ID de la obra: 1035

SERENDIPIA [Drarry/Harco]

Mezcla
R
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1
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planificada Mini, escritos 89 páginas, 30.578 palabras, 10 capítulos
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CAPÍTULO 8

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Los días en Hogwarts transcurrian con los estudiantes queriendo huir cada día, Umbridge poniendo decretos nuevos cada día, para los estudiantes eran decretos absurdos, no podían hacer lo que querían y Filch los vigilaba a cada hora. —¿No podíamos ir a otro sitio? —le preguntó Draco a Harry cuando llegaron al baño del primer piso. —Es el sitio más seguro, Flich no vendrá aquí. —Tal vez él no lo haga, pero este lugar es como la habitación de Myrtle la llorona. —Ahora no está aquí. Draco lo miró con sospecha. —Podría volver y decírselo a alguien. —Es mi amiga, no pienses en ella. —No pienso en ella, pienso en la situación en la que nos pondría si abre la boca. Harry lo observó irritado, el rubio era muy negativo. —Eres un verdadero dolor de cabeza. Draco ignoró lo que dijo y observó el lugar dándose cuenta de algo. —¿Aquí es donde está la cámara de los secretos verdad? —Así es —asintió—. ¿Quieres entrar ahí? —Ahí está el cadáver de ese basilisco, no voy a entrar a ese lugar. El pelinegro quiso reír al ver la expresión asustada de Draco exactamente igual a la vez en la Hermione lo golpeó. —Por cierto, el otro día vino tu madre a verte ¿qué te dijo? —preguntó Harry mostrando curiosidad. —¿Cómo te enteraste sobre eso? —La vi marcharse —mintió—. Supuse que vino a verte. —Encontró unas cosas en mi habitación y me las trajo. —¿Qué cosas? —arqueó una ceja. —Las cartas —respondió sin más. —¿No las tiraste? —Draco negó con la cabeza—. ¿Por qué? —Iba a hacerlo y lo terminé olvidando. Harry no sabía si creerle, sin embargo no insistió en que le dijera la verdad y cambió de tema. —¿Sabes? En este baño murió Myrtle, es por eso que está aquí la mayoría del tiempo. —Maldito seas Potter ¿tenías que recordármelo? Yo me voy de aqui. Harry rió y se interpuso entre la puerta y él. —Está bien, voy a detenerme —le aseguró—, pero solo si me dices el significado completo de U.D.H.P. —Bien... —asintió Draco lentamente—, te lo voy a decir pero antes tienes que llevarme a aquel lugar en donde pasas cada tarde con tus amigos. Harry se puso serio ¿cómo se había enteredo de aquel lugar? Si Umbridge llegaba a enterarse todos ellos estarían en problemas, las cosas podrían empeorar y no podrían defenderse tal y como el ministerio de magia quería. —No puedo hacer eso. A Draco le molestaba que Harry tuviera un secreto que también involucraba a Cho, la cercanía estaban teniendo no le agradaba. —Es tu decisión, pero debes saber que tarde o temprano lo voy a descubrir —dijo estando seguro. —¿Puedes simplemente ignorarlo? Lo que este haciendo con mis amigos no es de tu incumbencia. —¿Cho también es tu amiga? No la miras como a una amiga. —Como yo la mire no es tu asunto. Draco presionó la mandíbula, Harry tenía razón, el que tuvieran que verse a escondidas para pasar el rato no significaba que ellos fueran amigos. Harry lo odiaba y eso nunca iba a cambiar. —Tienes razón, lo que tú hagas no es de mi incumbencia. Puedes ir a luchar con un basilisco, enfrentar dragones, luchar contra Voldemort ¡puedes arriesgar la vida cada maldito año y no debería importarme! —la irá creció por todo su cuerpo—. ¡Nunca debí seguirte hasta el lago negro para reconfortante! ¡nunca debí hacerte ese maldito dibujo para que olvidarás a los estúpidos que te llamaban mentiroso! ¡Nunca debí decirle a Logbottom que hablara con MacGonagall