Capítulo 4: Prohibido
21 de septiembre de 2025, 5:14
Cuarto de tercer año, casa Slytherin. Tenko había estado durante horas recostado en su cama, con las cortinas verdes del dosel mal cerradas y una caja de grageas de todos los sabores a un lado. Se acomodo con un brazo tras la cabeza y miro lo que tenia abierto de par en par en las manos. Se le entrecerraban los ojos, ya casi se estaba quedando dormido, cuando parpadeo violentamente al sentir que sus lentes le caían de la cara al pecho.
—¡Toya, levantate, arriba!—Toya estaba durmiendo con las cortinas abiertas, le colgaba un brazo y una pierna fuera de la cama. Hacia ruidos con la boca y a veces murmuraba. Se reincorporó asustado, sin saber quién era y dónde estaba por un par de minutos.
—Maldición ¿Se metió un troll de nuevo al castillo?—preguntó después de un bostezo. Buscando sin ganas su varita.
—Mira esto, tenemos que ir, rápido—el pelirrojo observo con duda. Murmuro algo y dejó caer los pies sobre la alfombra del piso, pesadamente y en clara señal de protesta.
—Trae tu capa, antes que me arrepienta.
En un par de maniobras que comprendía buscar la capa de invisibilidad dentro del lío en su baúl, Tenko y Toya se cubrieron con esta, salieron del cuarto y abandonaron la sala común de Slytherin con los pijamas puestos. Recorrieron el túnel que llevaba al atajo del cuarto piso y luego se apresuraron en bajar por la escalera del descanso, antes que esta cambiara de lugar.
Ahora, al día siguiente, Iguchi, Tenko, Izuku y Toga, estaban sentados sobre el pasto de los terrenos del castillo. Mientras que Jin y Toya libraban una batalla a pocos metros. Una batalla muggle donde trataban de tumbarse y golpearse, sin buscar daño y sin emplear mucha fuerza. Era parte del exhaustivo entrenamiento que había planificado durante el verano, Takami Keigo, el capitán de Quidditch.
—¿Como sabían que estábamos allí?—pregunto Izuku de repente.
La noche de anoche había sido terriblemente confusa, el, Kacchan, Tenko, Kirishima, Shoto y Toya. Todos bajo una capa de invisibilidad espaciosa que los llevo a ocultarse en ese terrorífico cuarto del tercer piso. Le puso la tapa a su frasco de tinta y cerró su diario dejando la pluma en el interior, pero haciendo que la punta sobresaliera para que no manchara su contenido.
Dejo su diario en el pasto, junto a su mochila amarilla. Vaya que si había sido extraño. De alguna forma salieron y escaparon de ese perro. Cada uno volviendo a su sala común en un silencio particularmente arreglado entre todos.
—Escuchamos al imbécil de Monoma diciéndole al celador que Bakugo planeaba ir al tercer piso—dijo Toya, despreocupadamente, sacándolo de sus pensamientos y esquivando un golpe en el hombro de Jin.—Eres capaz de deducir el resto por ti mismo—agregó mordazmente. Izuku se arrepintió de su interrogatorio. Tenko, que ahora estaba más cerca de Izuku, miro el cielo nublado, se acercó más a donde estaba Toya y se ocupo de que le doliera cuando le dio con fuerza en el hombro.
—Preferiría que Slytherin perdiera el partido por tu brazo malo, a que seas un imbécil como ese niño de primero
—¡Oye! No fue mi idea que revelaras todo el asunto de tu maldita capa a ese engreído de Gryffindor y su secuaz. Solo nosotros sabíamos sobre ella.
—Izuku se iba a enterar algún día—se encogió de hombros—es parte del grupo, no iba a pasar mucho antes de que lo supiera.
—Claro, quieres que llame a mi pequeño hermanito para unirlo también. Debe estar enviándole una carta a mis padres ahora y contándoles todo acerca de como casi muere por tres mandíbulas, si ya no tuviera suficiente con...
