Drabbles Johnlock

Número de palabras: 307 ------------------------------------------------------------------------------------------ El corazón le latía con tanta fuerza que parecía a punto de atravesar sus costillas y destrozarle el pecho. Por fin se lo había dicho, y parecía igual de sorprendido que John por las palabras que había pronunciado. Te amo. Esas habían sido sus palabras, las que nunca se pensó capaz de pronunciar y que con tanta urgencia habían salido de sus labios. Tenía los ojos abiertos como platos y miraba con miedo al médico, que le observaba con evidente confusión. Habían estado discutiendo, John le había dicho algo que le había dolido muchísimo y él había comenzado a llorar. El médico se había mostrado preocupado pero también interesado en saber porqué sus palabras habían resultado tan hirientes para quien consideraba casi incapaz de sentir emociones. En un acto impulsivo, de aquellos que pocas veces había sentido, Sherlock se había declarado. Le dolía porque era él quien se lo había dicho, le dolía porque quería hacerle feliz y le dolía porque lo amaba. —Sherlock... —susurró John, sin apartar de su mirada el desconcierto. Ante sus palabras, el detective pudo volver a reaccionar, dejándose llevar por el pánico que la situación le provocaba. —¡John! ¡Eso no es lo que yo...! ¡En realidad yo...! Pero no pudo seguir hablando. Con una velocidad admirable, John se acercó a él y, sin decir una sola palabra, le besó. Todas las excusas de Sherlock, junto con sus miedos, murieron al instante en la boca del médico, que no parecía dispuesto a separarse hasta que correspondiera en el contacto. Aún sorprendido, cerró sus ojos y se dejó guiar por John en aquel beso. —Yo también te amo, Sherlock —le dijo éste cuando por fin se separaron. El detective, por toda respuesta, se abalanzó de nuevo sobre sus labios para capturarlos y permitirles nadar juntos en aquel mar de placer y amor recién descubierto.