ID de la obra: 963

A tu lado

Slash
G
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2
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planificada Mini, escritos 39 páginas, 14.682 palabras, 3 capítulos
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Capítulo 3

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Somin deja de comer unos momentos para ver a su hijo menor. De hecho, todos detienen sus movimientos mientras Jungkook bebe tranquilamente de su jugo de naranjas. —¿Quieres ir a clases? ¿En tu cumpleaños? — Inquiere Yoongi con enormes ojos— Tú no eres mi hermano, ¿Qué hiciste con mi hermano? ¿Eh? — — Es solo que Taehyung estará solo en la escuela y todavía soy su guía turístico— Explica relamiéndose con la comisura de los labios anaranjadas— y sería su tercer día de clases. No es justo dejarlo solo por mi cumpleaños. — Oh, mi tesoro... — Vaya, que buen hermanito tengo— — Demente. Jungkook está demente— Murmura Yoongi partiendo la carne con un cuchillo— Ni loco voy a clases en el día de mi cumpleaños. ¡Es una tradición no ir! La estás rompiendo. — Es por un bien mayor— — Si es lo que quiere Jungkook— Interviene Junho — se cumplirá. Es su cumpleaños después de todo. — Gracias. Ahora sigan con sus temas de negocios— Y dicho eso, se concentra en su puré de patatas dejando un poco sorprendidos a sus hermanos mayores. Para el día siguiente, Jungkook abre los ojos encontrándose con la mirada de Yoongi y se sobresalta con un jadeo ahogado, causando risas en el contrario. —¡Me has asustado! ¿Qué haces observándome mientras duermo? — — Venia a despertarte para ir a clases. Y también para ser el primero en decirte feliz cumpleaños— Responde alzando y bajando los hombros con desinterés. — Vaya... — Feliz cumpleaños Jungkook. El sábado te daré tu regalo, no antes, no seas tramposo— Se levanta de la cama yéndose a la puerta. Pero se arrepiente, se devuelve a su sitio y da un corto abrazo al menor que sigue parpadeando asombrado— Eso. Uhm, que incomodo. O no tanto. Feliz cumpleaños. Que todos sepan que yo fui el primero en saludar— Y listo. Yoongi desaparece con prisa de la habitación de Jungkook. ¡Su cumpleaños! ¡Ya tiene trece años, legalmente! Se levanta de un brinco estirando los brazos en alto. Seguro ha crecido un centímetro más, tendría que pedirle a papá que lo mida más tarde para comprobar aquello. Baja con velocidad las escaleras, encontrándose al resto de la familia desayunando y apenas lo ven, se le acercan de golpe para abrazarlo, tocarlo, desordenar su cabello, marcando con su olor al pequeño Jungkook que por más que se queje, está contento. —¡Feliz cumpleaños Jungkookie! — Chilla SeokJin abrazándolo de nuevo— — Mi tesoro ya tiene trece años— Somin sonríe besando su mejilla— Es como si fuera ayer cuando gateaba por la casa persiguiendo la cola de Junho. — Ay mamá— — Y lo sigue haciendo— Apoya el hombre dejando unas palmaditas en el hombro de su hijo— Ven a desayunar antes de irte a clases. Una vez los tres Jeon están listos, salen de casa. Y como han estado haciendo desde el lunes, esperan que Taehyung salga de casa. Es fácil oírlo, las pisadas del de cabellos rizados son ruidosas, como si corriera por la casa. —¡Buenos días! — Exclama Taehyung cerrando la puerta tras de sí y sus ojos se disparan en Jungkook— ¡Jungkook, feliz cumpleaños! — Baja las escaleritas y sin preguntar, abraza al azabache con fuerza que casi lo hace tambalear— Juro tenerte un buen regalo para el sábado. — N-no es necesario— Tartamudea ignorando las sonrisas cómplices que tienen sus hermanos en el rostro. Tener tan cerca a Taehyung le hace difícil contener la respiración y no inhalar ese aroma a naranjas y sol. —¡Si lo es! Eres mi primer amigo, el más importante— Se separa y enrolla el brazo con el de Jungkook para empezar a caminar en dirección a la escuela siendo seguidos por los Jeon— Les conté a mis padres que han sido invitados a tu cumpleaños. —¿Y cómo se tomaron la noticia? — Pregunta SeokJin —¡Bien! Bueno, mamá se puso muy nerviosa y está buscando recetas para llevarles ese día— Informa con una sonrisa— y papá está curioso por conocer al señor Jeon. — Ah, el