ID de la obra: 798

Bofuri: y así nació un nuevo reino

Mezcla
G
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planificada Mini, escritos 23 páginas, 9.872 palabras, 10 capítulos
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Capítulo 3 Un Reino Necesita Raíces

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La mañana siguiente a su llegada a este mundo, el sol apenas se asomaba por entre las nubes cuando el gran coliseo de la capital vibraba con voces conocidas. No había público en las gradas, pero sí jugadores reunidos: amigos y camaradas, líderes de poderosos gremios que habían combatido codo a codo en incontables batallas. Maple, vestida con su armadura negra y roja tan característica, se paró al centro del coliseo. Sonreía nerviosa, aunque con firmeza. El aire estaba cargado de expectativa. —¡Gracias a todos por venir! —empezó—. Ayer fue un día caótico... y emocionante. ¡Ahora tenemos un reino! Pero si queremos que esto funcione, tenemos que organizarnos. Y rápido. Sacó un mapa enorme y lo desplegó con la ayuda de Yui y May. —Dividí el territorio en siete grandes regiones. Cada una será un archiducado, con un líder a cargo. Pensé que los líderes de los siete mega gremios serían perfectos para guiarlas. Ya saben cómo manejar gente, recursos... y no huir cuando los dragones vuelan bajo. Hubo unas risas suaves entre los presentes. —No les estoy obligando, claro —añadió, mirando a sus amigos—. Solo quiero saber... ¿me ayudarán? Hubo una pausa. Fue Aria quien dio el primer paso, con su voz suave pero llena de dignidad: —Yo aceptaré, Maple. Si el reino necesita protección desde sus bordes... entonces el archiducado fronterizo será mío. Ya tengo gente con habilidades para actuar en la sombra, detectar intrusos y proteger sin llamar la atención. Cuenta con nosotros. Maple asintió, emocionada. La frontera al este, donde se encontraban ruinas, caminos ocultos y el paso al reino vecino, quedaba en buenas manos. Los demás fueron sumándose poco a poco: Payne – Congregación de las Espadas Sagradas —Si Aria toma la frontera, entonces yo quiero el territorio cercano a las rutas internas —dijo con calma—. Que mi gente entrene a las milicias locales, patrulle las carreteras y mantenga a raya a las bestias. Le fue asignado el archiducado del oeste, una zona de entrenamiento, colinas fortificadas y gran presencia civil. Mii – Reino del Emperador de la Llama —Montañas, nieve o desiertos, lo que sea. Solo dame un lugar donde el fuego no se apague jamás —dijo con una sonrisa feroz. El norte, con sus volcanes activos, zonas térmicas y cuevas profundas, fue suyo. Velvet – Tormenta de Truenos —Denme la región más caótica en clima. Ahí es donde entrenamos mejor. Y... donde mis hechizos suenan más épicos. Maple asintió riendo. El archiducado del este, azotado por tormentas constantes, fue para ella. Haruka – Jardín del Dragón —Un lugar donde las criaturas mágicas puedan vivir tranquilas. Donde la tierra sea fértil y la magia fluya. Con una sonrisa suave, Maple le asignó el suroeste, lleno de bosques, lagos y vida silvestre única. Estede – Tablón de Anuncio —Donde haya más gente que necesite ayuda, ahí estaré yo. Dame la región con más pueblos y cruces de caminos —dijo con dulzura. Maple le entregó el centro del reino, desde donde podría coordinar ayuda a todo el territorio. Wilbert – Rapid Fire —Solo pido vista despejada y mucho, mucho espacio para disparar sin restricciones —dijo sin moverse del fondo del coliseo. El sureste, plano, seco, lleno de dunas y cielos despejados, fue suyo. La voz de Sally Cuando Maple pensaba cerrar la reunión, una voz conocida se alzó desde las gradas. —¡Maple! Antes de terminar... quiero proponer algo. Era Sally. Su mirada era firme; su voz, clara. Todos guardaron silencio. —He estado observando a los jugadores recién llegados. Muchos no tienen gremio. Andan sin rumbo, sin protección, sin un grupo donde apoyarse. Y si tú te enteras de eso más tarde, sabemos lo que podría pasar... —añadió con una sonrisa nerviosa. Maple parpadeó, confundida. Y luego entendió. —¡Oh no! ¡Podría haber intentado formar treinta gremios nuevos al mismo tiempo! Hubo algunas risas nerviosas. Sally prosiguió: —Quiero formar un gremio de aventureros. Uno que reciba a los que aún no tienen hogar. Que les dé herramientas para comenzar. Nada político ni pesado. Solo... una mano extendida. Maple bajó del centro del coliseo y le tomó la mano. —Entonces, desde hoy, eres la líder oficial del Gremio de Aventureros. Los demás aplaudieron. No era uno de los siete mega gremios, pero todos entendían que sin él, el reino quedaría incompleto. Reflexión final Esa noche, sentada en lo alto de una torre del castillo, Maple miraba el cielo estrellado con una sonrisa tranquila. —¿Repartimos un reino en un día? ¿En serio? Kasumi, a su lado, suspiró. —Sí. Y sin que nadie volara por los aires. Es un récord. Maple rió bajito. El reino apenas nacía, pero con amigos como esos, sabía que todo era posible.
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