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Como esperó, su plan funcionó para causar desorden en la clase de Vuelo, lo malo fue recibir un regaño a solas de parte del Profesor Vargas por estar encantando escobas poniendo en peligro a los demás estudiantes. Como castigo lo mantuvieron después de clases para limpiar el campus completo y por si fuera poco arreglar las herramientas de clase de Educación Física en ese tiempo donde podía ir con tanta libertad al invernadero a tomar una siesta. La culpa ¿De quién era? De ese maldito pájaro “falso” que se la pasaba jugando a ser el santo con los otros, su título de príncipe tenía a los demás cegados. Eso debía ser, Leona no podía estar mal ni se dejaría caer por esos encantos falsos de sonrisas y risas dulces. Debía haber algo oculto detrás de esa “cara bonita” del condenado príncipe Aviario, de seguro cuando menos lo esperaran él les pediría algo costoso a cada uno de ellos y sería cuando Leona se riera de todos en sus caras por tener la razón. Solo necesitaba sacar ese “lado” de Haul a través de pequeños empujones, pero no cedía el chico, ni los Profesores entendían sus intenciones. Eso ya lo estaba cabreando más de la cuenta. —Todos se creen ese cuentito de niño bueno, tch— apretó su quijada al dar la vuelta al corredor— Solo es otro más del montón, es un niño mimado ¿Qué es tan atrayente? ¿Les atrae su fachada de “princeso” en problemas? ¡Idiotas! Como si el mundo lo estuviera poniendo a prueba para saber qué tanta paciencia tenía, cuan alto fuera su control, ahí frente a él estaban ellos. Haul hablando con una sonrisa gentil en su rostro junto a Ruggie, ese chico lobo de primer año, el de Heartslabyul y al parecer otro chico de primer año. No recordaba los nombres, solo le importó uno. Sin frenar sus pasos, tomó más velocidad en su andar casi caminando a prisa quitando de su paso a otros estudiantes que salían de sus clases. Ya tenía suficiente de esa maldita sonrisa “arrogante” llena de “farsa” para ganarse el favor de los demás sin una pizca de esfuerzo por ser alguien “real”. El grupo de cinco detuvo su plática cuando Haul sintió un aura asesina acercándose a una rapidez increíble, sus instintos de supervivencia se activaron de golpe esquivando la mano que iba directo a su hombro para hacerlo voltear. Ruggie y Jack se alejaron de inmediato cuando la imagen iracunda de Leona apareció en su campo de visión, Cater jaló del brazo a Reser cuando Haul esquivó otro agarre caminando de espaldas hacia el centro del jardín principal. Leona gruñó de rabia lanzando el manotazo para tomar de donde fuera al aviario, cuando sonrió al tener la manga de su abrigo entre sus dedos, Haul giró sobre sus talones quitándose el abrigo sin siquiera levantar sus manos. El león afiló su mirada al momento. —Cerebro de pájaro, ya me tienes harto de verte la cara cada maldito día— Leona lanzó otro manotazo rozando con la quijada de Haul— Eres solo un hipócrita jugando ¡Yo le daré fin a eso! —¿Acaso te escuchas antes de bramar, león? Haul sonrió en desafío disfrutando de como el Líder del Dormitorio solo conseguía agarrar el aire, se inclinó hacia atrás cuando vio como el otro lanzaba una patada con intención de golpear su costado. De forma grácil el aviario se tiró al suelo rodando a un lado para levantarse con un solo movimiento de su pierna, en un parpadeo su figura estaba ya doblada esquivando un puñetazo, Leona al sentirse cada vez más frustrado no lo pensó mucho ni las consecuencias. Comenzó a conjurar parte de su Magia Única en su mano, sonriendo con algo de locura al tener una vista clara de la espalda de Haul. —¡Ya tuve suficiente de ti! Con un empuje solido golpeó la superficie, al abrir los ojos vio como un árbol enano era desintegrado en arena. Miró a los lados buscando al chico de ojos celestes, de reojo vio la sonrisa confiada del chico dando un salto en el aire. Eso iba a doler. Usando el latigazo del salto, Haul enroscó sus piernas alrededor de los hombros de Leona dando una vuelta tirándolo de espaldas al suelo, el chico se zafó al segundo dándole una patada en el costado al león. Así cuando el Líder se dio la vuelta por la sensación de asfixia, Haul apoyó una rodilla a la altura de la nuca con su mano izquierda torciendo el brazo de Leona. Con su pie libre pisó el omóplato