ID de la obra: 978

OneShot's KakuHidan

Mezcla
NC-17
En progreso
2
Fandom:
Tamaño:
planificada Midi, escritos 47 páginas, 17.475 palabras, 3 capítulos
Descripción:
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One Shot KakuHidan Zombies [+18]

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⚠️AVISO⚠️ (Contenido bastante explícito UwU + palabras vulgares)

[Era la primera vez que escribía algo así XD] Contexto: Mientras Hidan y Kakuzu huyen de una horda de zombies, ambos se ven obligados a esconderse en un armario pequeño. Dentro de este armario, pasan muchas cosas.

 

También convertí este OneShot a formato PDF por si alguien quiere leerlo desde allí:

https://drive.google.com/file/d/10YjoVlCQskpFWyebY3fEY4_6FvWsMHuh/view

 

 

(El escenario está inspirado en una IA)

***

Después de unas horas huyendo de una horda de zombis hambrientos, ambos protagonistas se ven obligados a esconderse en un rincón de un pequeño armario —Hidan, por aquí —susurra el castaño, agarrando con fuerza el brazo del menor y atrayéndolo al pequeño espacio, cerrando el armario rápidamente. Debido al reducido espacio, Kakuzu se ve obligado a sentar al albino en su regazo —K-Kakuzu —tartamudea el menor de forma ahogada al sentir cómo el castaño le tapa la boca desde atrás, lo que hace que no pueda evitar retorcerse ante su toque —Hidan, cállate, joder —gruñe el ojiverde en el oído del menor, haciendo que se le escape un pequeño gemido ahogado, siendo rápidamente silenciado por un beso del mayor —Necesito que te quedes callado —vuelve a susurrar el castaño, abrazándolo con más fuerza. Como respuesta, el albino asiente levemente y, con sus manos, se cubre la boca tratando de silenciar los sonidos explícitos. Aprovechando la vulnerabilidad del menor, el castaño se acerca aún más pegando sus cuerpos haciendo que encajen perfectamente entre sí, el menor al sentir el cuerpo del contrario tan cerca del suyo se le escapa un pequeño suspiro de sorpresa mezclado con placer dando un pequeño salto. De repente, se escucha un fuerte estruendo desde fuera del armario y el castaño aprieta al menor aún más contra su propio cuerpo, quedando convenientemente su boca en el cuello del albino. Da unos pequeños besos mientras sus manos se mueven bajando por la mejilla del albino hasta sus labios —Mgh~ —un gemido ahogado se le escapa al menor, sin poder evitar retorcerse ante los besos traviesos del moreno —No te muevas... Vas a llamar la atención sobre nosotros —gruñe el mayor, sosteniendo el cuello del albino con la mínima fuerza —Si nos escuchan, estaremos literalmente muertos —susurra el castaño con una mirada severa, tratando de someter al más bajo. El albino responde asintiendo y cubriéndose la boca de nuevo. Mientras nuestros protagonistas siguen con su momento íntimo, los sonidos del exterior no cesaban dando entender que todavía andaban cerca, pero no a su alcance —Está bien… Respira lentamente… —da otro susurro muy cerca del oído del menor mientras lo abraza, las manos del castaño van del pecho hasta los muslos dando unas leves caricias para calmarlo y seducirlo, con los toques sugerentes del mayor hace que el rostro del albino creciera un gran sonrojo sintiendo como la temperatura del pequeño espacio y sus cuerpos va en aumento jadeando cerca del oído del ojiverde que al oírla hace que en su rostro crezca una pequeña sonrisa satisfecha. Los sonidos del exterior se alejan un poco más y el mayor aprovecha para permitir un poco de ruido —Tranquilo bebe, vamos a estar bien —murmura con un leve tono seductor dándose cuenta de que no es solo el calor de estar encerrados en un sitio pequeño, el albino siguiéndole el juego con un poco de vergüenza mueve su cuerpo restregándolo en contra del mayor queriendo sentirlo lo más cerca posible, el mayor da un leve gemido al sentir como el cuerpo del albino da esos leves movimientos dando lugar como poco a poco se destruye su autocontrol. La mano del castaño sube lentamente por el muslo del menor, dando unos leves apretones por el camino mientras susurra en su oído —Shh sabes que me encanta tu voz, pero ahora mismo necesito que lo retengas cariño, juro que será rápido… tras decir eso, baja la cabeza hasta la zona del cuello contrario para empezar a dar unos pequeños lametones mientras con su otra