ID de la obra: 751

Luffy’s Path — “Abordo”

Het
NC-17
En progreso
1
Fandom:
Emparejamientos y personajes:
Tamaño:
planificada Mini, escritos 63 páginas, 18.478 palabras, 8 capítulos
Descripción:
Publicando en otros sitios web:
Consultar con el autor / traductor
Compartir:
1 Me gusta 0 Comentarios 0 Para la colección Descargar

¿Nueva integrante?

Ajustes de texto
Ay no. Bien pienso eso pero siento cómo explota mi corazón de tanta dicha ante el atrevimiento de Luffy. Justo lo que temía. Justo lo que quería. Luffy estaba tomando la decisión por mí. Él estaba tejiendo mi destino ahora mismo. Mamá suspiró y lo miró cansina. Es justamente lo que ella también temía y cuando sus ojos caen en mí veo que se rindió ante lo que sea que esté pensando. —No es una decisión que pueda tomarla yo sola. Debemos hablarlo en familia. —Aun así... ¿Acaso no es decisión de ella qué es lo que quiere o no hacer? — pregunta él. La indecisión enciende la mecha y el tiempo empieza a correr antes de que o me salve o explote. Debo dar una respuesta pronto. Entonces se pone cara a cara a mí y sonríe. —¡Unete a mi tripulación! — exclamó claramente dejando boquiabiertos a todos. —Realmente la está invitando. —¿Edina se volverá pirata? Qué bajeza. —Su madre ha de estar decepcionada. —Todavía no aceptó. —¿Qué está pasando aquí? — se escucha una voz femenina cortar filosamente el ambiente tenso. —¡Nami! — Ussop corrió hacía ella trastabillándose. — ¡Luffy acaba de invitar a alguien más en la tripulación! Robin se encontraba con ella junto a Chopper que examinaron la situación frente a ellos. —¿De nuevo? — negó con la cabeza. — ¿Y? ¿Quién es? —Ella.— dijo señalándome con la mirada. Los tres se fijaron en mí. —Vaya una chica. — dice Robin y Chopper de la timidez se escondió tras ella. —¡Qué bonita! Que se nos una. Faltan más mujeres en nuestro barco.— dice acercándose a mí. Pasó un brazo por mis hombros.— No te preocupes, Robin y yo cuidaremos de ti, ¿verdad Robin? —Sí, por supuesto. —Es la Gatita Ladrona y la Niña Demonio... —¡Eh! — alza la voz Nami y todos se mandan al silencio. — ¿Buscan pelea? —Es el bar de la familia así que por favor no peleen aquí. —Oh, lo siento. Discúlpame. ¿Cuál es tu nombre? —Edina. —¡Eres muy hermosa Edina! Me encanta tu cabello. ¿Te lo haces tú? No puedo creer que estoy hablando con Nami. —Bueno, yo— —Disculpen... — dice mamá interrumpiendo la conversación. — Pero debería hablar con mi hija un momento. —Por supuesto... —dice Nami extrañada dejándome ir. Antes de cerrar la puerta de la cocina la escucho decir. —¿Qué está pasando? Vamos a la oficina que se encuentra detrás de la cocina. Mis manos me sudan al ver a papá concentrado en unos cuantos papeles sobre la mesa en conflicto. Se alegra al vernos llegar. —Mis amores. — dice yéndose para atrás de la silla. — ¿Qué hay con esas caras? Al enterarse de la llegada de los Sombreros de Paja me sentí en una mesa de interrogatorios con los focos apuntándome. Siempre conversaba con mi papá sobre ellos y planteaba la hipotética locura de si fuera pirata o viajara por el mundo. Cuando mamá llega al punto en cuestión su semblante cambia. Reflexiona sobre la situación. El problema real no es que se nieguen, el problema real se divide en dos. Ante todo, estoy segura de que no les gusta pero el primero es, que si es por ellos dicen que no y me buscan un lugar en algún barco de algún conocido para que esté segura porque un barco pirata