derecho sometiendo al león rabioso en un movimiento elegante, rápido y sin causar heridas severas como hubiera sucedido si el aviario se defendía realmente. Solo lo sometió. El resoplo divertido del aviario golpeó el cabello castaño del león, Leona miró de soslayo a Haul con ese coraje guardado. Había subestimado la fuerza de ese hijo de mierda, no era solo un niño de porcelana bonito en la repisa más alta de la casa. Sí sabía cómo someter a depredadores más grandes a él. —¿Atrapado, león? —Quítate… de mi espalda… ¡Ave de rapiña! —¿Ave de rapiña? Apenas y me siento irritado por eso— Haul apoyó su mejilla sobre su mano libre alzando las cejas— ¿No se supone que eres fuerte y poderoso como cazador nato? Te acaba de taclear una “mísera” ave. —¡ …Tú! Ruggie dio la risotada al ver a Leona obteniendo una probada de la fuerza bruta que existía en ese cuerpo delgado del aviario, la hiena lo descubrió un día cuando Haul alzó por si solo dos cajas con snacks sin ayuda. Se veía delgado sin tanto musculo, pero la fuerza estaba ahí. Jack solo se quedó impresionado de ver ese agarre tan afianzado del aviario, eso era una sorpresa grata de poder controlado. Reser y Cater mantuvieron sus bocas abiertas de asombro. —¡Por los Siete Grandes, joven Akarrava, joven Kingscholar! Cada uno de los estudiantes que miraban la situación también miraron al dueño de la voz, en menos de un segundo ya estaban desalojando la zona. —Vámonos, vámonos, no quiero ser castigado por no intervenir. —¡No vamos a dejar solo a Haul! —¿Entonces también quieres una sanción, Reser? —¡Corran! Los cuatro se desaparecieron por el momento para no quedar en la mira del adulto responsable, así Haul se quitó a tropezones de encima de la espalda de Leona arreglándose el uniforme como si eso fuera a quitar el hecho de haber ocasionado una pelea en el patio. El león se sacudió al sentarse mirando con esa mueca al Profesor. —Profesor Trein, lo siento mucho, es que él llegó y me lanzó el primer golpe… —¡Esa no es excusa para semejante actitud, joven Akarrava! Están en una escuela, no en un corral para estar lanzándose zarpazos y aleteos desenfrenados, aquí son estudiantes no bestias. Trein bajó a Lucius al pasto para poder mirar a los dos chicos de tercero con el ceño fruncido, más cuando Leona se levantó ladeando su cabeza a un lado con fastidio. —¡Y usted, joven Kingscholar! Es el mayor aquí, perder los estribos de esa forma delante de tantos chicos jóvenes no es la imagen que debe dar ¡Ambos son príncipes de linajes importantes! Compórtense como tal. —Sí, sí. Se supone que sí, pero él empezó primero. —¡¿Yo?! ¡¿Disculpa?! —¡No, no te disculpo! Llegaste a esta maldita escuela como quien manda aquí, aparte de intentar adueñarte de MI Dormitorio ahora también te robas la atención de todos fingiendo ser una damisela en apuros— Leona le señaló con el índice controlando su rabia por poco— ¡Eres un cáncer, Akarrava! Debería de romperte esa cara de “niño tierno” para revelar al monstruo que escondes. —¡Kingscholar! — el grito del Profesor Trein quedó en segundo plano cuando Haul se paró derecho viendo de forma asesina a Leona. —¡Yo no vine aquí a tomar nada tuyo ni de nadie, solo vine a ver el mundo! Quedar en el mismo Dormitorio donde tú estabas fue pura coincidencia, sí me lo hubieras pedido como alguien civilizado desde un inicio habría accedido a cambiarme de Dormitorio ¡Pero hiciste un circo mandándome a tus lacayos primero y luego tú! —¡Hasta aquí! Leona se lanzó de nuevo contra Haul agarrándolo por los hombros, el aviario grazno en coraje empujando al otro, como dos bestias depredadoras se lanzaron gruñidos de rivalidad. Trein sacó su propio bolígrafo de Profesor usando magia para separar a los dos, con una mirada severa se puso en medio de esos dos chicos. —¡SUFICIENTE! Los dos quedan suspendidos de mi clase por una semana, y también limpiaran la Biblioteca este fin de semana, desde punta a punta. Sin magia. Si no está limpia para el lunes a primera hora de clase los reprobaré en conducta a ambos en este periodo ¿Quedó claro? Trein esperó solo unos segundos viendo a cada chico, los dos estaban muy concentrados viéndose a los ojos con miradas iracundas. El Profesor aplaudió varias veces tronando sus dedos en impaciencia, esas actitudes de machos alfas buscando quien era el