—Midoriya me agrada, Toga se siente muy feliz de que sea uno de nosotros—la chica de coletas lo estaba abrazando por detrás, lo que llamó la atención de Jin y generó un efecto en cadena, Toya aprovecho para acercarse más y le había asestado un golpe por primera vez desde que se habían reunidos en los terrenos para disfrutar el sol del mediodía. Era difícil encontrar tiempo libre y estar todos juntos, cuando uno de ellos estaba en primer año.
—Es tu culpa—dijo Toya con diversión, todos estaban riendo. Inclusive el pecoso, que no había dejado de sentirse ansioso y rechazado por la duras palabras del pelirrojo.
—Toga, no puede caerte bien este niño, solo mira esto—levantó al peliverde de su túnica para inspeccionarlo, Toga se puso de pie, tiro del otro lado. Hizo un puchero, Jin apretó los labios con la cara toda ruborizada.
—A Toga le agrada—repito ella, tirando de Izuku más hacia ella—es un encanto ¿No puedes... verlo Jin?—ella le sonrió dulcemente. Jin soltó a Midoriya, que pareciese que estaba siendo estrangulado por su propia ropa y sonreía en silencio, muy nervioso.
—Bueno, no lo había visto bien, esta pequeño aun y flaco, si Toga dice que es encantador, quien es este humilde servidor para contradecirla.
—Tenko también estaba muy flaco y no veo los cambios después de tres años—hablo Iguchi. A diferencia de Bubaigawara, este no se puso del lado de Toga, ni comentó nada que lo convirtiera en aliado de las palabras de Toya. Estaba respetando la decisión de Shimura y era un echo acertado para Midoriya.
—No lo hará, ni yo tampoco—se dirigió hacia todos, tomando una posición donde quedara expuesto. Todos podían ver como temblaba de pies a cabeza, con las extremidades rígidas y el cuerpo torcido hacia adelante en una reverencia. —Kacc‐Bakugo, eramos amigos desde pequeños. El puede ser a veces un poco, demasiado efusivo. Pero se que no lo haría, si no hubiera sido por ambos, hoy estaríamos en el tren de regreso a Londres. Yo estoy profundamente agradecido por mi y por él—Tenko suspiro muy fuerte. Chasqueando la lengua.
Se levantó, tomándose el tiempo para sacudir su túnica y quitarle el pasto. Luego se posiciono delante el pecoso, coloco ambas manos sobre sus hombros. Izuku levantó ligeramente su cabeza. Tenko no dejó que nadie lo viera, sus ojos llenos de lagrimas, estaba emocionado por decirles todo esto. Pero Tenko estaba muy molesto.
—Nos debe una, a los Slytherin, hablo por todos cuando digo que no dirá nada. Pero no tienes que volver a hablar por él de nuevo, puede que ya no sea tu amigo, pero yo si lo soy. No quiero que mi amigo se sienta de esta forma repulsiva—le sonrió con suavidad. Izuku se giro y limpio la cara con la manga de su túnica. Toga se había dado cuenta, así que se adelanto dónde estaban, pero Shimura interpuso su brazo y le impidió que se acercara más.
—Gracias, enserió, por tu voto de confianza—Izuku se giro, con la cara y su cabeza más despejada de dudas.—No te decepcionare, nunca—afirmó. Tenko sonrió al ver por primera vez, la seguridad reflejándose en sus ojos.
—Recibí una invitación a tomar el té ¿Vendrás de nuevo?
—Quieres averiguar que esta custodiando Fluffy ¿No es así? Iré.
—¡Toga también quiere un poco de té!
—¿No ibas a ir ver mis practicas?—consulto Jin. La chica vacilo, llevándose un dedo al mentón. Pensó durante un par de largos segundos, aunque para Jin fue una eternidad.
—Es cierto, iré en otro momento.