es lo último que desean para mi. Y segundo, nos vamos a separar. Inevitablemente. Tarde o temprano va a suceder. Ahora, intentarán que sea más tarde o me dejan ir temprano porque ellos saben que tienen que dejarme ir. Mierda. Ya comienzo a extrañarlos y los tengo frente a mi discutiendo. —Es peligroso. Los persiguen la Marina y hasta tienen una recompensa exorbitante que hace que le den caza a estos piratas. No voy a vivir tranquila sabiendo que le puede pasar cualquier cosa en cualquier momento. —Es increíble cómo les persiguen los problemas. No creo que se vuelva más sencillo para ellos más adelante. Lo siento princesa, no creo que debas irte con estos chicos. —Son los más fuertes de todo el mundo y son gente muy amable. No puedo asegurar que no va a pasar nada pero cuidan muy bien de los suyos. No dejarían que me suceda nada. —Son piratas amor. — mamá posa su mano en mi hombro.— Pronto habrá carteles de "Se busca" con tu rostro y buscarán matarte a ti también. —Lo sé pero quiero hacer esto. Ellos me gustan. —No es cuestión de que te gusten hija. Tu mamá tiene mucha razón.—Escuchamos unos golpes en la puerta y giramos a ver. — Adelante. Se abre la puerta y Luffy entra provocando que se me cierre la garganta. Está decidido a convencer a mis padres. —¿Monkey D. Luffy? — preguntó papá al ver el sombrero de paja colgando en su espalda. —Sí. ¿Podría hablar con ustedes dos? — Mis papás se observaron preocupados. Él me sonrió sereno. — A solas. ¿Cómo? —¿Me tengo que ir? — la intención no era preguntar pero salió así de mi boca. Asintió. —Déjame conversar con tus padres. ¿Esto terminará bien verdad? Se ríe ante mi obvia preocupación. Me toma de los hombros y me saca fuera del despacho.—Vamos, vete Edina. Yo me encargo. Cerrada la puerta me pregunto qué estoy haciendo. ¿Cómo llegue a este punto? ¿De verdad me voy a ir? Si no me voy me arrepentiré toda mi vida de no hacer lo que quería pero si me voy me arrepentiré de haber dejado a mis padres atrás. ¿Qué demonios voy a hacer? Quiero ir. Quiero ir. Quiero ir. —Eh, Edina, necesitamos ayuda. — se acerca un compañero. —Claro. Dime qué pasa. . . . Observaba las olas formadas por el choque contra el casco del barco. Aún no podía creer que estuviera aquí. Era mi primera vez viajando. Habíamos emprendido nuestro viaje unas horas después de lo del bar pero la isla ya no se veía a lo lejos. ¿Realmente me estaba yendo? Limpié por enésima vez mis ojos aunque ya no tenía lágrimas que derramar. Despedirme de mis padres me desgarró el alma. Los dos llorando, abrazándome y orando para que no me sucediera nada durante mi viaje. Como si fuera la ultima vez que me verían o que moriría apenas abordara el barco. No sé qué le habrá dicho Luffy a mis papás para que accedieran, me deja muy intrigada. —¡Lady Edina! ¿Tienes algún interés particular para tu cena de hoy? —Confío en lo que decidas Sanji. —Hoy el verte una vez más hace que salga el sol en mi corazón. —Déjala en paz. — dice Nami sujetándolo del brazo arrastrándolo hacia la cocina. —Mejor prepárame algo delicioso para la cena. —Claro que sí mademoiselle. Observé al capitán recostado hacia la proa, justo en la frente del enorme león sonriente. Parecía estar dormido. Sigo sin comprender por qué quiso traerme con él. Sólo declaró que me llevaría y luego de eso no hubo forma de hacerlo cambiar de opinión, hasta sus propios amigos le advirtieron que estaba separando a una familia y que lo