señor Jeon es un amor. Aunque no lo parezca— — Ya quiero presentarme y decir que su hijo es mi amigo— Jungkook resopla. Apenas llegan se separan cada uno a su respectivo edificio y Tae es quien lleva la conversación contándole la historia del comic que está leyendo y que suena muy interesante. Su grupito ya está dentro de la sala cuando llega y los saludan con un gesto de mano. Taehyung parece curioso por la reacción natural de los amigos de Jungkook, ¿no debían felicitarlo? — Hoy deberían entregarte los libros— Menciona Jungkook derrumbándose en el asiento soltando un bostezo. Se lamenta en silencio estar allí cuando pudo haber dormido hasta tarde y estar siendo mimado por sus padres. — Si, si... ¿Jungkook? — El menor lo mira— Ellos no te han saludado. Jungkook dirige su atención a su grupito que se carcajean de quien sabe que cosa. — Ah. Es que no saben— Los ojos de Taehyung se agrandan— No saben cuándo es mi cumpleaños. —¿¡Qué!? ¿¡Como que no!? — La voz alta del castañito llama la atención de los presentes en la sala— ¡Tienen que saberlo! Son tus amigos. —¿Qué deberíamos saber? — Inquiere Eunwoo desde su asiento. — Ay no...— — Que es el cumpleaños de Jungkook— El mencionado se encoge de hombros queriendo hacerse pequeño cuando tiene la atención de los otros tres— ¡Pensé que lo sabían! —¡Eh! ¿Cómo nos ocultas algo así? ¡Somos amigos! — Jihoon es el primero en acercarse y estrecha la mano de Jungkook agitándola de arriba abajo con efusividad— Feliz cumpleaños Jungkook, ¿ya tienes trece años? — Si— —¡Feliz cumpleaños! Apártate Jihoon, suelta su mano— Empuja WooJin para darle palmaditas por la espalda— Bienvenido al grupo de los trece añeros Jeon. — Si— —¡Feliz feliz cumpleaños! — Canturrea Eunwoo acercándose imitando el sonido de trompetas que causan risitas entre el resto— Te comprare una leche de banana, he visto que te gusta. — Ya— —¿Hay fiesta a la que asistir? — Pregunta el pelirrojo tomando la silla de enfrente para voltearla y sentarse mirando a los amiguitos íntimos. — No— —¡Si! — Taehyung y Jungkook intercambian una mirada. —¿Si o no? — — Bueno...— Jeon se frota tras la nuca— habrá fiesta... —¡Genial! Tengo que comprar un regalo para mi amigo Jungkook— Dice el de gafas— ¿Cuándo es? ¿A qué hora? — Uhm... sábado— — Ya quiero comer pastel...— — Eh, yo no he dicho que voy a invitarlos— Los tres niños abren la boca— Ustedes son molestos, ruidosos y se van a comer todo como los buenos glotones que son. —¡Pero somos amigos! — Chilla WooJin dando un golpecito a la mesa— Como dijo mi buen amigo Taehyung... Los amigos comparten sus cosas, y tu debes compartirnos de ese pastel. — Creo que será divertido si vienen a la fiesta Jungkook— El mencionado cierra los ojos unos segundos, en su cabeza ya puede imaginarse el escándalo que habrá en casa. Dios, tendrá que avisarle a su familia que tendrán más invitados de lo previsto— ¿Qué dices? Serán más regalos— eso ultimo lo susurra bajito. "Regalos. Gustar regalos. Taehyung gustar" — Oh silencio— Lo decía para su lobo interior, pero el resto se calla dejando de lado la discusión sobre el tema del pastel— Pueden ir, tan solo... ugh, compórtense bien. — Tenemos modales, no somos tan cerdos— Eunwoo asiente a las palabras de Jihoon— Seguro nuestras madres nos envían comida, después de todo, ustedes son "los Jeon". — Si, familia distinguida y todo eso. No podemos llegar con las manos vacías— Completa el más alto— y nos vamos a comportar. No queremos dar mala imagen a nuestros familiares. ¿Te imaginas ven como Jihoon se pone pálido por un sorbo de leche y termina por vomitar? No gracias, su familia sería el hazmerreír, Jihoon sobre todo. — No te preocupes por mi Jungkook, llevaré mi propia comida sin lactosa— El azabache arruga la nariz un poco asqueado— pero igual comeré pastel, no me importa si me cae mal. — La cosa es que no llegaremos con las manos vacías— Sentencia Eunwoo dejando de aplastar su trasero en la mesa de al lado que pertenece a una compañera, quien ha llegado y está reclamando por su lugar— Gracias por invitarnos Jungkook— Hace una reverencia ganándose un chasqueo de lengua. El profesor se adentra a la