—Mantén tu palabra, mocoso—Toya golpeó el pecho de Izuku, pero fue un leve toque.
—Antes de nada, no pienso cubrirlos con Takami. Será mejor que nos apuremos—Iguchi y Jin guardaron silencio.
Más tarde ese día, Tenko todavía miraba la carta en sus manos. Inui había enviado una carta cancelando el té y pidiendo disculpas por eso. El azabache suspiro.
—Primero el intento de robo a Gringotts, el director Nezu envía a Inui a sacar lo que intentaron robar y al comienzo del año, prohíben a los estudiantes que hagan turismo al tercer piso.
—¿Turismo?—Shoto, Toya e Izuku miraron incrédulos a Tenko. Los cuatro estaban reunidos en la sala común. Toya y Jin estaban jugando el ajedrez mágico tras las practicas de Quidditch.
—Una palabra Muggle—nadie pareció muy interesado en que les explicara.
—Lo que sea que este protegiendo, no quiero volver a tener que ver con Fluffy—comentó Izuku. Era un echo que, era el mismo perro del que había hablado Inui. Toya dudaba y Tenko, bueno, planeaba preguntarle directamente a su amigo el semigigante. Si no fuera porque había cambiado de opinión sobre verlo.
—No creo que lo encuentre mañana ni los siguientes días. Se estuvo comportando muy raro, incluso le dio un nombre, Norberto, y ahora no quiere ver a nadie—se escandalizó Tenko.
—La capa—susurro Izuku.
Acostumbraba mucho a hacer eso, pensaron todos, que voltearon hacia el menor de los Todoroki después de que cerró su libro y se fijo en todos ellos con severidad. No muy diferente de las miradas del profesor Aizawa, de esas que incluso les "regalaba" hasta por oírlos respirar.
—Están planeando de nuevo andar en horas prohibidas por el castillo. Si los atrapan, perderemos puntos. Anoche, nosotros...
—¡Mira callate, nadie pidió tu opinión niño!—Exclamo Toya.
—No le hables así, no tienes que desquitarte con Shoto—intervino Izuku. Aunque Shoto se sorprendió, lo dejo pasar por alto.
—De verdad que lo intento, pero no puedo, me largo Tenko—no sin antes ordenar a su ficha, que ya estaba bien posicionada en el tablero, que se moviera «Jaque Mate». Hizo su silla para atrás y se fue hacia el cuarto de tercero.
—¿A que se refería con que lo intenta?—pero bien Shimura se negó a responder a Midoriya. O realmente ignoraba a que se refería.
—La buscaré ¿Vienes?—interpelo en cambio. Izuku asintió con firmeza.
—Iré también—miraron a Iguchi.
Shoto fue el único que lo noto, Monoma estaba escuchando, medio escondido entre unas librerías y el tapiz con el escudo de Slytherin que colgaba del techo. Aunque en realidad no había escuchado sobre una capa, pero si que planeaban salir del castillo después del toque de queda.
«Les recordamos que el toque de queda empieza a las 21:00, no se permite abandonar la sala común después de ese horario».
Lo leyó la primera noche en el tablón de anuncios, colgando en la primer pared después de entrar por el pasadizo secreto. Aunque el prefecto de Slytherin, un serio y reservado estudiante llamado Chisaki, les había dicho la contraseña de la casa, esta también se indicaba en el tablero y el tiempo cada cuanto se reiniciaba.
La aldaba en la puerta de Inui se escucho poco después del toque de queda. El semigigante se tambaleó en su silla o lo que quedaba de esta. Fang rasgo la puerta, más parecía su intención de querer estar afuera que adentro. El semigigante no respondió de inmediato, avergonzado de que se viera el desastre en el interior de la cabaña, pero tuvo que ceder a la insistencia y sabiendo de quien se trataba después de espiar por una de las ventanas cubierta de trapos remendados y quemados, al no ver a nadie.