que tenía más orgullo inflado le estaba cabreando al adulto. —¡Dije que sí quedó claro! —Sí, Profesor Trein. Los dos contestaron al mismo tiempo, cada uno de diferente forma por la fuerza de sus mandíbulas apretadas y el coraje hacia el otro. Trein asintió firme mirando a los dos antes de empujarlos a lados contrarios para que se fueran, apuntándole a Leona sobre si iba a perseguir a Haul en algún momento del día o de las siguientes semanas entonces el reprobado sería solo Leona. Haul caminó sin prisa ni remordimiento, al dar la vuelta en el camino para entrar por el corredor lateral se encontró con esos cuatro rostros curiosos, de inmediato relajó su expresión. —¿Y bien? ¿Aún podemos ir a la cafetería todos juntos? Haul se rió al ver los ojitos brillantes de Cater esperando un “sí” como respuesta por parte del aviario. Con una sonrisa aliviada, Haul dio una afirmación sacando gritos alegres de los demás, ahora no solo serían ellos cuatro. También iría el otro chico de primer año a la salida, mientras más, mejor.Viernes alocado
20 de septiembre de 2025, 14:51
Leona se adelantó a los demás cuando escuchó como el grupo de 3°B salía a la clase de Vuelo, con una excusa concreta de salir al baño se escurrió entre los pasillos hasta llegar a la bodega donde guardaban las escobas voladoras. Dudaba un poco en si Haul usaba una debido a sus alas naturales, con esos permisos dados por el mismo Crowley de hasta saltarse años escolares, capaz también le dejaba usar sus alas para hacer las clases de Vuelo y de Educación Física. Sería más efectivo un hechizo de atracción de objetos cercanos, así se le pegarían las escobas a su cuerpo haciéndolo tropezarse en el aire para caer al suelo.
—“Madera que se tuerce y obedece, cuando las alas se acerquen vuélvete un imán y pégate a ellas”
Leona lanzó el hechizo a las escobas cerrando las puertas de la bodega, chifló despreocupado yéndose de ahí a paso perezoso con las manos en sus bolsillos del pantalón, la sonrisa felina se alargó al escuchar los pasos del grupo de 3°B acercándose liderados por el Profesor Vargas.
Haul escuchaba la explicación de Cater sobre las direcciones a tomar cuando salieran de la escuela, el pueblo era muy grande abarcando casi la mitad de la Isla de los Sabios. Para alguien nuevo en el mundo real como el aviario sería una ciudad entera, para alguien proveniente de una ciudad real era solo un pueblo grande. Idia le dio al chico ave su tableta junto a su celular por confianza para mantenerlos intactos como en cada clase de Vuelo, tal cual supuso Leona, en las clases de Vuelo y Educación Física no era necesaria la participación de Haul por su anatomía original de aviario. No necesitaba que un humano le dijera como volar, él mismo sabía cómo volar desde la cuna y con una agilidad nata.
—¡Muy bien muchachos! Agarren las escobas y a volar— Vargas se giró señalando a Haul con esa sonrisa orgullosa respetuosa— Mientras tú, Akarrava, ya sabes. Atento por si alguno de estos patosos se cae de cabeza en plena clase, tu eres mi seguro de vida en caso de algún accidente estudiantil.
La risa atronadora del Profesor le sacó un chillido a Idia al escucharlo muy cerca, Cater solo se sobresaltó tirando su celular al pasto sacándole un grito real de preocupación con posible infarto, logró revisarlo antes de que las manos del Profesor se lo quitaran dándole un regaño por estar usando el teléfono móvil en plena clase. Y más en una clase tan importante como esa.
—¡¿Listos?! Arriba ¡A volar!
Haul se sentó en la barda donde colocaba Vargas algunas cosas para la clase, a veces se lanzaban pelotas de goma para probar los reflejos de los estudiantes, a veces eran aros mágicos para practicar la agilidad y control sobre las escobas, y el otro ejercicio donde Haul casi siempre intervenía al ver a un alumno caer. Dominio sobre la escoba de forma correcta para moverse a grandes alturas, algunas veces las escobas se ponían locas y tiraban a los estudiantes por cualquier razón, ahí el aviario alzaba vuelo atrapando a sus compañeros para bajarlos a tierra. Como solo podía sacar sus alas debía ser rápido para atraparlos en al aire sin lastimarlos por el tirón, eso le ayudaba a practicar sus propios reflejos y fuerza, ya con su rutina de estiramientos nocturna ahora podía cargar a cuatro chicos a la vez.
