ID de la obra: 1016

My Magica Academia

Mezcla
NC-17
En progreso
2
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planificada Mini, escritos 84 páginas, 38.300 palabras, 8 capítulos
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Capítulo 5: Sangre

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Cuando Hedwig se apareció durante el desayuno, emitió un ululeo de sospecha. Por lo increíblemente rápido que se salio con la suya al obtener una tostada entera para ella sola, mientras dejaba suavemente su paquete en el regazo del peliverde. Estaba terminando de partir la tostada en trozos mas pequeños sobre la mesa, cuando le ato un rollo de pergamino a la pata, le picoteo la mano y siguió en lo suyo. —Envíala a Inui ¿Quieres?—consulto. Tenko estaba viendo, justo frente al chico de primero, el intercambio de este con Hedwig: que se tomó su largo tiempo en terminar de comer, le picoteo más cariñosamente la mano y emprendió vuelo, subiendo hacia el techo del gran comedor, desapareciendo. —Ella parecía disgustada de que tuviera que entregar esa carta—concluyo Tenko. —Iré a verla a la lechuceria después y le llevare un poco de las salchichas del almuerzo. Me perdonara ¿Quieres?—ofreció, sacando una caja de grageas del paquete cuidadosamente envuelto que le había dejado su lechuza. Entre el montón de dulces y un ejemplar del profeta, estaba una pequeña nota de su madre «Con cariño, mamá». El azabache dudo al principio, revolviendo con su mano dentro la caja, Izuku inspeccionaba su nuevo cromo. Merlín, un mago sumamente avejentado, de larga barba y cabello plateado, le miro desdeñosamente y luego dejo su lugar vacío. Ya volvería, pensó Izuku, acostumbrado. —Chocolate—dijo Tenko.—Particularmente no me gustan. Conocí los dulces en mi primer viaje en el expreso a Hogwarts. No sabía lo que compraba, pero Iguchi estaba ahí, tuve la mala fortuna de llevarme una con sabor a cera de oído—se sonrió. Desde entonces las evitaba, ahora, no había podido decir que no.—Las segundas experiencias son buenas, quizás esta vez tengamos mejor suerte con lo que nos diga Inui. Izuku se le quedo viendo, luego tomo una de las grageas con duda. Y susurro «Limón». Toga y Jin estaban caminando desde la puerta, hasta donde estaban y también se sirvieron, un desayuno poco convencional, los dulces tan temprano. «Hígado» fue el sabor para la chica, que ahora no llevaba el par de coletas de siempre, en cambio su cabello caía por los lados su cara, hasta que rozaba con sutileza sus hombros. «Espinacas» y un «Las aborrezco» de Jin fueron lo siguiente. Los cuatro se rieron. —Pociones dobles ¿Lo puedes creer?—Toya acababa de llegar al comedor, dejo una hoja en la mesa. —Con Ravenclaw, supongo que podría ser peor si fuera con Gryffindor, a veces son demasiado e insoportablemente orgullosos cuando uno de ellos es bueno en algo. Cuando el profesor Aizawa se ve obligado a fruncir los labios y darles puntos—farfullo, clavando su tenedor en una salchicha con violencia. —Ya lo viste—Iguchi alejo el tenedor y un cuchillo por si acaso, uniéndose a la mesa un par de minutos después. —Si, ya lo vi—murmuro Tenko. Sus ojos no miraban el cambio del horario, no pensaba en la tortura de tener que estar el doble de horas con el murciélago en la mazmorra. No, el estaba desviando su atención en lo que colgaba de la oreja del pelirrojo. Tardaron. Vaya que lo hicieron, discutiendo sobre lo injusto de ese día. Hasta Izuku que concedía su pésame. Pero, Tenko no dejó de mirar nunca al Todoroki. Lo vieron abrir la boca, a Toya notar sus gestos. Encontraron sus miradas, se olvidaron de todo. Toya sonrió, con aire superior y aparto un poco de cabello para que se pudiera apreciar más su nuevo «Pircing». Más tarde, durante la azarosa clase de pociones dobles con Ravenclaw, Toya estaba mucho mas particularmente interesado en mirar al profesor Aizawa. Generalmente lo evitaba, hasta el participar en su clase. Ahora, después de la conversación con Tenko, estaba decidido en vigilar la sombra oscura que proyectaba su túnica negra como el carbón. No