Dos o tres pasos, los tres chicos se quitaron la capa y la dejaron caer en el suelo. Inui cerró la puerta rápidamente detrás de ellos. Hubo un intercambio silencioso entre los cuatro. El trio de Slytherin lo entendieron todo al ver el desastre del interior. Más allá, cerca de la chimenea estaba Norberto, el Dragón. Había alcanzado un tamaño considerablemente grande durante estos días, ocupaba la cama de Fang y casi le doblaba el tamaño.
—Es un alivio que no tenga el tamaño de Fluffy—dijo Tenko, aunque prefería un Dragón que tres cabezas de mandíbulas peligrosas. Norberto, aunque había echo evidentes destrozos, parecía mas amable.
Inui disimulo su sorpresa, pero el temblor en sus manos mientras fue a buscar su jarra para el té, no dejaba mucho a la duda. —El tercer piso eh, tu y ese chico, el Todoroki, se metieron en problemas de nuevo.
—No exactamente. Lidiamos todo el tiempo con la mala fama de Slytherin. Y un chico de primero iba a meter injustamente en problemas a un Gryffindor, Izuku llegó primero, puedes darle el crédito.
—E—este, yo, en realidad...—vacilo el pecoso, con vergüenza.
—Parecen más Gryffindor ustedes dos, que cualquier otro estudiante del castillo—y no lo decía por hacerlos menos—supongo que, hay Slytherin que cumplen a excelencia la excepción.
—Inui estuvo en Gryffindor—comentó Shimura.
—Lo cual apesta también—secundo Iguchi.
—Hasta que me expulsaron y rompieron mi varita—no disimulo mucho al mirar su paraguas rosado en un rincón. Izuku fingió sorpresa, se supone que ya lo sabia, pero no esperaba que se lo confesara por si mismo.
La pregunta que tanto hubiera querido hacer Tenko, tuvo que esperar. Un rostro se asomo por la ventana que antes estaba cubierta e Inui se olvidó de volver a cubrir. Shoto estaba del otro lado, esforzándose por asomarse.
—¿Ese es su otro amigo? hay algo familiar en él...
—Todoroki, Todoroki Shoto—se presento a si mismo el bicolor, una vez le hicieron espacio para entrar, Fang aprovecho para salirse.
—Si, lo escuche durante la selección—Inui suspiro—espero que no seas como tu hermano. Siempre tengo que echarlo de los alrededores del bosque prohibido. Siempre siendo una mala influencia para mi Tenko—Tenko tenía una brillante mirada traviesa, que disimulo.
—Realmente lo es, se lo he dicho muchas veces, yo creo que tantas bludggers y músculos le atrofiaron el cerebro—el guardabosques no pareció de acuerdo con el chico que podía cambiar a lagarto, pues llevaba en su cara esa misma mirada traviesa, como si hubiera estado en falta durante estos tres años.
Por otro lado, Shoto no había explicado inmediatamente que hacía allí y tampoco preguntaron, suponiendo que trataba de convencerlos de regresar.
El mas pequeño de los Todoroki estaba en cambio adelantado a todos ellos, plantado frente a Norberto. El Dragón se levantó y extendió las alas en un cálido saludo, eructo y escupió fuego. El bicolor lo miraba expectante y le brillaban los ojos por la alegría de verlo. Actuando rápido ante la llamarada de su túnica, que apago de inmediato con una jarra de agua que ya Inui tenía preparada
—Un Ridgeback Noruego, nuestro primo Geten trabajan con ellos en Rumania—Inui dijo algo de «Oh», sabía más de su "hijo" —¿Como es que lo conseguiste?
—Creo que deberíamos hablar de eso después, será mejor que regresemos, ya es muy tarde, pero Inui ¿Que piensas hacer con el? Mira este lugar...—concilio Tenko.
—Tarde, claro, tenemos que irnos—dijo Shoto de repente, tratando de dejar de estar embelesado con Norberto.—Monoma, lo oí hablar con sus amigos, Hitoshi y Kendo, iba directo con el profesor Aizawa para hablarles de ustedes rompiendo el toque de queda.