En el tiempo fuera se la pasaba pensando en sus tareas escolares pendientes, ya había entregado a Crewel el cuaderno a primera hora de la mañana, la tarea de Arte estaba terminada, la clase de Astrología era la última alcanzaba a pulir su tarea un poco. Solo le faltaba la tarea de Música, algo sobre analizar ciertas canciones nativas del norte del Valle de las Espinas. La idea era ir a preguntarle a Lilia o Malleus sobre eso, pero no los había visto en el transcurso de la mañana, el idioma de los fae era complicado para alguien que solo conocía lenguas muertas de su lado del mundo. Esos eran los detalles que le hacía lanzarle insultos a los ancianos Aviarios del Concejo, por su culpa y la tradición de mantener la sangre pura de los aviarios se perdían de muchas cosas y variedad, eran uno idiotas.
Así como el Rey y Zakary.
—¡Akarrava, a las cuatro!
La voz atronadora de Vargas hizo un click en la memoria muscular del chico de ojos celestes, con una rapidez tersa dejo los celulares de sus compañeros a un lado al segundo de lanzarse a su derecha, sus alas salieron sin tanto problema gracias a las modificaciones de su camisa del uniforme de educación física. Igual a la punta de una flecha atrapó al chico en el aire girando con la intención de ir a regresarlo al suelo, lo que ninguno de ellos esperaba era ver como las dos escobas cercanas a donde Haul había volado se fueran directo hacia él. Vargas hizo sonar su silbato para llamarle la atención a esos dos chicos, uno de Pomefiore y otro de Scarabia.
—¡¿Qué creen que hacen?! ¡Elévense ya, van a lastimarse!
—¡Mi escoba no me hace caso!
—¡La mía tampoco, esta poseída por algo!
Haul viró en el aire sujetando con fuerza al chico de Octavinelle en brazos, cuando vio como las escobas seguían pisándole los talones, pensó en menos de un segundo. Con un vuelo veloz cayó en picada extendiendo sus alas a pocos centímetros del suelo, descendió su velocidad para dejar al chico sobre el pasto algo torpe virando a otro lado para no dejarlo en la línea de las otras dos escobas.
Vargas dio otro silbatazo para hacer bajar al resto del salón, Haul miró sobre su hombro midiendo la distancia entre él y las escobas, ascendió en círculos logrando hacer que las escobas tiraran a los dos chicos. Con eso el aviario dio una vuelta abierta grande para ver que las escobas por si solas lo seguían a él, mientras no lo alcanzaran podía ir por los chicos.
—¡Por los Siete Grandes, Haul!
El aviario le dio una mirada rápida a los demás en el suelo, descendió en picada creando un zigzag envidiable tomando a uno de los chicos con su brazo derecho. El otro extendió su mano abrazándose del costado de Haul cuando sintió el tirón del agarre del ave rapaz, con otra vuelta abierta los dejó en el pasto rodando por la fuerza del impulso anterior. El aviario se alejó un poco para fingir que aterrizaba. Cuando las puntas de las dos escobas quedaron casi al ras de su rostro, giró sobre su talón toreando a los dos objetos que se clavaron al pasto en un sonido sordo aterrador. La respiración del aviario sonaba trabajosa por el esfuerzo de actuar rápido más de lo normal, sus ojos celestes miraron con el ceño fruncido los dos palos de madera tambaleantes.
Haul tocó el pasto con sus tenis extendiendo su mano a una de ellas, vio como la madera amenazó con romperse al doblarse con fuerza como si quisiera tocarlo a la fuerza, aunque eso fuera en un ángulo antinatural para la misma escoba. El aviario se alejó para no escuchar la madera romperse por la rigidez natural del material, la cabeza de pelo artificial cayó dando rebotes hasta quedar inerte a los pies de Haul.
—¡Akarrava!
El mencionado se giró al escuchar la voz autoritaria con preocupación del Profesor Vargas, con un séquito de estudiantes chismosos y otros preocupados de verdad por él siendo algunos de Savanaclaw. O de otros Dormitorios, en ellos iba Cater.
—Akarrava ¿Estás herido en algún lado?
—No, conseguí evadir el embiste a tiempo, las escobas se clavaron en el pasto con tanta fuerza que dudo pueda sacarlas yo solo.
—¿Qué sucedió exactamente?