trataba de pensar en que, cualquier profesor que lo encontraba mirando más allá de sus deberes en clase, lo consideraban sospechoso de orquestar una travesura. Estaba preocupado, si, por todo lo que tenia que ver con Tenko, desde el primer día que se conocieron en el anden «Eres el niño que vivió ¿Tienes tu... cicatriz?» fue la primera cosa le dijo, atolondrado por verlo en persona, igual que un perro mojado frente a la imponente locomotora roja brillante y luego cuando se encontraron en el mismo compartimiento, ya acomodado con Iguchi entre un montón de dulces «Ya sabes, lo siento por verte como un fenómeno» Iguchi le había dado una paliza, mientras el profesor Aizawa los guiaba hacia el gran comedor para la ceremonia de selección, su primer castigo en el castillo fue al día siguiente. Así que no podía evitarlo, pese a que al principio esa clase doble fuera la peor tortura, pensaba que peor que el profesor Aizawa: lo era el celador Rikiya y su maldita gata. O su boca cuando decía cosas que quizás no sentía realmente y herían sentimientos. De lo que no debería preocuparse mucho si evitaba abordar cualquier pasadizo del castillo que el conserje conociera y sospechara acerca de algún estudiante rondando por este. Una aclaración de garganta lo trajo de regreso y la mano de Tenko sobre su brazo, apretando con fuerza. Lo miro en primer lugar, fijándose inmediatamente que el sonido no provenía del azabache, sino del profesor de pociones. Lo vio remangándose, mirar fijamente después a Tenko «Ahí viene, ese murciélago grasiento» pensó. A Toya se le daba muy bien ser insurgente, por lo que saco la varita de su túnica y agito su caldero, haciéndolo ir en el sentido contrario del reloj, lo que el libro de pociones abierto de par en par entre ambos Slytherin, recomendaba que tendría un efecto adverso al deseado. El Todoroki sonrió disimuladamente, la mano de Tenko se esforzó en evitarlo, dando un ultimo apretón en su mano. Pero ya estaba echo. El profesor desvió su atención al pelirojo totalmente, evitando al que llamaba «Celebridad» con la regularidad de parpadear. Cuando su caldero expulso algo sobre la mesa, una masa viviente se movía y se iba esparciendo, hasta hacerse mas grande. Rodó hasta los zapatos de Aizawa y dejo algo baboso sobre estos. —Veinte puntos menos a Slytherin, Sr. Todoroki—lo que dijo con cierto tono decepcionado.—Lo quiero ver en mi oficina para un castigo adecuado—por lo que fuera que iba a llamar la atención a Shimura, seguramente se le olvido después de desaparecer la masa viviente con un movimiento de varita. —Tenko no tenias que... —Se iba a desquitar contigo ¿Querías que lo permitiera? No puede quitarme ese privilegio—aunque lamentaba que mas puntos fueran quitados a la casa.—Te lo debo... —Te perdone por ser un idiota mi primera día entre los magos—murmuro Tenko, sonriendo. Pero Toya estaba viéndolo serio, Aizawa por suerte se estaba desquitando con otros estudiantes a los que les quito puntos por que su mesa estaba desordenada. —En general hago todo esto porque eres mi amigo—la mirada que ambos se dieron antes de disimular que estaban cortando perfectamente su piel de serpiente, decía todo lo contrario de amistad. Paralelamente en clase de transformaciones de primer año, Gryffindor y Slytherin compartían. La profesora Rumi estaba observando el avance de sus estudiantes. Eligió pararse delante de la mesa de Bakugo, quien como siempre se sentaba con Kirishima. El chico explosivo gustaba de destacar, así que ignoro su varita rota, remendada con cinta de embalar y saco la rata del bolsillo de su túnica. La deposito sobre la mesa, la rata se removió y emitió un lejano lamento, mientras la varita del joven mago repetía los tres toques silenciosos sobre el poco pelo tras sus orejas. —Feraberto—dijo con seguridad. Todos estaban viendo en su dirección. Tratando de ver que tenia que ofrecer el nuevo y mas joven buscador de Quidditch en un siglo. —Le sugiero que cambie su varita Sr. Bakugo—la profesora paso de su mesa y esta vez, entre un gruñido de Katsuki que veía a su rata transformada en una copa peluda, con cola y orejas, eligió a un alumno de Slytherin. Los ojos de Bakugo voltearon hacia la hilera de al lado, donde estaban todos los Slytherin sentados. Izuku como siempre en el frente, aunque esta vez no compartía lugar con Shoto, en cambio estaba de junto a ese chico que siempre acompañaba a Monoma. Hitoshi. —Feraberto...