Demasiado tarde, una vez que lo dijo, se escucho la aldaba de nuevo y un rostro severo asomándose desde la ventana.
Monoma estaba orgullosamente detrás de Izuku, Tenko, Iguchi y Shoto. Quienes se encontraban uno al lado del otro frente al escritorio del profesor Aizawa. Este los observo durante varios y largos minutos en silencio. Profundamente decepcionado de todos, eso era un echo.
—Lo esperaría de estudiantes de otras casas, pero de alguien de Slytherin—fue lo primero que dijo. Con una vena enmarcada en su frente y desprecio. Aunque eso no era nuevo en el profesor de pociones, cuya expresión severa era más intensa que otras veces. —Todos, todos ustedes serán castigados esta noche. Me encantaría expulsarlos, pero seria un premio.
—Dijo... ¿Todos?
—Todos Señor Monoma, no está libre del cargo, por rondar el castillo en altas horas de la noche. El celador Rikiya los acompañará—el celador entro, mientras Izuku y Tenko sonreían con las cabezas bajas.
La gata del celador rondaba entre sus patas. Parecía más satisfecho que Aizawa por hacerlos cumplir su castigo.
—Como sabrán, le serán quitados cincuenta puntos a cada uno, lamento tener que hacerlo, pero es la regla. Ni siquiera el niño que vivió esta exento–Tenko siempre lo había sabido, ese desprecio especial del profesor por el, desde el primer día que entro por el castillo. Aunque en realidad Tenko lo encontraba fascinante y su opinión del profesor de pociones variaba mucho últimamente.
Rikiya los guio fuera de más mazmorras y luego hacia el exterior del castillo. Estuvieron de regreso donde empezaron, Inui estaba junto con Fang, sosteniendo la misma lámpara con la que guiaba a los de primer año hacia los botes en el lago negro. Se secaba cada cierto tiempo la cara con un gran pañuelo, entre hipos y mocos sorbidos con la nariz.
—Gigante tonto, todavía estas llorando por ese dragón—escupió Rikiya. —Es una pena que ya no se castigue como antes, hubiera sido entretenido verlos colgar del meñique del pie—Shoto pareció encogerse sobre si mismo ante ese comentario.—Te los dejo, compórtate, estas por entrar al bosque—se giro con su propia lámpara y se marcho de regreso al castillo.
—¿Bosque prohibido...?—pregunto Monoma, encongiendose junto a Shoto.
—Tengo trabajo que hacer ahí, ustedes me acompañaran, bien, solo caminen por donde yo les diga—sorbiendo sus últimos mocos, Inui todavía estaba llorando. Cuando Tenko se acercó.
—¿Se lo llevaron?
—Si, el director Nezu se puso en contacto con el primo de los Todoroki, dicen que estará mejor con los suyos ¿Pero si los otros Dragones son malos con el?—Tenko no tuvo valor para contradecirlo.
Había sido el sueño frustrado de Tenko y Toya entrar más allá del bosque prohibido, más allá de la parte estrictamente prohibida. Tenían clases de cuidado de criaturas mágicas muy cerca de la cabaña de Inui, en una arboleda que de día era muy bonita de ver. Los rayos del sol filtrándose, la sombra fresca. Este año habían visto los Hipogrifos por primera vez y se le daba bien cuidarlos.
Sin embargo, ahora, esa arboleda no lucia nada benevolente. Con la luz de la luna iluminando el camino. Siguieron a Inui más allá, donde el camino dejaba de estar marcado estrictamente por el suelo árido y montones de árboles que estrechaban el espacio. Una espesura expectante que los tenia a todos nerviosos. No supo cuanto caminaron hasta que Inui pareció percatarse de algo que el resto no. Se giro hacia el resto, casi tumbándolos de vuelta, pero esta vez con su abrigo de piel.