mano mete los dedos en su boca, así ahogando los gemidos que se le escapaban al ojivioleta —Ngh~ Mmph~ —gemidos ahogados por los habilidosos dedos del mayor mientras los besos en el cuello del menor se intensifican pasando a mordiscos que más adelante dejarán una marca notoria, la otra mano del ojiverde sube lentamente hasta el pecho del menor acariciándolo levemente por encima de su camiseta. La mano que estaba en la zona del pecho se mueve sacando lentamente la camiseta del menor para darle un poco más de libertad para tocar su cuerpo, los jadeos del ojivioleta se intensifican un poco al sentir como las manos del moreno acarician levemente sus botones rosados que ya estaban un poco endurecidos por la excitación, los dedos del castaño dan una pequeña caricia circular tratando de molestar al albino. Viendo el estado del albino, el autocontrol del castaño está cada vez más cerca de romperse y mandar todo a la mierda, pero sabiendo aún la situación en la que estaban trataba de contenerse de adentrarse en el ojivioleta, el más bajo solo podía hacer jadeos bajos y ahogados por los dedos del moreno mientras se aferraba fuertemente a los hombros de su pareja. Los mordiscos del mayor seguían el paso del cuello hasta llegar a la zona del torso, donde encamino su boca a uno de los botones rosados endurecidos, dando unas pequeñas lamidas, mientras con la mano retorciendo el otro, el albino simplemente daba jadeos ahogados sintiendo como su cuerpo se estremecía con todos los estímulos que le daba a su cuerpo. Después de estimular los pezones del menor, el castaño vuelve sus besos y mordiscos al cuello expuesto de su pareja mientras su mano vuelve en dirección a sus muslos para aprovechar el masoquismo de su novio y apretarlo a su antojo. El ojivioleta no pudo evitar mover sus caderas en contra del cuerpo del castaño al sentir como el mayor aprieta su muslo —Joder Hidan si sigues moviéndote de esa manera no seré capaz de controlarme… —gruñe el castaño roncamente en el oído del menor, lamiéndolo y aumentando la fuerza de su agarre. Hidan mueve sus caderas aún más, sintiendo las dos erecciones a través de sus pantalones, haciendo que el castaño de un leve jadeo sacando la mano de la boca del menor para posicionarla en sus caderas e inmovilizar el movimiento descarado de su novio —Te gusta jugar con fuego, ¿verdad? Sé cómo te encanta quemarte en estos juegos, pero esto es serio, así que ponte serio si no quieres que te folle hasta que tus piernas dejen de andar —gruñe de nuevo cerca del oído contrario dando un toque agresivo sabiendo lo mucho que le pone al ojivioleta cuando le habla así. El ojivioleta asiente levemente sonrojado hasta las orejas por la anterior “amenaza” del mayor —Buen chico ahora hazme el favor de cerrar esa bonita y sucia boca —susurra cerca de sus labios apretando los muslos como advertencia. El albino asiente de nuevo cerrando la boca por insistencia del mayor, Kakuzu sonríe con satisfacción al ver como su novio acata sus órdenes sin ninguna objeción mientras se adentra en el espacio del cuello del menor dando unos pequeños besos húmedos, sus manos suben por los muslos del menor hasta llegar a la zona de la entrepierna dando unos ligeros toques con sus dedos a través de los pantalones, el albino da unos pequeños gemidos bajos al sentir el ligero toque provocativo del mayor, se notaba las ansias del ojivioleta por ser reclamado por el castaño aunque la situación en la que estén no les permita hacer todo el ruido que querían. Los dedos del ojiverde van al dobladillo de los pantalones del menor acariciando levemente la parte de sus caderas mientras baja lentamente los pantalones del albino, su boca sigue en el cuello dando mordiscos y lamidas, Hidan solo daba más gemidos ahogados ahora por sus propias manos que cubrían su boca y su cuerpo sumido en el placer de los toques del castaño. Mientras Kakuzu bajaba los pantalones del menor con su otra mano, acariciaba y apretujaba el redondo trasero del ojivioleta, el mismo sabía que aunque esta no fuera de las mejores situaciones, igualmente la adrenalina de estar en peligro les ponía muy caliente a los dos por igual potenciado por el estrecho y la oscuridad del lugar que hacía todo más morboso en vista de ambos hombres. El albino echa la cabeza para