para que Umbridge dejara de torturarte! Harry lo observó pasmado, asombrado con todo lo que el rubio acababa de soltarle, el cual se encontraba respirando con dificultad, no tuvo tiempo de procesarlo, Draco se apoyó contra la pared para no caerse, no podía estar en pie. Harry trató de ayudarlo pero el rubio le dedicó una mirada fulminante. —¡No te acerques a mi, Potter! —No te encuentras bien, te llevaré a la enfermería. —¡No es asunto tuyo! Harry se acercó decidido a llevarlo a la enfermería con Madame Pomfrey, Draco se negaba a ir no queriendo parecer débil frente a nadie, pero el pelinegro insistió y obligó al rubio a hacerlo. Mientras Madame Pomfrey atendía a Draco, Harry fue a buscarle algo de comer para que recuperara la energía, cuando volvió a la enfermería el rubio ya se había marchado. ~°~°~ Harry se encontraba distraído durante las clases y también fuera de ellas, veía a Draco en el comedor y en algunas clases, pero este solo le ignoraba, parecía estar mejor y no lo veía cansado o pálido, al contrario, era como si nada le hubiera ocurrido. En los entrenamientos Harry trataba de concentrarse, sin embargo las palabras del rubio se repetían en su mente, Hermione notó el comportamiento de su amigo y comenzaba a preocuparle. —Muy bien a todos, hoy terminamos temprano —le dijo a sus amigos. —Hermione ¿qué haces? —le susurró Harry. —Shh yo sé lo que hago, necesitas un respiro. Sus compañeros asintieron y comenzaron a salir, cuando todos se marcharon Hermione, Ron y Harry se quedaron en la sala de los menesteres para hablar sin interrupciones. —¿Vas a decirnos lo que sucede? —le preguntó Hermione a Harry—. Estás distraído. —Lo siento, no ocurrirá otra vez. —Lo que sea que suceda puedes decírnoslo. —¿Es sobre Voldemort? —inquirio Ron. Harry negó con la cabeza. —Se los diré pero no ahora, antes necesito pensarlo. —Harry... —comenzó a hablar Hermione y Harry la detuvo antes de que continuará. —Por favor, no insistan. Salió de la sala de los menesteres dejando a sus amigos atrás. Quería contarles todo a sus amigos, pero cómo podía hacerlo, Draco no sólo molestaba a Harry desde primer año, también molestaba a Hermione y Ron, los insultaba y los hacía menos, ambos tenían razones para detestar al rubio, si les decía todo ellos no iban a tomarlo nada bien. —Estás distraído Harry —le dijo Luna cuando se encontraron en el corredor. —Tengo cosas en las que pensar —respondió cansado—. Pero debería estar concentrado en lo que realmente importa. —¿Lo dices por Draco Malfoy? Harry se detuvo en seco cuando Luna lo mencionó, la chica sonrió tratando de calmar a su amigo. —No te preocupes, no le diré nada a nadie. El pelinegro observó a ambos lados del corredor, no había nadie escuchando. —¿Cómo te enteraste? —Los vi en el bosque, fue una sorpresa enterarme que tú y él tienen una relación. —¿Qué? Te equivocas —dijo nervioso—. Malfoy y yo no tenemos una relación. —¿Entonces que tipo de relación tienen? —Es... Es difícil de entender —susurró. —Nos enseñas a defendernos sin que Umbridge nos descubra, eso ya es bastante estresante, no tiene nada de malo que inicies una relación con alguien. —Te aseguro que estás en un error —insistió. —Lo entiendo —asintió—, si necesitas hablar con alguien puedes hablar conmigo, después de lo que haces por nosotros lo menos que puedo hacer es escuchar. El pelinegro le tomó la palabra, necesitaba a alguien con quien hablar, el asunto con Draco no podía quedarse solo en su cabeza y por el momento no podía decírselo a sus amigos. Ambos fueron al lago negro, ahí nadie podría escucharlos, Harry le contó a Luna lo que dijo Draco en los baños, sobre las cartas y lo ocurrido días antes de su primer