—Vamos a separarnos, Midoriya tu iras con Tenko e Iguchi. Todoroki y Neito conmigo—le alcanzó la lámpara extra a los primeros.—Unicornios, me encontré muerto uno la otra noche, estoy buscando a la cosa que los este cazando, cualquier cosa que vean lancen chispas con sus varitas y regresen—lo que seria fácil después de que vislumbraran un sendero marcado. No podían perderse, era un echo.
—Yo me llevo al perro—se apresuro en decir Monoma.
Inui lo miro como entre divertido.—Es un cobarde, bueno, vayamos por aquí—pese al adelantamiento de Monoma, Fang no tardo mucho en corretear tras Shuichi, Izuku y Tenko, que se fueron por su propio camino.
—Lo leí una vez, matar unicornios es... barbárico. Ellos son puros, puedo imaginarme ligeramente como se siente Inui
Tenko miro a Izuku. Analizándolo, sortearon un par de raíces, que casi ni vieron con la luz de la gigantesca lámpara.—También lo notaste, él tiene una conexión especial con las criaturas. Seria un buen profesor...
—¿Piensas que Norberto estará bien?
El azabache volvió a detenerse para mirarlo. Avanzaron más por el camino. El bosque parecía hacerse más tenebroso a cada paso, pero absortos en su conversación apenas se percataron.
—Se adaptara. Yo tuve que hacerlo, es decir, mírame. Durante diez años estuve atrapado con mis tíos en el mundo muggle. Ahora estoy en Hogwarts.
Izuku sonrió, cuando Tenko hablaba de Hogwarts se le iluminaba la cara.—Tienen que ser los peores muggles.
—Así. Tenko se metió en muchos problemas el verano antes de entrar a segundo año....—Iguchi estaba luchando contra la rama de una árbol que lo atrapo, finalmente Tenko intervino para ayudarlo.
Tenko había relatado acerca de como sus tíos los habían encerrado en su habitación. A sopa fría y agua. Después de varios días en lo que se había rendido, apareció el Ford Anglia en su ventana. Los Todoroki tenían un auto encantado y Toya lo robo cuando considero que quizás, sus tíos habían decidido venderlo a un circo o algo. Como solían llamarlo fenómeno cada que podían.
A los Todoroki no les había echo gracia, sin embargo a diferencia de sus tíos habían sido un par de brujos muy amables. No se mostraban felices de que su hijo, que había terminado en Slytherin (siendo quizás el primero de el linaje familiar en hacerlo) se atreviera a huir en medio de la noche. Volar a Londres y peor, arrancar la ventana de una casa muggle. Ese había sido en realidad su primer gran verano en una casa mágica. Con magos, lo más cercano en ser acogedor y porque no, igual que Hogwarts.
—Creo que pise algo...
Tenko interrumpió su relato. Los tres miraron al suelo y se encontraron con un pequeño rastro. Con la luz más cerca, notaron que se trataba de un pequeño líquido espeso y plateado. Lo siguieron saliendo del camino, las gotas se alejaban y hacían más abundantes.
El chico mayor soltó la lámpara de su mano y está rodó ampliando el campo de visión de Izuku, quien noto que ese líquido se hacia mucho más abundante donde antes estaba oscuro y lleno de neblina. Su respiración se agito, vio algo moviéndose entre grandes raíces de árboles.
«Ladrido de Fang».
Un grito de Tenko llamó su atención, estaba listo para sacar su varita cuando lo vio, tomándose la frente, donde normalmente la mata de cabello rebelde la ocultaba.
«Los ladridos fueron mas seguidos y fuertes».
—Tenko...—llamaron Izuku e Iguchi lenta y simultáneamente, pero atrajo la atención de eso que se ocultaba en las sombras.
«Ladridos mas lejos, Inui había tenido razón al decir que era cobarde».