—el pecoso apunto hacia el pequeño lagarto del pelivioleta. —¡Excelente! Diez puntos para Slytherin. No era sorpresa para nadie lo bien que se le daban transformaciones a Izuku. Desde la primera clase, había mostrado señales. Aunque claro, en Hogwarts no todas las clases eran divertidas practicas, había no solo que leer la teoría, sino entenderla y practicarla con disciplina. Lo que el hacia tan ávidamente como Shoto últimamente. Incluso así, no se esperaba que un estudiante lo consiguiera tan perfectamente las primeras clases. Al final de la clase Bakugo estaba ofuscado, pero ni siquiera ya el sabia si porque el aclamado genio y sabelotodo de la clase era el peliverde o por que solo veía a un Slytherin al que intimidar. Para llegar al aula de transformaciones había que pasar por uno de los patios, así que fue por ahí que ambas casas se empezaron a dispersar y dividir entre sus propios grupos. Kacchan y Deku se encontraron frente a frente, por primera vez desde la inolvidable noche en que tuvieron el agravio de conocer a Fluffy. Izuku suspiro, los problemas estaban empezando muy temprano y el tenia mucha prisa por ir a la biblioteca antes de la siguiente clase. Lo que le hizo tomar la valiente decisión de evadir a su viejo amigo, un acto de valentía que molesto al otro chico. —Espera justo ahí, desde cuando te crees que eres tan valiente ¿Es porque todavía no he dicho nada sobre la aventura nocturna?—Kirishima era observador desde la distancia, para su disgusto acostumbrado a su amigo. Midoriya se giro sobre sus talones, sosteniendo los libros contra su pecho. Hubo un silencio intermitente entre ambos. De repente dijo—tengo prisa Bakugo —lo que Bakugo recibió con una expresión extraña. Esperaba que lo llamara Kacchan con su odiosa vocecita. Pero eso no paso. —Te dije que te detengas ¿O necesitas que te obligue?—fue una advertencia. Extendió el brazo hacia el. Izuku conocía sus movimientos, incluso podría predecir que palabras despectivas iba a ladrar, así que al mismo tiempo ladeo su hombro hacia atrás, evitando que lo agarrara de la ropa. Sin embargo, el que había agarrado algo fue Monoma. El otro rubio no había escuchado desde el principio la conversación, pero encontró el momento justo para entrometerse. —El engreído y joven buscador de Gryffindor todavía no conoce su lugar, ni tiene honor—grazno. Izuku trataba de terminar de procesar que estaba pasando. Por que razón Monoma se estaba involucrando ¿Tratando de hacer un escándalo? ¿Meterlos en mas problemas? No le fue cedida ni la intención ni la palabra. —Se termino, quiero jugo de calabaza, vayamos al comedor—apuro Eijiro. Hasta entonces al margen, se paro junto a Bakugo, a quien Monoma le sostenía su mano echa puño, temblando con ira. —Oh, necesitas que otros te defiendan—Katsuki tiro de su brazo y se lo quito de encima. Luchaba entre hacerle caso a Kirishima o darle una lección. Miro tras su hombro, Deku estaba todavía ahí, mas vacilante. —¿Esta todo bien?—pronto, mas Gryffindor se unieron, entre ellos Uraraka y Tsuyu: esta ultima se había entretenido en el aula buscando a Trevor, después de que decidiera que no le gustaría ser una copa. Como siempre, la chica de abundante mejillas le ayudaba. —No, en realidad Bakugo y yo ya nos íbamos a la siguiente clase—dijo Kirishima. —Es así, parecía que se estaban peleando—la chica parpadeo—¿No estabas peleando, cierto Bakugo?—pregunto Uraraka. Bakugo respondió con un «Hah...» mudo, la chica todavía lo estaba mirando.