sala y el grupito se dispersa cada uno a su respectivo pupitre y Jungkook se permite suspirar pesado con Taehyung mirándolo con un toque de diversión. — No será tan malo. Ya verás— Le consuela posando la mano sobre su muslo dando un ligero apretón. ·  ·  ·  ·  ·  ·  ·  · ·  ·  ·  ·  ·  ·  · El sábado llegó con rapidez. Jungkook no quería enfrentarse al día, al menos no quería estar vivo a las cuatro de la tarde que es la hora en la que comenzaría la "pequeña" fiesta de cumpleaños. Pero tuvo que levantarse cuando vio a SeokJin asomarse por la puerta y como este le sonrió muy divertido por su expresión ensombrecida. — Nuestro alfita no puede enseñar los colmillos hoy— Se burla cerrando la puerta dejándolo a solas. — Nada de colmillos— Se advierte así mismo y se pone de pie buscando su toalla para darse una ducha. Lo único que lo anima es que Taehyung y su familia se unirían a la fiesta tal y como quiso, después de todo, los invitó personalmente. No como a los otros idiotas que se aprovecharon del momento... Al menos saca lo positivo de la situación, tendría más regalos y su lobo interior se revuelca enseñando la panza por eso. Sale del baño y antes de vestirse se seca los cabellos robándose por unos minutos el secador de pelo de mamá para luego vestirse. Camiseta ancha, pantalones anchos, nada demasiado ostentoso. Nada de perfume porque nubla su sentido del olfato y desea que ninguno de sus invitados use perfume o se verían un poco en desventaja si uno de sus sentidos más importantes está fuera de lugar. Podía ser peligroso. ¿O está exagerando mucho? Sale al patio trasero en donde ve a papá y SeokJin arreglar una mesa larga que nunca habían usado, estaba guardada para ocasiones donde la familia se agrandara. Era el momento de ocuparla. Yoongi arrastra unas sillas pasando por su lado, gruñendo un "si no vas a ayudar, vete a dormir" por lo que rueda los ojos y se entra para ayudar a mamá con los diferentes platillos que tienen preparados. Muchos snacks dulces, salados, tartitas pequeñas que caen en la palma de su mano, todo mandado hacer en la pastelería de los Kang. Se ve todo apetecible que trata de estirar la mano para robar algo, más recibe un golpe en ella que lo hace sisear. — Nada de tocar— Amenaza su madre con el ceño arrugado— Aun no es la hora de comer. — Ya, ya, entendí— Bufa por lo bajo. —¿Por qué no vas a comprar refrescos? Creo que son muy poco tener dos botellas... ¿Cuántos dices que son tus amigos? — Cuatro, más la familia de Taehyung. Seis. Más todos nosotros. Trece en total si incluimos a la abuela de NamJoon se aparece— Resuelve con rapidez viendo a la mujer asentir repetidas veces. — Coge dinero y ve a comprar dos botellas más, ¿sí? — Pide con una dulce sonrisa. Asiente sacando los billetes que considera necesario y se los guarda en los pantalones para salir de casa pudiendo escuchar a sus hermanos reírse. Pasa por la casa de los Kim, oye sus pasos y sigue su camino hasta el pueblo donde camina pateando una piedrita que se encontró. Es pequeño, pero no por eso menos moderno. Jungkook se alegra de tener al menos una cafetería, da más vida a los alrededores y es divertido pasar el rato en el lugar donde igual puedes entrar sin consumir nada dentro. Al ser un pueblo, todos son relajados en ese aspecto. A no ser que vinieran turistas, a ellos se les trata diferente e incluso ha notado que les cobran más. Pero no ocurre muy seguido. Va hasta el negocio donde lo atiende una anciana que siempre le regala un dulce relleno y esta ocasión no sería diferente. — Ah, sí, tengo este cupón de descuento— Se lo enseña a la señora— Es mi cumpleaños y dice que puedo tener un helado gratis— Regalo de Yoongi. Un cupón. — Bien, bien, puedes escoger el que quieras jovencito, y feliz cumpleaños. Cada día estás más grande— Recibe unas caricias en el cabello— vas a crecer tanto como tu padre, tenlo por seguro. — Gracias, voy a creer en su palabra— Da una corta reverencia y sale del negocio cargando las dos botellas en una mano mientras la otra sostiene su helado que se encarga de saborear antes de llegar a casa. "Gente. No son manada" No, no son manada. Pero son buenas