de abandonar a mi familia siempre fue una batalla interna que nunca podía solucionar y a las que muchas veces pedí a mis padres que lo libraran por mí pero ellos se negaban. Agradecía que me dieran la libertad de tomar mis propias decisiones pero ahora eso no me estaba funcionando. —Sus pedidos. — digo entregando a uno de los cocineros.—Llevaré el sake de Roronoa yo misma. Los aparté de mi camino y fui por la bebida. Sentí a mi madre detrás de mí. —¿Qué les dijiste? —¿Por qué? —Por sus rostros. Te observaban serios a lo que sea que estabas diciéndoles. —No fue nada. Les llamó la atención mis cicatrices y les dije que conocía de sus aventuras. —Hmm. Entiendo. — mamá suspiró.— Su capitán parecía atravesarte con la mirada y me preocupé. —No pasa nada mamá. No te preocupes. Son buena gente. Su cara de "es porque eres así que me preocupo" me pone de vuelta de mal humor. Tomo el sake para no discutir y me dirijo de vuelta a la mesa de los Sombreros de Paja. —¿Puedes tu sola? ¿No tienes a nadie que te ayude? — Ussop pregunta preocupado. —Tonto, es que nos tienen miedo. — toma la botella y se niega a que le traiga un vaso. —Lo siento. No vienen muchos piratas por estos lares entonces les dio una impresión muy fuerte. —No hay problema. — dice Jinbe. —Gracias por servirnos. —No hay de qué. —Oye. — Luffy se inclina hacia mí. — ¿Esa de allá es tu madre? Volteo hacia atrás y sí, es ella. No disimula en absoluto que nos está observando. —Sí, lo es. —Desde hace un buen rato ha estado mirándome. — suspiró desconcertado. —Ha de creer que me secuestrarán y me llevarán con ustedes con la imaginación que tiene. — Jinbe se ríe ante mi broma. Escucho que tocan la campanilla y el que deposita la comida en el mostrador me tira una señal. — Regreso enseguida. Una buena porción de carne la dejo en frente a Luffy, luego poco después están listos los platos de Jinbe y Ussop. —Disculpe señor Roronoa, ¿no desea comer algo? —¿Eh? —Le recomendaría el platillo de la casa. Creo que será de su agrado. —Hmm... — se lo piensa. — Bien, de acuerdo... ¿Edina era? Trata de recordar mi nombre. Sonreí. —Sí, así es. Se lo traigo. Volteo y de camino a la cocina mi sonrisa se deforma. ¡Ah! ¡Qué emoción! ¡Creo que los quiero más que antes! Solicito el plato en la cocina y barro con la vista a todo el restaurante por primera vez desde que llegaron los Sombreros de Paja para ver si se necesita atención en otra mesa. Al hacerlo sin querer cruzo miradas con Luffy por lo que trato de ignorarlo y seguir actuando normal. —¡Edina! — grita un hombre en la mesa diez de la derecha así que voy a él. No sé quién es, nunca lo he visto pero al ser hija de los dueños era muy común que la gente me conociera. —¿Qué necesitan? —digo al ver que se encuentra con una mujer entusiasmada al verme llegar. —¿Podrías hacernos uno de tus deliciosos tragos? Nos dijeron que son de lo mejor. —¡Por supuesto! ¿Ya decidieron cuales del menú? Al indicarme cuáles desean me dirijo hacia mi barra donde tengo todos mis utensilios. Escucho que corre un murmullo cuando me coloco detrás y pongo en condiciones mi lugar de trabajo. Ante el primer chirrido de una silla sé que me sentencié a pasar la noche aquí. Me dedico a entregar otro cuantos poco después. No me gusta hacer los tragos. Era algo que me enseñó mi ex novio en un momento de aburrimiento de los dos. Al parecer tenía talento y él quedó frustrado, pero no terminamos por eso. Fue por una acumulación de otras cosas más. Mis padres lo descubrieron y bueno decidieron explotar a su hija ya que no pago nada por ser mantenida. —Discúlpenme un momento. — digo a los tres muchachos que se sentaron en los banquitos frente a mí ya que la comida de Roronoa ya estaba lista. Acercándome a ellos escudriñan mis movimientos. Dejo el plato frente a Zoro. —¿Eres un Barman? — pregunta Zoro. —Más bien un barwoman. Se mofa de mí. —¡Asombroso! Es una locura como preparas las bebidas. Eres una persona completamente diferente. — comenta Luffy. —¡Gracias! —¿Quieres unirte a mi tripulación? —¿Eh? —¿Eh? — dicen los otros tres poco después de mí. —¡Sí! —Debe estar bromeando, ¿no? — digo buscando confirmación de los demás que no saben qué responderme. —¡Oye Luffy! ¡Deja de invitar a cualquiera que te llame la atención! — le regaña Ussop. Zoro y Jinbe se miran preocupados pero no dicen nada. —Eh... iré a mi barra. —señalo con mi pulgar hacia allí. — Si me necesitan no duden en llamarme, ya saben. —Claro. — dice Jinbe aún en shock. ¿Suele hacer eso entonces? ¿Invitar a la gente a su tripulación? Pero el último en ingresar fue Jinbe después nadie más. ¿Fue un impulso nada más? ¿No estaba hablando en serio? La decepción mata el éxtasis que sentí hace un momento. Me estoy ilusionando sin razón. Me río de mi misma. Mi mamá tiene razón. Siempre me hago la historia yo solita. —¡Edina preciosa! ¡Vamos un trago! — dice uno de los muchachos completamente ebrio. —Ya estás muy ebrio. ¡Quedas suspendido! —¡No puede ser! — dice desparramandose sobre mi barra. — ¡Mi elixir! Me río ante su dramatismo. Era un cliente recurrente del bar así que no tenía problemas en tratar con él. —Ten. Este es tu elixir. —le deslizo una copa que sin pensarlo se lo bebe. Arruga su rostro. —¿Agua? Eres malvada Edina. —dice volviendo a caer sobre mi barra triste. Me río de él acariciándole el cabello. —¡A mi también! — dicen sus dos amigos. —¡No! — aparece mi madre. —Suficiente. Ya terminaron las bebidas para ustedes. Retírense. —los chicos se quejan y tambaleandose se ponen en condiciones de salir. — Y tú — me dice molesta. — debes dejar de ser tan ingenua con los demás. Es porque eres demasiado amable que los chicos te malinterpretan o se hacen ideas. ¿Acaso no has aprendido nada cariño? Aprieto los labios. Odiaba que trajera a colación mi error con ese empleado pero sí, fue mi error. ¿Que me estoy expresando mal? ¿Está mal que sea agradable con los demás? Escucho el chirrido de una silla en particular que bien podría decir de que mesa es. El silencio sepulcral que se forma me lo confirma. Mi mamá no retrocede ni un poco. Cuando lo tengo a mi lado me fijo que está serio, devolviéndole a mi mamá la misma mirada. —Luffy... — digo más preocupada por mamá. —Señora. —¿Qué? — espeta mamá. Sonríe ampliamente desafiante. —¿Puede su hija ser parte de mi tripulación?
1 Me gusta 0 Comentarios 0 Para la colección Descargar
Comentarios (0)