ID de la obra: 1021

Batman año 0

Gen
NC-17
En progreso
1
Tamaño:
planificada Mini, escritos 12 páginas, 5.143 palabras, 4 capítulos
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Batman año 0 #2

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Ocho largos años habían pasado desde la muerte de los padres del joven Bruce Wayne. Ocho años que dedicó a recorrer el mundo, investigando múltiples disciplinas y entrenando en los más exigentes estilos de artes marciales. Su última parada fue en algún lugar remoto de la zona del Tíbet, donde fue invitado a entrenar en un misterioso monasterio, desconocía la ubicación exacta, ya que, en el aeropuerto de Lhasa, un helicóptero lo transportó hasta el lugar, ahí la regla mas importante era la discreción, dónde nadie debía conocer la identidad de nadie. Tras cuatro meses de un brutal entrenamiento, donde en ocasiones lo llevaron incluso al borde de la muerte, su entrenamiento finalizó, y entonces supo que ya estaba preparado, preparado para volver a su ciudad natal, era momento, de volver a Gotham. Su regreso a Gotham fue bastante discreto, aterrizando en una pequeña avioneta, pilotada por él mismo, en un pequeño aeródromo, en la pista, solo lo esperaba su fiel mayordomo Alfred Pennyworth y un gran amigo de la familia Wayne, Lucius Fox, quien administró las empresas Wayne tras la muerte de sus padres. — Bienvenido a casa, amo Bruce. —dijo Alfred al verlo descender del avión, con una leve reverencia cargada de afecto. — Lo he echado de menos desde aquel día en que lo despedí en Roma. — Lo siento Alfred, en la invitación enfatizaron en que debía ir solo. — dijo Bruce, mientras saludaba a Lucius Fox estrechándole la mano con una sonrisa. Los tres hombres se dirigían a un automóvil aparcado a pocos metros. — Bien señor Fox, gracias por su trabajo durante estos últimos años administrando las empresas Wayne, sin ti no hubieran logrado mantenerse a flote. — dijo Bruce una vez sentado en el vehículo. — Sin problemas señor Wayne, no dude en contar conmigo en el futuro. – contestó Lucius. — Hablando del tema, realmente me gustaría seguir contando con usted en frente de la administración. — dijo Bruce. — Vaya, estoy muy agradecido, señor Wayne. — respondió Lucius sorprendido con la oferta de Bruce. — De hecho, me gustaría, que el próximo lunes organizaras una reunión con el resto de la directiva de la empresa, me gustaría conocer a los integrantes. — dijo Bruce. — Entiendo, la tendré organizada a primera hora, en general, la mayoría de los directivos mantienen la misma visión que tenían su padre, aunque… Debo advertirle que se han incorporado un par de miembros que puede que den un poco de guerra. — dijo Lucius, mientras empezaba a organizar la cita de mañana. — No creo que sea muy relevante, siempre es bueno tener otras opiniones dentro de la junta. — dijo Bruce mientras miraba por la ventana desinteresado. Tras varios minutos de viaje, donde Lucius terminó de poner al día a Bruce sobre las distintas actividades de la empresa, llegaron a la residencia del señor Lucius Fox, donde se despidieron y luego partieron, directos a la mansión Wayne. — Por fin en casa... — dijo Bruce con un gran suspiro. — Le prepararé un baño caliente amo Bruce, debe estar exhausto por el viaje. — respondió Alfred, mientras lo observaba de reojo por el retrovisor. — Gracias Alfred, tú siempre sabes lo que necesito. — dijo Bruce. A la mañana siguiente, lunes, Bruce se despertó temprano para prepararse y dirigirse a las empresas Wayne. Era evidente que su vuelta a la ciudad había sido filtrada de alguna manera, ya que en la llegada al edificio Wayne, decenas de periodistas estaban ya esperándolo en el exterior. Ya solo al abrir la puerta y tocar el suelo, empezaron a acosarlo con decenas de preguntas. — Bienvenido Bruce