atrás dejándole más acceso al mayor para mordisquear su cuello —Te gusta que reclame de esta manera tu cuello, ¿verdad? Sé muy bien donde están tus partes más sensibles —susurra en la oreja del menor mientras sus manos juguetean con su trasero apretándolo por encima de los boxers. Los dedos del castaño bajan ligeramente hasta la entrada del menor, acariciándolo levemente sobre los boxers molestando así al albino —M-maldita sea Kakuzu —tartamudea, el ojivioleta un poco ansioso por el toque del mayor, el ojiverde solo sonríe de forma burlona viendo cómo se retuerce y gime en busca de atención. Un estruendo fuerte hace que los dos hombres perdidos en la pasión del momento vuelvan en sí, haciendo que el castaño rápidamente calle al albino poniendo su mano en su boca, quedándose quieto por unos momentos tratando de analizar la situación, el albino mueve las caderas ligeramente rozando su entrada en la erección del mayor a través de la ropa —M-mierda Hidan necesito que te quedes quieto por unos segundos —gruñe el castaño tratando de calmar la situación agarrando firmemente del albino para que no se moviera más de lo necesario. Después de unos segundos los ruidos del exterior disminuyeron dando a entender que estaban de nuevo a salvo por ahora, el castaño rápidamente levanta al albino agarrándole por el trasero y empieza a atacar sus labios de nuevo fluyendo la pasión que se cortó hace unos momentos el ojivioleta rodea sus brazos alrededor del cuello de su pareja para intensificar el beso dando paso a sus lenguas explorando la cavidad bucal del otro. Las manos del castaño empiezan a bajar hacia los boxers del menor dejándolo desnudo ante él, empieza a masturbar al albino dando unos movimientos de arriba hacia abajo mientras se concentra en besarlo para no dejar escapar sonidos explícitos que puedan alertar a la horda. Los movimientos del castaño solo hacían que jadeos ahogados salieran del menor, sintiendo como las manos del mayor bombeaban su miembro después de tanta molesta espera de ser tocado —A-ah~ Ngh~ K-Kakuzu~ —gime el menor sin darse cuenta haciendo un poco de ruido alertando rápidamente al mayor tapándole la boca al instante con su otra mano. El ojiverde se muerde los labios ligeramente al ver el rostro placentero del menor, moviendo su mano más rápidamente, queriendo tener al albino a su merced, pidiéndole piedad para que siga tocándole —Joder, me vas a volver aún más loco —susurra mordiéndole el cuello, las piernas del menor temblando de placer notando como se le debilitan termina apoyándose en la pared. El albino se aferra en los hombros del mayor escondiendo su rostro en la zona de su cuello, mientras el castaño sigue masturbando al menor de forma rápida, haciendo que al ojivioleta se le escapen unos jadeos cerca del oído del mayor —K-Kakuzu~ S-si~ M-más p-por favor~ —los gemidos del menor son escuchados perfectamente por el ojiverde dando un pequeño quejido de molestia —Mierda cállate no podemos hacer ningún ruido y menos con tu voz aguda dando esos gemidos ruidosos —gruñe sintiendo como el bulto de sus pantalones le empieza a doler. A regañadientes el castaño hace caso al menor bombeando aún más rápido su miembro haciendo que el menor se retuerce, un poco de líquido preseminal se escapa del ojivioleta y él empieza a notar como está a punto de llegar a su clímax soltando gemidos de placer —A-ah~ s-si~ ngh~ K-Kakuzu~ m-mierda s-si sigues a-así v-voy a terminar por correrme~ —los jadeos del albino se mezclan con tartamudeos un poco delirantes del placer sintiendo como su cuerpo está a punto de liberarlo. El castaño al notar lo cerca que está el albino de llegar al orgasmo detiene sus movimientos en el aparato del menor y con su pulgar detiene cualquier método para que Hidan se corra —Kakuzu ¿por qué te detienes? —se queja al sentir como el castaño detiene sus movimientos, el ojiverde solo le mira de forma seria y se acerca al oído del albino —¿Quién ha dicho que tengas permitido correrte? —susurra de forma agresiva dándole una leve nalgada —Suplícame. —gruñe el castaño en el oído del ojivioleta moviendo su mano ligeramente para lograr su cometido. Hidan se muerde los labios ligeramente tratando de no caer en el juego de su novio, pero sus ansias de correrse hacían que no pudiera aguantar mucho