Drabbles Johnlock

Número de palabras: 310 ------------------------------------------------------------------------------------------ —Tengo miedo de no ser un buen padre para Rosie. La confesión de Sherlock, proclamada de una manera tan triste y abatida, llegó directa al corazón de John. —¿Pero cómo puedes decir eso? —preguntó, frunciendo el ceño. —John, tú y yo sabemos que no soy lo que se dice "normal" —comenzó a explicar el detective, manteniendo el dolor impregnado a su voz—. Yo sé lo que es que nadie te entienda en el colegio, que te vean como un bicho raro y te veas obligado a crear mundos en tu cabeza para pasar los ratos libres..., y no quiero educar a Rosie para que termine viviendo eso. —Sherlock, creo que olvidas con quien estás casado —le reprendió Watson—, soy un ex médico militar que un día decidió embarcarse con un total desconocido para resolver crímenes porque soy adicto a la adrenalina —hizo una breve pausa—, según tu lógica, tampoco debo ser un gran ejemplo como padre —dijo, sonriendo. —Tu posees habilidades sociales... —Y tu posees una inteligencia excepcional —le interrumpió John, cruzando los brazos sobre el pecho mientras ampliaba su sonrisa—. Eres un buen padre, Sherlock; si no lo fueras, no te preocuparías por serlo porque no te importaría lo más mínimo y el que lo haga es la prueba misma de tu esfuerzo —continuó—. No importa si cometemos errores, los solucionaremos juntos y Rosie algún día sabrá entenderlo y te seguirá amando como lo hace ahora. El detective giró instintivamente la cabeza para mirar la puerta cerrada del dormitorio en el que descansaba su pequeña hija. Los ojos se le habían comenzado a humedecer y brillaban ante la tenue luz de la lámpara. —¿D-de verdad crees eso? —tartamudeó, regresando su mirada hacia John. —Estoy convencido de ello. El médico le recogió entre sus brazos, apretándole en un abrazo reconfortante mientras el detective se deshacía entre lágrimas de alivio.