Se fijaron en la sombra que tenía movimientos, le encontraron sentido y dilucidaron que se trataba de alguien. En cuyo cuerpo caía una capa toda negra y raída. Pese al dolor, Tenko agarro de la túnica de Izuku e Iguchi, tratando de alejarlos. Cuando notaron que esa cosa se había estado alimentando de aquel líquido. Sangre de unicornio, eso era. El unicornio que yacía entre las raíces.
—Rápido, mierda, mi...—la figura avanzo, Izuku fue quien se interpuso, ganando el lugar de Shuichi. Temblando, Tenko murmuro algo. Cuando la figura estuvo por agarrarlo, su cicatriz quemaba, se escucharon unos ruidos fuertes.
Izuku tanteo la varita dentro de su túnica, pero antes de lanzar chispas, los cascos de un caballo, que tenia la mitad de arriba como la de un humano, asustaron incluso a lo que sea que se ocultara tras la túnica. Lo hizo huir, por donde estaba el unicornio y desapareció. Los tres chicos descubrieron lo que era respirar por primera vez.
—Este no es lugar para que Shimura Tenko este. Hay muchas criaturas iguales a esa que, lo querrían muerto—dijo el centauro. Tenia el cabello rubio platinado y sus ojos eran intensamente azules. Brillaban vivaces y feroces en la oscuridad.—Firenze. Ese es mi nombre. Es un placer haberlo ayudado.
—¿Que era esa cosa?—pregunto Tenko, su frente quemaba. Izuku lo ayudaba, sosteniendo su brazo con los hombros.
—Esa cosa es algo que los centauros no queremos nombrar. Se alimenta de la sangre de unicornio para sobrevivir, pero eso solo corrompe más su alma. —Firenze se inclino hacia abajo y palmeo su lomo, mirando a los tres chicos. Los incitó a subirse.—Los llevare con Inui, suban—lo que aceptaron de inmediato sin rechistar.
Una vez subieron y el centauro se dispuso a cabalgar, buscando ir por el camino principal. Este se detuvo y giro. Vieron llegar un par más de centauros, los estudiantes supusieron que el peligro no se había terminado. O que dentro del espeluznante bosque prohibido la ayuda lloviznaba.
—Eres la vergüenza de la manada Firenze, montando sobre tu lomo a un par de humanos. Como si fueras su mascota—ese fue Bane.
—Estas yendo en contra de lo que dicen las estrellas—Magorian se acercó galopando, tratando de intimidarlo en advertencia. Firenze retrocedió, seguro de lo que hacia.
—Nadie tiene que morir en el bosque, no está noche—y del mismo modo, se giro. El otro par de centauros se alejaron, hasta que ya no pudieron oír el sonido de sus cascos.
—Hay mucho peligro en el castillo, Shimura Tenko, tienes que tener cuidado. El quiere robar, lo que se esta protegiendo en el castillo en este momento.
—¿Robar? ¿Quien quiere robarlo?
El centauro lo ignoro, viendo las estrellas y dijo—...el que fue debilitado hace diez años. Sobrevive con la sangre pura de unicornio, pero busca más... esta escrito en las estrellas, que alguien morirá en el bosque—las miro mas intensamente, mientras cabalgaba con los tres en su lomo.
—¡Hey Firenze!—Exclamo Inui, en la unión con el otro sendero. Venía junto con Fang, Shoto y Monoma. Firenze permitió que bajaran y luego se dirigió hacia el semigigante.
—Tengo que irme ahora. Fue un honor conocerlo–saludo a Inui y luego se alejo, hasta que sus cascos no se oyeron. Ni se vio su cabellera rubia entre la oscuridad.
—Buen tipo ese Firenze. Es más fácil razonar con el, que con el resto de la manada. Es más amigable—menciono.
