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—¿Me está diciendo que eso fue un regalo de parte de Leona? Reser señaló a la hoja cortada en patrón y las tiras de papel en las manos de Haul, el aviario sonrió encantado buscando en su morral la caja de cartón donde había llegado el regalo. Para su desgracia el periódico viejo se deshizo cuando intento volver a envolver el regalo para mantenerlo intacto, así que se quedó solo con la caja para tener donde guardar las puntas de formas y la carcasa de las tijeras. —¡Si, no me esperaba que fuera algo tan mágico! Pensé que sería alguna bomba de pintura o algo así, pero no ¡Y mira, mira! Haul le pasó la caja de cartón pequeña al chico de cabello castaño, el de primer año se la enseñó a Trey que también revisó las tijeras como si fueran a volverse algún monstruo en cualquier momento. No sucedió. En realidad, eran tijeras para hacer scrapbooking normales y corrientes algo usadas, nuevas no eran. Ese detalle parecía no importarle a Haul. —¿Estás seguro de que no son robadas? Dudo Leona pudiera tener algo así entre sus cosas. —No lo sé, ahora me da miedo usarlas. —¡No, no lo decía por eso! Sino porque no se ven que sean nuevas, o seguro él las tenía por ahí aventadas sin usar más de una vez. —Hmm… de igual forma— Haul sonrió con calma viendo la cara de arrepentimiento de Trey por quitarle la ilusión sin querer— Dudo las usé mucho, no puedo cortar las hojas de mis cuadernos o me regañarían por “maltratar” mis útiles ¡Oh, ya sé! Puedo usarlas cuando escriba cartas a mi mamá. El chico del dibujo de trébol negro sonrió al ver que el aviario no iba a dejar de usarlas por su comentario, Reser solo se rió al ver a su senior tan preocupado al inicio. —¡Ah, por cierto! Escuché que estás haciendo tés para mejorar el sueño, la concentración y dar energía en las mañanas a los demás, Reser— Haul dio un chipido inconsciente al chocar sus iris celestes con los amielados— ¿Si funcionan? —¡Claro que funcionan! La mayoría de mi conocimiento sobre las hierbas me lo dio mi madre Zeze, y los libros que ella me compró, así que si ¡Funcionan! —Hasta ahora ha sido un prodigio en los remedios naturistas mágicos este chico, para ser de primer año tiene encantado al Profesor Crewel con sus conocimientos sobre la herbolaria— Trey asintió mirando con orgullo al menor— Incluso Riddle le ha dado permiso de usar algunas de sus creaciones a la Hora del Té en Heartslabyul, y es secreto, pero Reser dice que quiere hacer un té personalizado para el Dormitorio. —¿En serio? Sería un proyecto personal increíble ¿De qué sería el té si sería más representativo que medicinal? —Pensaba en que fuera de cereza, menta, un poco de raíz de jengibre y con un tónico de rosas. Tendría el color representativo del Dormitorio y aparte de ser bonito a la vista ayuda a la retención de información y digestión. —Eso es ingenioso— Haul se llevó una mano a la barbilla mirando a la nada mientras repasaba los ingredientes— El dulzor de la cereza camuflajearía al sabor picante del jengibre y la frescura de la menta ayuda a ser un sabor “frío” sin tener hielo, además del color rosa fuerte por la mezcla de las rosas y la cereza ¡Es un té perfecto! —Supongo conocimiento básico en hierbas de un Aviario. Haul sonrió con un poco de timidez a Trey por ser descubierto, Reser juntó sus manos con una sonrisa motivada ya pensando en las cantidades exactas para la mezcla. Si eso se volvía un éxito en el Dormitorio de la Reina de Corazones, no sería descabellado ver té personalizado para cada Dormitorio dentro de poco. Apenas habían pasado dos meses y medio de clases y ya estaba empezando una revolución de té en la escuela. —Si llegas a volverte famoso por aquí con tus tés pido uno personalizado. —Serás el primero en la lista, Haul. Los dos chicos se rieron bajo la mirada de hermano mayor de Trey, las cosas se veían bien por el momento. Eso bastaba para darle paz temporal al chico de cabello verde oscuro. El resto de las clases fueron como la seda para el aviario, al finalizar las clases de la mañana los pasos alegres de Haul viajaron por los corredores hasta encontrar a su objetivo. Ruggie. Con un grito acompañado de un graznido agudo se le fue encima casi tumbándolo de espaldas, entre saltos dando vueltas, la hiena