beso con el rubio en la biblioteca. —No sé lo que este planeando —finalizó Harry. —Pienso que no es bueno mostrando sus sentimientos, tal vez tiene miedo de hacerlo. —¿Tú... Tú crees que le gusto? —preguntó aquello que quería saber. —No lo sé, eso solo él puede responderlo. —Él me confunde —suspiró. —¿Qué hay de ti? —Harry la miró confundido—. ¿Él te gusta? —¡¿Qué?! ¡Malfoy no me gusta! —decirlo lo avergonzó—. Lo odio, es Draco Malfoy. —No creo que las personas que realmente se odien se vean a escondidas para hacer lo que ustedes hacen. Harry desvío la vista hacia el lago. Tenía claro que le gustaba Cho y no un chico, pero Luna tenía razón, tal vez no odiaba a Draco tanto como creía, tal vez si le gustaba un poco, se sentía atraído a él pero no habían sentimientos que iban más allá, el odia hacia Draco continuaba ahí. —Tal vez él quiere cambiar y hacerse tu amigo como te dijo, sin planear nada malo como piensas. —No sé si confiar en lo que dice. —Podrías darle una oportunidad y conocerlo mejor, no te digo que confíes en él y le cuentes sobre la sala de menesteres, pero podrías intentar acercarte dejando de lado el pasado. Draco se encontraba estudiando en la biblioteca, era lo único que podía hacer para mantener su mente ocupada, también estaba el hecho de que Hogwarts se volvió un lugar más estricto a causa de Umbridge y sus decretos absurdos. La inquisidora vigilaba a cada estudiante y además los interrogaba sobre situaciones ilícitas, como ella lo llamaba. que sucedían en Hogwarts. El último decreto que sacó fue el de la brigada inquisitorial, los que se unían podían subir sus notas, Draco no sabía de qué trataba pero estaba pensando en formar parte de esa brigada para subir sus notas y así no tener que estudiar tanto. —Suficiente, voy a unirme a esa brigada —habló Draco—, no puedo estar estudiando todo el día o va a explotarme la cabeza. —Está formado con la intención de ejercer un mayor control sobre los alumnos ¿vas a unirte ahí? —inquirio Pansy—. Serás otra Umbridge. —No me interesa, además así sería como una autoridad en este colegio. —Ya entiendo, tener poder suena bien —apoyó Crabbe—. Si vas a hacerlo yo te sigo. No perdieron más tiempo y fueron a hablar con Umbridge quien nombró a Draco como el líder, ahora tenía algo nuevo con lo que entretenerse y no era estudiar, podía interrogar a sus compañeros y ellos no podían quejarse. Durante la noche mientras recorría los corredores de Hogwarts para asegurarse de que los estudiantes no cometieron travesuras, Harry lo interceptó cubriéndose a los dos con la capa de invisibilidad, había estado ignorando a Harry durante una semana y este simplemente se le acerca como si nada hubiera ocurrido. —¿Qué quieres, Potter? —Draco intentó quitarse la capa pero Harry se lo impidió—. No sé si lo sabes pero formo parte de la bri... —Calla —lo cortó—. Sólo déjame llevarte a un lugar. —¿Crees que puedes darme órdenes? —Maldición —Harry bufo—. Ya había olvidado que eras un maldito dolor de cabeza. Draco sintió una punzada en la boca del estómago, no le gustó que Harry le dijera eso pero qué esperaba escuchar del pelinegro ¿que lo había extrañado durante esa semana? Era imposible que algo así saliera de su boca. —Vete y déjame tranquilo si no quieres tener problemas. —Te dejaré tranquilo, pero no ahora —Harry le cubrió los ojos con la mano para que no viera a donde irían. —¡¿Es necesario cubrirme los ojos?! —Sólo confía en mi —susurró de forma tranquila, con ese tono que usaba para callar sus protestas. Draco no volvió a decir nada y Harry lo condujo por los corredores hasta llegar a la sala de los menesteres. Haría lo que le sugirió Luna, trataría de acercarse al rubio