Wayne, ¿Cuál ha sido el motivo de su ausencia en la ciudad? — — ¿Cuál es el motivo de su vuelta tras tanto tiempo? — — ¿Es verdad su relación con la hija del ministro de economía de Finlandia? — … Los periodistas seguían bombardeándole a preguntas, de las cuales él la mayoría no sabía que responder, hasta que del edificio varios agentes de seguridad lo ayudaron a escoltar hasta el interior del edificio. En la entrada, el señor Fox lo estaba esperando. — ¿Menudo ajetreo se ha formado fuera verdad? Siento no haber enviado la seguridad antes, no esperaba que se filtrara su vuelta tan rápido. — dijo mientras ambos se dirigían al último piso del edificio donde la junta los esperaba. — No te preocupes señor Fox, esto tenía que ocurrir tarde o temprano, y no me preocupa que haya ocurrido tan pronto. — dijo Bruce recuperando la serenidad. Finalmente llegaron en la sala, donde diez personas trajeadas lo esperaban observándolo con frialdad, analizándolo de arriba abajo. Lucius presentó a Bruce en una pequeña charla, ante la que la mayoría de los directivos se mostraron bastante satisfechos al conocerlo mejor, excepto alguno. — Permita que me muestre un poco preocupado señor Wayne, pero aún no lo conozco lo suficiente para poder confiar completamente en su dirección, apenas ha llegado a la ciudad y aunque esté muy preparado, esto no se trata de una pequeña multinacional, estamos hablando de dirigir una de las mayores empresas del mundo, y usted apenas tiene confianza. — dijo uno de los directivos. Bruce sin perder la sonrisa, le contestó. — A los que les preocupe mi reincorporación, les pido tranquilidad, no voy a reincorporarme de inmediato en mis funciones como propietario de las empresas Wayne, de momento voy a seguir contando con la administración del señor Fox, con el que hasta el momento estoy muy satisfecho con su desarrollo. — La mayoría de los directivos que estaban un poco tensos ante la situación se tranquilizaron al conocer la noticia de que Fox aun seguiría en la cabeza, aunque varios un par de ellos se notaba que no lo estaban. La reunión prosiguió con normalidad ante la atenta mirada de Bruce, hasta que pasadas varias horas finalizó con normalidad, Bruce se despidió individualmente de todos y volvió de regreso a la mansión donde decenas de periodistas los esperaban. — Algo tendré que hacer con toda esa gente, así no podré ir a dar una vuelta por la ciudad. — protestó Bruce, sentándose a un sillón del salón principal, mientras Alfred le traía una copa de vino. — ¿Quiere que le organice una rueda de prensa? Puede que eso satisfaga sus necesidades y dejen de atosigarle tanto. — dijo Alfred. — Puede que sea una buena idea… pero aun no lo voy a hacer. — dijo Bruce pensativo. — Supongo que tendré que ir desapercibido, si quiero dar un paseo sin ser perseguido. — dijo mirando a Alfred con una mirada pícara. — Debo pedir que desista de esa idea amo Bruce, las calles de la ciudad de Gotham se han vuelto muy inseguras últimamente. — respondió Alfred. — Ya sabes que pasé todos estos años entrenando para esta ocasión, no estuve perdiendo el tiempo, si llega el momento, sabre como defenderme. — contestó Bruce. — Entonces permítame ayudarle con el disfraz, mañana por la mañana lo tendrá todo preparado amo Bruce. — dijo Alfred saliendo de la habitación. — Mañana no Alfred, prepáramelo para esta noche. — dijo Bruce antes de que saliese, alterándolo. — Pero amo Bruce, si ya es peligroso salir a pasear incluso de día, imagínese de noche… — intentó convencer Alfred, pero fue interrumpido de nuevo. — Por eso mismo, debo ver con mis propios ojos como es esta ciudad, en el momento más crudo. — dijo Bruce, terminándose la copa de vino. Alfred sin mediar palabra, asintió con la cabeza y salió de la habitación.
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