Marta y Fina

Sol estaba tumbada en la cama de su habitación,todas las paredes empapeleadas de Weeping Angels Victorianos,Elizabeth Barret-Browning,Virginia Woolf,Sylvia Plath Alineadas en unos tubos,centenares de pulseras,encondidas en el cajón de la mesilla las cuchillas de afeitar. Había sido emo desde pequeña,un sentimiento de nostalgia,que derivó en depresión mayor,se negaba a comer,a ir al colegio,iba desaliñada. Sus padres hartos se iban de viaje,y la dejaban sola. La espiral autocompasión,miedo,depresión,estaba alcanzando cotas alarmantes,para las cuales los caros psicólogos que le pagaban sus padres eran inútiles. Su única razón de vivir era Cata,luz arco iris,simpatía,pureza. Como una tonta había dejado el poemita en la chaqueta del uniforme del colegio en la Thrift Shop, encomendándose a la serendipia. Algo le había llegado del escándalo del premio. ¡Bien,por Cata! Pero eso lo ha hecho en plan amiga,y nada más,seguro que tiene novia. Sol comenzó a llorar. Sin Cata no era nada,y tenía pensado desparecer,sus padres,las monjas,las pijas blandas como la pasta flora,enmudecerían. Sol no se daba cuenta de que se estaba metiendo en un embudo del que no se sale.