—Me alegro, entonces nos vamos todos juntos—ella se había dado cuenta, pero tratando de evitar el enfrentamiento y defender a Bakugo, sin que así lo pareciera, se acerco, tocando su hombro con suavidad y sonriendo. Bakugo quería hacer algo, pero tenia que pensar en el partido. En todos los miembros de su casa que se esforzaban, ellos eran mejores que un Slytherin y lo iba a demostrar sobre su escoba, durante el primer partido en Noviembre. Estaba a punto de darse la vuelta y ceder a la petición de la cara redonda, cuando Monoma aplaudió con descaro. —Había oído que los Bakugo eran una respetable familia de sangre limpia, pero tu y tus padres fueron todos a Gryffindor, así que no era de esperar que te involucres con todo este montón de perdedores y en especial, que cedas a la inmunda sangre sucia...—mirando con expresión asqueada en dirección a Uraraka. El limite de Katsuki se quebró, mucho peor que su varita la fatídica primer clase. Scabbers se oculto dentro del bolsillo de su túnica y se hizo espacio, para permitirle que agarrara su varita. Apunto hacia Monoma sin dudarlo, este apenas reacciono cubriéndose cobardemente la cara con los brazos—¡Traga caracoles!—exclamo. Su varita tembló en su mano, hubo un destello de luz inverso y fue expulsado hacia atrás, sobre el pasto todavía verde del patio. El siguiente en sacar su varita fue Izuku, que la apunto sobre la espalda de su compañero Slytherin, antes de que otra mano extra interviniera y lo detuviera. El pecoso reacciono, accediendo a su gesto para que la bajara, se trataba de Hitoshi Shinso. —Demuéstrale que eres mejor que eso, Midoriya —raramente se lo escuchaba, así que incluso fue sorpresivo para Monoma, que estaba viendo como Bakugo estaba regurgitando babosas de su boca, torcido contra el pasto. Riéndose muy fuerte y apaciguado oscuramente por el tono grave y bajo de Shinso. Izuku asintió, respirando agitadamente. Guardo la varita dentro de su túnica, llamo con tono preocupado: —Kacchan—obedeciendo a lo que habitualmente su corazón haría. Kacchan lo observo, estaba lagrimeando, entorno sus ojos con rabia y desprecio. Pero Deku fue mas decisivo que eso, como no podía quejarse ni apartarlo, porque se le retorcía el estomago y la garganta por haberse auto hechizado, fue obligado a ponerse de pie y apoyarse en el Slytherin. —Inui, el sabrá que hacer—dijo Izuku, mirando a Kirishima, Uraraka y Tsuyu. Ninguno se negó, lo ayudaron a que Bakugo fuera mas obediente y los cuatro abandonaron el patio. Muchos traspiés y babosas abandonadas durante todo el camino hacia la cabaña después, el guardabosque estaba mirando fijamente como el balde que sostenía Katsuki sobre su regazo, estaba lleno hasta la mitad. Había servido té y pastel para todos, que entendieron pronto que tenían que aceptar con amabilidad lo segundo, luego ocultar las duras piezas en sus túnicas cuando no fueran vistos. —¿Que fue lo que paso?—pregunto. —Se hechizo a si mismo—contesto Izuku, quien estaba mas familiarizado con el semigigante. Inui no juzgo, según notaron—fue por una buena razón, trataba de defender a Uraraka, la llamo... La chica interrumpió—Sangre sucia—dijo por si misma—no se lo que significa, pero se oyó muy malo. —Oh, vaya, ese tonto... —Monoma—agrego Kirishima, como si esperara que le diera sentido. —Claro, ya esta. Es sabido que familias como las suyas, están muy orgullosos de ser, como dicen ellos, sangre limpia— Inui torció su gesto, disgustándose mas.—Y desprecian a todos los que nacieron en familias muggles. —Uraraka—chan es la mejor de su clase— defendió Izuku, la chica sonrió avergonzada. —Eso es seguro, no hay nada que un nacido de muggle no pueda hacer mejor que un "sangre limpia"—escupió. —¿Mas té?—y sus tazas se llenaron de inmediato. —E—ese imbécil, lo haré bien...—lo interrumpió otra babosa saliendo de su boca, su rostro estaba mucho menos pálido que antes, se limpio la boca con el dorso de su muñeca y agrego—la próxima. —También iras y le lanzaras el perro de tres cabezas—bromeo Kirishima, suspirando agobiado por la actitud de su compañero. Bakugo lo miro fijamente. —¿Como? —se escandalizaron ambas chicas y preguntaron simultáneamente—¿Perro de tres cabezas?—Uraraka trato de frotar la espalda de Katsuki, este se negó a ella le pareció divertido. —Fluffy lo esta custodiando ¿No?