Cuarta Muchacha
17 de septiembre de 2025, 19:10
A Elsa le falto tiempo para buscar la casa donde vivía Sol,la Tercera Muchacha,como en la novela de Agatha Christie.
Lo tenía que saber todo de ella,ya sabía que era una emo,lo cual le ponía las cosas aún más difíciles,a esta gente se la podían encontrar cualquier día en la cama,con un traje victoriano,un bote de pastillas vacías,y un poema a un amor imposible,como los malditos versos que se había encontrado ella.
¡Joder!Eran como para volverse emo ella también,tristísimos,deprimentes,pero de una belleza superlativa.
Aquella pobre chica,llevaba años al borde de un precipicio,aguantando solo por poder ver a Cata todos los días,si ella se la quitaba,se acabó.
La intrépida skater y okupa,ex-pija,empezó a sentir un miedo sordo,el egoísmo de su amor por Cata,Sol a la que apenas conocía al borde del precipicio,la muerte disfrazada de amor adolescente.
Tras orientarse con la guía de teléfonos,que tenía tirada por el Laberinto,llegó a una mansión en la calle Claudio Coello,era imponente,saltó las vallas de pinchos sin dificultad,y acarició a los doberman.El ser okupa te enseñaba muchas cosas útiles en la vida.
La puerta principal estaba entornada.
Qué raro,pensó.
Entró en la casa,la decoración era suntuosa,cuadros,bargueños,jarrones chinos,un piano de cola,objetos de oro y plata,y una monumental escalera.
Se hubiera oído un alfiler al caer,el silencio era sepulcral.
Su instinto le decía que el cuarto de la emo estaba en la buhardilla,esta gente siempre aislándose y cayendo por el embudo.
Había acertado,en la buhardilla una habitación con dos pesadas hojas de roble,también entreabiertas.
Aquello no le gustaba un pelo,pero su valentía en la vida le hacía llegar siempre hasta el final.
En cualquier caso no estaba preparada para el espectáculo que le esperaba.
Una chica con un traje victoriano,tumbada en la cama,inmóvil.
Elsa se acercó un poco más y distinguió un bote vacío de optalidones en la mano de la chica.
Hay que joderse con la emo.
Por primera vez en su vida sintió pánico,un pánico paralizante,pero rápidamente reaccionó,como cuando tenía que provocarle el vómito a un colega en una rave,y evitarle el coma etílico.
Se colocó encima de Sol,la abofeteó.
-¡Mírame!¡Mírame te digo!
La cosa era seria.
Metió los dedos hasta el fondo de la garganta.
Y la chica reaccionó,la llevó corriendo a un cuarto de baño que había entrevisto al salir,levantó la tapa del water,y ahí que se fueron todos los poemas cursis,las cuchillas, las pulseras y la autocompasión.
Le limpió la boca con un kleenex,abrió el grifo del agua fría y la desnudó a toda prisa.
Le llamó la atención la palidez de la piel que contrastaba con el oscuro de su cabello y de su pubis.
La introdujo a toda prisa en el agua y bajó a la cocina.
-¡Hielo!¡Hielo!¡Joder!
Era una nevera gigantesca y tenía una de esa virguerías que fabricaba hielo.
Tras múltiples viajes,Sol,quedó semienterrada en hielo,cuando abrió los ojos,Elsa vio dos preciosas lagunas negras.
Sacó a Sol de la bañera y la frotó con un albornoz,como no,negro,la recostó en la cama,abrió el armario,y empezó a ponerle mantas y mantas a Sol,como los colchones de la princesa del guisante.
Sol empezó a respirar acompasadamente, Elsa no pudo resistir la tentación de peinarle los cabellos,y besarla en la frente.
Bajo la almohada encontró la foto de una chica rubia y bronceada de unos dieciocho años,desde luego mayor de edad.
Esto explica,un amor de verano,un crush no correspondido,el descenso de Sol a los infiernos emo,pensó Elsa.
Llevaba mucha más razón de lo que pensaba,devolvió a la rubia debajo de la almohada,sí que estaba buena,sí,y se centró en la pobre Sol.
Estuvo hasta la madrugada,sentada cuidándola,en cuanto oyó a la asistenta entrar en el piso,salió por la puerta trasera,saludó a los doberman y saltó la valla.
Su mente era un caos,Cata y Sol,Sol y Cata,el día y la noche,la noche y el día.
Hubiera dado la vida por cualquiera de las dos,solo pudo musitar una frase mientras volvió al Laberinto,con el fresco viento veraniego de Madrid en la cara,como todos sabemos en Madrid la brisa está prohibida por ley.
Solo salió de sus labios su frase característica,que en este caso cobraba para ella una sensación religiosa,cósmica,de profunda angustia.
¡Estoy bien jodida!