Fang fue el primero en hacer el acercamiento, todavía ladrando fuerte y nervioso. Izuku pasó las manos por detrás de sus orejas. Mientras que solo había quedado Iguchi para ayudar a que Tenko se sostuviera en pie. Ese perro había reaccionado mucho mejor que ellos, corriendo para ir y buscar a Inui.
—¿Están todos bien? ¿Tenko?—consulto el semigigante. Tenko alzo la mirada para verlo, frotándose la frente todavía. Aunque sentía no más que una leve picazón.
—Lo estaré, siempre lo estoy—aseguro. Izuku por su parte, asintió, preocupado. Solamente que habían preguntas que ahora mismo no se animaba a hacer ni creía que fuera correcto hacerlo en ninguna situación.
—¿Realmente estas bien? Nunca te había dolido así la cicatriz...—Iguchi se fijo en su frente, entre los cabellos humedecidos por el sudor. Esa cicatriz parecía que tenia vida propia y casi, casi, podía jurar que cambio de color. Tenko asintió, tratando de apartarlo para ayudarse a si mismo, pero el otro chico se negó.—Apenas reaccione ahí, en verdad tuve mucho miedo ¿Por que tu y Toya siempre insisten en rondar este lugar? —pregunto, murmurando solo para que este lo pudiera escuchar.
Esa noche, Tenko estaba boca arriba en su cama. Revisando el gran pedazo de pergamino sobre su regazo. Toya estaba en la cama de al lado, en la misma posición. Desde que llego del castigo y se puso el pijama, se había negado a cualquier conversación. Escuchaban de fondo como Jin e Iguchi roncaban en sus respectivas camas, eran ellos cuatro y otros dos Slytherin de tercero que dormían con las cortinas del dosel cerradas.
—¿Todavía te duele?—sintió que alguien se hacía espacio y luego, como las cortinas se cerraban. Tenko se volteo de lado, su frente choco contra la del pelirrojo. Podía ver sombras proyectándose sobre este y sus ojos azules intensos.
—Es la segunda vez que duele, lo hizo durante el banquete—confesó.—Estaba viendo hacia la mesa de profesores durante la selección, el profesor Aizawa estaba viéndome fijamente y vaya que siempre lo hace desde que empece el primer año.
—Lo se, nunca te vi hacer esa expresión. Pero, todavía piensas que te odia. Quiero decir, ese tipo odia a todos los estudiantes, diría que incluso más que Rikiya, Peeves, el Barón Sanguinario lo hacen. A veces la estricta profesora Rumi, no entiende el concepto detrás de nuestras bromas e interés académico en el bosque prohibido.
El azabache se sonrió, hizo la cabeza hacia adelante y dio un toque con su frente a la del otro chico. Se miraban fijamente el uno al otro, como si nunca hasta entonces se hubieran notado. Tenko guardo silencio, observo las abundantes pestañas pelirrojas. La nariz atravesada por el «Pircing». El famoso niño que vivió era en efecto una mala influencia, porque había sido quien suministro ese conocimiento al chico frente a el y le había encantado.
—Pienso mucho en eso, pero me pregunto porque tiene que doler ahora. Afo lo hizo ¿Se relaciona con él?—suspiro.
—Adoro que lo llames por su nombre, podrías decirlo delante de mi hermanito.
— No te metas con tu hermano. Romper el toque de queda solo por advertirnos de Monoma y darse un tour por el bosque prohibido. Tu y yo juntos, ni con la capa pudimos ir más allá del claro de los hipogrifos—Toya dio vuelta sus ojos.—Oye ¿Dolió?
—¿A que te...?—Tenko señaló su nariz, rozando esta ligeramente con su dedo. Toya se paralizó en una expresión un tanto indescifrable. Negó en silencio.
—Se te vería bien en la oreja—murmuro, bostezando. Lentamente sus párpados fueron cediendo. Mientras que Toya, consideró que esa noche su cama podría extrañarlo. Así que poco después de murmurar sobre el pergamino «Travesura realizada» se quedó dormido frente con frente, junto a Tenko.