—Inui se fijo en Izuku. —¿Fluffly?—las chicas se miraron entre ellas, confundidas, despues al resto. —Claro—respondio Inui a Izuku— pero deberían alejarse del tercer piso ¿Cuantas veces van y se meten allí? —Firenze dijo que Afo quería robarlo—continuo. Todos contuvieron el aliento al oírlo, pero no se quejaron al ver la expresión valiente en sus ojos verdes. —Tonterías, el profesor Nezu y Flamel lo tienen cubierto, no vuelvas a decir su nombre—concluyo y luego murmuro «Un no debí decir eso, yo y mi bocota»por lo bajo, clavando los dientes ferozmente sobre un trozo de pastel. El si había podido partirlo y tragarlo, como si fuera una suave masa inofensiva. Shoto lo noto, la rareza inaudita de la reunión que se suscitada más allá, entre una de las mesas de las estanterías de la biblioteca. Le era imposible concentrarse en su herbolario y el libro de pociones simultáneamente. Mientras tomaba notas en un largo pergamino que rozaba el suelo. Era su hábitat, de echo, pasaba más tiempo en la biblioteca del colegio que en cualquier otro lugar. Así que notaba los rostros nuevos y aquellos que posaban sus manos sobre los libros por primera vez. Alzo su cabeza por encima de otro par de estudiantes con lo que estaba compartiendo la mesa. Quería averiguar que estaban tramando esos dos, y peor aún, su hermano. A quien le pareció que nunca le vio con la cara hundida en un libro. Se preguntaba como se las había arreglado para estar en tercer año. —No te parece que los esta observando—murmuro una voz, que cuchicheaba con otra. Era una chica. Su túnica con el escudo de Ravenclaw estaba tan lisa, como si usará alguna clase de hechizo para que siempre luciera impecable. No era la primera vez que la veía. —Concuerdo, pero este no es el lugar para involucrarse en asuntos de otros estudiantes—la segunda voz provino de un chico. —Oh vamos no seas demasiado estricto—la chica se sonrió, con la mano delicadamente sobre su boca. El bicolor miro de uno al otro. Lo estaban distrayendo. Alzo más su cuello, pero solo consiguió averiguar que la pila de libros donde estaba reunido su hermano Toya, se estaba haciendo más grande. Este solo tonteaba con Tenko, mientras que Izuku movía sus ojos increíblemente rápidos sobre las páginas. Salteando contenido, resumiendo en su cerebro, emitiendo señales de que había encontrado algo, pero devolviéndose a la hoja amarillenta de nuevo con decepción. Los chicos mayores todavía le estaban prestando atención. Murmuraron algo para si. Para ellos el pequeño Slytherin tampoco había pasado desapercibido en la biblioteca. Todas las casas en Hogwarts llevaban una rivalidad remarcada con la casa de la serpiente, por lo que en especial los prefectos, como ellos, siempre estaban al acecho de poder encontrar a uno metido hasta las narices en las artes oscuras. Lo que en verdad nunca había sido el caso. Empezaron, como una especie de epidemia, a vigilar al trío de Slytherin metros más allá. El desastre de libros, los murmullos del más pequeño, cuya mata ondulada de cabello verde surgía ahora de un gran libro. Que pronto acompaño al resto. Leer y estar interesado en los libros no lo encontraban como un delito. Aunque a ambos, mas al chico, les parecía molesto la forma en la que sustraían los libros. Como frutos de un árbol. Shoto cerro los libros, los apilo, enrollo el pergamino y lo guardo en su túnica. Había visto las medallas de prefectos en sus túnicas, se fijo en ellas disimuladamente. Antes de levantarse, vigilandolos, se vigilaban mutuamente. Entonces se sentó junto al trío desesperanzado. —No entiendo que están tramando, pero allá hay dos prefectos de Ravenclaw, muy interesados en atrapar uno o dos Slytherin en algo oscuro—los tres voltearon a verlo. Midoriya siendo el primero en sonreír nerviosamente. —Miralo, el enclenque ni siquiera sabe disimular—gruño Toya. —En cambio tu, no sabes cerrar tu boca—devolvió Tenko. —Nada malo, no estamos tramando nada malo. Lo prometo—le aseguro Izuku con un asentimiento de cabeza. —Recuerden bien sus rostros, estarán