Capaz de matar
12 de septiembre de 2025, 20:43
La sangre escurría por su boca y la pistola tras su cabeza le apuntaba, amenazando con clavar una bala mortal en su cráneo en cualquier momento.
—No deberías haber venido —dijo el narcotraficante, empujando un poco la pistola hacia delante para golpear la cabeza de Lestrade.
Ambos se encontraban bajo un puente, el lugar escogido por aquel hombre para ejecutarle. El inspector se encontraba de rodillas frente a él, dándole la espalda y con las manos a ambos lados de la cabeza.
—Me dicen eso cada día —respondió burlón Lestrade.
El criminal amartilló la pistola y el inspector cerró los ojos. Parecía que esta vez no iba a poder librarse de la muerte y quizás no le habría importado tanto de no ser por...
—Y seguiré diciéndotelo —gritó una voz en la lejanía.
A aquellas palabras le siguieron el sonido de un disparo.
Greg encogió los hombros en un acto reflejo provocado por la impresión.
Pero seguía vivo.
No pasaron ni dos segundos antes de que el cuerpo del criminal cayera al suelo junto a él. Lestrade bajó las manos y se giró para ver a su salvador.
—¿¡Mycroft!? —exclamó.
Efectivamente, su pareja se encontraba a unos cuantos metros de él, sujetando aún el mango de su paraguas, que escondía una pistola dentro, aún humeante. Lestrade se levantó con rapidez y corrió para abrazarle.
Mycroft le recibió entre sus brazos y le apretó con fuerza.
—Lo siento tanto, Mycroft —sollozó el inspector.
—Si hicieras caso de mis advertencias dejarías de ser el hombre del que me enamoré, Greg —dijo en tono tranquilizador su pareja, acariciándole la cabeza—. Pero tampoco me cansaré de decirte que no vengas a estas cosas sólo.
—Siento que hayas tenido que disparar —se disculpó Greg, apretando los dedos contra la fina tela del traje de Mycroft.
Mycroft apretó los ojos.
Era cierto que odiaba tener que matar, sentía como su estómago se revolvía al recordar el cuerpo de aquel hombre caído.
—Cuando se trata de tu seguridad, soy perfectamente capaz de matar, Greg —confesó.