pensara. —Ah, aquí estás. — dice Zoro llevándose la cantimplora de sake a la boca. Se limpia poco después la boca con la muñeca. — ¿No te molesta que tome una siesta aquí? —No, para nada. — ¿Tomará una siesta cuando ya es de noche? ¿Podrá dormir más tarde? Se recuesta por el mástil dejando escapar un suspiro cansino. Lo veo acomodarse un momento y después se fija en mí. —¿Te llamabas Edina? —asentí. Se llevó otro trago a la boca. — ¿Qué es lo que sabes hacer además de ser... —se lo piensa y ríe secamente. — barwomen? Se acordó—Hmm... pues... No sentía que tuviera algo especial comparado con los demás. Soy una simple humana comparado con cualquiera en este barco. Hasta Nami y Ussop, que los creía más hacia mi especie son asombrosos. Zoro se me quedó viendo un buen rato luego suspiró. —Bueno, algo te habrá visto. Luffy juzga bastante bien a las personas. —se quedó en silencio un momento. — Más o menos. Me río ante su propia reacción y por un momento percibo la atención de alguien. Busco por todos lados pero no hay nadie cerca más que Zoro frente a mi y Luffy un poquito más lejos. Tiene el sombrero ocultándole el rostro. ¿Nos estará escuchando? —Bien, dormiré un momento. —Okay. — respondo sin apartar la vista de Luffy. ¿Y él de verdad estará durmiendo? El viento acariciaba sus cabellos suavemente y mecía su ropa ligeramente, pero el sombrero no se despegaba de su rostro. Tomé el brote de mi pecho con rapidez y lo escondí dentro de un cofre, lanzándolo en lo profundo de mi interior. Luffy destacaba demasiado con su sonrisa y calidez, me hacía sentir segura y se preocupaba por todos sus compañeros. Era simpático e inquieto, con ocurrencias divertidas e inesperadas. No negaba que a veces eso me ponía tensa o en alerta pero al final terminaba conmoviéndome. Me gustaba. Mucho. Era una tontería. Lo acababa de conocer nada más pero el pecho se me revoloteaba como loco alrededor suyo. Él actuaba como siempre y no veía ningún trato especial hacia mí así que es evidente que esto sería unilateral. Maldición lo admiro mucho. Suspiré. Tengo que lidiar con estos sentimientos si quiero continuar tranquila en este barco. Tengo que deshacerme de ellos. Me despegué de la barandilla del barco y caminé en silencio tratando de no despertar a Zoro. —¿A dónde vas? La voz de Luffy me congela en mi lugar. —¿Te desperté? Se sentó derecho y se colocó mejor su sombrero. Me dedicó una sonrisa ligera. —Para nada. ¿Por qué me estaba sintiendo tímida? Apunté con el dedo hacia donde Sanji se había dirigido.—Pensaba ir a la cocina. Creo que la mayoría está reunida ahí. —¡Bien! ¡Vamos! —su mano se extiende hasta mi hombro y luego se deja ir para caer al lado mío. Woah, es la primera vez que lo veo usando su fruta. —¿Dejaremos a Zoro aquí? —No le gusta que lo molesten durante su siesta. Asentí. La mano de Luffy fue a mi espalda impulsándome ligeramente hacia delante. La noche se estaba haciendo más oscura y comenzaba a bajar la temperatura, por lo que sería mejor ir a buscar algo con qué abrigarme antes. —Voy por un suéter primero. Puedes adelantarte. —Ten. — dice quitándose la capa negra que tenía puesta. — Con esto ya estarás mejor. Me lo acomodó en los hombros, sujetando mi cabello para dejarlo caer encima. La delicadeza con la que me ayudaba perturbó mi corazón. —Gracias Luffy. —No hay de qué. —volvió a sonreírme. — Vamos. Somos recibidos por un alboroto cálido en la cocina. Además de Sanji y Nami, se