Mientras Vargas y Haul hablaban de lo sucedido para dar el reporte a Crowley de comprar nuevo material mágico para las clases de Vuelo, Cater se acercó a la cabeza de la escoba en el pasto sacudiendo la tierra de las hebras. Vio polvo mágico en esta, no de ese normal que se le imbuye a la madera cuando se crea con intenciones de uso, sino magia de hechizo. Alguien le había ordenado a las escobas atacar a Haul en pleno vuelo sabiendo perfectamente que él no estaría montado en una, o a lo mejor sí, pero no sabía en cual, así que de forma fácil hechizó todas por si las dudas.
El nombre de ese león vino a la mente de golpe al chico con el diamante rojo en su pómulo, seguro era una de esas bromas que Haul le contaba a Cater en clases de la amenaza dicha por Leona hace unos días en Savanaclaw. Como a ese perezoso felino ya no le quedaban lacayos para hacer el mal, ahora él estaba en el juego, y no era tan limpio como esos perros.
Por suerte Haul era un habitante nato del aire, sino un accidente atroz hubiera ocurrido en plena clase y en pleno patio de Vuelo, si alguien resultaba gravemente herido ya quería ver Cater con que excusa salía Leona. Para la suerte de ese arrogante león no sucedió algo así.
La risotada de Vargas con el graznido de sorpresa de Haul sacó a Cater de sus teorías conspirativas.
—Akarrava, la próxima clase te conseguiré tu propio silbato o un reconocimiento por rescate aéreo— Vargas rodeó los hombros al chico con otra risotada casi tirando al suelo a Haul— ¡Dos rescatados en un solo vuelo! ¡Eso no se ve todos los días!
Con un empujón amistoso en su espalda, Vargas hizo a un lado al aviario para ir a revisar las escobas él mismo por si había alguna falla en su magia de control neutra o si eran reactivas a la presencia de Haul ese día por alguna razón. Su mirada se frunció al ver ese mismo polvo en una de las escobas, con un bufido profundo se giró para ver a los demás chicos que estaban alrededor de los dos afectados. Dio un pitido fuerte tan agudo capaz de romper una copa de cristal.
—Estás escobas tienen residuos de un encantamiento ajeno al normal ¡Si van a andar encantando escobas que sea en Magift y no en mis clases de Vuelo! ¡Causarían accidentes por estar de bromistas! — Vargas señaló a cada uno enfocándose en los de Savanaclaw por los rumores de hace un tiempo donde ellos estuvieron haciéndole la vida imposible a Haul.
—¡De seguro fue Leona senior!
Gritó uno de los chicos de tercero al fondo, los otros dos le taparon la boca de inmediato sonriendo casuales al recibir la mirada del Profesor con esa atención a que repitan lo dicho.
—¿Qué dijo? Dejen que lo diga de nuevo.
—¡Nada, nada! Está delirando por el pánico de ver a Haul senior a punto de ser atacado por las escobas.
—Quítenle las manos, he dicho.
Haul miró a esos chicos encontrando una mirada de disculpa por complicar las cosas, él negó de forma solemne sin culparlos, en cualquier momento se iban a dar cuenta los Profesores por las imprudencias de Leona y su necedad de hacerle la maldad al chico ave. Con un suspiro, el chico tomó aire y se enderezó sacando el pecho, después del pequeño plan de Ruggie para hacerles ver la verdad a los doce chicos de tercero bajo las órdenes de Leona, uno de esos tres chicos se volvió tan devoto a la inocencia del alma de Haul que hasta el mismo aviario a veces se sorprendía del alma fiera de ese chico cuando salía a defender su imagen.
—Fue nuestro Líder, Leona senior, él ha estado intentando sabotear a Haul senior desde el primer día.
—Y luego se preguntan por qué Savanaclaw no gana en los Torneos de Magift ¡Con razón! — Vargas señaló al aire viendo a la nada al negar con la cabeza, eso ya era cuestión entre Haul y Leona, pero esa vez casi había dos estudiantes lastimados por eso— ¡Se gastan el tiempo encantando escobas en vez de entrenar duro para lo que de verdad merece atención! Díganle a Kingscholar que a la próxima que juegue con mis herramientas de clase lo haré limpiar las gradas del Coliseo con un cepillo de dientes.
Así la clase de Vuelo regresó a la normalidad, o algo similar, ahora con Haul bajo la vigilancia de Vargas cuando alzaba vuelo para rescatar a los estudiantes que perdían equilibrio. Con las escobas de nuevo a sus modos normales de encantamiento, la clase siguió sin más contratiempos, solo con un profesor planteándose muy seriamente en decirle algo a Leona cuando tocara la clase de Vuelo a su salón.