ID de la obra: 1046

NARUTO: CUESTIÓN DE HONOR

Het
G
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1
Emparejamientos y personajes:
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planificada Mini, escritos 11 páginas, 4.670 palabras, 3 capítulos
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CAPÍTULO II

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Pero los sueños en su mayoría son cosas y deseos opacados por la naturaleza de la realidad y la vida misma, es así que una idea de amor real y puro en una joven de dieciséis años se veía eclipsado por sus obligaciones, al ser la heredera tenía que cumplir con sus obligaciones. Una de ellas y la que más le disgustaba sin duda alguna, era la elección de nuevo Samurái para cuidado del clan, era tan incomodo para una joven tímida y callada como ella el tener que estar horas y horas hablando con hombres extraños mientras soportaba sus miradas intimidantes y sus torpes intentos de halagar a una princesa. —Lady Hinata, lady Hanabi, es hora de prepararse, en unas pocas horas será la ceremonia de elección de nuevo Samurái para el clan Hyūga, debemos arreglarlas— dijo Natsu Hyūga, la cuidadora y acompañante personal de las princesas. —¡Tan pronto! Juraría tendría más tiempo de liberar mi mente antes de la ceremonia, Natsu, parece que mientras menos deseas algo más rápido llega. —Se cuanto le disgusta la idea de elegir al nuevo Samurái lady Hinata, pero es necesario y después de todo, él la acompañaran a usted y al joven Neji toda su vida. —Claro… Neji. —Por favor hermana Hinata, no lo digas con tan poco animo que hasta la brisa del verano se va con tu tristeza. —No, no es falta de ánimo o celebración, es solo que todo está pasando tan rápido que me cuesta asimilarlo aún— comentó Hinata mientras bajaba la cabeza. —De cualquier forma, lady Hinata, por favor, déjeme arreglarla, su cabello ya es largo y costara un poco más el peinarla. La elección del Samurái era vital dentro del clan, él sería el encargado de cuidar del emperador en turno, era necesario que Hinata tomara la decisión con cabeza fría, de lo contrario la mala elección podría terminar con un reinado deficiente y el incumplimiento de la seguridad dentro de los miembros Hyūga, el honor del apellido estaba en juego en cada pequeña acción de Hinata. —De acuerdo lady Hinata, por favor cierre los ojos mientras le aplico el maquillaje, quedará hermosa se lo aseguro, tanto que el joven Neji se sentirá celoso— comentó Natsu mientras con precisión maquillaba cada parte del rostro de Hinata. —Natsu, ¿Cree en el amor verdadero? Disculpe si mi pregunta carece de tacto y es directa, pero quisiera saber que no estoy loca. —¿Loca? Mi lady, yo de usted nunca he percibido ni la mínima expresión de locura y la he conocido desde que era una pequeña bebe en brazos de su madre. —Encuentro de lo más sensato y comprensible su pregunta, sobre todo después de las novelas que le he recomendado, parece que el amor es algo difícil de encontrar y más para nosotras. —¿Alguna vez se ha enamorado, Natsu? — dijo Hinata mientras apretaba sus pequeños dedos pulgares, tratando de vencer su timidez—. Di-Digo… no se que es el amor, pero, tal vez me pueda orientar un poco. Natsu guardo silencio mientras miraba con algo de añoranza el pincel con tinta roja que usaba para delinear los pequeños y delgados labios de Hinata, el color carmesí del pintalabios parecía traerle recuerdos. —O claro que he amado mi princesa, lo he hecho con locura y sin medida, pero la realidad esta lejos de los sueños, incluso de los que se pueden tocar y besar. —¿C-Cómo supo que lo amaba? Digo si no le molesta el explicarlo, Natsu, es solo que bueno, yo creo que nunca he amado y tal vez nunca lo haga. —Oh mi lady que pregunta tan directa. —Lamento si le moleste, Natsu, yo lo siento intriga— dijo Hinata con un sonrojo que era visible aun maquillada—. Si no quiere, no conteste. —Mi lady, disculpe mi intromisión y mi falta de prudencia ante su rango, pero… usted no ama al joven Neji… ¿cierto? —Yo, bueno yo…— su nerviosismo era mucho—. creo que. Las dos guardaron silencio durante unos minutos en la intimidad de esa habitación, ninguna fue capaz de perturbar la paz de ese momento, parecía que ambas entendían el corazón de la otra, pues aún en el silencio entendían a la perfección que Hinata no amaba a Neji. —Hinata-sama, el emperador solicita con urgencia su presencia en el salón de té, di...disculpé la interrupción, Natsu-chan, necesitamos a la princesa de inmediato, gracias— mencionaba KO cerrando la puerta ante las miradas de Hinata y Natsu. —Jajajaja— rieron al unisonó Hinata y Natsu. —¿Es él, verdad Natsu? Le miro como en las novelas, una mirada de amor— dijo Hinata tomando las manos de Natsu—. No me mienta. —Mi lady le pido discreción por favor, el emperador no estaba de acuerdo con esta relación, así que la dejamos, pero si le he de poder responder su pregunta anterior, los ojos… en los ojos esta lo que el alma siente, si necesita saber que alguien la ama solo mire sus ojos. —Sus ojos, ya veo, lo tomare en cuenta