encontraban Chopper, Robin, Brook y Ussop. Brook ejecutaba el violín mientras a su lado Robin se encontraba leyendo un libro. Ussop había traído sus herramientas concentradose en construir algo. —¡Sanji! ¡Hazme lo que me preparaste hace dos días! — le suplica Chopper con los ojos brillosos. —¿No quieres probar algo nuevo? —¡No! ¡Esa me gustó mucho! —Está bien, está bien. Te lo preparo ahor—¡Lady Edina! ¿Tienes hambre ya? Enseguida tendré lista tu cena. —¡Sanji! ¡No te olvides de mí! —Ya sé, ya sé. Las damas primero. Nami se endereza en su silla. —Edina, ¿tienes frío? Puedo traerte un suéter. —Pues— —Está bien. — responde Luffy. — Le presté la capa. Es bastante calientita. — Me da un ataque de timidez una vez más. Se acerca a la mesa de cocina de Sanji. —¡Woah! ¡Esto tiene muy buena pinta! —¡No la toques Luffy! ¡No es para ti! —¡Sólo un poco! —¡No! —Ya veo. — responde Nami ante lo de Luffy indiferente. — Ven, siéntate a mi lado. ¿Quieres aprender un poco de navegación? —¿Me enseñarías? — digo emocionada. —¡Por supuesto! —Iremos a la habitación más tarde. Te enseñaré lo básico. —¡Claro! —¿Puedo yo también? — pregunta Robin. —Claro que sí. —¿Y yo? — se entromete Sanji. —Sólo chicas. —¡Qué cruel eres Nami-swan! Luffy nos observaba divertido con una sonrisa que le llegaba hasta los ojos. —¡Me alegra que se estén llevando bien! —¡Por supuesto! —Nami enlaza su brazo con el mío. —¡Edina es tan linda! — me aprieta la mejilla sacudiéndola suavemente— ¡Tan adorable! —¡Sí¡ ¡Lo es! — dice Luffy riéndose. A Ussop se le cae el destornillador al suelo. A Sanji el cigarrillo, que es rescatado por Chopper antes que caiga. Brook falla una nota. Nami se tensa a mi lado. Robin se lleva la mano a la boca divertida. Yo no me atrevo a hacer algún movimiento. No parece darse cuenta de lo que dijo porque nos mira confundido. —¿Qué les pasa chicos? —¡Ya reparé el baño de las chicas! Deberían tener agua caliente ahora. — dice Franky entrando a la cocina. —¿Qué es ésta situación? —Hmm... — dice Luffy mientras alarga su mano hasta la cacerola de Sanji pasándole un dedo. —¡Oye no toques mi comida! —¡Delicioso! —Oh vaya. — dice Robin acercándose a sentarse a mi lado. —¿Escuchaste eso Nami? —Creo que escuché mal. —responde Nami a mi otro lado. —No, no escuchaste mal. Dijo que era adorable. Y linda. —¿No me lo imaginé? —No lo hiciste. — dice Robin riendose ligeramente. —No estoy loco ¿verdad? Díganme que no estoy loco. — dice Brook apareciendo al lado de Robin. —¡Ussop no reacciona! — grita Chopper desesperado. — ¡Reacciona Ussop! ¡No te mueras! —¿De qué están hablando? — Franky se sienta al lado de Nami. —Luffy acaba de decir que Edina era linda y adorable. —¿Luffy lo dijo? — Franky no parecía creerlo. Mejor cierro los ojos. Si cierro los ojos no estoy presente en esta conversación. —Más bien coincidió con que Nami lo dijera. —Por favor, no sigan. — digo avergonzada. Todos se quedan mirándome unos segundos y luego a Luffy que seguía intentando robarle comida a Sanji que estaba furioso. —Disculpa señorita Edina, ¿esa es la capa de Luffy la que tienes puesta? — pregunta Brook. Sabía que las siguientes palabras me condenarían. — Sí, lo es. —Luffy se la dio. — comenta Nami. —¿Alguna vez fue muy atento a una mujer? — pregunta Franky. —Iré a preguntárselo a Zoro. — propone Brook. —No importa, no creo que haga falta preguntárselo. Conociendo a Luffy... — Franky piensa unos segundos. — Nami. —¿Sí? Veo que le susurra a Nami algo al oído y empiezo entrar en pánico. —¿Qué planean hacer? Robin posa su mano sobre mi hombro tratando de tranquilizarme. No lo logra. —¡Luffy! —Sanji se detiene de sujetarlo y lo deja libre. Luffy voltea hacia nosotros. — ¿Me prestarías la capa un momento? También me está dando frío. — dice con voz dolida aparentando estar temblando. —¿Qué? ¿Y por qué no vas por tu suéter? Edina está usándola ahora. —Pero ella ya no tiene frío, ¿no es cierto? —Yo...