ID de la obra: 837

31 Maneras De Decir Te Amo

Slash
G
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Emparejamientos y personajes:
Tamaño:
planificada Mini, escritos 93 páginas, 29.833 palabras, 31 capítulos
Descripción:
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Desvelo

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Los Tres DesvelosLa luna ya se alzaba sobre Wakanda cuando el Ala Este del palacio seguía encendida como si fuera mediodía. Las luces suaves de los pasillos estaban encendidas, las puertas abiertas, las voces infantiles rebotaban por las paredes y las risas no parecían apagarse con nada.Era tarde. Muy tarde.   -Esto fue un error — dijo Sam por tercera vez en media hora, parado en la entrada del salón familiar, con una toalla sobre el hombro y cara de derrota.-Solo eran galletas — respondió T’Challa, aunque ya no sonaba tan convencido.-Galletas bañadas en jarabe de maple, rellenas de chocolate, acompañadas con jugo de granada y... — empezó Bucky.-Hechas por Azari — remató Sam —. A la medianoche. En pijama. Como parte de un “experimento de ciencia emocional”. Madre nos lo advirtió   Frente a ellos, el escenario hablaba por sí solo.Toussaint, de seis años, corría por el pasillo con su pijama medio desabrochado y una capa de toallas amarrada al cuello gritando que era el nuevo protector de Wakanda y que necesitaba más propulsión para volar. Azari, de cinco años, brincaba sin zapatos sobre el sofá mientras imitaba sonidos de naves espaciales. Su camiseta estaba del revés. Una media colgaba de una oreja de Panther.Y Zen, el menor, el bebé de ocho meses, estaba sentado en el centro de la alfombra con los cachetes inflados de azúcar, aplaudiendo cada vez que sus hermanos saltaban o gritaban. Reía con la boca abierta y cada tanto agitaba los bracitos como si pudiera lanzar rayos.Panther soportaba la escena con estoicismo. Alphine perseguía una miga invisible. Figaro mordía una caja vacía con odio genuino.   -¿Y tú dijiste que esto ayudaría a que se durmieran “con el corazón contento”? — le susurró Bucky a T’Challa.-No sabía que el corazón contento equivalía a un motín doméstico. — Una toalla voló por el aire y aterrizó sobre la cabeza de Sam.-¡¡Mira, papá Sam!! — gritó Toussaint —. ¡Soy un jet wakandiano!-Y yo soy el escudo del reino — dijo Azari desde la mesa. Zen respondió con un grito agudo, sin palabras, pero claramente entusiasta. Luego cayó sentado sobre su propio pañal, feliz.-¿Cómo tiene tanta energía? — susurró Bucky, mirando al bebé con mezcla de ternura y horror.-No lo sé, pero creo que hizo contacto visual con Figaro y lo asustó — dijo Sam.   Tardaron otros cuarenta minutos en bajar a Toussaint del sofá, convencer a Azari de que Wakanda no necesitaba vuelos nocturnos y cambiarle el pañal a Zen, que insistía en gatear con un calcetín colgado del hombro como si fuera una bufanda de guerra. Bucky como castigo a T’Challa por darle tanto dulce a los niños, le había permitido a las niñeras ir a descansar. Castigo que termino volviéndose en su contraUna hora más tarde, los cinco estaban en la cama del ala este. Los niños habían caído dormidos por agotamiento absoluto: Azari estirado sobre Sam como si fuera su almohada personal, Toussaint abrazado a la pierna de T’Challa, y Zen boca abajo sobre el pecho de Bucky, con los labios aún manchados de miel y con una mano cerrada alrededor de su collar. Los gatos también se habían rendido: Alphine sobre la almohada de Bucky, Panther al pie de la cama, Figaro hecho ovillo en la panza de Toussaint.   -¿Cuánto falta para que vuelvan a pedir galletas? — susurró Sam.-Doce horas — dijo Bucky.-Seis — corrigió T’Challa, cerrando los ojos —. Máximo.   Y aun así, cuando el silencio llegó, no fue con agotamiento, sino con plenitud. Estaban cansados, sí. Desvelados. Vencidos. Pero también eran felices. Y eso lo valía todo.
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