Natsu, gracias. —De cualquier forma, mi lady, debemos apresurarnos, ellos ya están en camino y no es bueno dejar esperando a Samurái de alto rango. —Me pregunto, como serán esta vez. Los Samurái siempre han sido personajes de lo más tétricos posibles, hombres sin sentimientos o que, con una incapacidad evidente para entenderlos realmente, después de todo su trabajo era el cuidado de sus amos y seres amados, su día a día se diluía entre sangre y muerte, era entendible que una joven tan noble y tímida como Hinata se sintiese nerviosa ante su presencia. Este año prometía ser diferente, con la llegada de nuevos elementos y más jóvenes a la academia Samurái del país del fuego, se rumoraba que entre ellos se encontraba el hombre que había sido héroe de la villa principal del país de fuego en diversas ocasiones, en Konoha, se le conocía como el zorro naranja, su precisión y fuerza, así como inteligencia en el combate lo habían hecho acreedor de dicho apodo. —Naruto, está muy distraído el día de hoy, ¿Qué tiene? — pregunto Ino—. No suele ser así de cohibido en nuestras interacciones. —Lamento de sobre manera que así lo haya percibido señorita Yamanaka, es solamente que estoy algo reflexivo— comento Naruto Uzumaki. —¿Reflexivo? No entiendo por qué, en este momento tan bello, de forma sumamente egoísta le pediría que disfrutara de la compañía tanto como yo lo hago— Ino se acomodo en el hombro de Naruto. Ino Yamanaka era la heredera de una gran fortuna dentro de la villa central del país del fuego, mejor conocida como Konoha, la florería de su padre era conocida en todas las naciones y eso le dio el privilegio de ganar unos 10,000 Ryo anuales, para nada despreciables. Una mujer hermosa y codiciada por la mayoría de los hombres dentro de la aldea, su cabello rubio hacia gran combinación con sus hermosos ojos color turquesa que brillaban con ayuda de su piel pálida y tersa, su figura era voluminosa y llamativa, su voz era pasiva y delicada contrastada con su actitud tan rebelde y juguetona. Ella amaba a un hombre, era claro, su forma en que sus ojos lo veían y su respiración se pausaba, la manera en que el tiempo no pasaba a su lado era tan obvia que la mayoría dentro de Konoha se imaginaba una unión muy pronto, ese hombre era Naruto Uzumaki. —La disfruto como no tiene una idea, pero, no puedo evitar sentir que estamos corriendo señorita Yamanaka. —Entiendo que sus estudios y su carrera como Samurái lo hayan vuelto un hombre tan frío, pero no me diga que no esta sintiendo con mi intensidad, porque de ser así, mi dignidad se vería manchada ante mis pensamientos. —¿Qué pensamientos? Si he sido causa de malos pensamientos he de pedirle perdón mi señora. —No es consciente de cuanto le espero y le idolatro, después de todo ustedes es Naruto Uzumaki, pero mi forma de admiración sobrepasa lo que es sano y correcto para una dama, pero veo no lo entiende. —No es mi intención el ser indiferente, pero he de ser honesto, mi mente divaga y no por algo que no sea justo, me han de trasferir al lado norte del país, mis servicios son requeridos por un viejo amigo, tan amigo que no he podido negarme a su grito de ayuda— dijo Naruto mirando al horizonte con la flor que Ino le dio en las manos. —¿El norte? Eso es a unas cuatro horas en carruaje, además, ese es territorio Hyūga, hasta donde mi conocimiento es, usted no lleva una buena relación con aquellos llamados, de ojos blanco— dijo Ino mientras apretaba el brazo de Naruto. —Es cierto, pero no me puedo negar ante la petición de quien fuese un segundo padre para mí, cuando las guerras de clanes indicaron, Kakashi Hatake fue el único que se quedo a mi lado mientras el clan Uzumaki perdía grotescamente ante el ataque de todos los clanes aledaños. —¿Tanto le quiere para ir a ver a quienes fueron culpables de la muerte de su clan? Nadie lo vería como cobarde al negarse ayudar a tales personas. —El orgullo no tiene cabida en este momento mi lady, es amor el que me mueve, desde la perdida de su ojo derecho en protección del emperador, todo es más difícil. —Pero…— Ino fue interrumpida. —Es hora de irse Naruto, la ceremonia es al medio día y ya pasan de las siete de la mañana, de retrasarnos más, llegaremos impuntualmente— la puntualidad de Shikamaru Nara siempre lo hacía destacar. Shikamaru Nara, callado, inteligente y calmado, con una tendencia al descuido de la vida y la aceptación de esta sin buscar crear problemáticas más grandes de las que existe, su cabello era largo y amarrado por una coleta, de tez blanca y cuerpo delgado, sin duda un Samurái excelente. —Lo se Shikamaru, dame un minuto más y partiremos— Naruto se inclino a la frente de Ino y le dio un beso—. Es hora de irse lady Yamanaka. —Que tenga las mejores de las suertes Naruto, si de algo le consuela, aquí le esperare. Naruto se levanto y acomodo su traje mientras adecuaba su kataginu, miro una vez más al horizonte mientras acomodaba su katana, dio una sonrisa de alivio y entro al carruaje junto con los demás que conformaban el equipo de apoyo.
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