— — ¿Quieres quitarle la capa porque no tienes ganas de ir a traer tu suéter? Eso es bastante desconsiderado de tu parte, ¿no crees? — responde con tono condescendiente cruzándose los brazos. —¡¿Por qué me miras con desaprobación?! —¡Lady Edina! ¡Tu cena ya está lista! — Sanji me sirve el plato y agradezco que eso haga que se dispersen los sombreros de paja. —Gracias Sanji. — Sujeto los cubiertos y empiezo a cortar un pedazo de carne para llevármelo en la boca. —¡Se ve increíble! — dice Luffy colocándose frente a mí en la mesa. —Invítame un poco. — dice abriendo la boca esperando que le acerque un pedazo. A Sanji casi se le salen los ojos. —No— —Está bien. — digo divertida. El no de Sanji me sorprende. — ¿No puedo? Antes de que responda es jalado por Ussop hacia él. Veo que forcejea tratando de quitarse la mano que tenía sobre su boca. —¡Vamos! ¡Dame un poco! — dice Luffy emocionado como un niño y me rio al no poder decirle que no. Cuando acerco el tenedor a su boca la puerta se abre dejando ver a Zoro bajo el umbral. Sus ojos caen sobre mi mano que sujeta el tenedor con la carne, que es absorbido por Luffy. —¿Le diste de comer? — pregunta. —¿Sí? —¿No se atrevió a comer de tu plato? —¿No? —Ya veo. Debo seguir soñando. — dice llevándose la mano al mentón. —¡ZORO TAMBIÉN! — exclama Brook terminando en carcajadas. —Creo que están armando un escándalo por nada. — comento pero sí me había impactado que hubiera dicho que era linda y adorable. Volví a cortar un trozo de carne y le ofrecí a Luffy que lo aceptó gustoso. —¿Ella también es densa? — pregunta Franky. —Al parecer un poco, sí. — responde Nami. —Creo que su madre la sermoneaba mucho por eso. — agregó Ussop. —Claro que no. Sanji se libera de Ussop y embiste a Luffy alejándolo de mi por lo que me concentro en mi plato. —¡Ella me invitó! —¡Claro que no! ¡Se vio obligada porque Lady Edina es muy amable! —¡Cállate! Zoro se sienta también en la mesa, más alejado de mi observando toda la situación. — ¿Dónde está Jinbe? —Se quedó en el puerto. Tenía algunas cosas que hacer y dijo que nos alcanzaría luego. — Robin decide aprisionar a Sanji y Luffy con el poder de su fruta lo cual me deja completamente asombrada. —Nos falta Jinbe pero... — dice Luffy forcejeando con las manos de Robin que lo liberan poco después. — ¡Brindemos por nuestra nueva compañera de viaje! ¡Edina! Todos se sirvieron en un vaso y esperaron las indicaciones del capitán. Cuando él fue el último en servirse levantó para arriba. —¡Por más aventuras y diversión juntos, y que algún dia encontremos el One Piece! ¡Salud! —¡Salud! — dijimos al unísono llevándonos la bebida a la boca. El alcohol quemó todo mi interior... así como los ojos del capitán que me observaban fijamente con esa sonrisa característica suya. Me mordí los labios inconscientemente y miré para otro lado. Pude ver que se colocó el sombrero correctamente.
1 Me gusta 0 Comentarios 0 Para la colección Descargar
Comentarios (0)