tiempo de esa forma —K-Kakuzu por favor —murmura el menor, evitando el contacto visual del mayor —Por favor... ¿Qué? —gruñe el ojiverde y con una mano gira la barbilla del albino para obligar a mirarle —¿Qué quieres? —susurra el castaño de forma seductora molestando al albino jugueteando con la entrada del menor con su dedo índice. Para tener al menor como él quería, el castaño empezó a presionar su dedo índice en la entrada del menor, amenazando con entrar mientras su otra mano en el miembro del albino se mueve lentamente, llevando al límite del autocontrol del ojivioleta —¡E-está bien! ¡Tú ganas! P-pero sigue por favor t-te lo suplico… —suplica el albino retorciéndose necesitado de atención —Por favor… ¿Qué? —vuelve a repetir el castaño acariciando la punta del miembro del menor con su pulgar —¡M-maldita sea d-déjame correrme de una vez! —grita en un susurro, rápidamente al oír eso el mayor decide adentrar uno de sus dedos en la entrada del menor haciendo que de un salto de sorpresa al sentir la intromisión de uno de los dedos largos del castaño dando unos leves jadeos de placer y sorpresa. El dedo del mayor se movía dando leves círculos mientras con su otra mano retoma el acto de masturbar al ojivioleta —Oh~ K-Kakuzu~ s-si~ p-por favor no te atrevas a parar de nuevo~—gime el albino en el oído del mayor, el castaño solo aumenta sus movimientos deleitándose con el cuerpo del menor siendo sometido ante él, sin avisar adentra el segundo dedo en la entrada esta vez haciendo un movimiento de tijeras abriéndola. En el exterior ya no había sonidos de ningún tipo, solo un lugar vacío y destrozado después de una gran horda de zombies, lo único que se podía distinguir en el silencio del lugar era el pequeño armario donde estaban nuestros protagonistas en su momento íntimo, sigamos en la pequeña estrechez y oscuridad del espacio mientras el castaño seguía dándole placer al menor con dos dedos en su entrada y su otra mano en su miembro bombeándolo rápidamente, los gemidos de Hidan inundaban ese pequeño espacio mientras el moreno se siente ligeramente adolorido de la entrepierna a causa de la ropa. El cuerpo del albino tiembla del placer sintiendo como su orgasmo vuelve a estar a punto de liberarse —SI~ KAKUZU~ SI~ a-ahora si v-voy v-voy a~ —gime en voz alta haciendo que los movimientos del castaño se vuelven aún más rápidos —Si córrete para mi bebe… —gruñe el ojiverde metiendo el tercer dedo dentro del menor y dando unos últimos movimientos con su mano haciendo que el ojivioleta llegue a su ansiado orgasmo corriéndose en la mano del moreno. Hidan da unos leves respiros sintiéndose un poco exhausto por todo el placer acumulado, sintiendo como el castaño saca sus dedos de su interior, da un leve suspiro sintiéndose vacío —Has sido bastante ruidoso, tienes suerte de que la horda se haya ido —dice el mayor dando un tono más alto acorralando al menor en la esquina del armario levantando su barbilla para mantener el contacto visual —¡E-es tu culpa! ¡Eres tú el que me ha empezado a tocar! —se queja el menor con un ligero sonrojo en su rostro apuntando al mayor con el dedo —Tú fuiste el que empezó a gemir —gruñe el moreno acercando su rostro al del ojivioleta —¡P-pero como quieres que no gima si me tocas de forma lasciva! —vuelve a quejarse apuntando aún más al mayor alejándole un poco de su cuerpo —Cállate Hidan. —demanda el moreno agarrando las manos del albino y poniéndola encima de su cabeza para inmovilizarlo. Kakuzu agarra las manos del albino y los dirige a su entrepierna para que el albino sienta el bulto del mayor —Tú ya has tenido tu momento, ahora cállate y ponte en cuatro. Ahora. —ordena el ojiverde de forma dominante sabiendo como le pone de caliente al albino que le hable de esa forma —S-sí… —susurra el menor asintiendo ligeramente sonrojado. Mientras el menor buscaba una forma de ponerse como el mayor le había indicado, Kakuzu ya se estaba quitando los pantalones junto a los boxers dejando al descubierto su erecto miembro de 30 CM y se acariciaba levemente preparándose para adentrarse y follar al albino —E-esto Kakuzu este lugar es muy pequeño para ponerme en cuatro —tartamudea el albino tratando de no fijar la vista en el enorme falo de su novio. El castaño gruñe como respuesta y agarra las caderas del