ID de la obra: 944

CAMBIO —「Last Embryo」

Het
G
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1
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planificada Mini, escritos 130 páginas, 44.722 palabras, 13 capítulos
Descripción:
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Epílogo

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Epílogo Llego el día de ingresar a clase. No era una sorpresa que llamaríamos la atención de los estudiantes. Éramos los nuevos estudiantes ingresado a la Academia Privada Seiren. Una prestigiosa academia para empezar. Mientras caminábamos en los pasillos, pude darme cuenta de que me temían, Una situación diferente a las de Juliet y Ai. Ellas tenían mirada de admiración y envidia por sus bellezas. Era algo que se veía venir por ellas. Caminando por varios minutos, llegamos a nuestra aula. » ━━━━━━ « ♔ » ━━━━━━ « Los ojos de Yuki mostraron su evidente sorpresa. Sabía que ellos iban a ingresar hoy, pero no sabía de la hermosa chica de cabello y ojos morados que ingreso con ellos. “Soy Senji Muramasa.” “Julie Sigtuna.” Ellos dieron una reverencia con una presentación corta y contundente de su nombre y nada más. “¡Hola, me llamo Ai Hoshino! ¡Estaré encantada de hacer amigos!” La vibra de esa chica era más amigable y abierta, diferentes de los monótonos que eran Senji y Julie. La maestra le indico que tomaran asientos en los pupitres vacíos que estaban al fondo. Senji terminó sentado en el medio de ellas dos. Julie en su derecha y Ai en su izquierda. “Bien, comenzamos la clase de Historia.” » ━━━━━━ « ♔ » ━━━━━━ « Ding, Dang, Dong. Senji se levantó primero de su asiento, seguido de Julie. Ai fue por su propio camino una vez haciendo algunas amigas y marchándose en grupo de 6 chicas. “¿Dónde iremos?” preguntó Julie siguiendo a un lado a Senji. “Buscaremos a Homura y Suzuka.” Julie asintió. Subiendo la escalera al siguiente piso, tuvieron la suerte de encontrarse con un adolescente de cabello dorado y ojos violetas. “Homura.” Senji saludo con su nombre al adolescente. “Senji.” Homura se acercó a ellos. “Estoy feliz de verlos aquí, ¿te ha ido bien, Julie?” “Si, ¿Cómo se encuentra Suzuka?” “Ella está bien, y un poco emocionada por haber ganado el puesto de Presidente del Comité Estudiantil.” “Entiendo.” “No has cambiado mucho, jaja.” Homura soltó una ligera risa por la mirada en blanca de Julie. “Si van a buscar a Suzuka, ella se encuentra en el otro edificio. Deben bajar al piso principal y caminar recto a esta dirección. Encontrará el camino que lo llevara al siguiente edificio ya que están conectados.” Homura se despidió de ellos. Caminaron hacia el piso principal y fueron a la dirección que les indico Homura, llegando al final del camino vieron como lo había dicho Homura, estaba conectado por otro camino extendido al siguiente edificio. Hay vieron algunos maestros o estudiantes caminando por este lugar para llegar al edificio del centro. Ingresando al edificio, vieron el interior moderno con toques clásico del edificio. Siguieron caminando para ir al piso de arriba y buscar el despacho del comité estudiantil. Llegando al lugar indicado por el letrero de arriba de la puerta de madera, golpearon suavemente. “Pueden pasar.” Escucharon la voz de un chico al otro lado de la puerta. Ingresando al despacho, vieron los estudiantes que conformaban el comité estudiantil. El escritorio ubicado en el centro cerca de las ventanas estaba la chica que venían buscando. “¡Senji! ¡Julie-chan! ¡Ha pasado un largo tiempo que no los veo, los termine extrañando mucho!” Su cabello hermosamente cuidado de color marrón, está recogido en una cola de caballo lateral izquierdo por un moño amarillo de puntos rojos. Se balanceaba de un lado a otro por el movimiento apresurado de llegar a Senji y Julie. “Que dices Suzuka, nos vimos hace 1 meses. Y te viste con Julie hace 2 semanas, así que no paso mucho tiempo desde que nos vimos.” Senji se burlaba de Suzuka. “¡La situación era muy diferente, Senji-baka! ¡Uno encerrado y Julie trabajando arduamente para el clan! ¡Antes salíamos en grupo a divertirnos y viajando a diferentes lugares de Japón gracias a ti! ¡Pero todo cambio ese día!” Senji se encogió de hombro. “Supongo que tienes razón.” Una sonrisa se dibujó en Senji. “Que te parece este fin de semana si viajamos a Okinawa.” “¡Estaré encantada de ir! ¡Llevare a Ayato con nosotros como siempre!” “Jaja, enserio no deberías obligarla hacer cosas que ella no