personas, hay que comportarnos bien. Por mamá y papá. "Lobo bueno. Por alfa, por manada" Nos entendemos rápido. Seremos muy buenos amigos. "Jungkook amigo. Lobo amigo de Jungkook" Pasa por al frente de la casa de los Kim y se queda quieto al oír su nombre desde la ventana del salón, mira hacia allí encontrándose a Taehyung agitando su mano al otro lado del vidrio. En un parpadeo, tiene a Taehyung al lado. — Eso se ve pesado. Déjame ayudarte— Sin pedir permiso, le arrebata una botella de gaseosa— ¿Vas a tu casa? — Si, me pidieron comprar bebidas para los... los invitados— Dice de mala gana lo último causando risitas en el mayor— ¿Quieres ir ya? — Uh... No, te dejaré en la puerta de tu casa y volveré. No puedo dejar que mis padres se queden solos, ¿Qué tal si se arrepienten y no vayan a tu cumpleaños? — Inquiere alzando las cejas, caminando al lado de Jungkook con la botella entre uno de sus brazos. Jungkook se mete el ultimo trozo de helado a la boca y se guarda el palillo en un bolsillo— Tengo tu regalo. —¿Ah sí? ¿Qué es? — Busca los ojos de Taehyung que se hacen más pequeños por la sonrisa que tiene en el rostro. — Secreto. Los regalos son secretos Jungkookie— El corazón de Jungkook dio un salto por el apodo y casi se tropieza que Tae tuvo que sostenerlo por el brazo. —¿"Jungkookie"? — — Ah, ¿te molesta? Escuché a SeokJin hyung llamarte así, y pensé que suena muy bonito y adorable— Se excusa notando el sonrojo en las mejillas ajenas— ¿No te gusta? Puedo cambiártelo a Kookie, ah, ¿Qué tal está ese? — Dios, no me llames así frente al resto— —¿Por qué? — — Se burlarán de mí. Tengo dignidad, hyung— — Ya. Entonces cuando estemos los dos solos tengo derecho a llamarte Kookie o Jungkookie. ¿Eso te parece bien? — Le pica la mejilla y Jungkook intenta morderle el dedo en respuesta. El camino sí que es corto, no alcanzan a hablar muchas cosas cuando llegan a la puerta principal que es abierta por Yoongi, con su misma expresión de siempre. — Hola Tae— Le saluda paseando la vista en las bebidas— ¿No vas a pasar? — No, solo venia ayudar a Jungkook. Vendré cuando sea la hora, no quiero molestar— — No molestas— Se apresura en decir el menor — pero si quieres venir a la hora no hay problema. — Dame eso— Yoongi le quita la gaseosa de las manos a Taehyung para dejarlos a solas— ¡Date prisa Kook, mamá te necesita en la cocina! — Debo irme— — Yo también. Nos veremos en un par de horas— Ve a Taehyung alejarse y una vez lo siente lejos de su olfato, se adentra en el hogar. El ambiente es animado. La radio está encendida, SeokJin entra y sale varias veces y siempre cantando, uniéndose a mamá que sigue preparando algunos platillos, acomodando los postres en platillos decentes que Jungkook solo ve en Navidades y Años nuevos. Afuera está papá preparando el asador en el que tardaría bastante en encender y Yoongi cada que tiene oportunidad toma asiento en el sofá. Jungkook se encarga de sacar un mantel bonito para colocar en la enorme mesa e inflar globos con sus juveniles pulmones. O eso dijo Yoongi. La carne ya está lista, cortada en trozos para llegar y asar en la parrilla junto a unas cervezas para los adultos. Se deja caer al lado de Yoongi que mantiene los ojos cerrados y que no se mueve al sentir a Jungkook a su lado. Ambos suspiran al mismo tiempo. — Estoy cansado— Masculla Yoongi con molestia por tener la frente sudada. — También yo. Debería ser ilegal hacer trabajar al cumpleañero... — Ve y dile eso a mamá, a ver cómo te va— Jungkook emite un quejido lastimero— ¿Ocupaste el cupón que te di? — Si, ya me comí el helado. Gracias hyung, estaba delicioso— El mayor sonríe— Siempre en mis cumpleaños me regalas cupones, ¿de dónde sacas tantos? — Secreto. Tengo todo el año para recolectar— — Eres tan raro— — No más que tú, niño. El timbre de la casa suena y Jungkook se levanta para abrir, ya que todo el mundo está ocupado en sus propios asuntos y frunce el entrecejo al ver a Eunwoo parado frente a la puerta. —¿Que manera de recibir a tus invitados es esa? — Dice señalando con el mentón la expresión de Jungkook— ¿Llegué muy temprano? Mi abuela se obsesiona con la hora y soy