menor bruscamente y posiciona su miembro en la entrada del menor, rozándolo ligeramente —¿Estás preparado para que te folle de una maldita vez? —susurra en su oído lamiéndolo, el albino como respuesta solo gime sintiendo como su propio miembro se endurece por segunda vez. Y sin esperar ni un segundo más, el castaño se adentra lentamente en el ano del menor, dando unas pequeñas embestidas y después esperando hasta que el albino se acostumbre teniendo al moreno dentro de él —M-mierda estás tan estrecho como la primera vez que te follé —jadea el mayor sintiendo las estrechas paredes anales del menor presionándolo —A-avísame cuando pueda moverme, no quiero lastimarte bebe —susurra el ojiverde en el oído del albino mientras con sus manos se movía hacia el pecho para estimular sus pezones y dejar de lado el dolor. Pasados unos cuantos minutos Hidan mueve levemente sus caderas como aviso de que el mayor ya podía empezar a moverse y así sin esperar más el moreno empezó a dar unas leves embestidas dejando al menor contra la pared —O-oh mierda tu interior se siente tan jodidamente caliente —jadea el ojiverde empezando a aumentar las embestidas mientras empieza a morder el cuello del menor —A-ah~ K-Kakuzu~ s-si~ hacía tanto tiempo que no teníamos este tipo de intimidad~—gime de placer sintiendo como la polla de su novio abría su interior aún más, la pasión del momento era más intensa y desesperada por el tiempo de abstinencia que habían tenido los dos hombres al resistirse tanto sin darse placer por la culpa de la situación de los zombies. Las embestidas del moreno se vuelven aún más intensas y rápidas a medida que avanza el tiempo, los gemidos del menor se oían incluso desde fuera del pequeño armario y también los sonidos de aplausos que se daban por los dos cuerpos chocando rítmicamente sin parar —A-ah~ o-oh~ joder K-Kakuzu~ s-si~ p-por el amor de J-Jashin~ s-se siente tan bien~—jadea en alto sin miedo a ser escuchado. Kakuzu agarra la pierna del menor y lo alza para poder llegar más profundo, dando unas embestidas más rápidas y esta vez aún más profundas, se podía ver explícitamente como la polla del moreno salía y entraba de la estrecha entrada del ojivioleta haciendo que el cuerpo del menor de unos leves saltos —Joder si… grita mi nombre… que aprendan quien es el dueño de este precioso cuerpo —gruñe el castaño dando una fuerte nalgada mientras sigue embistiendo sin piedad sus bolas chocando con el trasero del albino ahora un poco rojizo por las bofetadas —¡AH~ K-KAKUZU~ SI~ AHÍ JUSTO AHÍ~! —grita de placer sintiendo como la polla del castaño llega a tocar su próstata haciendo que el mayor de una sonrisa orgullosa —¿Entonces es justo ahí no? He encontrado tu punto —gruñe dando fuertes embestidas en ese punto que hacía al albino delirar de placer y a gemir incontrolablemente. Los cuerpos sudados de ambos hombres siguen moviéndose con velocidad y fuerza dejando todo el lugar caliente por la temperatura de sus cuerpos chocantes —Joder podría follarte toda la jodida noche sin cansarme… —gruñe moviendo sus caderas sin disminuir la velocidad de sus embestidas sintiendo como el orgasmo de ambos hombres estaba a punto de liberarse —SI~ KAKUZU~ MÁS~ SI~ OH POR JASHIN~ —grita aún más alto de placer sintiendo como su próstata es presionada una y otra vez por la polla de su novio mientras se masturbaba a sí mismo para poder crear una conexión más placentera. Solo eran ellos dos, hacía ya rato que se habían olvidado que estaban huyendo de una horda hambrienta, consumidos por su propio placer unas cuantas embestidas más fueron suficientes para que los dos hombres se corrieran al mismo tiempo, el castaño dentro del menor y el albino manchando la pared del pequeño armario, el moreno sale del interior del menor viendo como su líquido se escurre por las piernas de su novio —A-ah e-eso fue genial… —susurró el ojivioleta sintiendo como sus piernas fallaban y se caía siendo rápidamente agarrado por el ojiverde —Sí, pero debemos salir de aquí… limpiémonos en un lago cercano y volvamos a ponernos la ropa —murmura el moreno poniendo la ropa en la mochila y levantando al albino en estilo nupcial —Será mejor que descanses un poco —susurra dejando que el menor se duerma en sus brazos.
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