quiera.” “¡Hmph! ¡Ella es de mi propiedad!” un puchero apareció en Suzuka. “Sera en tu imaginación que ella es de tu propiedad.” Senji inclino la cabeza con una ligera risa. “Hmph. Estúpidos Senji y Homura-nii.” reclamo con una expresión infantil de enfado. “En fin, tengo mucho trabajo como presidenta del Comité Estudiantil.” suspiró Suzuka, recobrando la compostura. “Pero no se preocupen, ¡encontrare tiempo para hablar más tarde!” Senji asintió, observando cómo Suzuka regresaba a su escritorio con energía renovada. A pesar de su puesto y sus responsabilidades, no había perdido su alegría contagiosa. “Parece que está más ocupada de lo que pensaba.” comentó Julie. “Es lo que sucede cuando aceptas un cargo importante.” dijo Senji. “Pero estoy seguro de que lo manejará bien.” “¿Nos quedamos o la dejamos trabajar?” preguntó Julie, mirándola de reojo mientras organizaba papeles frenéticamente. “Será mejor que la dejemos trabajar. Nosotros también tenemos cosas que hacer.” respondió Senji. Suzuka alzó la vista, como si hubiera escuchado la conversación, y les dedicó una rápida sonrisa. “¡Nos vemos luego!” les dijo, mientras seguía revisando documentos. “Prometo que el fin de semana nos divertiremos en Okinawa.” Senji y Julie salieron del despacho, dejándola concentrada en sus deberes. Mientras bajaban por las escaleras, el bullicio de la academia se hacía más evidente. El día apenas comenzaba, y aunque la rutina escolar no les resultaba especialmente emocionante, Senji sabía que esta fachada de normalidad era necesaria. “¿Qué haremos ahora?” preguntó Julie. “Quizás exploremos un poco más la academia. Quiero ver cómo es este lugar antes de que los días se vuelvan monótonos.” dijo Senji, esbozando una ligera sonrisa. Julie simplemente asintió, sin mostrar mucho interés. Caminaron en silencio por los pasillos, observando a los demás estudiantes mientras intentaban adaptarse a su nueva vida. Mientras caminaban por la academia, Senji y Julie pasaron frente a varias ventanas que daban a las canchas deportivas. Los estudiantes se encontraban inmersos en sus actividades: fútbol, baloncesto, tenis y béisbol, cada uno en su propio espacio. Senji se detuvo por un momento, observando los equipos en acción. “¿Qué te parece si jugamos un rato?” preguntó Senji, con una ligera sonrisa. Julie lo miró de reojo, aparentemente indiferente, pero con un leve brillo en sus ojos que demostraba su interés. “Está bien.” respondió con su tono neutral. Ambos se dirigieron al campo de fútbol. Senji fue el primero en acercarse a los estudiantes, quienes los miraron con curiosidad y algo de recelo al notar su presencia. “¿Podemos unirnos?” preguntó Senji. Los jugadores asintieron sin mucha confianza, pero no se negaron. Apenas comenzó el partido, Senji y Julie demostraron una habilidad física sorprendente. Senji dominaba el balón con precisión, esquivando a los defensores con agilidad, mientras que Julie, con su inexpresivo rostro, controlaba cada pase con una exactitud impecable. En pocos minutos, ambos lograron varias jugadas que terminaron en goles, dejando a los otros estudiantes impresionados por su destreza. “Son buenos…” murmuró uno de los jugadores, casi sin creer lo que veía. Después de un rato, dejaron el campo de fútbol para probar suerte en la cancha de baloncesto. Nuevamente, la habilidad física de ambos sobresalió. Senji hacía mates sin esfuerzo, mientras que Julie, aunque no tan participativa en cuanto a expresiones, encestaba con una precisión que rivalizaba con los mejores jugadores. Cada vez que lanzaba el balón, la trayectoria era impecable, y los estudiantes que observaban desde la banca no podían evitar intercambiar miradas de asombro. Pasaron por las canchas de tenis, donde la velocidad de sus movimientos hizo que los partidos fueran casi un espectáculo. Las raquetas zumbaban en el aire con cada golpe, y la coordinación entre ambos era tal que ganaron cada set sin dificultad. Julie, con su rostro calmado, se movía con gracia, mientras que Senji no dejaba de sonreír, disfrutando del tiempo juntos. “Creo que nos hemos divertido bastante por hoy.” comentó Senji, estirándose tras el último golpe de tenis. Julie asintió siguiendo a un lado a Senji. Senji y Julie continuaron su caminata por los terrenos de la academia, disfrutando de la tranquilidad y el ambiente que ofrecía el lugar. Al pasar junto a una serie de árboles, llegaron a una zona que daba vista a una gran piscina. Desde allí, podían