puntual. Excesivamente puntual. Puede ser una maldición o bendición, como tú quieras verlo. — Ay, cierra la boca y entra— Jala del brazo a Eunwoo que silba al ver el interior de la casa de los Jeon. Nunca en su vida se imaginó estar allí dentro. De hecho, nunca pensó en que sería amigo de Jeon Jungkook— ¡Mamá, ya llego el primer invitado! Somin no tarda en aparecer luciendo un impecable vestido y Eunwoo abre su boca con sorpresa. Ah, la señora Jeon es siempre un placer a los ojos humanos. —¡Hola! ¿Eres compañero de Jungkook? — Pregunta agachándose un poco para que su rostro quede a la par del niño que se ruboriza hasta las orejas— ¿cuál es tu nombre, encanto? —¡Eunwoo! Mi nombre es Eunwoo— Jeon menor no puede evitar rodar los ojos— Soy su compañero, ex compañero de asiento... Me cambio por... bueno, por otra persona. — Si quieres servirte algo de comer, puedes hacerlo— Enseña las encimeras de la cocina llenas de comida que hace babear al lobo Jeon— Menos el pastel. Eso es lo último de la tarde. — Enterado, mamá— Vuelve arrastrar a Eunwoo lejos de la cocina para llevárselo al patio donde SeokJin se ríe de manera escandalosa junto a su padre quien se pone serio en el momento en que olfatea a un extraño en su casa. — Oh, oh... el señor Jeon— Masculla Eunwoo sintiéndose pequeño ante el hombre— Hola. — Hola, ¿eres amigo de Jungkook? — — Pá, vas a asustarlo— Dice SeokJin agitando un trozo de cartón en el carbón para encenderlo. — Soy su amigo... compañero de colegio, ay, le juro que no le he hecho nada malo a su hijo señor Jeon— Junho se le queda viendo fijo, para luego reírse llevándose una mano al estómago. — Eres malo— Sonríe SeokJin. — No pasa nada muchacho, los amigos de Jungkook siempre son bienvenidos. ¿Dónde está tu regalo? No se puede venir a una fiesta de cumpleaños sin regalo— — Si señor. Toma Jungkook— Le hace entrega de una bolsa mal envuelta que el lobito toma con cuidado— No es gran cosa, tan solo no lo agites que podría romperse. Planea decir algo, agradecerle por el gesto, más calla cuando su padre le dice que vaya a abrir la puerta y segundos después el timbre resuena. Camina, Eunwoo le sigue tal patito sigue a su madre, no quería estar solo en la casa de los Jeon, siente mucho respeto por ellos. Tanto así que podría orinarse encima si se queda con el señor Jeon o con el hijo de mirada amenazante. Abre la puerta sonriendo cuando ve a Taehyung, y tras él sus papás que lucen nerviosos, puede oler ese sentimiento y claro que también las naranjas y sol. —¡Taehyung! — Se hace un lado— Pasen, siéntanse como en casa. — Oh, pero si son los Kim— Saluda Somin caminando hasta Daehyun para abrazarla y besar sus mejillas— Es un gusto tenerlos en nuestra casa. — Hola señor Kim— Saluda Yoongi levantándose del sofá para estrechar la mano del hombre, Eunwoo se encoge de hombros tras Jungkook que solo tiene ojos para el castaño de rizos— Papá está en el patio trasero. Tiene cervezas. — Me encantaría conocer al señor Jeon— Dice HyungSik soltando la mano de su esposa que se ha distraído con Somin— Taehyung vamos, tienes que saludar. — Ajá— Yoongi los guía hasta el patio trasero donde la llama del asador ya se ha encendido y SeokJin se mantiene desecho en una silla. Jungkook se mordisquea el labio inferior temeroso de que su padre haga lo mismo que a Eunwoo. El hombre de barba se gira posando los ojos en Taehyung primero que retiene el aire unos segundos sintiendo que el hombre tiene una gran presencia. "Alfa. Es el alfa" — Él es papá— Presenta Jungkook tomando la mano de Junho que inspecciona a las visitas con la mirada— Papá, ellos son nuestros vecinos, los Kim, y Taehyung. — Es un gusto conocerlo al fin, señor Jeon— HyungSik estira la mano y es correspondido de inmediato. — Así que ustedes son los Kim. Me han hablado mucho de ustedes, sobre todo del pequeño Taehyung— Se inclina un poco viendo al mencionado que suelta el aire retenido— El amiguito de mi hijo. — Si, somos muy buenos amigos— Dice esbozando una sonrisa. Jungkook no huele nervios en él, si percibe los de Eunwoo o el señor Kim, pero Taehyung está bien. Solo fue la primera impresión que lo descoloco un poco— Nos