ID de la obra: 797

A orillas del secreto

Het
NC-17
En progreso
3
Emparejamientos y personajes:
Tamaño:
planificada Midi, escritos 37 páginas, 16.316 palabras, 15 capítulos
Descripción:
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Capítulo 2 Metal

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Era mi momento de descansar. Mi madre, sin embargo, solo pensaba en buscarme una pareja. Tenía que ser de gran categoría… Aun así, nadie se fijaría en mí. Mi cuerpo, redondo y blando, diferente al resto. Al final pasaba los bailes escondida entre las algas, aun así todos podían verme por las caracolas brillantes que me obligaban a poner, resaltan demasiado. Amarillas para atraer un buen esposo. Nada de dejar mi pelo suelto, eso era poco atractivo según Portia, debía estar enrollado de forma rocambolesca, formando figuras imposibles que tiraban demasiado.   Después de la noche anterior ya no podía aguantar más. Me escabullo sin ser notado, dejando todos los cachivaches que me había obligado a ponerme. Recuperé la libertad de mi cabello y conservó solo un collar que alguna vez encontré arrastrado por la corriente. Pequeño, plateado con piedras azules, poco llamativo, pero hermoso para mí en su sencillez.   Nado en dirección a las cuevas y recoger algunas de mis cosas: algas trenzadas como manta para protegerse si no encuentro refugio y utensilios para obtener comida. Debo dejar mi colección de cosas humanas, son demasiadas no poder llevarlas conmigo, con el collar bastaba.   Nado en dirección contraria, cerca de la costa que tantas veces había observado desde lejos. Por fin podría verla. Es un gran recorrido, ya que estamos alejadas para no ser descubiertos por esos humanos despreciables, como dice Portia. No creo que un mundo que crea tales maravillas pueda ser tan malo.   El amanecer me encontró cerca de la orilla, nadie me siguió. Podría descansar un rato para recuperar fuerzas y explorar más tarde. El lugar parece agradable, lo suficiente profundo para que desde la superficie no me vean, rodeado de rocas y vegetación que pueda ocultarme entre ellas. Los peces me alertarían de peligro con el movimiento de sus grupos si se encuentra algún depredador cerca.   Tomó las algas entretejidas para formar una cueva improvisada, agarrándola entre las rocas. Así podría dormir tranquila, ya que las algas me sujetaban y no me movería con las corrientes y no dejaba mucho espacio entre el suelo, quedaría escondido de cualquier mirada curiosa.   No sabía que me encontraba tan cansada, pero el sueño no tardó en llegar, con el movimiento suave del agua.

***

  Un movimiento brusco me despertó. Los peces se agitaban como si algo grande los hubiese asustado. Sin salir de mi escondite improvisado, me asomo entre las algas, para identificar cuál era el peligro. Sin saber sería peor, moverse a lo loco lo atraería así mi. Me giré lento, no descubrir su posición y observé alrededor para ver cuál es el problema. Un humano nadando en la superficie y mirando a los peces, pero se mueve muy despacio, casi respetuoso. Si no supiera que eso no era posible, pensaría que intentaba no molestarlos, aunque eso no puede ser o sí. Las historias podrían ser erróneas sobre ellos. Como solo estaba en la superficie no había problema, era mejor esperar a que se fuera, desde esa distancia no me vería.    De lejos se podía ver que su cuerpo musculoso, con una cabellera castaña larga hasta la mitad de su rostro que debía apartar para ver debajo del agua. Su cara parecía cansada y a la vez disfrutando de estar en el mar. Mientras lo seguía observando no me di cuenta de que se estaba acercando y por eso podía ver cada vez más detalles. El color de sus ojos avellana. Sin pensarlo mucho salí disparada antes de que se acercara lo suficiente, aprovechando un gran banco de peces rojos para no delatarme con mi pelo. Como el humano se encontraba allí la única salida era escapar por la costa.   Nadando con todas mis fuerzas. No calcule bien la distancia. Chocando sin remedio con una maraña metálica escondida entre el agua. El metal se clavaba como espinas en mi cola. Cada intento por salir era peor, se enredaba aún más. Además, la marea cambiaba, hacía que se moviera sin que pudiera evitarlo, produciendo más daño.   Intento pensar alguna manera, quizás una vez que el agua bajara por completo podría escapar de esta tortura, solo esperar un poco más aguantando esa tortura. No debería durar mucho.   Escucho un ruido y cuando miro de donde provenía vio unos ojos que me observaban.
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