ID de la obra: 754

“Alas de la Calamidad” — Bakugo Katsuki

Het
NC-17
En progreso
0
Emparejamientos y personajes:
Tamaño:
planificada Mini, escritos 80 páginas, 21.146 palabras, 19 capítulos
Etiquetas:
Descripción:
Publicando en otros sitios web:
Consultar con el autor / traductor
Compartir:
0 Me gusta 0 Comentarios 0 Para la colección Descargar

“Desafío”

Ajustes de texto
—¿Ése es tu plan? —¿Tienes una mejor idea? Su paciencia ya estaba al límite y no le había gustado la réplica de Midoriya. —Si hacemos un escándalo podrían trasladarla a otra parte. Debemos pasar desapercibidos. Tiene razón. Esto iba a demorarse más de lo que esperaba. . . . Observaba el techo desde su cama. Quizás debería empezar a escribir o dibujar, algo con qué pasar su tiempo. No había mucho qué hacer por aquí ni tampoco alguien con quién hablar. Quizás debía de dormir para poder realizar las pruebas mañana eficientemente. Suspiró, su vida iba a ser muy larga aquí. Tampoco es que quisiera escapar o seguir los planes de sus padres, la verdad eso le daba completamente igual. No les tenía rencor, bueno, quizás sí un poco. Trataba de no pensar mucho en eso porque sólo volvía a esos tiempos de agujas o bebidas extrañas. Ni hablar del esfuerzo físico que la obligaban... Volvió a suspirar. Se negó a pensar en la vida que pudo tener. Lo sabía en los huesos que nunca podría ni en futuro tener paz. Con estas malditas alas- Tocaron el timbre del ingreso al pasillo frente a su habitación. Se sentó en la cama esperando ver a un empleado del lugar verla desde el rabillo de la puerta. —Limpieza. Katrina frunció el ceño. Según el acuerdo con All Might no quería que nadie ingresara a su habitación al menos que lo solicitara previamente. Quería privacidad ya que tantos años viviendo con sus padres y sus lacayos no había tenido un poco de espacio personal. Estaba cansada de sentirte como una rata de laboratorio con tanta gente ingresando o saliendo de su habitación o donde fuere. Había puesto condiciones suyas a cambio de que a buena voluntad se transladara aquí. «No lo necesito. Puedes retirarte.» El hombre seguía observandola desde las barandillas de la puerta. Escuchó cómo abría la puerta y se puso en alerta. Lo observó deslizarse con los utensilios de limpieza hacia el baño. «¿Qué crees que estás haciendo?» Katrina sabía que si tan sólo se sentía en peligro podía hacer volar al hombre contra la pared. Escuchó el conocido pitido antes de que alguien se dirigiera a ella por los comunicadores. —Señorita Katrina, ¿solicitaste limpieza? —¿Cómo? – Que All Might no tuviera idea la puso nerviosa. ¿Podrían ser sus padres...? «Soy yo.» La voz de Bakugo en su cabeza la estremeció un segundo. No podía ser. «¿Qué?» —Ah, sí. Lo solicité. «¿Qué estás haciendo aquí?» «Vine para sacarte de aquí. ¿No pueden oírnos verdad? Demonios este baño es enorme.» Bakugo estaba aquí. Por ella. No podía creerlo. Si tan sólo no hubiera cámaras en su habitación le diría que salga del baño. «Claro que no. He mejorado el control de mis quirks.» «Genial.» «Pero no iré contigo.» —¿Cómo? – dijo Bakugo acercandose a la puerta, se había sacado el traje de empleado para maravilla de Katrina. Con el corazón en la boca y timidez por ver su rostro azotó la puerta encerrándolo. «Te pueden oír.» «Al diablo con eso». Bakugo sabía que debía ser cauteloso de todas maneras. Katrina aún no podía conciliar la idea de tenerlo a él tan cerca. Se había permitido imaginar su encuentro, pero jamás espero que lo vería tan pronto y encerrado en su baño. Y quiere llevársela. Sin embargo Bakugo no podía comprender. ¿Cómo que pensaba quedarse? Estaba loca para preferir quedarse encerrada en un lugar como ese. Quizás su habitación