ver a varios estudiantes vestidos con trajes de baño de cuerpo completo, alineados al borde del agua. El sonido del silbato resonaba en el aire, marcando el inicio de una competencia de natación. Los estudiantes saltaban al agua de manera coordinada, mostrando sus habilidades mientras se deslizaban con rapidez por la superficie. El ambiente era competitivo, pero al mismo tiempo relajado, como si la piscina fuera un lugar donde podían desafiarse sin la presión de ser los mejores. Senji se detuvo un momento, observando la escena con interés. Sus ojos se posaron en los nadadores, y una ligera sonrisa apareció en su rostro. “Parece que se están divirtiendo.” comentó, cruzando los brazos mientras observaba cómo los estudiantes competían en las diferentes carreras. Julie, por su parte, no mostró el mismo entusiasmo. Aunque no estaba completamente desinteresada, sus ojos vagaban por la piscina sin enfocarse demasiado en los detalles. Manteniendo su típica expresión neutral, simplemente asintió. “No me llama mucho la atención.” respondió Julie, sin apartar la vista de los estudiantes. Senji notó la indiferencia de su compañera y, sin insistir, decidió dejarlo así. Julie siempre había sido reservada cuando se trataba de actividades como esta, y él no tenía intención de hacerla sentir incómoda. Sabía que, si algo no le interesaba, era mejor no presionarla. “No tienes que participar si no te apetece.” dijo Senji con una ligera sonrisa. “Disfrutare un momento de la piscina.” Julie asintió, pero se quedó a un lado, observando mientras Senji se dirigía hacia el vestuario. Los estudiantes seguían inmersos en su competencia, sin notar la presencia de Senji de inmediato. Sin embargo, una vez que entró en el vestuario y comenzó a cambiarse, la atención se desvió hacia él. Al quitarse la camisa, los chicos en el vestuario no pudieron evitar fijarse en su físico. No era un fisicoculturista masivo, pero su cuerpo estaba claramente trabajado: músculos definidos, un abdomen firme, brazos y piernas bien formados, producto de años de entrenamiento. El ambiente en el vestuario se llenó de susurros y miradas de asombro. Sin embargo, cuando Senji se dio la vuelta, la atmósfera cambió por completo. En su espalda se desplegaba un imponente tatuaje de un Oni, con grandes cuernos alzados y una expresión aterradora. Su rostro feroz presentaba una sonrisa torcida, mostrando dientes afilados y dos grandes colmillos en las comisuras, mientras sus ojos brillaban con un aura maligna. Los intrincados detalles del diseño en blanco y negro acentuaban la ferocidad del demonio, haciendo que pareciera casi vivo. Aunque el tatuaje no cubría toda su espalda, su presencia y detalle eran suficientes para captar la atención de todos. Los chicos intercambiaron miradas nerviosas, y muchos llegaron a la misma conclusión: Senji debía estar relacionado con la yakuza. Sin preocuparse por las miradas, Senji terminó de cambiarse y salió al borde de la piscina. Los estudiantes en la piscina, al verlo, guardaron un breve silencio, impresionados por su presencia. Senji ignoró las miradas y se lanzó al agua con una zambullida perfecta, rompiendo la tensión del momento. Su habilidad para nadar era evidente, cada brazada firme y eficiente, deslizándose por el agua con una velocidad sorprendente. Desde el borde de la piscina, Julie lo observaba, manteniendo su habitual compostura. Aunque había decidido no participar, estaba atenta a cada movimiento de Senji, con la misma calma que siempre la acompañaba. Después de varias vueltas en la piscina, Senji salió del agua, respirando hondo. Caminó hacia Julie, sacudiendo el exceso de agua de su cabello. “Ha sido un buen rato.” dijo Senji, con una sonrisa. Julie lo miró con su habitual expresión neutral y simplemente asintió. “Lo has hecho bien.” comentó, en su tono monótono. Senji sonrió ligeramente ante el comentario y, dirigiéndose de nuevo al vestuario para cambiarse. [Okinawa] La brisa marina acariciaba la piel de Senji mientras se acomodaba en una cómoda silla de madera en la terraza del local frente a la playa. Era un día soleado en Okinawa, y el sonido de las olas rompiendo en la orilla creaba una atmósfera de relajación que contrastaba con el bullicio habitual de su vida. Desde su lugar, observaba a sus amigos disfrutar del mar: Julie yacía estoicamente en un flotador, dejándose llevar por las suaves olas, mientras Ai la empujaba con risas, intentando que se moviera más. A unos