sentamos y vamos a la escuela juntos. — Si, me quito el asiento— Murmura Eunwoo aun detrás de Jungkook, con los nervios crispados cuando Yoongi lo mira con ojos entrecerrados. Tal vez esté sintiendo el nerviosismo de él. — Le invito una cerveza, señor Kim— — Oh, por favor llámeme HyungSik— — Usted puede llamarme Junho, no me gustan las formalidades. Menos de quienes serán amigos de la familia— Papá saca una cerveza entregándosela mientras forma una sonrisa en el rostro. Todos parecen respirar más aliviados— Niños, vayan a divertirse por ahí. Los adultos deben conversar temas que no son de su incumbencia. Jungkook obedece llevándose a sus invitados dentro de la casa. — Jungkook, te traje tu regalo— Menciona Taehyung — Ten, espero te guste. No tuve demasiado tiempo para comprar algo mejor, y aun no te conozco del todo bien para saber tus gustos. Así que espero que te guste, de verdad. — Ay, ya quiero ver que es— dice Eunwoo queriendo tomar la bolsa. — Cállate— Gruñe Jungkook, tomando el regalo— Gracias Tae, no era necesario que trajeras regalo. —¿Y porque a mí si me exigiste uno? — — Porque a ti te invite de manera forzada— El niño se lleva la mano al pecho de manera dolida — Lo dejaré junto al de Eunwoo— Tal como dice, lo deja sobre el sofá individual. Puede hacerse una idea de lo que es el de Taehyung— Bien, este es el salón. Nos reunimos siempre aquí los sábados por la noche. Ya saben, tenemos una tradición de ver películas todos juntos. Los ojos de ambos niños se agrandan. — Vaya, yo los sábados por la noche estoy en mi cuarto jugando solo mientras papá llega del trabajo— — Con mi familia solo cenamos juntos, aun nos quedan cosas que desempacar. — Somos un poco unidos— — Bastante, diría yo— — En fin. El salón. Por allá tenemos el baño de visita, por si lo necesitan en algún momento de la tarde— Les señala una puerta de madera tallada en blanco. Eunwoo piensa que hasta las puertas de los Jeon son elegantes. Caminan un poco más donde escuchan risas de las mujeres y se adentran a la cocina encontrándolas, bebiendo en copas. Los tres dudan de que se trate de gaseosa o zumo— La cocina. — Hola, ¿quieren comer algo? — Ofrece Somin y Taehyung asiente con los ojos fijos en las mini pizzas— Sírvanse, pueden comer todo lo que quieran siempre y cuando dejen espacio para el pastel y la carne asada. — Muchas gracias, señora Jeon— Eunwoo da una corta reverencia antes de tomar una tartaleta — ¡Mmh! ¿Son de la pastelería de los Kang? — Así es— — Woah— Abre su boca dejando ver la comida dentro y Jungkook le da un codazo— Digo, delicioso. Un sabor muy... muy sofisticado. — Es la única pastelería del pueblo— Comenta Jungkook a Taehyung que lucha con el queso derretido— Es muy buena, siempre está llena y no siempre hacen pasteles, también de estos— Señala las mini pizzas y unos panecillos rellenos que se ven muy apetecibles— Ah, y mamá compró un par de pasteles sin lactosa... —¡Oh! Eso hará muy feliz a Jihoon— Se alegra el más bajito. Comen un poco más, intercambiando opiniones respecto a la comida hasta que el sonido del timbre vuelve a interrumpir y Jungkook avisa que ira abrir dejando a los otros dos en la cocina. — Hyung— Sonríe al ver a NamJoon de pie, y a su extraña abuela con su típico sobrero negro y ropa del mismo tono. Parecía que hubiese venido a un funeral en vez de una fiesta de cumpleaños, pero Jungkook está un poco acostumbrado— Abuela Kim, buenas tardes. —¿Cuántas veces debo decirte que solo me digas abuela? Somos casi familia, niñato— Se lleva un apretón de mejilla que le hace quejarse un poco adolorido— Anda, déjanos entrar. Hace caso. Lleva a la abuela a la cocina para que se encuentre con mamá quien deja su copa de lado para ir a abrazarla. Si, son como familia. Después de todo, los lobos necesitan un brujo en su manada. Y la abuela es quien está a cargo, enseñándole todo a su nieto NamJoon para cuando ella no esté más. NamJoon le da un abrazo a Jungkook. — Feliz cumpleaños Jungkook, espero que disfrutes de tu fiesta— — Cierto. Tengo que presentarte a Taehyung— Toma la mano del rubio y lanza una mirada a Eunwoo— Y a Eunwoo también, dios. NamJoon tiene la misma