se agarró de los brazos del ave. —¿Qué tienes, qué? Haul, me vas a tirar al suelo. —¡MIRA! Casi estampó en la cara las dichosas tijeras de scrapbooking a la hiena, le pasó la caja de cartón donde venían los cambios antes de comenzar a caminar en dirección al Dormitorio. Ruggie analizó las cosas antes de reírse cuando vio la sonrisa de oreja a oreja del aviario con sus iris celestes brillando. —Así que esto era lo que te dio Leona ¿Y son usadas? ¡Ahg! Típico de ese idiota— Ruggie cerró la caja al guardar la carcasa vacía de las tijeras— Cuando menos debió darte unas nuevas ¿Qué es este intento de regalo? Hasta servía más si te daba dinero para comprarte unas tú mismo. —Trey dice que pueden ser robadas, porque duda que Leona tuviera algo así entre sus cosas. —Lo más probable, nunca he visto a ese idiota usar estas cosas en alguna tarea o para cortar cosas— la hiena alzó una ceja dándole un vistazo final a la caja— Úsalas solo en el Dormitorio por si acaso. Podían ser de dudosa procedencia las tijeras, pero a Ruggie le gustaba más ver esa energía renovada curiosa de Haul por unas simples tijeras para decorar hojas. Le pasó su brazo por los hombros al aviario dándole de nuevo la caja de cartón, el tema del reglo pasó a segundo plano mientras discutían qué deberían comer ese día antes de las clases de la tarde.✴︎—♛—✴︎
Era la primera vez que Ruggie veía entrado en pánico al aviario por algo trivial, aunque no lo culpaba, pero si era irónico como Haul se negaba a entrar a su habitación por culpa de un escarabajo verde. Las risas de la hiena se desataron cuando el aviario casi sale corriendo porque el escarabajo se dio la vuelta caminando lento por el escritorio. —¡Haul, es un insecto! Tu eres una inmensa ave de más de dos metros ¿De dónde te va a causar miedo esa cosa? —¡Hacen un ruido horrible! Tengo oídos sensibles, y cuando vuelan suenan como… como ¡No sé! Suenan horrible, y sus patas se sienten rasposas… ¡Ah! — Haul empujó a la hiena a que fuera quien sacara al insecto de la habitación del aviario— ¡Sácalo, por favor! Te pago lo que quieras o te compro una docena de donas o lo que quieras, solo sácalo. —¡¿Por qué yo?! Yo no me voy a acercar a esa cosa. Debido a que los dos empezaron a ver quién podía sacar al insecto o si debían llamar a alguien para sacarlo, el escarabajo se detuvo en su andar al oír ruido. Sin darles un aviso de advertencia desplegó sus alas comenzando a zumbar por la habitación, los gritos de pánico mezclados con graznidos agudos de Haul sonaron al instante empujando a Ruggie a un lado para huir de la habitación. La hiena gritó cuando el escarabajo cambió de dirección a donde se encontraba él, en la desesperación de no tener al insecto en la cara tomó lo primero a la mano. Le dio el golpe con un libro de pasta delgada aventando al insecto a la cama. —¡No, a la cama no! —¡Estaba en pánico, no me juzgues! El escarabajo se dio la vuelta gracias a las sabanas suaves, Haul entró corriendo a agarrar su ropa de Dormitorio para cambiarse más al rato, o en la habitación de Ruggie por si el insecto seguía ahí el resto del día. los zumbidos pesados volvieron a oírse sacándole gritos a los dos. —¡No puede ser, Ruggie haz algo! —¡Deja eso ahí y ya vámonos! — la hiena mantuvo el libro en alto por si acaso, manteniendo la vista en el escarabajo verde volador— ¡HAUL! ¡YA! —¡Me falta mis zapatos, espera! —¡HAUL YA VÁMONOS, HAUL, YA VÁMONOS! ¡YAAAA! El aviario agarró sus tenis para el cambio de ropa dándose la vuelta, viendo en primer plano como el insecto quedaba a menos de dos metros de su cara. El show de gritos, algo cayéndose y pisadas apresuradas en la habitación se acabó cuando los dos salieron de ahí cerrando la puerta de golpe. Ruggie tenía las orejas abajo con la mano fija en la perilla como si el escarabajo fuera a ser capaz de abrir la puerta, Haul por un momento pensó en saltarse la valla de cuerda para correr por el costado de la estructura. Incluso volar si era necesario. En pasos lentos, los dos se alejaron de la puerta sin despegar sus ojos de esta misma, los dos respiraron en inhalaciones fuertes mirándose antes de ver a la tabla de madera. —No vamos… a abrir esa puerta… hasta mañana ¿Quedó claro? Haul asintió varias veces con su ropa hecha marañas en sus brazos, sus