metros, Suzuka y Homura se divertían jugando con una pelota, lanzándola entre ellos mientras Ayato se unía a la diversión. La risa de sus amigos resonaba en el aire, y Senji no podía evitar sonreír al verlos. Esa imagen de felicidad, lejos de los problemas que siempre los acechaban, era justo lo que necesitaban. Sin embargo, su momento de paz se vio interrumpido cuando una notificación vibró en su teléfono, que descansaba sobre la mesa de madera junto a él. Intrigado, extendió la mano y desbloqueó la pantalla. Al abrir el correo, su ceño se frunció al leer el nombre que figuraba al final del mensaje: Shiroyasha. El mensaje era claro, reunirse con ella en Italia y dando el lugar de la reunión. La sonrisa que había iluminado su rostro se desvaneció al instante. “Genial…” murmuró, sintiendo molestia de lo que quería Shiroyasha para que se tuvieran que reunir en persona. Con un suspiro profundo, tomó un trago de su bebida, intentando desaparecer la molestia que comenzó a crecer cuando viajaron a Okinawa para divertirse. Desvió su mirada hacia Julie, que aún permanecía en su flotador, disfrutando de la tranquilidad del agua. Una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios al pensar en lo mucho que significaban esos momentos. No permitiría que nada arruinara su tiempo aquí. “Hoy es para disfrutar”, se dijo a sí mismo, intentando dejar de lado las preocupaciones, al menos por un rato más. [Italia] El sol brillaba con fuerza en la pequeña ciudad italiana, llenando las calles con un calor acogedor. Senji Muramasa, vestido con una camisa de lino blanca y pantalones oscuros, disfrutaba de un paseo en la plaza principal, saboreando la tranquilidad que le ofrecía el lugar. Había olvidado por un momento el correo de Shiroyasha y se dejaba llevar por el ambiente vibrante de Italia. Sin embargo, la calma fue interrumpida de repente. Las nubes se oscurecieron, y una lluvia torrencial comenzó a caer, dejando a los turistas y lugareños buscando refugio rápidamente. Senji, sorprendido por el cambio drástico del clima, se apresuró a encontrar un lugar cubierto. Mientras corría, su atención se desvió hacia el caos a su alrededor. Tōka Takanashi, por otro lado, se había tomado un día de descanso de su trabajo como chef en el restaurante "Ristorante Aroma". Había decidido salir sola para disfrutar de la belleza de Italia, pero al igual que Senji, la lluvia la tomó por sorpresa. La joven, con su largo cabello negro y su distintiva gargantilla, intentaba resguardarse bajo un pequeño toldo, pero la lluvia la acorralaba. En medio de la confusión, Tōka no se percató de la dirección en la que corría. Al intentar esquivar un charco, perdió el equilibrio y se encontró a punto de caer. Senji, al ver la situación, reaccionó rápidamente. Con un movimiento ágil, la sostuvo antes de que su cuerpo tocara el suelo. “Muchas gracias.” dijo Tōka, con una mezcla de alivio y sorpresa. “No es nada.” respondió Senji, soltándola con suavidad. Con eso, se dio la vuelta y comenzó a correr, dejando a Tōka un tanto confundida por la brevedad del encuentro. La lluvia que caía la obligó a recordar por qué buscaba un refugio. Mientras se apremiaba a encontrar un lugar seco, no pudo evitar pensar en el extraño que había conocido en medio de la tormenta. A medida que la lluvia continuaba su repentina danza, en otro rincón de la ciudad, Senji corría hacia su destino. La lluvia lo empapaba, pero su mente no podía dejar de pensar en la reunión que lo aguardaba con Shiroyasha. El Hotel Imperiale se alzaba frente a él, su fachada lujosa contrastando con la tormenta. Después de sacudirse un poco el agua de la ropa, entró al vestíbulo, donde la calidez y el suave murmullo de las conversaciones le ofrecieron un respiro. Con la llave en mano, se dirigió al ascensor que lo llevó rápidamente al tercer piso. Al salir, se dirigió a la habitación que le habían asignado, su mente centrada en lo que Shiroyasha tenía que discutir. Abriendo la puerta fue recibido por la mirada expectante de la mujer que había convocado su presencia. “Senji.” dijo Shiroyasha, su tono directo, pero a la voz juguetona. “Gracias por venir.” Él asintió, sintiendo el peso de lo que se avecinaba. La tormenta afuera retumbaba, como si el mundo mismo se preparara para escuchar la conversación que iba a desarrollarse. “Vamos.” dijo ella, invitándolo a entrar. “Tenemos mucho de qué hablar.” » ━━━━━━ « ♔ » ━━━━━━ «
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