edad de Yoongi, catorce años y son compañeros de clase. Se llevan bastante bien, tienen gustos similares, pero el Kim tiene cierta debilidad por el Jeon mayor o viceversa. — Taehyung, Eunwoo, este es NamJoon. Es un amigo íntimo de la familia, lo consideramos un familiar más— Dice viendo la sonrisa de NamJoon, esa que marca su hoyuelo. — Dios es gigante— — Todos son gigantes al lado tuyo— — Es un gusto NamJoon, soy Tae, el vecino de Jungkook— El rubio estrecha la mirada para verlo mejor mientras los otros dos se enfrascan en una pequeña discusión— He escuchado de ti. —¿Ah sí? ¿Y qué dicen de mí? — — SeokJin hyung siempre habla de ti— Los ojos del más moreno parecen brillar— de que eres muy listo, amable, de buen corazón y que cocinas realmente mal. —¿Dijo eso? — — Dijo eso, sip— — Maldito Jeon SeokJin— Gruñe para luego sonreír— También me han hablado de ti. El mejor amigo de Jungkookie. —¡Shh! — Sisea agrandando los ojos, mirando a los otros dos notando que no se han dado cuenta— No llames a Jungkook así, al menos no en público. —¿Qué? ¿Por qué? — — Dice que tiene una dignidad que mantener— —¡Já! — Deja una palmada en la espalda del pequeño Jeon— Bien, Jungkook, te tengo un regalo. —¿Sí? No veo ninguno— Inspecciona de pies a cabeza al mayor que tiene las manos vacías. — Aquí— Lo saca del bolsillo, es una pequeña caja— No es nada sospechoso por si lo estás pensando. Espero que te guste. Ahora, ¿Dónde están tus hermanos? — En el patio trasero. ¿No quieres comer algo? — Pregunta toqueteando la caja pequeña, tiene miedo de que explote o se mueva por su cuenta. — Me llevare unos bollos rellenos, gracias— — También iré con Junho a beberme una cerveza. Sigan chismeando chicas, estoy muy vieja para eso— La abuela se despide de ambas mujeres para irse junto a su nieto quien la guía con cuidado. Ahora solo faltan dos de sus invitados y estarían completos. Coge una tartaleta de kiwi para darle un mordisco. De momento todo marcha bien, el ambiente es bueno, mejor de lo que imagino y su lobo está contento de tener ya tres regalos y eso que aún faltan los del resto y sus padres. Ya quiere abrirlos prontos. Para cuando WooJin y Jihoon llegan, el olor a carne asada se siente desde dentro. Jihoon extiende una bolsa. — Mamá lo preparó— Dice con Jungkook revisando el contenido— Es la receta secreta de la familia, un budín sin lactosa. Bueno, en realidad lo preparó para mí en especial. No quiero tener diarrea— Somin alza las cejas escuchando al niño— Perdón, perdón, eh, expulsar feca. —Ay dios mío— Taehyung se carcajea divertido. —No te preocupes, eh, ¿Jihoon? — Pregunta la pelinegra y el de gafas asiente efusivo— También pedimos algunos postres sin lactosa para ti. Jungkook me contó de tu intolerancia. Jihoon mira a Jungkook que finge desinterés. —Ah, es muy amable señora Jeon— Se inclina un poco— Ahora, ¿Cuáles son? No almorcé en casa, papá tenía mucho trabajo y no me gusta el recalentado. Somin le enseña los postres que son especialmente para él, mientras que WooJin le entrega una bolsa envuelta que la recibe con las cejas alzadas. —¿Ves? No llegamos con las manos vacías. Es un regalo de parte de Jihoon y mío— Cuenta rascándose la mejilla— Nos peleamos para ver quien lo compraba primero, y llegamos al acuerdo de hacerlo los dos a la vez. —Bien, gracias a los dos— Jihoon alza el pulgar con las mejillas llenas— Seguiré enseñándoles el lugar. —Arriba están las habitaciones— —¿Nos llevaras a tu cuarto? — Pregunta Taehyung con un poco de ilusión, ilusión que desaparece cuando Jeon niega— Ow. —No, es mi lugar sagrado. No quiero que lo perturben— "Nido. Ser nuestro nido. No entrar" —De acuerdo señor imperturbable— Rueda los ojos. —Vamos al patio trasero, tengo aros de básquet fuera y los balones— Sonríe cuando todos se distraen del tema de las habitaciones— Podemos hacer un mini partido de dos contra dos. — ¡Eso si me gusta! — Clama WooJin rodeando el cuello del azabache con el brazo quien se intenta apartar por el olor a perfume que entorpece su olfato— ¿Qué hueles? Ah, ya sé, ¿te gustó mi perfume? Se lo robé a papá. — Eh, si, huele bien— Apestoso. La tarde está fresca, los tres adultos