por ahí, esperando la mejor oportunidad para atraparlos y volveremos a perder puntos. —Te lo recuerdo, pequeño renacuajo—Toya paso su brazo por los hombros de su pequeño hermano—que también perdiste, nada más y nada menos que, cincuenta puntos de la casa. El sabelotodo de la familia, que horror. El rostro del bicolor se puso rojo de la ira, apartando el brazo de su hermano mayor. Y aún así, para sorpresa de Izuku conservo la compostura. No le respondió con un insulto o empezó una pelea. Le clavo sus ojos con frialdad. Se levantó de la silla y se fue a toda prisa hacia la salida, captando más la atención del par de Ravenclaw. No mucho más valientes para vigilarlos, cuando ese echo se volvió muy obvio. —No tenias porque tratarlo así—dijo Izuku. —¿Perdona? Es mi hermanito, hago lo quiera—se quejo Toya con un suspiro. —Con más razón, no tenias que—repitió Izuku, acrecentando su seriedad. Tenko alzo sus cejas, era la primera vez que veía a ese Izuku tan serio enfrentándose a las cero delicatessen de Toya. —Mira, mejor ocúpate de leer esos libros y encontrar información útil sobre Flamel ¿Si?—lo señalo, tocando su pecho con un dedo. Luego pasándose la mano por el pelo, se acomodo en su silla de muy mal humor. —Esta bien, no le hagas caso ¿Si? Sabes que Toya puede llegar a ser un gran idiota—las palabras de Tenko no fueron en realidad muy satisfactorias para Izuku. Que llamó al silencio y luego suspiro. Ligeramente rendido con ese tipo. Secretamente intranquilo, porque siempre retrocedía un paso. Debería solo empezar a rendirse en obtener su amistad. —Estoy seguro, se que leí en alguna parte el nombre de Flamel. —¿Ese quien es?—pregunto Toya. —El dueño de lo que cuida Fluffy, tengo una vaga idea de lo que es, pero no estaré seguro hasta que lo encuentre y lo confirme. —Que más da. —Importa y mucho. Firenze nos lo dijo. Quien—tu—sabes quiere volver a la vida, esta débil. La sangre de unicornio es solo un placebo temporal, en cambio, por alguna razón busca desesperadamente lo que sea que oculten en el castillo... Por primera vez, Toya miro a Izuku con algo más que no se sintiera como que lo despreciaba o similar. Luego, se fijo en la cicatriz en la frente de Tenko, que ahora era visible bajo su cabello azabache. Se levantó de un salto y paso medio cuerpo sobre el pecoso, que se quedó inmóvil sobre su lugar, pensando lo peor. Hasta que lo vio agarrar un puñado de libros que le faltaban por leer. —Me haré cargo de estos de aquí, descansa un poco, te lo mereces—dijo a Izuku, abrió un libro. Tenko se estaba riendo, pero muy bajo. No querían alzar demasiado la voz y que la bibliotecaria los expulsará. Fingiendo que se estiraba, Izuku giro medio cuerpo. —Ya no están, los prefectos de Slytherin—dijo. —Aprovechaste bien tu oportunidad para ver a Inui —dijo Tenko después de un tiempo, se estaba frotando los ojos posteriormente de leer un libro y medio. —No en verdad, yo sentí algo como... —¿Como?—el pecoso vacilo. —Cuando Monoma iba a hechizar a Ka—Bakugo—se corrigió de vuelta, en una especie de auto golpe mental.—El resto...—interrumpido por un ronquido de Toya, por suerte no estaba escuchando para volver a sermonearlo por defender a un Gryffindor. Lo vigilo sin embargo y retomo su punto.—Podría decirse que se dio por si solo, yo ni siquiera mencione al perro, para no molestar a Inui, fue el amigo de Bakugo ¿Estuvo mal? —No lo creo y no te dejes llevar por lo que diga Toya. Estabas interviniendo en una injusticia, hubiera echo lo mismo. —No piensas que es inapropiado viniendo de una serpiente, olvidalo, yo se que inclusive tu eres el menos Slytherin que conozco—una mirada rápida al pelirojo. Ambos se sonrieron en complicidad. —Te lo concedo, peor creo que yo conozco al Slytherin mas Slytherin— volvieron a mirar al otro chico. En un ronquido particularmente mas escandaloso, la bibliotecaria termino por echarlos a los tres, muchísimo antes de la hora de cierre. Por lo que tuvieron regresar a la sala común en lo que consideraron otro día perdido.
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