pareciera una normal con las paredes pintadas de rosa con cuadros de paisajes, escritorio lleno de libros y una cama cómoda pero eso no era libertad. Al fin y al cabo su puerta tenía una ventanilla con barrotes. Ella era prisionera. Además que tuvo que esperar semanas para saber cómo acercarse a ella. Había recolectado información y aprendido las rutinas para poder acercársele, le sorprendía que sólo en el baño en todo este lugar fuera el único que no tuviera una cámara. «No sé tu pero a mi me enfermaría ser vigilado todo el tiempo.» «Tienes que irte Bakugo, te meterás en serios problemas.» «No nos iremos sin ti.» ¿Nos? Ay no, terminó arrastrando a más personas en esto. Miró un momento las cámaras y luego se apresuró a ingresar al baño. Al verla frente suyo Bakugo se quedó sin habla. Estaba... bonita. Bueno linda. Podría decir que poseía más vitalidad que antes, su aspecto había cambiado. Podría confesar que tenía unos ojos preciosos. «Hola.» Katrina no le entendió. «Pónte de nuevo el uniforme y vete Bakugo.» «¿En serio esperas que me vay-nos vayamos sin ti?» Bakugo dio vueltas en el baño y luego la miró como si estuviera loca. «Sí, la verdad que sí. Bakugo, como te habrás percatado en la escuela, soy un peligro para la sociedad. Para el mundo. Debo de estar en un lugar como este. Yo no nací para ser una heroína, nací para ser una villana. Ese es el propósito que le dieron a mi vida en este mundo.» «Pues créate tú tu propio propósito» dijo acercandose a ella. Katrina no supo qué responderle por un momento. Los ojos de Bakugo parecían creer firmemente que para ella existía un futuro, un futuro en que aquellas alas no destruyan todo a su paso, que no dejaría a familias destrozadas o que no reinaría el caos. «No es tan sencillo Bakugo. No estás siendo realista.» «Creo que sólo estás huyendo de tus problemas. Tomas la salida más fácil sin esforzarte, te rindes»— «¿Qué sabes tú de lo que he hecho? No tienes idea de lo que he pasado ni cómo he sobrevivido hasta ahora.» —Katrina, vuelve a tu habitación. Es un aviso. Ya se había tardado bastante en el baño, debía hacerse ver frente a las cámaras. Sin embargo Bakugo parecía importarle poco la advertencia. Bueno sí, no la conocía a ella pero le tenía podrido su maldita negatividad. «Tenemos un plan.» «Dime que no planean hacer algo ahora.» «Deku planea—» «Estoy aprendiendo a manejar estas alas aquí. Como sabrás, un simple movimiento mal calculado y podría destruir todo este lugar. Mira mi espalda —se encontraba brillando tenuemente— Hay un héroe aquí que puede encogerme las alas durante cinco horas. —Le enseñó la mano para hacer énfasis— ¡Cinco horas Bakugo! Luego vuelven a ser descomunales. Es el único héroe al que lograron encontrar que pudiera hacer algo con respecto a ellas. El único. ¿Cómo lograrían controlar-no —se corrigió— ayudarme Bakugo luego de salir de aquí? ¿A dónde iríamos? Es muy arriesgado y aunque no sea una heroína, me preocupa el mundo y las consecuencias que podría causar así que por favor Bakugo, entiéndeme. No puedo ir con ustedes.» Le dio la espalda a Bakugo y se apresuró a abrir la puerta para hacerse ver. Él la detuvo cerrándola de un portazo. Se acercó a su oído para que entendiera perfectamente su punto, ya que no le gustaba repetir —Creo que no entendiste. No te lo estoy preguntando. Ay Dios, maldijo el día en que se acercó a él. Lo sujetó por las paredes con su telequinesia y lo miró con todo el falso odio que pudo recoger «Pues intenta llevarme arrastrada.» Bakugo chasqueó su lengua divertido luego de verla cerrar la puerta. Ese era el punto. Siempre deseó arrastrarla por el suelo.
0 Me gusta 0 Comentarios 0 Para la colección Descargar
Comentarios (0)