parecen congeniar bien mientras que los Jeon y NamJoon han comenzado un juego de cartas con pequeñas e inocentes apuestas. El aroma a carne asada no tarda en inundar las fosas nasales de los cuatro niños que ignoran el quejido de sus estómagos para ir a jugar. Jungkook va al cuartillo donde tienen herramientas y saca el balón, rebotándolo contra el piso repetidas veces. Es bien sabido que el menor es realmente bueno en todo lo que sea físico. Jihoon tiene teoría de que con trece años ya tiene el abdomen un six pack que no ha podido comprobar. WooJin intenta quitarle la pelota, pero Jungkook es hábil y se la lanza a Taehyung que la coge con un poco de torpeza. —Seremos tres contra dos, ¿no es un poco injusto? — Reclama el pelirrojo. —Entonces ustedes tres contra nosotros— Resuelve Jungkook tomando la mano de Taehyung que intercambia una corta mirada con el cumpleañero— ¿Qué les parece? —Bien. Ya que tú vales por tres— Y así empieza el mini partido. Jihoon es un completo desastre, ha rodado por el césped casi cinco veces, y en las cinco veces ha tenido que cuidar de sus lentes. WooJin es lento a pesar de ser alto y delgado, se excusa con que la pubertad le está dando con fuerza. Eunwoo es más ágil, ha logrado quitarle la pelota a Jungkook unas dos veces, lo que considera un logro personal. Taehyung es bueno apuntando al aro, pero se pone ansioso cuando los tres van por él. Y Jungkook. Bueno. Puede ganar el partido él solo. —¡Deja de comer tierra, Jihoon! — Grita Eunwoo secándose el sudor de la frente cuando el de gafas vuelve a tropezarse. —¡No lo hago por diversión! — Le devuelve sentándose en el césped, echándose aire con las manos— ¿Cómo es que Jungkook no está agotado? ¡No es humano! Jungkook se detiene con una sonrisa burlona en el rostro. Ay si supieran. Taehyung se derrumba en el piso como estrella de mar respirando agitadamente mientras a su alrededor Jeon pequeño rebota la pelota. —Tengo buena resistencia, eso es todo— Responde con tranquilidad, apuntando hacia el aro y lanza celebrando por lo bajo cuando acierta el tiro— Bien, simples mortales. Descansemos un poco. WooJin se queja al sentarse estilo indio, repitiendo que tener trece años es difícil. —Basta de quejarte de los trece años— Gruñe Jungkook dándole un empujón que lo hace balancearse— Yo estoy en plena forma. —Pasan cosas cuando tienes trece— Comienza diciendo WooJin— cosas a tu cuerpo, a tu cabeza... —¿De qué cojones estás hablando? — Inquiere Eunwoo tapándose la boca por la mala palabra— Ay, no quise sonar grosero. Lo siento Jungkook. —Por favor, no se hagan los idiotas. Ustedes saben lo que ocurre cuando uno cumple trece años— —¿De verdad vamos a tener "esta" conversación? — Jihoon tiene las gafas empañadas por el sudor— No quiero escucharte hablar libremente de esto. —¿Qué ocurre a los trece años? — —Te empiezan a gustar las niñas— Todos arrugan sus rostros menos Jungkook— Las encuentras bonitas, yo sudo mucho cuando tengo que hablar con una. —Es cierto. Mis palmas sudan cuando debo hablar con la hija de los Kang— Comenta Woo enseñando sus manos. —Iugh, niñas— —También crece pelo. De hecho, esta mañana estoy seguro de que me crecieron más pelos en las axilas— Jungkook hace una mueca cuando WooJin intenta enseñarles. —No lo hagas, gracias— Le patea Jihoon. —Mi mamá dice que aparece pelo en lugares prohibidos. Como allí abajo— Explica Taehyung con un poco de timidez, sobre todo por tener los grandes ojos de Jungkook encima y como le este mira disimuladamente la entre pierna— Pero tienen razón. Pasan cosas cuando uno ya cumple trece. No te asustes por eso. —¿Por qué me asustaría de unos pelos? — Parece relajado, tan así que sus amigos intercambian una mirada sorprendida— Es solo pelo. Conozco gente muy peluda— dice refiriéndose a su familia lobezna, solo que ellos no lo entenderían. —Bueno, yo no tengo padre y soy el único hombre en casa— Comenta WooJin— fue una sorpresa encontrar pelo ahí abajo. Me sentí todo un macho. Jungkook resopla una sonrisa. —¡Niños, a sentarse! — Grita Junho y todos obedecen la orden de un salto sin rechistar.
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