ojos bien abiertos viendo a la puerta. —¿Qué sucede? Sus gritos se escuchan por todos los pasillos. Ruggie dio un salto con un grito corto mientras Haul ya estaba a un solo segundo de saltar la cuerda de la valla, se relajaron al ver la mirada contrariada de Jack con sus brazos cruzados. El chico lobo agachó las orejas cuando un zumbido seguido de un golpe seco en la tabla sacó del silencio a los tres, Haul se puso detrás del de primer año mientras Ruggie señalaba a la madera. —Hay un maldito escarabajo gigante en la habitación de Haul, yo no voy a entrar a sacarlo. Y menos Haul. —¿Por qué no? El escarabajo es más pequeño que ustedes dos. —Tengo oídos sensibles y esa cosa cuando vuela me aterra demasiado, ni loco voy a tocarlo— el aviario miró pidiendo piedad la de primer año cuando se le vino a la mente una idea— ¿Puedes sacarlo tú, Jack? Me gustaría poder seguir usando mi habitación sin miedo a tener un insecto volando como compañero. Jack alzó una ceja viendo los ojos celestes, como si fuera poco, Ruggie también puso esa cara de cervatillo acorralando al pobre chico lobo de ser el héroe en la escena. El chico de más de un metro noventa suspiró resignado dirigiéndose a la puerta, usando su magia de invocación a nivel básico apareció un frasco de vidrio vacío en mano. En menos de dos minutos salió con el insecto enorme en el frasco mirando a los dos seniors con una cara de obviedad muy grande, sus ojos entrecerrados y las cejas alzadas fueron ignoradas por Haul. —¡Gracias! Mañana te compro lo que quieras de la Cafetería, Jack. El aviario entró a su habitación mirando en cada esquina por si había más insectos voladores, cuando no vio ninguno pidió permiso de cerrar la puerta para vestirse con el uniforme de Dormitorio. Jack negó alzando el frasco con el escarabajo verde dentro, Ruggie se hizo a un lado como si esa cosa fuera radioactiva. —¡No me pongas eso en la cara! Incluso de cerca se ve asqueroso. —Es un escarabajo pelotero, Ruggie senior, ayuda a mantener el suelo fértil. Seguro entró a la habitación de Haul senior por accidente al oler las hojas que tiene en el techo, o ya estaba ahí desde hace días. —¡¿DISCULPA?! ¡¿QUÉ DIJISTE, JACK?! La voz angustiada de Haul con algo de terror por estar conviviendo con un insecto esos días sonó desde el interior de la habitación cerrada, Ruggie se rio antes de cortar la risa cuando el frasco con el insecto le volvió a quedar cerca. —Que son inofensivos, solo son demasiado grandes y brillantes— Jack respondió con una sonrisa levemente burlona. —¡MENTIROSO! —Bueno, el problema se resolvió ¡Bravo! — Ruggie habló con sarcasmo ácido mirando al frasco por una última vez— Ahora ve y tira esa cosa lejos de aquí, es más suéltalo en el bosque fuera de la escuela por si acaso, no quiero verlo cerca de mí en al menos una eternidad ¡Pero no lo dejes en el invernadero! Más lejos. —En seguida. Con esa misma diligencia de siempre, el chico de primer año se fue mirando sonriente al escarabajo en el frasco desapareciendo de la vista de Ruggie. Casi al mismo tiempo de forma sincronizada salió Haul de su habitación ya con el uniforme de Savanaclaw puesto, miró a los lados buscando la figura alta de Jack, al no encontrarlo cerró su habitación dando vistazos a cada centímetro por si aparecía otro de esos insectos. —Y yo que pensé que por estar en este lugar no vería insectos como en el Árbol Sagrado. —No me digas que allá abundan los insectos como esa cosa. —Peores, cuando es temporada de lluvias aparecen unos pequeños escarabajos cafés y hormigas con alas, en los tiempos de primavera hay mariposas gigantes con abejas y en invierno cuando piensas que no habrá un insecto cerca te encuentras con las orugas lanudas— Haul sintió un escalofrío bajándole por la espalda— Después esas cosas se vuelven polillas de seda, se ven bonitas de lejos. Solo de lejos. —Las desventajas de vivir en pleno bosque, amigo mío. Por eso siempre deberías de cargar repelente de insectos por si acaso. —Ese es el problema, no hay repelentes. —¿Entonces cómo se supone que van a alejar a las plagas y los demás insectos? —Con plantas, pero no funcionan cuando deberían. Haul fingió llorar por la tragedia de no tener repelentes tan modernos como lo sería normalmente, mientras Ruggie soltó otra risotada.