dejando las peleas del pasado. Al llegar Harry soltó a Draco y se quitaron la capa, el rubio observó el lugar sin saber en donde estaban, había una chimenea, un enorme sillón y detrás un árbol de navidad, era un lugar común y corriente. —¿Qué es este lugar? —¿Querías saber en donde paso cada tarde con mis amigos? Es este lugar, la sala de menesteres. —¿Este lugar realmente existe? —preguntó asombrado—, creí que era un mito. —Puedes ver que no. —¿Pero por qué me lo enseñas? Hace una semana estabas negado a hacerlo. Harry suspiró, si quería conocer mejor al rubio debía ser sincero. —Porque trato de confiar en ti. —¿Y por qué? —preguntó extrañado—. Tú me odias. —Hace tiempo dijiste que querías que fuéramos amigos, estoy tratando de serlo. La boca de Draco se curvó en una sonrisa. Harry estaba confiando en él, algo que hace meses no habría ocurrido. —No sé si estás enterado, pero formo parte de la brigada inquisitorial, podría decirle de este lugar a Umbridge. Harry se enderezo y se puso serio, claro que sabía de eso, vio la insignia que traía y aún así decidió mostrarle ese lugar. —Como dije, estoy tratando de confiar en ti —recalcó—. Espero no arrepentirme. —Te aseguro que no lo harás. Harry asintió. —¿Puedo preguntar qué hacen aquí cada tarde? —preguntó Draco sentándose en el sillón y Harry lo siguió. —No puedo decirte eso. —Dijiste que confiarías en mi —dijo el rubio confundido. —Dije que estoy tratando así que no presiones. Draco soltó una risita. —Me enseñas este lugar, pero como me cubriste los ojos para que no viera la ubicación ¿verdad? —Harry asintió—. Muy astuto, Potter. —Iremos poco a poco. —Bien, no voy a presionar y para que sepas que no estoy tramando nada malo como siempre piensas, voy a ayudarte para que no los descubran. —Nunca habría imaginado que tú me ayudarías a mí en algo. —Bueno yo tampoco habría imaginado que tú confiarías en mí, pero aquí estamos. Finalmente todos sus intentos estaban dando resultados. Hermione se quedó con Ron y Ginny en la sala común a estudiar, aunque Ron había estudiado solo cinco minutos y luego se puso a jugar ajedrez con Neville, los exámenes estaban cerca y a él le importaba poco, igual que a Harry quien andaba desaparecido. —No lo entiendo, Harry debería estar estudiando —comentó Hermione—, Umbridge lo tiene vigilado estoy segura de que está esperando que cometa un error para torturarlo. —Tal vez está en la biblioteca —dijo Ron. —Lo busqué ahí y no está —respondió Ginny. —Estará en otro lado —Ron se encogió de hombros—, estudiará después. —Tú también deberías estudiar —farfulló Hermione. —Estudiaré cuando le gane a Neville, hay prioridades, Hermione. Neville y Ginny rieron por el comentario. —Hola, chicos —Harry entró a la sala común y se sentó junto a Hermione. —Harry ¿dónde estabas? —En la sala de los menesteres, quería practicar un poco porque se acerca Navidad y no podremos hacerlo. —Tendremos un poco de descanso y no podremos ver la cara de Umbridge —dijo Neville. —Cierto —dijo Ron—. Espero no tener pesadillas con su rostro. Como Draco le dijo a Harry, el rubio se encargó de que Filch y Umbridge no los descubrieran, si había alguna pista Draco se encargaba de eliminarlo o hacer que sus compañeros que formaban parte de la brigada no lo notarán, sería más sencillo para él si el pelinegro le hubiera mostrado la ubicación de la sala de menesteres y así los guiaria por otro lado impidiendo que se acercarán a ese lugar. Ninguno de sus compañeros sospechaba algo extraño en su comportamiento, creían que el más interesado en atraparlos era Draco. Quién iba a imaginar que justo Draco Malfoy ayudaba a Harry Potter...
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