ID de la obra: 797

A orillas del secreto

Het
NC-17
En progreso
3
Emparejamientos y personajes:
Tamaño:
planificada Midi, escritos 37 páginas, 16.316 palabras, 15 capítulos
Descripción:
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Capítulo 1 No es lo que parece

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Por fin podía escapar de la imprenta, después de otro día monótono y en la zona de montaje y fabricación. Las máquinas zumbaban aún en mis oídos, pero lo que más resonaban eran las palabras de Henry. –Benedict esto no tiene alma, no puedo añadirlo– dijo mientras sacudía mis preciados bocetos y dejaba caer como basura. –Ni los miraste bien, son perfectos— digo apretando los dientes. –No son aceptables para nuestros estándares, son correctos, pero no dicen nada –toma una respiración profunda antes de decir– eres bueno en la encuadernación, no todos nacen para ilustrar. Esas palabras se clavaron en mi corazón destrozándome por dentro, no era suficiente, lo que hacía no tenía valor, un desperdicio de aire. Necesitaba escapar, dibujar por el simple placer de hacerlo, sin propósito. Hoy practicará paisajes naturales, sin buscar nada, solo despejar mi mente. Qué mejor lugar que la costa, con sus playas de arena blanca y la vegetación inundando el entorno. A las afueras del pueblo, caminando un poco por el cauce de un río ya seco hace años. Si bajas por el sendero escarpado, o apto para quien tenga vértigo, se llega a una pequeña cala escondida de las miradas. Como pocos lo conocían o no se molestan en realizar el esfuerzo mínimo para llegar, es perfecto para evitar distracciones. Además, cuenta con la vegetación en la orilla donde rompen las olas, formando una imagen de contraste de colores que siempre me gusta dibujar, aunque no pueda ni acercarme a la realidad del lugar. Extendí mi manta y esparzo los materiales sobre ella, tomé la libreta y comienzo a dibujar sin perder tiempo, con el sonido de las olas como banda sonora de las obras. Pequeños cangrejos salían de los charcos usando sus pinzas para recortar el musgo de este, caminar sobre la arena y llegar a otro estanque de agua. Algunos peces atrapados en ella por el cambio de marea que hacen brillar con el reflejo del sol, ampliando sus colores. Después de un tiempo el sol comienza a quemar mi piel y no paro de secarme las gotas de sudor de mi cara, es el momento de descanso y un merecido chapuzón en el agua. Luego buscaré sombra y haré algún otro boceto, nunca me había sentido tan productivo, tendré que encontrar más momentos y escaparme a este paraíso secreto. Me quito la ropa dejándome solo los pantalones para entrar en el agua sin demora. Las olas cochas contra mí salpicando mi rostro e impidiendo que pueda avanzar del todo recto entre ellas, cuando ya me llega por la cintura tomó una bocanada de aire y me zambullo en ella, nadando debajo de la superficie y tocando algunas algas que se encuentran en la arena. Veo los bancos de peces dorados que se encuentran en el fondo, siguiendo la corriente de las olas, moviéndose como uno solo. Intento no perturbarlos con mis manos y pies, paso muy despacio entre ellos para desplazarme. Me adentro más en el agua, viendo que el fondo ya es borroso desde la superficie. Tomo otra bocanada de aire para intentar tocarlo, como cuando era niño hacía toda clase de piruetas que acabaron en desastre y tragando demasiada agua. Con un empujo, me interno viendo el suelo cada vez más cerca, ya no se encuentra la arena clara de la playa, ya son solo piedras recubiertas de musgo con intrincada vida en ella, algas y moluscos pegadas. Peces de color negro con destellos azul imperial brillante formando líneas desde su cabeza a la cola muy llamativas. Siempre me tranquiliza observar el fondo marino, sin ruidos del exterior y jugando con las burbujas de aire. Me gustaría seguir mirando a mi alrededor, pero ya debo subir a la superficie. Cuando salgo noto que me he alejado de la cala en mi exploración del fondo marino. Sin embargo, vislumbró otra a su lado, desconocida para mí. Nado en dirección a la orilla y a medida que me acerco veo que no es posible acceder por tierra o puede que cuando la marea esté muy baja, aun así no lo parece. Es igual de hermosa que la otra, aun así tiene aura de nuevo descubrimiento, sin pisadas por ningún lado, más brillante a mi parecer. Salgo y me tumbo en la arena, tomando respiraciones profundas y mis músculos protestan por el esfuerzo.. Tendré que obligarme a nadar más, para descubrir más calas como esta en el futuro. Me quedo con los ojos cerrados tumbado en la orilla. Solo con los sonidos de las olas al chocar con las rocas, el viento recorriendo la vegetación y alguna gaviota planeando por el lugar. Escucho un ruido metálico, capta toda mi atención, es muy extraño en esa cala desierta, fuera de lugar. Parece peligroso y no tengo nada conmigo, tomó una pequeña roca como protección y me acerca poco a poco al origen del ruido para descubrir que cosa extraña podría estar allí. Pensándolo bien, con total certeza sería alguna pieza de barco encallado en las rocas, pero no coincide con el movimiento de las olas, no es rítmico, sino aleatorio, más fuerte en algunas ocasiones y callado en otras. A medida que me acerco aprieto mi mano hasta el punto que mis nudillos están blancos. El sonido de mis latidos me martillea en los oídos. Me asomo a la formación de rocas de la que proviene el sonido y abro mis manos al instante con los ojos como platos con lo que estoy viendo. Cómo podía esperar encontrar a la mujer más hermosa que alguien pueda imaginar en ese lugar. Su cabellera pelirroja brillando con la luz del sol, ondeando con el viento, descubriendo un rostro angelical que tenía los ojos cerrados. Está atrapada, me mira aterrorizada, sin poder moverse de ese amasijo de pinchos que se clavan en ella. Espera eso son escamas.
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